viernes, 28 de diciembre de 2012

LA HORMA DE MIS ZAPATOS XABIER GABRIEL./ Leonardo Torres Quevedo,.

TÍTULO: LA HORMA DE MIS ZAPATOS XABIER GABRIEL:

XAVIER GABRIEL, LOTERO DE LA BRUJA:

Xavier Gabriel: 'La Bruja de Oro de Sort no es separatista'

Factura 70 millones desde Sort (Lérida) vendiendo lotería del Estado a toda España,.

Barcelona.- Si la Generalitat de Cataluña lograra la división de España en dos estados, Xavier Gabriel, el lotero de Sort (Lérida), que vende décimos por valor de 70 millones de euros al año, sería uno de los grandes perjudicados por la secesión. Y también moriría uno de los negocios más florecientes de su comarca.
Xavier Gabriel (55 años) es el dueño de La Bruixa d'Or’ (‘La Bruja de Oro’), la administración de loterías del Estado que más vende en España: 70 millones de euros al año. Se encuentra en la localidad de Sort (Lérida) y desde allí distribuye suerte a través de un sistema muy sencillo y seguro en Internet a toda España y a muchos españoles residentes en el extranjero. Su fama no tiene fronteras, ni en España ni en el mundo. El nombre de Sort, convertido hábilmente en ‘suerte’ por Xavier Gabriel, trae riqueza a la comarca y garantiza ingresos al Estado.
Sin embargo, su suerte podría cambiar. En una España dividida en dos Estados diferentes, Cataluña ya no formaría parte de la red de administraciones del Estado actual y ‘La Bruixa d’Or’ dejaría de vender décimos y billetes de los sorteos más populares del mundo, incluida la famosa Lotería de Navidad y su ‘Gordo’, el sorteo del Niño y otros hitos del azar que jalonan los 365 días del año. La popularidad de la lotería española, su fiabilidad en el sistema de sorteo y la histórica tradición de momentos de alegría desde que comenzó a dar premios en 1882, junto con la capacidad de marketing de Xavier Gabriel, han hecho que desde su administración inunde con décimos repletos de islusiones y esperanza los hogares de millones de españoles.
'La Bruixa d’Or', como las otras 659 administraciones de lotería nacional existentes en Cataluña, con una facturación total de más de 785 millones de euros se verían perjudicadas en un proceso de secesión. La Generalitat podría reforzar su maquinaria de loterías, pero difícilmente alcanzaría la difusión, resonancia y popularidad de la española.
Para Xavier Gabriel, España es quien mejor ha gestionado el concepto ‘suerte’, con la espectacularidad y resonancia que se obtiene con sorteos míticos, “que no han conseguido en Italia o Francia, aunque lo han intentado”.
Xavier Gabriel tiene su interpretación personal sobre las tensiones que está generando el desafío secesionista de Artur Mas. “Lo español, como lo catalán pueden tener en un momento dado sus discrepancias y hay que escucharlas todas y analizarlas. Yo pienso que si el catalán quiere un buen premio se fijará en una buena lotería. Y, en Cataluña, por mucho que queramos, nunca podremos tener una lotería que sea comparable con la española. Y, a la vez, España sabe todo lo que vende Cataluña. Por tanto, eso se traduciría en pérdidas y en premios menores. Eso no interesa a nadie”. El 'eso' es la palabra maldita de la ‘secesión’.
"'LA BRUJA DE ORO' NO ES SEPARATISTA"
A la pregunta de si la suerte es más generosa en un país unido, Xavier Gabriel señala: “Si estamos hablando de jugar a la lotería, cuantos más seamos, mejor. Cuando una cosa funciona y todos, al final, lo que queremos es progresar, lo que no podemos hacer es decir 'yo te fastidio por aquí y otro por allí'. A mí el Gobierno catalán, cuando le he hecho una reflexión sobre la manera de tratar a la gente, el nombre del pueblo [Sort] y la Lotería Nacional, el presidente [Mas] siempre me ha apoyado y me ha dicho: 'Lo que estás haciendo por tu comarca, por España y por todos, nos beneficia a todos. Tú sigue con lo que estás haciendo que lo estás haciendo bien'". Tampoco hay ningún español que me diga: '¿Por qué estas haciendo esto?'. Precisamente yo estoy recibiendo diariamente objetos, que no superan los 15 euros, que son detalles que te mandan los clientes: anchoas del Cantábrico o cosas desde Málaga. Eso quiere decir, que la gente no ve la lotería, o no ve ‘La Bruja de Oro’ como una bruja separatista. Esto no forma parte ni de nuestro juego, que es la lotería, ni de nuestro premio, que son los euros. Y los euros son exactamente igual para los catalanes que para el resto de los españoles.”

