Eugenia Silva,.Modelo española entrevista,.
ugenia Silva (Madrid, España, 13 de enero de 1976) es una modelo española. Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Modelo 10
Eugenia Silva: "No me gustaría casarme, pero sí ser madre"
La modelo charla con Rosa Villacastín en esta sincera entrevista.
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La entrevista
Eugenia Silva es una belleza de mujer que no ha perdido el sentido común pese a su estatus profesional, lo que demuestra que para triunfar y mantenerse hay que tener algo más que un cuerpo diez. Eugenia, nueva imagen de Garnier, es sensible y solidaria. Vive una soledad elegida. Emprende proyectos diferentes, que le permiten conocer gentes y diversificar sus inquietudes, que son muchas.
-¿Las modelos que perduran son las que tienen la cabeza bien amueblada?
-En esto entran muchas cosas en juego. Por ejemplo, para mí, durante muchos años, el trabajo era mi prioridad, hasta que me di cuenta de que no vivía. Tenía la sensación de que había algo que estaba perdiéndome.
-¿Es cuando decide recuperar el tiempo perdido?
-Así es. Y lo he recuperado con creces. Ahora tengo una vida privilegiada que me permite compatibilizarlo todo.
La top model internacional Eugenia Silva pasó ayer unas fugaces horas en Madrid. Dos shooting de revista para números de verano, presentación de una nueva coloración de Garnier, fotos, fotos y más fotos, y una entrevista con Trendencias Belleza.
Confieso que verla trabajar corriendo sobre tacones de más de 10 cm de lado a lado, siempre con una sonrisa y con un cuerpo que te deja con la boca abierta es alucinante. Con looks de fiesta, con mini shorts, tops… looks de verano en una tarde de primavera en Madrid y ella siempre perfecta, con su vientre plano envidiable y su melena protagonista junto con su sonrisa. Confieso, Eugenia Silva te mira, y te desmonta.
La entrevista se realizó en los jardines del Museo Romántico, un lugar ideal, tranquilo, como si Madrid no estuviera tras las puertas y sólo la fuente y los pájaros fueran protagonistas. Como las periodistas, sabe cuándo se levanta y dónde, pero no donde va a acabar la jornada ni cuándo.
Esta mañana a las 7 rodaje de nuevo y viaje a Londres para trabajar para Marks & Spencer. ¿Quién dijo que el trabajo de una modelo era fácil?
- Eugenia, tu proyecto con Pikolinos se enmarca dentro de la moda con conciencia social, del lujo sostenible que tanto es protagonista ahora. ¿Cómo lo ves?
- Eugenia, ¿cómo consigues saber en qué ciudad estás?
A mi me pasa como a vosotras, las periodistas. Cuando salgo de casa me llevo una bolsa con mis cosas porque no sé cómo irá la jornada.
- Una de las señas de identidad tuya es la melena, impresionante. ¿Cómo lo cuidas con tanto avión, tanto rodaje, plancha, secador?
- Ahora que llega el verano, ¿qué consejos nos darías para cuidarnos?
Y con la piel hago lo mismo. Si no tienes una mascarilla de rostro, coges por ejemplo la que uso yo, Ultralift de Garnier, te pones mucha mucha crema. Si tienes la piel muy seca se va a absorber muy fácil, pero sino al cabo de un rato con un pañuelo eliminas lo que sobra. Te va a quedar muy poco, no nos damos cuenta pero la piel necesita mucho la hidratación.
Son mis pequeños trucos, no hace falta tener 37 productos, con unos pocos muy buenos, cuatro, y una buena rutina, y sesiones como estas, te hacen la función de los otros.
Garnier Color Sensation
Durante la presentación de la nueva línea de coloración Color Sensation de Garnier, de la que Eugenia es imagen (y que pudistéis seguir en directo en nuestra cuenta de Twitter), nos contó además cómo fue el rodaje en Hamburgo del spot, y en quién probó la nueva coloración.
La víctima, su hermana, quien pensaba como muchas que volver al bol y pincel para teñir iba a manchar todo el cuarto de baño. Error, no gotea, fundamental a la hora de cubrir las canas. Además, trae novedades (desde su precio, 3.99 euros) a la investigación y la responsabilidad social, mucho menos plástico empleado en el nuevo producto.
Esta nueva gama se abre a platinos y rojizos, tan demandados hoy en día, son de textura cremosa, y tienen un fin, tal y como nos contó la directora de marketing de Garnier, Teresa Imaz,
La innovación ayuda a las mujeres modernas a evitar rutinas antiguas en el cuidado del cuerpo, hacen la belleza mas fácil.
