Los premiados, con sus galardones, la noche del pasado sábado-foto.
TÍTULO: poesia noche buena:
NOCHE BUENA
Son hija y madre y las dos
Con frió, con hambre y pena
Piden en la noche buena
Una limosna por dios.
Hoy los Ángeles querrán
La madre a su hija decia
Que comamos hija mía
Por ser noche buena, pan.
Y al anuncio de tal fiesta
Abre la madre el regazo
Y sobre él aquel pedazo
De su entraña acuesta.
Al pie de un farol sentados
Piden por Amor de dios
Y pasan uno, pasan dos
Mas ninguno le da nada,
La niña con triste acento
___¿ Y nuestro pan? ___ le decia___
ya llega le respondía la madre
y llegaba el viento,
cuando por allí paso
Una mujer acertó.
Una limosna le echo
Recordando que perdió
Una niña como aquélla.
Ya nuestro pan ha venido
Grito la madre extasiada
Más la niña queda echada
Como un pájaro en su nido.
Llama, y llama. Desvarió,
Nada hay ya que le despierte
Esta helada y la muerte
Solo es un sueño con frió.
Al verla yerta, la levanta,
Y a la luz la atrae,
Se espanta, vacila y cae
Como plomo la niña muerta.
La madre de espanto llena
Del suelo a su hija levanta
Y en tanto un dichosa canto.
// esta noche es noche buena //
Es una fiesta que reune a la familia para cenar por la noche y regalos, y fiesta para los jóvenes y amigos etc,.
TÍTULO: LOS MISERABLES O EL FENÓMENO QUE VICTOR HUGO NO IMAGINO,.
En la omnipresente campaña promocional que rodea el estreno de 'Los Miserables', una de las apuestas de Hollywood de este año que ...
En la omnipresente campaña promocional que rodea el
estreno de 'Los Miserables', una de las apuestas de Hollywood de este
año que termina, el nombre de Víctor Hugo, autor de la novela de la que
parte la historia, aparece casi de soslayo, mucho después de la leyenda
que anuncia que se trata de «la adaptación del musical que han visto más
de 60 millones de personas». En efecto, la fuente original de la
historia -clásico fundamental del romanticismo francés- ha quedado un
tanto relegada bajo el neón del musical más exitoso de la historia del
género, que se estrenó hace ahora 28 años en Londres. El asunto ha sido
revestido de acontecimiento planetario: no en balde se trata del musical
que acumula la mayor cantidad de récords. Pasen y vean.
Para aquellos que no estén familiarizados con 'Los
Miserables' (el musical) hay que mencionar un nombre clave: el de un
británico que 'The New York Times' ha descrito como el productor de
teatro más poderoso del mundo, uno de los responsables de que los
musicales se hayan convertido en uno de los más grandes y lucrativos
espectáculos de la globalización. Hablamos de Cameron Mackintosh, quien a
principios de los ochenta ya había convertido 'Cats' en un fenómeno de
masas. Cuando escuchó por primera vez el álbum que los franceses
Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil's habían compuesto en 1978
basándose en la novela original de Víctor Hugo y que en 1980 había sido
representada en París, Mackintosh, con un olfato endiablado, acabó por
convencerse del potencial de la obra para el mundo anglosajón.
'Los Miserables' se estrenó por primera vez en el
Barbican Theatre, el 8 de octubre de 1985; de ahí pasó al Palace Theatre
el 4 de diciembre de 1985 y al cabo de 19 años, el 3 de abril de 2004,
se trasladó al que es su teatro oficial desde entonces, el Queen's
Theatre. Cuando la obra celebró su vigésimo primer aniversario en
Londres, se convirtió en el musical que más tiempo había estado en
cartel en el mundo entero, superando a 'Cats' en el West End londinense.
En enero de 2010, la producción del West End batió otro récord al
llegar a las diez mil funciones. La obra ha sido representada en 42
países y en 21 idiomas.
Quizás no haya una canción tan icónica en este musical
como el lamento melodramático de 'I dreamed I dream', que canta el
personaje de Fantine en el primer acto. Interpretada por actrices como
Patti Lupone o Ruthie Renshall -en la película la canta Anne Hathaway,
que tiene serias opciones de llevarse el Globo de Oro y el Oscar a mejor
actriz de reparto- se ha convertido en uno de los hitos del género
musical. La canción tuvo un 'revival' sonado en 2009 cuando Susan Boyle
-concursante desempleada de la versión inglesa de 'Operación Triunfo'
que se transformó gracias a las artes de los medios en una suerte de
Cenicienta del siglo XXI- la convirtió otra vez en un fenómeno de
ventas.
Gran Vía
En España, 'Los Miserables' llegó al Teatro Nuevo Apolo
en 1992, en una adaptación a cargo de José Tamayo y Plácido Domingo.
Eran tiempos en que el género no estaba asentado en nuestro país, y en
que la Gran Vía estaba lejos de ser un combinado entre una imitación de
Broadway y un monopolio de Inditex. Aquello es visto hoy como la semilla
de la burbuja del musical español de los últimos diez años.
Poco después de que el musical llegara a Broadway en 1987
y de que acaparara ocho premios Tony, Hollywood se hizo con los
derechos de la adaptación del musical, pero la producción no prosperó y
los derechos caducaron, volviendo de esta manera a las manos del
todopoderoso Mackintosh, que decidió emprender el penúltimo giro
lucrativo con el musical: hacer de la película una ópera filmada con
estrellas de Hollywood y con un director británico en alza: Tom Hopper
('El discurso del rey'). El propio director estima que «'Los Miserables'
es el gran himno de los desposeídos, tiene ese mensaje de que podemos
levantarnos unidos para mejorar las cosas, y creo que hay algo
inspirador en ello precisamente en el momento que estamos viviendo». Lo
cierto es que las revueltas parisinas de 1832 nunca fueron tan
populares. Ya saben, el pueblo unido jamás será vencido, sobre todo si
tiene detrás una producción apabullante.
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