jueves, 15 de agosto de 2013

LA HORMA DE MI ZAPATO, Cartillas militares de la batalla de Bailén,./ DESAYUNO DE JUEVES CON Juan Gea Actor ,El público de Mérida nos ha brindado aplausos intensos»

TÍTULO: LA HORMA DE MI ZAPATO, Cartillas militares de la batalla de Bailén,.

El 19 de julio de 1808 el Ejército de Napoleón sufrió su primera derrota. Fue en Bailén y al lado de las tropas españolas, comandadas por el general Castaños, figuraba un regimiento suizo, de profesionales a sueldo, que ayudó a que los soldados franceses fueran vencidos. Antes de alistarse, los suizos se sometían a un examen en el que se hacía constar por escrito incluso la prominencia de su mentón. Ahora esos papeles, que desaparecieron en el siglo XIX, han sido rescatados por la Guardia Civil, que ha seguido el rastro de los documentos a través de una casa de subastas en Internet.
La Guardia Civil ha conseguido recuperar 84 documentos que atestiguan la participación de tropas suizas en la Guerra de la Independencia española de 1808. Los papeles se hallaban en poder de una persona que los ofrecía para su venta a través de una web especializada en la comercialización de este tipo de objetos. Los agentes sospecharon que los escritos podían pertenecer al patrimonio del Ejército de Tierra y los requisaron. Los precios de los documentos oscilaban entre los 200 y los 3.000 euros, dependiendo del juego de la oferta y la demanda.
Los papeles acreditan la intervención del 'Regimiento de Kayser Tercero de Suizos' en la contienda. Estos soldados estuvieron a las órdenes de la Corona española y descollaron por su presencia en la batalla de Bailén. No solo lucharon en este combate, también se batieron el cobre contra las tropas franceses en Cardedeu, Valls y Tarragona.
La documentación aparece estampada con el membrete del regimiento y en ella se consigna de manera manuscrita el nombre, la edad, el lugar de nacimiento, el nombre de los padres y el aspecto del combatiente, que debía prestar juramento de fidelidad a la monarquía. «Frente realzada, ojos garzos, boca grande». Éste es el retrato del soldado Josef Wera, cuya fisonomía se relataba con minuciosidad para que, en caso de que cayera en combate, la víctima pudiera ser identificada.
Las pesquisas comenzaron a comienzos de año, cuando miembros de la Guardia Civil investigaban el comercio ilícito de bienes culturales. Fue entonces cuando conocieron que en internet se vendían en una página para coleccionistas los documentos de carácter militar.
Los investigadores presintieron enseguida que los papeles podían formar parte del patrimonio documental del Ejército de Tierra. Así las cosas, solicitaron un informe a la Subdirección de Estudios Históricos del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra. Los expertos recelaron del origen de los escritos e informaron a la Guardia Civil de que la documentación fue robada muy probablemente después de 1809.
Las primeras indagaciones condujeron a la provincia de Cádiz, donde residía el titular de la web que poseía los documentos que incautó la Guardia Civil. El anticuario desconocía que los papeles habían sido objeto de expolio, y él los había adquirido de forma legal. No en vano, los 84 documentos habían estado en manos de los familiares de un historiador de Sevilla, ya fallecido. Tras su muerte, los allegados pusieron a la venta la colección a través de un anticuario, quien a su vez los comercializó por su cuenta.
El regimiento de Kayser fue una de las seis últimas unidades suizas al servicio de la Corona española. Tiene su origen en la capitulación firmada en 1742 por Felipe V, el primer monarca español de la casa de Borbón, con el cantón suizo de Schwyz, de donde era originaria la ilustre familia Reding. En Andalucía fueron dos los regimientos Reding. Uno luchó del lado francés, al mando de Carlos Reding, que se había pasado al Ejército galo, seguramente seducido por el prestigio y las mejores oportunidades que brindaban las tropas napoleónicas. Por su parte, junto a los españoles combatía el regimiento de Nazario Reding. Los dos eran hermanos del gobernador militar y corregidor político de Málaga, Teodoro Reding, artífice de la primera victoria en la batalla de Bailén.
La Guardia Civil subraya que la ley de patrimonio histórico establece que «forman parte del patrimonio documental los documentos de cualquier época generados, conservados o reunidos en el ejercicio de su función por cualquier organismo o entidad de carácter público».
Seguramente su cara le es más que familiar. Lo reconocen por haber compartido su sobremesa enchufando el televisor. Participar en series diarias tiene eso, ser uno más en el hogar de sus miles de seguidores. Para algunos Carranza en 'Bandolera', para otros Víctor Ambrús en 'Amar en Tiempos Revueltos'. Ahora, Agamenón en 'Hécuba'. Juan Gea regresa diez años después a la capital autonómica, bajo la dirección de José Carlos Plaza y en compañía de Concha Velasco.
-¿Cómo fue el estreno?
-Una maravilla, hacía diez años creo que no venía aquí. Y volver aquí y tocar esas piedras, parece que es un tópico, pero que es real. Para nosotros los actores venir aquí y estar en un teatro de dos mil y pico años, donde seguramente los autores que nosotros representamos han estado, y tocar esas piedras, es un misterio y es un respeto. Y luego ver cuando sales fuera todo ese público, la sensación que tienes es que te han premiado.