"LA SEPARACIÓN DE CATALUÑA DE ESPAÑA, UTÓPICO" Sobre la amenaza de separación de Cataluña del resto de España, Xavier Gabriel afirma que “esto es utópico, no creo que lo vaya a ver yo y no creo que lo vaya a ver ni mi hijo. Suponiendo que, por aburrimiento o por agotamiento, se llegaran a separar, eso no quiere decir que las Loterías fueran de Cataluña, los estancos fueran de Cataluña, todo fuera de Cataluña, porque es una gilipollez; porque entonces ambas partes demostrarían que no saben ni convivir ni vivir, ni pensar en sus hijos. Yo creo que lo que hay que pensar es en positivo, ser optimista y si hay cosas que no están bien, como por ejemplo si los catalanes consideran y demuestran que sus impuestos van a parar a otras Comunidades y salen perjudicados, hacen bien en reclamarlo y viceversa, pero yo creo que deben ser totalmente compatibles los españoles y los catalanes. Otra cosa es que los extremistas, tanto de un lado como del otro, no quieran oír hablar de la posibilidad de que la unión debería ser lo más viable, lo más bonito y lo más cómodo y lo más práctico y lo más beneficioso para todos. Aquí entramos en un campo de política, pero como yo soy lotero y no político, pues tampoco puedo ni quiero entrar más de la cuenta en este tema, por la sencilla razón de que Barcelona y Madrid son mis mejores clientes y mi objetivo es que lo sea también Extremadura, que hasta ahora no es de las que más me compran. Y estoy trabajando para que me compre más".
Xavier Gabriel considera que su negocio es un ejemplo que demuestra que la unión es beneficiosa. “No solamente lo tengo claro, sino que lo tengo clarísimo. Yo me siento muy querido por todos los españoles, de cualquier sitio”.
"LA LOTERÍA ES UN PATRIMONIO DEL ESTADO DEL QUE NO SE DEBE DESPRENDER"
Xavier Gabriel recibe peticiones de Lotería Nacional desde toda España –“incluso desde Suráfrica he recibido un sobre con el dinero dentro-, y también desde Alemania, Reino Unido, Italia o Francia, “donde se ha activado la subida en ventas, aunque no es un incremento brutal. Mi ilusión y mis ganas no es vender en el extranjero, sino vender a los españoles que están en el extranjero y al mismo tiempo y básicamente en la Península Ibérica, que es donde yo quiero vender”.
Xavier Gabriel tiene una cartera de 1.100.000 de clientes dados de alta en su web, a los que recuerda unas tres veces al año, a través de un correo electrónico, los sorteos que se avecinan. Y lo hace con imaginación y de forma divertida.
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“Para hacerse una idea del volumen de clientes con el que mantenemos contactos, diré que una caja de ahorros puede hacerlo de 400.000”, asegura. Para alcanzar el número de personas dadas de alta en la web, Xavier Gabriel recurre a métodos de márketing traídos desde distintos países, incluyendo sistemas virtuales para que sus clientes dispongan en su dispositivo móvil de una foto personal que recibe el abrazo de la famosa Bruja de Oro.
