TÍTULO: El Barça prosigue en Tailandia con su atípica pretemporada,.
No van a olvidar con facilidad esta pretemporada los jugadores del Barça. Entre el fichaje de Neymar, la renuncia por enfermedad de Tito ...
FÚTBOL
El Barça prosigue en Tailandia con su atípica pretemporada
Martino intenta sacar tiempo para entrenar entre los numerosos actos del equipo en su gira asiática
No van a olvidar con facilidad esta pretemporada los
jugadores del Barça. Entre el fichaje de Neymar, la renuncia por
enfermedad de Tito Vilanova, el cambio de entrenador, la tardía llegada
de los internacionales tras la Copa Confederaciones, el viaje por la paz
a Israel y Palestina y la actual gira por Tailandia y Malasia, se les
está yendo una preparación con más componentes externos de los deseados,
sobre todo para Tata Martino.
El argentino es un técnico extremadamente metódico, que
prepara a conciencia cada sesión de entrenamiento y programa la campaña
milimétricamente. Tanta agitación en torno al equipo, con largos vuelos y
actos institucionales constantes, alteran la habitual manera de
organizar a sus grupos del rosarino que, de momento, pone buena cara
ante políticos, aficionados y personalidades locales en Belén, en el
Muro de las Lamentaciones de Jerusalén o en la última y multitudinaria
recepción en Bangkok, pero que ansía con regresar a la Ciudad Condal
cuanto antes para iniciar una rutina mucho más controlable.
El nuevo jefe del banquillo culé busca entre compromiso y
compromiso el tiempo para entrenar y sentar las bases de su estilo de
juego. Solo la coincidencia en las líneas básicas de la filosofía
azulgrana con la doctrina con la que el responsable del primer equipo se
ha ganado el respeto de los aficionados propios y de los profesionales
rivales en Argentina y Paraguay dan cierta tranquilidad a Tata para
mirar con optimismo las escasas dos semanas que le quedan antes del
estreno oficial.
Además, salvo el primer partido del verano contra el
Bayern, los rivales a los que se ha enfrentado y se va a enfrentar el
cuadro catalán no han sido de excesiva categoría, con el agravante de
que el precipitado fichaje de Martino provocó que en los tres primeros
amistosos no estuviera presente. Tanta agitación hará que el Barcelona
llegue al estreno en la Liga ante el Levante con algunas incógnitas
sobre el estado de forma del plantel, pese a la goleada (8-0) ante el
decepcionante Santos brasileño.
En esta gira asiática sus adversarios serán la selección
tailandesa y un combinado de los mejores jugadores de Malasia, escaso
nivel para tantos kilómetros recorridos, aunque económicamente el club
salga claramente beneficiado.
TÍTULO; ME EXTRAÑARÍA MUCHO QUE EL PÚBLICO NO SE RIERA CON LA OBRA,.
Lo conocerán por participar en diferentes series de
televisión. Durante estos días, por ser el suegro de Eurípides, que
disfrazado de mujer intenta ayudarlo en la 'Tesmoforias' de Aristófanes a
la extremeña, que está en cartel hasta el domingo. Como sucede en la
mayoría de las comedias, los 'intentos de' nunca terminan bien, y al
final, es el mismo Eurípides el que tiene que acudir al rescate de Pablo
Viña, que se estrena con este peculiar enredo en el Festival de Teatro
Clásico. Simpaticón de Valladolid, su actuación con peluca y cabellos de
mujer sobre la arena del Teatro Romano demuestra su calidad como actor.
Las risas con su personaje, y la obra en sí, están más que aseguradas.
-¿Ha participado antes en la cita cultural?
-La verdad es que no, en el festival no. En Extremadura sí
que he actuado pero no aquí en Mérida y en el Teatro Romano es mi
primera vez.
-¿Cómo resultó la toma de contacto con el entorno?
-Para mí ha sido una experiencia muy emocionante. Durante
los ensayos, uno de los días, me fui por la mañana como turista, y pisé
el escenario pensando que el día 14, ayer, debutaba allí. Yo soy muy
llorón, se me empezaron a caer las lágrimas. Es increíble.
-Habrá visto alguna obra, ¿se imaginaba actuando en Mérida?
-Sí, he venido como espectador a alguna que otra obra,
aunque no recuerdo ahora en cuales. Y claro uno ve el escenario y se
imagina. Siempre he pensado que uno como actor tiene varios sueños, y
uno de ellos es estar en ese escenario, aquí en Mérida. Uno siente que
el entorno, el graderío, la amplitud del espacio le va a hacer muy
pequeñito, pero luego se integra de una forma increíble.
