miércoles, 28 de agosto de 2013

HAGO CASI TANTAS FOTOS A LAS NUBES COMO A MIS HIJOS, LA HORMA DE MI ZAPATO, ROBERTO BRASERO./ A QUEMARROPA, ES RARO VERSE EN BIKINI EN UNA REVISTA SOY MUY PUDOROSA, ESTER REGUENA.


TÍTULO. HAGO CASI TANTAS FOTOS A LAS NUBES COMO A MIS HIJOS, LA HORMA DE MI ZAPATO, ROBERTO BRASERO.

Roberto Brasero: 'Hago casi tantas fotos a las nubes como a mis hijos'a quemarropa

Roberto Brasero: "Hago casi tantas fotos a las nubes como a mis hijos"

No le importaría dar el tiempo en bañador, canta en la ducha cuando prevé lluvia y el ascensor se ha convertido en una zona de riesgo, que sufre poco porque vive en un bajo

– Brasero, con ese apellido casi iba predestinado a dar el tiempo...
– Sí, pero si fuera por el apellido solo trabajaría en los meses fríos para dar calor dando el tiempo en Antena 3.
– ¿Cuándo da la brasa?
– La doy más de lo que me gustaría y en mi casa es muy fácil acusarme de ello por mi apellido. Lo intento llevar con humor... o al menos intento no quemarme en ese camino de dar la brasa.
– La pregunta del millón: ¿cuántos pisos es capaz de subir andando con tal de no subirse al ascensor?
– El ascensor es una zona de riesgo, porque puedes caer en la tentación de dar la brasa hablando del tiempo. Pero yo valoro muchísimo el silencio y en el ascensor no me resulta incómodo. Y ahora vivo en un bajo.
– ¿Se considera un ‘showman’ de la isobara?
– No, pero hay quien me lo considera. Intento hacer mi trabajo de la manera que resulte más entretenida, informativa y si puede ser divertida, pues también.
– ¿De qué se disfrazaría para dar el tiempo?
– Ahí sí que acabaría siendo un ‘showman’. Aunque no me importaría en verano dar el tiempo en bañador. Pero no estaría disfrazado, iría acorde a las circunstancias.
– En internet bromean diciendo que a usted lo despedirán por perder el tiempo...
– (Risas) Me encanta perder el tiempo, pero no tengo tiempo ni para perderlo.
– ¿Usted cuándo es un huracán?
– Cuando algo me apasiona puedo llegar a ser un huracán categoría uno.
– ¿Cuándo pierde el norte?
– En alguna ocasión es necesario. Soy de los que piensan que hay que perder el norte para volver a reencontrarlo.
– Tanto mirar el cielo, ¿se convertirá usted en estrella?
– No, porque las estrellas están muy alejadas del suelo.
– Si el tiempo está loco, ¿por qué no lo mandamos al psiquiatra?
– ¡No mandemos al tiempo al psiquiatra! Nos lo devolvería. Al psiquiatra tendríamos que ir nosotros, no el tiempo.
– ¿Cuándo dice usted eso de «Tierra, trágame»?
– En las ocasiones en las que el pronóstico apuntaba claramente hacia una situación y al mirar por la ventana veo que es completamente distinta.
– ¿Canta en la ducha para que llueva y así acertar?
– Los días que he pronosticado lluvia, sí (risas).
– ¿Rajoy necesita una tormenta de ideas?
– Sí, siempre es necesario, porque son las mejores tormentas. Se las recomiendo a todos: empezando por el presidente y acabando por el último miembro de la oposición.
– ¿Los políticos son borrascas?
– Sí, y en algunos casos auténticas borrascas persistentes y en otros ciclogénesis explosivas por activa o por pasiva. A los hombres del tiempo nos echan en cara cuando no acertamos una previsión y el mayor fallo que yo he visto en las previsiones de los últimos tiempos es que casi ningún político o sabio economista, por no decir ninguno, nos avisó de esta crisis. Y ahí no se le piden cuentas a nadie, ni de un lado ni de otro.
– ¿Ha ido a videntes para que le echen las cartas o solo juega a predecir el tiempo?
– No jugamos en la misma liga. Los meteorólogos no usan una bola de cristal en sus previsiones.
– ¿Y es supersticioso?
– No soy supersticioso porque da mala suerte.
– ¿Liga más saliendo en la tele?
– Por supuesto. Ligo más, pero luego se desilusionan en persona. Me dicen que parezco más joven que en la tele y noto cierta decepción (risas).
– ¿Qué se tatuaría: un sol, un rayo, una nube...?
– (Risas). Hay un icono que lo lleva todo, que es el que usamos para las tormentas veraniegas. Sería bonito como tatuaje, pero que lo hagan otros. Yo, como mucho, las calcomanías de mis hijas que después se quitan.
– ¿Cuál ha sido la propuesta más descabellada que le han hecho?
– Hacer un monólogo para ‘El club de la comedia’... aunque puede que no sea tan descabellada.
– ¿Cuál es su frikada confesable?
– Cuando me voy de excursión o de vacaciones acabo haciendo casi tantas fotos de las nubes como de los monumentos o de mis niños.
– ¿Y se vería presentando un programa del corazón?
– No sé cómo son los programas del corazón, así que no sabría decirle. No marujeo mucho porque no me aporta. Prefiero abrir la ventana y ver el horizonte, a mirar al patio de luces en el que todo gira en torno a lo mismo.
 
TÍTULO. A QUEMARROPA, ES RARO VERSE EN BIKINI EN UNA REVISTA SOY MUY PUDOROSA, ESTER REGUENA.

Es raro verse en bikini en una revista; soy muy pudorosa»

Miope... pero operada, no le importa presentar de amarrillo el informativo. Hace honor a su apellido y le pierde el chocolate negro, aunque no hace dieta

– Da una imagen muy seria en los informativos de Antena 3, ¿es así? – La actualidad viene marcada por noticias que invitan poco a relajar el gesto. Aun así, me considero de sonrisa fácil. – ¿Se le escapa la risa? Sobre todo con Matías Prats... – La artillería de bromas la solemos descargar antes del informativo. Pero reconozco que más de una vez nos ha dado la risa floja con alguna noticia curiosa. – Confiese: ¿le quita la silla a Matías cuando se va de vacaciones? – ¡Ni a Matías, ni a nadie! A él le guardo bien la ausencia. Su silla está a buen recaudo. ¡Espero que la mía también! – ¿Es supersticiosa? ¿Alguna manía antes de saltar a plató? – No soy supersticiosa. ¡Debuté de amarillo en mi primer informativo en Antena 3! Lo que sí hago es golpear suavemente en el brazo a mi compañero. No le hago daño, –eso espero–; únicamente es para dar energía. Es una especie de grito de guerra silencioso. – ¿Cómo sienta que la sitúen entre las presentadoras más guapas? – Me da mucho pudor. No lo pienso demasiado. – ¿Se liga más saliendo en la tele? – La tele te convierte en alguien popular y te da la oportunidad de conocer a mucha gente. Lo de ligar ya es más complicado. – ¿Si fuese una Miss sería Miss Carrillos? – Desde luego hago honor al apellido. Como Miss no me veo.




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