De las ventas totales, ‘La Bruixa d'Or’ tiene en España el 97 por ciento de sus clientes, “y en el extranjero, el 99 por ciento que nos compra son españoles residentes fuera”. Madrid y Barcelona encabezan las procedencias de las solicitudes de décimos de lotería, pero los encargos vienen de prácticamente cada pueblo del país.“Yo creo que lo que debo hacer es vender al máximo y ser fiel al cliente: sea catalán o gallego, valenciano o de donde sea”.
Xavier Gabriel es contrario al antiguo plan de privatización de la Lotería, que inició Rodríguez Zapatero y que ha frenado el gobierno del Partido Popular. “Sería como desprenderse de un patrimonio que tiene el Estado. Si el Estado se va desprendiendo de ese patrimonio, pues al final Grecia nos va a superar por todos lados. Lo que debe hacer cualquier Gobierno que esté ocupando el cargo, es reservarse la lotería porque es una fuente de ingresos que puede sacar de muchos apuros a medio y a largo plazo”.
"LA CRISIS SE VIO VENIR EN LA LOTERIA"
Sobre la crisis económica, Xavier Gabriel sostiene que “la gente es muy inteligente y consciente y, en consecuencia, obra con más prudencia y con menos euforia, lo que repercute, no solamente en los cines, en las compras o un restaurante, también en el juego o en la lotería”.
Xavier Gabriel ya veía la crisis “cuando Zapatero dudaba sobre si venía o no”. Con diez millones de clientes anuales, se sabe lo que viene. “Nos permiten ver cómo reaccionan cientos de empresas, por no decir miles. Sin ser ninguna persona que haga estudios de economía ni nada parecido, lo que tenemos es un fichero que nos deja ver la realidad. Y la realidad es que sigues dando premios importantes y no obstante no repercute en los porcentajes de incrementos que serían normales y eso te está indicando que algo está fallando. Revisas todo lo que estás haciendo, las promociones, los servicios, la atención al público, rehaces tu web y demás y ves que continúa habiendo un desgaste, por así decirlo. Entonces llegas a la conclusión de que la crisis es patente”.
Para Xavier Gabriel, su público fiel se aprieta el cinturón y ajusta en gastos: “La gente piensa ‘lo que no voy a hacer es comprar más’. El cliente que me compraba cuatro décimos y me decía ’aparte dame dos de los que tú quieras’. esos dos deja de pedírtelos. Pero, por otro lado, en lugar de cuatro te cogen tres. Y piensas: ‘Es que me está comprando la mitad’. Porque ese cliente, en lugar de comprar seis décimos baja a cinco o cuatro y te compra tres a ti y uno en otro lugar para ver si así tiene más posibilidades. Y por otro lado, el cliente que habitualmente compraba el grueso en otra administración en su provincia, ahora, como compra menos, pues tampoco te compra a ti".
Xavier Gabriel asegura que no ha descubierto ninguna tendencia o preferencia especial del público por alguna de las combinaciones numéricas posibles en este 2012. “Tenemos la suerte de que la gente quiere Lotería Nacional o lotería de ‘La Bruja de Oro’, y le da igual un 2, un 7 ó un 9. Esto es una gran ventaja a la hora de vender, pero eso no quiere decir que te llegue el cliente y te diga: ‘Oye tienes 4 décimos que acaben en 5’”.