-¿Cómo es su personaje?
-Mi personaje es un cachondo mental. Es el suegro de
Eurípides. Eurípides como autor teatral de la época es un poco pedante y
entonces mi personaje está todo el rato picándole. Él intenta conseguir
a otro poeta para que le ayude con las Tesmoforias y como no lo
consigue, Mnesíloco decide ayudarle. Se disfraza de Mnesíloca y así
intenta ayudarle desde dentro, en la asamblea de las mujeres. Pero lo
descubren, y le pasan una serie de historias muy divertidas. Al final
tiene que venir Eurípides a rescatarlo, haciendo de diferentes seres
mitológicos.
-¿Cómo ha sido la experiencia de actuar como hombre y hacer de mujer?
-Es un hombre haciendo de mujer, por lo no ha sido algo
complicado, es más, ha sido un placer. Con el vestuario y como estás
fingiendo todo el rato, descubriendo cosas y viendo lo que hacen las
mujeres, para luego rebatirles todo lo que dice Eurípides sobre las
mujeres, ha sido fácil. Y por supuesto muy divertido.
-¿Le ha costado mucho trabajo prepararse este papel?
-Es uno de los personajes que lleva toda la trama del por
qué sucede todo. No es uno de los nuevos que ha incorporado Esteve
Ferrer y Juan Copete, el versionador del texto. Tiene que ver con el
desencadenante y aparece en el original de Aristófanes. Estaba todo ahí.
Me lo he preparado currando muchísimo, dándole muchas vueltas,
trabajando mucho con Ferrer, el director de la obra, que lo tenía
clarísimo desde el principio. Se han probado varias cositas, pero Esteve
tenía muy claro por donde tenía que ir mi personaje. Adaptándonos el
uno al otro, aunque yo más que él. Disfrutando por donde me llevaba. Lo
que he tenido que hacer básicamente es ponerme en las manos de Esteve
sobre todo. Hay un momento en la representación que el narrador habla
sobre que cada actor moldea cual plastilina sus versos. En este caso, ha
sido Esteve con Pablo Viña quienes hemos moldeado y perfilado mi papel.
-Tenéis mucha confianza en que le gustará al público emeritense...
-Hemos sufrido mucho, porque hemos trabajado muchísimo.
Detrás de todo esto está nuestro director, que es un matemático de la
comedia. Es la primera vez que trabajo con él, no conocía su manera de
trabajar. Estoy deslumbrado y encantado. Es un despropósito de comedia,
llega al límite en casi todos los momentos, por eso ha sido tan duro
para nosotros porque estamos al límite todo el tiempo. Y por otro lado,
también es lo que nos hace disfrutar en el escenario. Es importante
también que nos lo pasemos bien, que no quiere decir que sea motivo para
que el público se lo pase bien, pero influye y es lo importante. Es un
despropósito, es una ralladura y creo que por eso gustará.
-¿El público se va a reír entonces?
-Me extrañaría que no lo hiciera. Espero y confío. Quiero
decir, el público es soberano y puede que nosotros pensemos que es
interesante y luego no sea así. Pero en este caso, no creo que eso
suceda. Creo que se lo va a pasar bien, y va a disfrutar.
-Lo conocemos por su faceta de actor, pero ¿alguna vez se ha planteado dirigir?
-No la verdad es que no. Bueno sí, rectifico. Es más estuve
estudiando dirección, pero en mitad del primer curso me di cuenta de
que no era lo mío. Me gusta, me atrae ese mundo, pero yo soy actor y es
donde yo me siento libre. Y realmente me siento feliz. No me veo
dirigiendo detrás de las cámaras.
-Teatro y televisión ¿con qué se quedaría?
-El teatro y la televisión son platos totalmente distintos
para los actores. Te enfrentas a los trabajos más o menos de igual
manera, eso sí. Pero a mí la televisión me gusta mucho, porque los
trabajos inmediatos me encantan y me llenan. La televisión es una
especie de olla a presión, que se hace, digamos, en cinco minutos. El
teatro es el típico puchero de la abuela, que se va haciendo poco a poco
en la lumbre, hay que dejado que se cueza y esperar. Pero es muy
placentero porque vas descubriendo cada día cosas. Lo que más me gusta
del teatro es precisamente eso, el proceso. El actor se enriquece y
humanamente es lo más interesante. Tratar con compañeros, con el
director, el equipo, todo eso te hace crecer como persona. Es increíble
lo que a nivel humano uno crece en el proceso de creación. Y esto lo
consigue el teatro. Pero en cuanto a gustos, el ritmo frenético de la
televisión me atrae mucho.
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