TÍTULO. HAGO CASI TANTAS FOTOS A LAS NUBES COMO A MIS HIJOS,
LA HORMA DE MI ZAPATO, ROBERTO BRASERO.
Roberto Brasero: "Hago casi tantas fotos a las nubes como a mis hijos"
No le importaría dar el tiempo en
bañador, canta en la ducha cuando prevé lluvia y el ascensor se ha
convertido en una zona de riesgo, que sufre poco porque vive en un bajo
– Brasero, con ese apellido casi iba predestinado a dar el tiempo...
– Sí, pero si fuera por el apellido solo trabajaría en los meses fríos para dar calor dando el tiempo en Antena 3.
– ¿Cuándo da la brasa?
– La doy más de lo que me gustaría y en mi casa es muy
fácil acusarme de ello por mi apellido. Lo intento llevar con humor... o
al menos intento no quemarme en ese camino de dar la brasa.
– La pregunta del millón: ¿cuántos pisos es capaz de subir andando con tal de no subirse al ascensor?
– El ascensor es una zona de riesgo, porque puedes caer en
la tentación de dar la brasa hablando del tiempo. Pero yo valoro
muchísimo el silencio y en el ascensor no me resulta incómodo. Y ahora
vivo en un bajo.
– ¿Se considera un ‘showman’ de la isobara?
– No, pero hay quien me lo considera. Intento hacer mi
trabajo de la manera que resulte más entretenida, informativa y si puede
ser divertida, pues también.
– ¿De qué se disfrazaría para dar el tiempo?
– Ahí sí que acabaría siendo un ‘showman’. Aunque no me
importaría en verano dar el tiempo en bañador. Pero no estaría
disfrazado, iría acorde a las circunstancias.
– En internet bromean diciendo que a usted lo despedirán por perder el tiempo...
– (Risas) Me encanta perder el tiempo, pero no tengo tiempo ni para perderlo.
– ¿Usted cuándo es un huracán?
– Cuando algo me apasiona puedo llegar a ser un huracán categoría uno.
– ¿Cuándo pierde el norte?
– En alguna ocasión es necesario. Soy de los que piensan que hay que perder el norte para volver a reencontrarlo.
– Tanto mirar el cielo, ¿se convertirá usted en estrella?
– No, porque las estrellas están muy alejadas del suelo.
– Si el tiempo está loco, ¿por qué no lo mandamos al psiquiatra?
– ¡No mandemos al tiempo al psiquiatra! Nos lo devolvería. Al psiquiatra tendríamos que ir nosotros, no el tiempo.
– ¿Cuándo dice usted eso de «Tierra, trágame»?
– En las ocasiones en las que el pronóstico apuntaba
claramente hacia una situación y al mirar por la ventana veo que es
completamente distinta.
– ¿Canta en la ducha para que llueva y así acertar?
– Los días que he pronosticado lluvia, sí (risas).
– ¿Rajoy necesita una tormenta de ideas?
– Sí, siempre es necesario, porque son las mejores
tormentas. Se las recomiendo a todos: empezando por el presidente y
acabando por el último miembro de la oposición.
– ¿Los políticos son borrascas?
– Sí, y en algunos casos auténticas borrascas persistentes y
en otros ciclogénesis explosivas por activa o por pasiva. A los hombres
del tiempo nos echan en cara cuando no acertamos una previsión y el
mayor fallo que yo he visto en las previsiones de los últimos tiempos es
que casi ningún político o sabio economista, por no decir ninguno, nos
avisó de esta crisis. Y ahí no se le piden cuentas a nadie, ni de un
lado ni de otro.
– ¿Ha ido a videntes para que le echen las cartas o solo juega a predecir el tiempo?
– No jugamos en la misma liga. Los meteorólogos no usan una bola de cristal en sus previsiones.
– ¿Y es supersticioso?
– No soy supersticioso porque da mala suerte.
– ¿Liga más saliendo en la tele?
– Por supuesto. Ligo más, pero luego se desilusionan en
persona. Me dicen que parezco más joven que en la tele y noto cierta
decepción (risas).
– ¿Qué se tatuaría: un sol, un rayo, una nube...?
– (Risas). Hay un icono que lo lleva todo, que es el que
usamos para las tormentas veraniegas. Sería bonito como tatuaje, pero
que lo hagan otros. Yo, como mucho, las calcomanías de mis hijas que
después se quitan.
– ¿Cuál ha sido la propuesta más descabellada que le han hecho?
– Hacer un monólogo para ‘El club de la comedia’... aunque puede que no sea tan descabellada.
– ¿Cuál es su frikada confesable?
– Cuando me voy de excursión o de vacaciones acabo haciendo
casi tantas fotos de las nubes como de los monumentos o de mis niños.
– ¿Y se vería presentando un programa del corazón?
– No sé cómo son los programas del corazón, así que no
sabría decirle. No marujeo mucho porque no me aporta. Prefiero abrir la
ventana y ver el horizonte, a mirar al patio de luces en el que todo
gira en torno a lo mismo.
TÍTULO. A QUEMARROPA, ES RARO VERSE EN BIKINI EN UNA REVISTA
SOY MUY PUDOROSA, ESTER REGUENA.
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