Leonardo Torres Quevedo.

Leonardo Torres Quevedo (Santa Cruz de Iguña (Molledo), Cantabria, 28 de diciembre de 1852Madrid, 18 de diciembre de 1936) fue un ingeniero de Caminos, matemático e inventor español de finales del siglo XIX y principios del XX.

Nació el 28 de diciembre, conmemoración de los Santos Inocentes, en 1852, en Santa Cruz de Iguña, Molledo (Cantabria). Su padre, Luis Torres Vildósola y Urquijo, era Ingeniero de Caminos en Bilbao, donde ejercía de ingeniero de ferrocarriles. La familia residía normalmente allí, aunque también pasaban largas temporadas en el solar materno en La Montaña cántabra, sobre todo cuando el padre dirigió la construcción del puente del ferrocarril de Santander a Alar del Rey.1 Su madre fue Valentina de Quevedo y Maza y sus abuelos maternos José Manuel de Quevedo y Apolinaria de la Maza y Escalera. Los abuelos paternos fueron José Luis Torres Vildósola y Cayetana María de Urquijo, a pesar de lo afirmado por algunos de sus biógrafos,1 ya que aparece reflejado en la partida de bautismo.2 Durante su infancia pasó largas temporadas separado de sus padres debido a los viajes de trabajo. Por ello fue cuidado por las señoritas de Barrenechea, parientes de su padre, que le declararon heredero de sus bienes, lo que le facilitó su independencia futura.3
Estudió el bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de Bilbao, y más tarde fue a París, al Colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, a completar estudios durante 2 años (1868 y 1869).1 Por traslado del padre, se instala la familia en Madrid en 1870 y al año siguiente inicia sus estudios superiores en la Escuela Oficial del Cuerpo de Ingenieros de Caminos. Suspende temporalmente sus estudios en 1873 para acudir como voluntario a la defensa de Bilbao, que había sido sitiada por las tropas carlistas durante la Tercera Guerra Carlista.3 Una vez se levantó el sitio de Bilbao, el 2 de mayo de 1874, volvió junto a su hermano a Madrid, donde finalizó sus estudios en 1876, siendo el cuarto de su promoción.
Comienza a ejercer su carrera en la misma empresa de ferrocarriles en la que trabajaba su padre, pero emprende enseguida un largo viaje por Europa para conocer de primera mano los avances científicos y técnicos, sobre todo en la incipiente área de la electricidad.3 De regreso a España se instala en Santander donde él mismo sufragará sus trabajos e inicia una actividad de estudio e investigación que no abandonará. Fruto de las investigaciones en estos años aparece su primer trabajo científico en 1893. El 16 de abril de 1885 contrajo matrimonio con Luz Polanco y Navarro, en Portolín, y con ella tuvo ocho hijos (Leonardo y Julia murieron jóvenes, Luz, Valentina, Luisa, Gonzalo, Leonardo y Fernando).3 Trabajó en sus primeros transbordadores en 1887, y los presenta en 1890 en Suiza, aunque no fueron aceptados.1
Estatua a Torres Quevedo en el Museo de Aeronáutica y Astronáutica de España (2010)
En 1889 se instala en Madrid, participando de su vida social, literaria y científica.3 Presenta su "Memoria sobre las máquinas algébricas" a la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1895 presenta la memoria "Sur les machines algébriques" en un congreso en Burdeos y en 1900 "Machines a calculer" en la Academia de Ciencias de París.3
De las labores que en estos años llevaba a cabo el Ateneo se creará en 1901 el Laboratorio de Mecánica Aplicada, más tarde de Automática, del que fue nombrado director; el Laboratorio se dedicó a la fabricación de instrumentación científica. Ese mismo año ingresa en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, entidad de la que fue presidente en 1910. Entre los trabajos del Laboratorio caben destacar el cinematógrafo de Gonzalo Brañas, el espectrógrafo de rayos X de Cabrera y Costa, el micrótomo y panmicrótomo de Santiago Ramón y Cajal.
En 1902 presenta una memoria con anteproyecto de globo dirigible a las Academias de Ciencias de Madrid y París y en 1903 la patente del telekino. En 1910 viaja a Argentina con la infanta Isabel para proponer en el Congreso Internacional Americano la constitución de la Unión Hispanoamericana de Biografía y Tecnología Científicas.3 En 1926 apareció el primer fascículo de un Diccionario Tecnológico Hispano-Americano. En 1912 creó su primer autómata ajedrecista y en 1914 los "Ensayos sobre Automática".3
En 1916 se inaugura su transbordador sobre el río Niágara y el rey Alfonso XIII le impone la Medalla Echegaray; en 1918 rechaza el cargo de ministro de Fomento que le ofrece el Marqués de Alhucemas. En 1920 ingresa en la Real Academia Española, en el sillón que había ocupado Pérez Galdós, y pasa a ser miembro de la sección de Mecánica de la Academia de Ciencias de París. Fue también elegido presidente de la Sociedad Matemática Española, cargo que ocupó hasta 1924. Además en ese año creó su segundo autómata ajedrecista. En 1922 la Sorbona le nombra Doctor Honoris Causa y, en 1927 se le nombra uno de los doce miembros asociados de la Academia de Ciencias de París.3
Fue un decidido partidario del idioma internacional esperanto, que apoyó, entre otros lugares, en el Comité de Cooperación Cultural de la Sociedad de Naciones. Murió en Madrid, en plena Guerra Civil el 18 de diciembre de 1936, cuando le faltaban 10 días para cumplir 84 años.4