Eugenia, ¡gracias! Y especialmente a Belén, de Garnier, que siempre está atenta a todo y más.
TÍTULO: El asesino de Newtown entró por la fuerza en la escuela de primaria
- Adam Lanza usó varias pistolas y un rifle semiautomático para matar a 27 personas, entre ellos 20 niños, antes de suicidarse,.
Adam Lanza, de 20 años, usó las armas de su madre para matarla en su propia casa antes de dirigirse al colegio,.
- Un joven mata a 20 niños y 6 adultos en una escuela primaria en Connecticut.
- Alrededor de las nueve de la mañana del viernes, Adam Lanza inició en su casa de Newtown (Connecticut) su macabra misión para vengarse del mundo y dejar para siempre su huella en la historia. Ninguna otra razón más precisa se ha encontrado aún para explicar este sangriento episodio en el que perdieron la vida 28 personas y que ha causado una conmoción particularmente profunda porque 20 de ellas eran niños menores de diez años.
Para abundar en la complejidad psicológica del asesino, su primera víctima fue su propia madre, Nancy, a la que mató antes de salir del domicilio y, paradójicamente, con las mismas armas que ella había comprado, registrado legalmente y guardado en su hogar con la esperanza, ahora irónica, de que le sirvieran para proteger la vida de su familia.
Vestido para matar, con ropa de fatigas y chaleco, cargó en el coche las armas –una pistola Sig Sauer, una Glock y un fusil semiautomático de uso militar- y se dirigió a la escuela de primaria Sandy Hook, en el mismo Newtown. ¿Por qué ese lugar? ¿Era esa la fuente de su tormento o, simplemente, un sitio como otro cualquiera para dejar su firma con sangre? Él fue alumno de ese centro en sus primeros años y es posible que todavía conociera a alguna gente allí. ¿Guarda esto alguna relación? ¿El objetivo de Adam era el entorno de su infancia o alguna disputa más reciente? Preguntas sin respuestas todavía.Llegó al parking de la escuela en pocos minutos. Dejó el fusil en el coche. Seguramente pensó que una pistola en cada mano, alimentadas por largos cargadores, eran suficientes para hacer el trabajo, y quizá de forma más sencilla. Llegó a la entrada del recinto antes de las 9 y media. Es posible que supiera que, pocos días antes, se había instalado en el lugar un sistema de seguridad que cerraba automáticamente todas las puertas a las 9 y media en punto y las mantenía así hasta la hora de la salida.
En todo caso, algo delató sus intenciones y no se le permitió el acceso al edificio principal. Tal vez su indumentaria o la expresión de su rostro desataron la alarma. Incluso es posible que, resuelto como debía de estar a actuar, llevara las armas a la vista, orgulloso de provocar el pánico con su sola presencia. La policía no ha esclarecido la situación, pero sí ha confirmado que Adam encontró resistencia al intentar entrar en la escuela.Por los relatos de los testigos y, a falta de confirmación oficial –la policía contaba con continuar, al menos, durante todo el día de ayer recolectando pruebas en las dos escenarios del múltiple crimen-, todo indica que se vivieron en ese momento y en ese lugar acontecimientos heroicos. Algunos profesores hicieron frente al criminal sin más armas que su valor. Uno de ellos ha contado que una de sus compañeras trató de contener la puerta con su propio cuerpo para impedir el avance del intruso, que la mató en el desigual forcejeo. Cinco adultos, además de la madre y del autor de la matanza, están en la lista de víctimas mortales.La directora de la escuela, Dawn Hochsprung, es una de ellas. Estaba a punto de empezar una reunión con sus colaboradores cuando se escuchó el jaleo. Rápidamente corrió hacia el lugar para averiguar lo que sucedía. La sicóloga del centro, Mary Sherlach, salió detrás de ella. Hasta dónde llegaron en el cumplimiento de su responsabilidad –una de ellas intentó conectar los altavoces del recinto para dar alerta y pedir auxilio-, cómo fueron exactamente las circunstancias en que cayeron, es aún un misterio, pero los cuerpos de ambas fueron encontrados más tarde en el pasillo que da acceso a las clases.Alguien, en alguna oficina del edificio, llamaba al teléfono de emergencias 911 alrededor de las 9 y media. Otros profesores, alarmados por los disparos y los gritos, trataban de proteger a los alumnos de cualquier modo, escondiéndolos en armarios, bajo los pupitres, entre sus propios brazos.
