miércoles, 28 de agosto de 2013

CUANDO NO SE PONIA EL SOL / .FERRERA Y URDIALES, DOS TOREROS.


TÍTULO. CUANDO NO SE PONIA EL SOL.

Cultura

Cuando no se ponía el Sol

Cuando no se ponía el Sol

Sevilla acogerá una reunión científica del 23 al 27 de septiembre con motivo del V Centenario del descubrimiento del Pacífico por Vasco Núñez de Balboa

La mayor reunión científica sobre el Pacífico se celebrará en Sevilla del 23 al 27 de septiembre y dará cita a historiadores de Europa, Asia y América con motivo del V Centenario del descubrimiento del Pacífico por Vasco Núñez de Balboaque, conforme al histórico aserto, hicieron que en España no se pusiera el Sol.
El congreso internacional, que se celebrará bajo el epígrafe de «El Pacífico, 1513-2013. De la Mar del Sur a la construcción de un nuevo escenario oceánico», es fruto de la alianza científica y cultural entre las tres principales instituciones americanistas de Sevilla, su Universidad, la Escuela de Estudios Hispano-Americanos (CSIC) y Archivo General de Indias.
Precisamente, el histórico edificio del Archivo de Indias acogerá, de forma paralela, la exposición titulada «Pacífico. España y la aventura de la Mar del Sur», organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Acción Cultural Española y que ya ha podido verse en la ciudad cacereña de Trujillo.
La exposición, con piezas originales, paneles y audiovisuales, se dividirá en cinco bloques: «Un mundo incompleto»; «América, el continente inesperado»; «El descubrimiento de la Mar del Sur»; «La exploración del Océano Pacífico»; y «De la estela al camino: el Pacífico, puente entre continentes».

Presencia cultural

Santiago Bernabéu, investigador del CSIC y coordinador del Congreso junto a la profesora de la Universidad de Sevilla Carmen Mena, ha dicho a Efe que se trata de la mayor reunión científica sobre el Pacífico y que las 135 ponencias que serán presentadas abarcan los últimos cinco siglos, con asuntos de actualidad, como los problemas medioambientales de la zona.
Habrá ponencias sobre galeones hundidos, sobre piratería, sobre estudios de ADN, sobre los intérpretes en épocas históricas -se trata de la zona del mundo con más idiomas vivos, e históricamente hubo varios idiomas en una sola isla- y sobre la pervivencia de la cultura y las costumbres españolas en el Pacífico, denominado por historiadores americanos como «El lago español».
Bernabéu ha destacado que en Taiwan en la actualidad se están excavando y rehabilitando dos antiguos fuertes españoles que estuvieron en servicio durante 35 años y que, aunque las que perduran en la memoria como españolas son las Filipinas, la presencia de España también fue duradera en las Marianas, en Palaos y en otros archipiélagos.

Influencia en el «Mar del Sur»

En numerosas islas se conservan antiguas ermitas, fortines, cementerios y otros vestigios españoles, como la toponimia de accidentes geográficos e incluso de islas, como la del Espíritu Santo, cuya denominación resistió a posteriores cambios de nombre de franceses u holandeses.
La presencia española en aquellas aguas fue permanente desde finales del XVI hasta 1812, periodo en el que el denominado Galeón de Manila, las cruzaba una o dos veces año para llevar a España especias, marfiles, muebles y textiles, en una ruta que se hacía tocando puertos de México y Perú, ya que hasta finales del XVIII no se abrió para los españoles la ruta del Cabo de Nueva Esperanza.
Las relaciones de España con Siam, con la India y con Indochina, y las embajadas efectuadas con aquellos lugares también serán analizadas en el Congreso, que tendrá dos vertientes paralelas, «la de Filipinas y el mundo oriental, y la americana de los países con ribera en el Pacífico», según Bernabéu.
El coordinador del Congreso ha advertido de que, aunque Balboa fue el primer occidental que vio el Pacífico e incorporó el entonces denominado Mar del Sur, la reunión «no será sobre Balboa sino sobre el Pacífico, que sigue siendo muy desconocido» históricamente, salvo en lo que se refiere a los primeros viajes, como el de Magallanes.