Obra

Aerostática

En 1902, Leonardo Torres Quevedo presentó en las Academias de Ciencias de Madrid y París el proyecto de un nuevo tipo de dirigible que solucionaba el grave problema de suspensión de la barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que dotaban de rigidez al dirigible por efecto de la presión interior.
En 1905, con ayuda de Alfredo Kindelán, Torres Quevedo dirige la construcción del primer dirigible español en el Servicio de Aerostación Militar del Ejército, creado en 1896 y situado en Guadalajara. Finalizan con gran éxito, y el nuevo dirigible, el España, realiza numerosos vuelos de exposición y prueba. Quizá la innovación más importante en este dirigible fue la de hacer el globo trilobulado, de modo que aumentaba la seguridad.
A raíz de este hecho empieza la colaboración entre Torres Quevedo y la empresa francesa Astra, que llegó a comprarle la patente con una cesión de derechos extendida a todos los países, excepto a España, para posibilitar la construcción del dirigible en el país. Así, en 1911, se inicia la fabricación de los dirigibles conocidos como Astra-Torres. Algunos ejemplares fueron adquiridos por los ejércitos francés e inglés a partir de 1913, y utilizados durante la I Guerra Mundial, en muy diversas tareas, fundamentalmente de protección e inspección naval.
En 1918, Torres Quevedo diseñó, en colaboración con el ingeniero Emilio Herrera Linares, un dirigible trasatlántico, al que llamaron Hispania, que llegó a alcanzar el estado de patente, con objeto de realizar desde España la primera travesía aérea del Atlántico. Por problemas de financiación el proyecto se fue retrasando y fueron los británicos John William Alcock y Arthur Whitten Brown los que atravesaron el Atlántico sin escalas desde Terranova hasta Irlanda en un bimotor biplano Vickers Vimy en 16 horas y 12 minutos.