¿Por qué ese lugar? ¿Era esa la fuente de su tormento o, simplemente, un sitio como otro cualquiera para dejar su firma con sangre?Fui inútil para muchos de ellos. El asesino logró entrar en una clase y disparó a quemarropa contra todos los que encontró. Después se trasladó a otra aula, en la que aumentó la cuenta de cadáveres. Son imaginables los instantes de desesperación que debieron de vivirse entonces en una escuela en la que, como en todas, solo se escucha habitualmente el bullicio estimulante de los niños. Algunos se apiñaron junto a sus maestros, más obedientes que nunca. Otros buscaban escondites, como en un juego. Uno de ellos consiguió salir por una puerta trasera, y corrió y corrió y corrió hasta llegar a casi un kilómetro de distancia, donde fue recogido por un transeúnte.Quizá porque no encontró más objetivos fáciles a la vista o quizá por su munición o su energía se habían consumido, Adam disparó contra sí mismo la última bala. Cuando la policía llegó lo encontró ya tendido en algún punto de su recorrido. Todo duró alrededor de cinco minutos, según la memoria confusa de algunos testigos.Muchos padres, envueltos en sus ocupaciones diarias, recibieron las primeras noticias de la tragedia como hoy se conocen esas cosas, en las alarmas de sus teléfonos móviles o de sus ordenadores en el trabajo, aunque muy pocos podía imaginar la dimensión de lo sucedido.Cuando llegaron a la escuela, la encontraron rodeada por las fuerzas de la SWAT, con sus aparatosos uniformes y armamento. Entre éstas y los maestros, los alumnos fueron conducidos en filas hasta otro edificio más pequeño del recinto escolar. Fue allí donde los padres pudieron abrazar a sus hijos por primera vez y comprobar que, a ellos, esta vez, no les había tocado. La confusión, los llantos, el dolor, la desesperación, obviamente, lo inundaban todo. Es difícil saber si, en ese momento, es mayor la alegría por ver a tus hijos vivos o la amargura por la pérdida de tantos otros inocentes.
Ante la evidencia de la tragedia ya inevitable, los profesionales de la escuela y expertos en psicología se esforzaron por aliviar la pena de los supervivientes. Es difícil explicarles a niños de seis, siete u ocho años que es lo que había ocurrido. Padres y maestros intentaron tranquilizar a los niños, mientras la policía comenzaba a recoger pruebas y se aseguraba de que no había más víctimas.El tirador había actuado con dramática precisión. En este tipo de episodios, desgraciadamente frecuentes en Estados Unidos, suelen contarse muchos heridos, explicable por el caos de una escena como esta. Adam Lanza, en cambio, solo dejó uno. Dos de los niños muertos fueron aún subidos con vida a las ambulancias, pero murieron rápidamente en el hospital. El pistolero había sido certero, casi infalible, como si se hubiera entrenado durante mucho tiempo para esta ocasión.Se desconoce si fue así. Su madre era aficionada a las armas, y se sospecha que, en alguna oportunidad, había llevado a sus dos hijos a los ejercicios de tiro a los que ella solía acudir con cierta frecuencia. El otro hermano, Ryan, fue detenido en New Jersey por la policía, que, tan confundida como todo el mundo en un primer momento, creyó que podría tener alguna relación con la matanza. También el padre, Peter Lanza, divorciado de la madre hace varios años, fue interrogado, aunque no está considerado un sospechoso ni parece que tenga tampoco ninguna vinculación con el caso.Todo indica que se trata de un asesino solitario, como suele ocurrir en la mayoría de estas tragedias. Poco se sabe de Adam Lanza, como es natural. Es uno de esos personajes de los que hay poco que saber. Algunos de sus amigos o conocidos lo describen como un tipo extraño, diferente. Por supuesto, eso no explica nada. La gente diferente no va por ahí matando niños. Este es una de esos actos cometidos por un ser humano que no tiene explicación, como tantos.La policía trata de hacer, no obstante, una reconstrucción lo más precisa posible de los hechos. Una de las razones para ello es la descartar cualquier complicidad. Parece que no la hay, más allá de esa complicidad involuntaria de su madre al comprar las armas del crimen. Otra razón es la de tranquilizar a los familiares de la víctimas. Parece que las muertes inexplicables son aún más dolorosas que las demás. Triste consuelo. En el fondo, no hay mucho que investigar. La versión final del suceso no distará mucho de lo que sabe hasta hoy. En última instancia, este es un episodio con el que la gente de Newtown tendrá que lidiar en la monotonía de su vida cotidiana, y que las familias destrozadas por la pérdida de un hijo tendrán que afrontar en la intimidad de un hogar desolado para siempre.
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