Ventas como las de Falcao, Soldado o Negredo permiten mitigar las deudas de los clubes.
Deportes
La Liga se lanza a hacer caja
Ventas como las de Falcao, Soldado o Negredo permiten mitigar las deudas de los clubes
Los grandes de Europa y los nuevos ricos han
olido la necesidad de los participantes en la, cada vez menos, Liga de
las Estrellas y decidieron lanzar este verano sus tentáculos en España e
invertir sus millones en jugadores destacados de un campeonato con
ganas de hacer caja a la espera de tiempos mejores
Por encima de cualquier cosas, los clientes
extranjeros han comprado los goles de la Primera División. Sabedores de
que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo están por encima del bien y del
mal, apuntaron a los siguientes escalones de la lista de artilleros de
la última temporada. Eso sí, pagados a precio de oro, salvo en el caso
de Fernando Llorente, en el que la Juventus aprovechó la falta de
acuerdo entre el Athletic de Bilbao y el jugador para hacerse sin coste
alguno con el riojano. El Atlético de Madrid no tardó mucho en traspasar
al recién ascendido Mónaco a Radamel Falcao, el único que discutía el
reinado de los astros del Madrid y del Barça.
El multimillonario empresario ruso Dmitri
Rybolovlev ha querido hacer del colombiano su piedra angular para
devolver al equipo monegasco a la primera línea del fútbol continental.
Los sesenta millones pagados a los colchoneros convirtieron al Tigre en
el traspaso más jugoso de la Liga. De todas formas , el Atlético podría
no parar. Las últimas informaciones desde Inglaterra apuntan al interés
por Diego Costa del Liverpool, que estaría dispuesto a pagar 25 millones
por el brasileño pero que dejaría a Simeone sin uno de sus hombres más
importantes.
Por otro lado, los dos máximos goleadores
nacionales del pasado campeonato, Negredo y Soldado, han puesto rumbo a
tierras británicas. El sevillista se incorporó al Manchester City,
mientras que el valenciano se marchó al Tottenham -los Spurs podrían
contar con cien millones si el Madrid fichase a Bale, de los que parte
servirían para pagar los 30 que deberá abonar por Soldado- entre un
fuego cruzado de declaraciones acusadoras del jugador y el presidente
che.
TÍTULO: NOVELA NEGRA ALEJADA DE LA LITERATURA MCDONALD,.
En
el norte de Gran Bretaña, en un escenario dominado por la devastación
industrial propiciada por las políticas privatizadoras de Margaret ...
Novela negra alejada de la 'literatura McDonald'
David Mark publica en España 'El
oscuro invierno', una historia con tres crímenes que tendrá que
esclarecer un policía tímido y apocado
En el norte de Gran Bretaña, en un escenario dominado por
la devastación industrial propiciada por las políticas privatizadoras de
Margaret Thatcher, se desarrolla la novela de David Mark, autor de 'El
oscuro invierno' (Siruela). Escrita con mimo artesanal, la novela es
obra de un periodista avezado en el género de sucesos y muestra las
dotes de Mark para urdir una historia alejada de la 'literatura
McDonald', de «consumo rápido y barato».
La novela tiene como protagonista al sargento escocés
Aector McAvoy, un hombre fornido, diestro con los ordenadores y casado
con una gitana, una muchacha menuda procedente de un clan de cómicos
ambulantes. McAvoy, tímido y apocado, escapa del arquetipo de sabueso
con olfato infalible. Le adorna un acendrado sentido del deber y una
bonhomía amable, lejos de esos detectives que son tan odiosos como los
asesinos en serie a los que persigue.
McAvoy es el único hombre capaz de hallar una conexión
entre tres asesinatos y seguir la pista de un desalmado de espantosos
ojos azules. 'El oscuro invierno' es la primera novela de una saga que
en el Reino Unido ya ha vendido 100.000 ejemplares. En la novela suceden
tres crímenes, los tres muy diferentes entre sí, aunque todos
concatenados por el invisible hilo de la ciudad de Hull. McAvoy tiene
que atar cabos. El escritor muestra una habilidad especial en insuflar
autenticidad a sus personajes, entre los que destaca la jefa de McAvoy,
quien no descuella precisamente por su encanto y simpatía.
Son muchos los maestros de la novela negra que han nutrido
la prosa de Mark. El británico se siente tributario de todos los que
«persiguen la belleza en la palabra y los que emplean su tiempo en hacer
un producto verdaderamente trabajado, casi con artesanía y con poesía».
Periodista de sucesos
Como periodista de sucesos David Mark ha frecuentado la
compañía de policías, un gremio compuesto por gente corriente,
circunstancia que ha querido reflejar en su obra, una 'opera prima'
considerada por el periódico 'The Guardian' como «prometedora».
La historia arranca poco antes de Navidad, cuando un
anciano que cuarenta años antes ha sobrevivido a un naufragio muere
mientras recrea la tragedia para la televisión. Al mismo tiempo, una
niña es apuñalada hasta la muerte en una iglesia. McAvoy tropieza con el
asesino, y ya no olvidará jamás sus ojos acuosos y azules. Poco
después, un borracho arde en el sofá de una casa que no es la suya.
Demasiados sucesos truculentos, demasiada violencia junta para un pueblo
tranquilo como Hull.
Lamenta David Mark la proliferación de novelas 'kleenex',
de usar y tirar, literatura de poco vuelo que ha crecido con los
dispositivos electrónicos. «Todos estos artefactos van en detrimento de
los filtros de calidad, porque se consume en función del precio y de lo
que es barato descargar». A su entender, sería bueno que las grandes
compañías tecnológicas como Amazon, «en lugar de intentar vender muchos
libros a precio muy bajo, orientaran un poco al lector y le indujeran a
reflexionar para que no todo se base en el precio y el consumo rápido».
«Mi obsesión está en buscar la autenticidad, es mi manía»,
dice este escritor, que dice ser admirador de las novelas de Manuel
Vázquez Montalbán.
La segunda novela de la saga ya ha sido publicada en su
país con el título 'Original Skin' y aborda el espinoso asunto de las
bandas juveniles y otros acontecimientos que se desencadenan con el
suicidio de un adolescente. El argumento se entrevera con intrigas
políticas y el intercambio de parejas en un ambiente de promiscuidad.
Para Mark, el éxito del género negro obedece a que apela a
ciertos tabúes arraigados en las personas, «a los demonios oscuros que
llevamos dentro». En este sentido aduce que aunque personalmente le
gusta mucho la literatura clásica, «no hay nada comparable a estar
enganchado a una buena novela con crímenes de por medio.»
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