Transbordadores

El Spanish Aerocar que atraviesa la Cataratas del Niágara. Concebido por Torres Quevedo, fue inaugurado en 1916 y aún hoy en día presta servicio.
La experimentación de Torres Quevedo en el área de transbordadores, funiculares o teleféricos, comenzó muy pronto durante su residencia en su pueblo natal, Molledo. Allí, en 1887, construyó en su casa el primer transbordador, al que llamó "transbordador de Portolín", para salvar un desnivel de unos 40 metros: de unos 200 metros de longitud y tracción animal, una pareja de vacas, y una silla a modo de barquilla.5 Este experimento fue la base para la solicitud de su primera patente, que solicitaría ese mismo año, el 17 de septiembre: un funicular aéreo de múltiples cables, con el que lograba un coeficiente de seguridad apto para el transporte de personas y no solo de cosas.5 Posteriormente construyó el denominado transbordador del río León, de mayor envergadura, ya con motor, pero que siguió siendo utilizado exclusivamente para transporte de materiales, no de personas.
Entre 1887 y 1889 solicitó el privilegio de la patente en otros países como Alemania, Francia, Reino Unido o Suiza.5 En 1890 presentó su transbordador en Suiza, país muy interesado en ese transporte debido a su orografía y que ya venía utilizando funiculares para el transporte de bultos, pero su proyecto fue rechazado, permitiéndose la prensa suiza ciertos comentarios irónicos. Este fue el primer estudio que se realizó para la construcción de un teleférico de montaña en el mundo, en la línea Klimsenhorn-Pilatusklum.6 Tras dicho fracaso decidió dedicarse a las máquinas algebraicas y en 1903 retomó sus proyectos, ya que el 15 de febrero de 1904 caducaba la patente.5 Preparó varios proyectos en San Sebastián y Zaragoza y en 1907, construyó el primer transbordador apto para el transporte público de personas, en el Monte Ulía en San Sebastián. El problema de la seguridad se había solucionado mediante un ingenioso sistema múltiple de cables-soporte, liberando los anclajes de un extremo que sustituye por contrapesos. El diseño resultante era de gran robustez, y resistía perfectamente la ruptura de uno de los cables de soporte. La ejecución del proyecto corrió a cargo de la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería de Bilbao, que construyó con éxito otros transbordadores en Chamonix, Río de Janeiro, etcétera.
Pero es sin duda el Spanish Aerocar en las cataratas del Niágara, en Canadá el que le ha dado la mayor fama en esta área de actividad, aunque desde un punto de vista científico no sea la más importante. El transbordador de 580 metros de longitud es un funicular aéreo que une dos puntos diferentes de la orilla canadiense del río Niágara y discurre sobre un remanso conocido como El Remolino (The Whirpool), se construyó entre 1914 y 1916 siendo un proyecto español de principio a final: ideado por un español, construido por una empresa española con capital español (The Niágara Spanish Aerocar Co. Limited); una placa de bronce, situada sobre un monolito a la entrada de la estación de acceso recuerda este hecho: «Transbordador aéreo español del Niágara. Leonardo Torres Quevedo (1852–1936)». Se inauguró en pruebas el 15 de febrero de 1916 y se inauguró oficialmente el 8 de agosto de 1916, abriéndose al público al día siguiente; el transbordador, con pequeñas modificaciones, sigue en activo hoy día, con ningún accidente digno de mención, constituyendo un atractivo turístico y cinematográfico de gran popularidad.

Radiocontrol: el Telekino

En 1903, Torres Quevedo presentó el Telekino en la Academia de Ciencias de París, acompañado de una memoria y haciendo una demostración experimental. En ese mismo año obtuvo la patente en Francia, España, Gran Bretaña y Estados Unidos.
El telekino consistía en un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas mediante ondas hertzianas; constituyó el primer aparato de radiodirección del mundo, y fue un pionero en el campo del mando a distancia, junto a Nikola Tesla. En 1906, en presencia del Rey y ante una gran multitud, demostró con éxito el invento en el puerto de Bilbao al guiar un bote desde la orilla; más tarde intentaría aplicar el telekino a proyectiles y torpedos, pero tuvo que abandonar el proyecto por falta de financiación.