TÍTULO:  FERRERA Y URDIALES, DOS TOREROS.

Ferrera y Urdiales, dos toreros 
Se cumplieron casi todos los ritos como en un guión prescrito. Victorino cerró Semana Grande con una corrida variada, compleja y viva. Diego Urdiales se esmeró al torear de capa. Nadie lo había hecho a la verónica en toda la semana con tanta pureza como él en el segundo toro de corrida. El propio Diego toreó de muleta con la mano izquierda, con temple, pureza clásica y asiento. Y sin escatimar: tandas de cinco y hasta seis.
No se sabe por qué razón -¿el cambio climático del segundo domingo de fiestas en Bilbao.?-, el cielo se puso gris, y el día, triste. Y llovió todo lo que no había llovido en los últimos diez días. No había llovido nada y tampoco fue para tanto. Y dos cosas más, que se salieron del común. Dirigió la banda el maestro Juanjo Ocón, segundo director invitado este año a los toros , y la banda sonó de maravilla. El repertorio habitual de Bilbao, pero brioso, afinado, acoplado.
En los balconcillos de Vista Alegre se sientan taurinos melómanos, las dos cosas, y cuando la banda cerró el pasodoble de arrastre del quinto, se volvieron hacia los músicos y aplaudieron. Ocón saludó tímidamente. No sabría que le estaban escuchando. O pensaría que las palmas son en los toros premio exclusivo de los toreros.
Y de los toros bravos. Los hubo en la corrida de Victorino, pareja, bella, bien hecha, en tipo, astifina. No hubo alimañas. Ya hace tiempo que no.
No solo Urdiales, tan virtuoso con el capote a la verónica -los seis lances más bellos de la semana, los de mejor cadencia- como puro en una tanda ligada con la zurda. ¿La mejor de la semana con permiso de Perera, El Juli y Alberto Aguilar? Además de Urdiales, Ferrera.
Ferrera en estado de gracia. Le sale todo, encuentra toro en todas partes, se vacía con el que sirve y con el que no, porque de pronto parecen servirle todos. Y los saltillos de Victorino parecen venirle como anillo al dedo. No sufre, no se atraganta. Y rompe con esa epidemia de monotonía que ha pasado a ser en el repertorio moderno de muleta como una nube tóxica. También Ferrera se estiró de capa en los lances de recibo, jugó los brazos, se encajó, le cambió al primer toro terrenos, acertó a soltarlo tiempo, lo lidió con criterio Y al cuarto, que asomó fiero, lo mismo y mejor: cinco lances amplios en los medios, de capote muy volado, traído el toro por delante, bien librado, y una media estupenda. Con Ferrera se vivieron, de acuerdo con el guión imaginado, dos tercios de banderillas bastante brillantes: cuarteos, reuniones de dentro afuera y de poder a poder, ataques en tablas, un cambio con recorte y salida por delante dedo en ristre hasta dejar al toro firmes.
Ese fue el cuarto de corrida, pronto y repetidor, de largo viaje por la mano izquierda. Y por ella fue casi entera una faena de Ferrera de gran descaro, segurísima en los enganches, firme en la ligazón. Sin una sola ventaja. De fondo la banda de música: el 'Camino de rosas' de José Franco. Público volcado, porque Ferrera ha ganado hasta en eso, en la manera de llegar a la gente. La estocada asomó. Atravesada. Un descabello. Una vuelta al ruedo bien ganada.
De garbo parecido, y de idéntica autoridad, había sido la primera faena de esta corrida que se jugó con tiempos ligeros porque los toros se movieron y no perdieron los toreros el tiempo. Cuando el primer toro respiró picante -la casta-, se impuso el Ferrera de poder. Cuando el toro se tranquilizó, un poquito de jugar al toro. Dos pinchazos, media. Un gusto ver a Ferrera con tal desparpajo. Una cornada apenas curada y de hace solo diez días. Y parecía andar por Bilbao de compras, de paseo o de potes. Eso es, en un torero, sitio. Lo que se ponga por delante.

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