-Tarda en entrar en escena, ¿qué piensa o hace en esos momentos?
-Es curiosa la pregunta. Cuando ensayábamos estamos todos pendientes de la tragedia, y Agamenón salía hundido. José Carlos Plaza me decía que Agamenón tenía que salir fuerte y victorioso. Claro yo me estaba imbuyendo de tanta tragedia, que no podía salir como tiene que ser mi papel. Procuro estar preparado, vestirme poco a poco, moverme mucho porque creo que Agamenón fue una persona activa. Me preocupo en pensar en cualquier historia, entretenerme en cualquier conversación para no tener la tragedia en la oreja. La tragedia es de las esclavas, las cautivas y de Hécuba. Agamenón es vencedor, y viene contento con ganas de irse ya de allí, y volver a su hogar. No es una concentración, al contrario. Intento que cuando salgo sea otra película.
-¿Cómo se ha preparado su personaje?
-Como siempre, que crees que los conoces y no los conoces. Vas poquito a poquito. He estado leyendo. Me he leído la obra de Agamenón, las 'Troyanas', vi la película de 'Troya' para meterme en la historia, porque ya no me acordaba. Son tantos nombres, tantos dioses, tantas historias, que es un lío. A través de lo que leí, entendí como podía ser un poco este personaje. Avasallador, sensual, le gusta el vino, las mujeres y vencer. No es un hombre muy inteligente, es un estratega, un militar. Pero no lo metas en discusiones filosóficas porque le incomoda. Cuando Hécuba le habla, como que le molesta. Luego con las formas y vestuario lo vas complementando. Es siempre un misterio. Desde cuando empiezas, en la primera lectura que es algo muy neutro, hasta que sales al escenario que puede ser para bien o para mal, con mejor o buen resultado, se va produciendo unos saltos, y el último se produce casi cuando vas llegando al estreno, en el ensayo general. Y no sabes lo que pasa, llevas tanto tiempo preparándolo que el día del estreno te sale de dentro, y es algo maravilloso.
-Imagínese, sale al escenario y se queda en blanco, ¿cómo se sale de esas situaciones?
-Qué Dios te asista. Nunca sabes por donde puedes salir. Hay veces que te quedas callado y compañeros te echan un capote, y otras veces no te lo pueden echar. Gracias a dios no pasa demasiado pero, si te pasa, que me venga la inspiración es lo que piensas. También sucede que si te pasa una vez en teatro, estás un montón de días que se acerca el momento y aunque lo tengas claro, estás temblando. Y piensas, ya verás como vuelvo a caer otra vez. Eres dueño de tus acciones, tienes que ser tú para bien o para mal. Tienes que salvarte o hundirte.
-¿Cómo ha sido la aceptación del público estos días?
-Cualquier día. El día del estreno sabes que las óperas van aplaudiendo. Si paraban de aplaudir era porque ya no salíamos. Han sido minutos largos de aplausos, que recibes con muchísima emoción, sumado al respeto y premio de estar aquí. Ves todo eso lleno y te mueres del gusto. Piensas, me quedaría aquí toda la temporada.
-Teatro, televisión... ¿con qué se queda?
-La cuna, la parcela y el territorio del actor digamos que es el teatro. Es donde tienes más espacio para ensayar, para buscar, para hacer un personaje. Una vez se abre el telón eres dueño de tus actos. Para bien o para mal, si te equivocas pues has metido la pata tú, si sale bien eres tú. No hay nadie que te corte y diga «vamos a repetir». Es un riesgo, y entonces tiene unas formas distintas al cine o la televisión. El cine está muy bien. Tienes más oportunidades, el código es distinto, todo es más pequeñito, puedes matizar más que en teatro. Hay un tiempo de ensayo que está bastante bien, pero no dependen de ti. Y la televisión, pues no hay tiempo de ensayo prácticamente, no hay nada y no dependen de ti. Depende que la cabra que ha pasado haya salido bien en la toma y da un poco más igual. Entonces yo me quedo primero con el teatro. Pero los tres me encantan. En televisión, las series que he hecho, muchas diarias, eso es una guerra. Un montón de secuencias distintas, mucho estudio para el día siguiente. Me he acostumbrado a eso y esa guerra me divierte. El cine está ahí, algo apartado. Pero lo bueno que tiene la televisión es que luego haces teatro y mucha gente viene a verte. Porque te han visto en diferentes series, pero gracias a eso vienen al teatro.
-¿Comedia o tragedia?
-Las dos, me gustan igual. Tienes que disfrutar de las dos, pero sin emborracharte. Porque es muy fácil en la tragedia emborracharte del dolor y lo mismo sucede con la comedia.
-¿Hay algún personaje que quisiera interpretar en concreto?
-No tenía ninguno, me van gustando los personajes que van viniendo. No tenía un mito como cuando eres más joven, que tienes ganas de hacer un Tenorio o un Hamlet. Pero ahora me está apeteciendo mucho y creo que ya me acerco para poder hacerlo, el Rey Lear. Lo hice con Miguel Narros hace muchísimo tiempo, yo hacía de otro personaje, y ahora me gustaría hacer el Rey.
-¿Tiene otros proyectos en mente?
-Bueno ahora estamos con esta obra. Hay una serie, que estamos en descanso ahora, que se retoma en agosto para Telecinco, 'Dream dreams school', totalmente americana y está genial. Y después hay otra función con otro compañero, Fernando Conde, 'Un extraño encuentro'.

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