Máquinas analógicas de cálculo

Las máquinas analógicas de cálculo buscan la solución de ecuaciones matemáticas mediante su traslado a fenómenos físicos. Los números se representan por magnitudes físicas, que pueden ser rotaciones de determinados ejes, potenciales, estados eléctricos o electromagnéticos, etcétera. Un proceso matemático se transforma en estas máquinas en un proceso operativo de ciertas magnitudes físicas que conduce a un resultado físico que se corresponde con la solución matemática buscada. El problema matemático se resuelve pues mediante un modelo físico del mismo. Desde mediados del siglo XIX se conocían diversos artilugios de índole mecánica, como integradores, multiplicadores, etc., por no hablar de la máquina analítica de Charles Babbage; en esta tradición se enmarca la obra de Torres Quevedo en esta materia, que se inicia en 1893 con la presentación en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Memoria sobre las máquinas algébraicas. En su tiempo, esto fue considerado como un suceso extraordinario en el curso de la producción científica española. En 1895 presenta la Memoria Sur les machines algébraiques en un Congreso en Burdeos. Posteriormente, en 1900, presentará la Memoria Machines á calculer en la Academia de Ciencias de París. En ellas, examina las analogías matemáticas y físicas que son base del cálculo analógico o de cantidades continuas, y cómo establecer mecánicamente las relaciones entre ellas, expresadas en fórmulas matemáticas. Su estudio incluye variables complejas, y utiliza la escala logarítmica. Desde el punto de vista práctico, muestra que es preciso emplear mecanismos sin fin, tales como discos giratorios, para que las variaciones de las variables sean ilimitadas en ambos sentidos.
En el terreno práctico, Torres Quevedo construyó toda una serie de máquinas analógicas de cálculo, todas ellas de tipo mecánico. Una de ellas es El Ajedrecista, presentado en la feria de París de 1914 y considerado el primer videojuego de la historia7 . En estas máquinas existen ciertos elementos, denominados aritmóforos, que están constituidos por un móvil y un índice que permite leer la cantidad representada para cada posición del mismo. El móvil es un disco o un tambor graduado que gira en torno a su eje. Los desplazamientos angulares son proporcionales a los logaritmos de las magnitudes a representar. Utilizando una diversidad de elementos de este tipo, pone a punto una máquina para resolver ecuaciones algebraicas: resolución de una ecuación de ocho términos, obteniendo sus raíces, incluso las complejas, con una precisión de milésimas. Un componente de dicha máquina era el denominado «husillo sin fin», de gran complejidad mecánica, que permitía expresar mecánicamente la relación y=log(10^x+1), con el objetivo de obtener el logaritmo de una suma como suma de logaritmos. Como se trataba de una máquina analógica, la variable puede recorrer cualquier valor (no sólo valores discretos prefijados). Ante una ecuación polinómica, al girar todas las ruedas representativas de la incógnita, el resultado final va dando los valores de la suma de los términos variables, cuando esta suma coincida con el valor del segundo miembro, la rueda de la incógnita marca una raíz.
Con propósitos de demostración, Torres Quevedo también construyó una máquina para resolver una ecuación de segundo grado con coeficientes complejos, y un integrador. En la actualidad la máquina Torres Quevedo se conserva en el museo de la ETS de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid.

Inventos pedagógicos,.

En los últimos años de su vida Torres Quevedo dirigió su atención al campo de la pedagogía, a investigar aquellos elementos o máquinas que podrían ayudar a los educadores en su tarea. Patentes sobre las máquinas de escribir (patentes n.º 80121, 82369, 86155 y 87428), paginación marginal de los manuales (patentes n.º 99176 y 99177) y las del puntero proyectable (patente n.º 116770) y el proyector didáctico (patente n.º 117853).
El puntero proyectable, también conocido como puntero láser se basa en la sombra producida por un cuerpo opaco que se mueve cerca de la placa proyectada, esta sombra es la que utilizaría como puntero. Para ello diseñó un sistema articulado que permitía desplazar, a voluntad del ponente, un punto o puntos al lado de la placa de proyección, lo que permitía señalar las zonas de interés en la transparencia. Torres Quevedo expresa así la necesidad de este invento: «Bien conocidas son las dificultades con las que tropieza un profesor para ilustrar su discurso, valiéndose de proyecciones luminosas. Necesita colocarse frente a la pantalla cuidando de no ocultar la figura proyectada para llamar la atención de sus alumnos sobre los detalles que más les interesan y enseñárselos con un puntero».
También construyó un proyector didáctico que mejoraba la forma en la que las diapositivas se colocaban sobre las placas de vidrio para proyectarlas.

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