Sin quererlo o queriendo, las celebridades han traspasado la categoría de icono y han movido la silla a directores creativos, críticos, estilistas y diseñadores para convertirse, ellas mismas, en los verdaderos popes de la moda. Sin más ni menos credenciales que su estilo personal, se han aupado al Olimpo “fashion” sin ningún complejo. En el cajón de sastre (de diseño, eso sí) de las llamadas “it girls” cabe desde la realeza más tradicional hasta la “socialite” más diletante. Un selecto club en el que el clasismo queda terminantemente desterrado. La única regla no escrita es que ellas son las que mandan o, lo que es lo mismo, las que crean las tendencias, las transforman y, llegado el caso, las destruyen. Estas reinas del glamour marcan el paso a las firmas de moda y sientan las bases del “streetwear”. ¿Acaso existe un poder mayor? Pasen y vean... Desde la alfombra roja, “celebrities” de toda condición dictan lo que se llevará fuera y dentro de la pasarela. Actrices, “socialites” y princesas crean, transforman y destruyen, a golpe de flash, las tendencias que imitarán millones de fans. Desciframos las claves de su éxito.
TÍTULO; PROTAGONISTA, ANNA VON BOETTICHER “ DESCENDER A LAS
PROFUNDIDADES MARINAS ES COMO VISITAR LA LUNA”.
Anna von Boetticher: «Descender a las profundidades marinas es como visitar la Luna»
Con la ayuda de una bocanada de aire y el poder de su
mente, esta alemana, campeona del mundo de apnea, se mide cuerpo a
cuerpo con el mar
Mallorca le regala a Anna von Boetticher uno de esos
perfectos días de verano. Tal vez es un gesto de complicidad con esta
mujer que ha hecho, igual que la isla, del mar su elemento. El
Mediterráneo está en calma, una brisa fresca aplaca el calor. Es el día
ideal para navegar. A bordo de un velero, zarpamos para sondear algunos
de los misterios de esta mujer de 43 años que ha elegido medirse, cuerpo
a cuerpo, con la fuerza de los océanos.
Anna von Boetticher es una de las mejores del mundo en
apnea, la modalidad libre del buceo, esa que se practica a pulmón, sin
botellas de oxígeno, con la única ayuda de una buena bocanada de aire y
el poder de la mente. Sus marcas cortan la respiración: Anna es capaz de
aguantar bajo el agua seis minutos y 12 segundos. Más o menos el tiempo
que tardamos en ver una veintena de anuncios en la tele o en bailar un
par de veces el Gangnam Style. Tiene 23 récords de Alemania en distintas
modalidades y un récord del mundo en tándem, en el que logró alcanzar
una profundidad de 125 metros. La altura aproximada de un edificio de 30
pisos. Sin respirar, que nadie se olvide.
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