domingo, 30 de diciembre de 2012

DE JEREZ DE LOS CABALLEROS A MÉXICO EN BUSCA DE UN SUEÑO / RECORDS DE TERREMOTOS,.

De Jerez de los Caballeros a México en busca de un sueñoTÍTULO: DE JEREZ DE LOS CABALLEROS A MÉXICO EN BUSCA DE UN SUEÑO.

Lo primero que sorprende al hablar con Jaime Martínez (Jerez de los Caballeros, 1989) es que conserva intacto su acento extremeño. En sus ...

Jaime Martínez en la plaza de
toros de Pachuca, en México.Foto,.

Lo primero que sorprende al hablar con Jaime Martínez (Jerez de los Caballeros, 1989) es que conserva intacto su acento extremeño. En sus palabras no hay ni rastro de su paso por México a pesar de que ha permanecido allí los últimos once meses de su vida. Sin embargo, sí que el país azteca ha calado en este joven novillero con picadores. Viste pantalón vaquero, jersey verde y un anorak con el que protegerse del frío. Pero además lleva consigo la ilusión de aquel que la había perdido y acaba de recuperarla, unida a la esperanza y los sueños de llegar a alcanzar su meta y la madurez que da la experiencia y el haber tenido que abrirse camino solo, en un lugar que no conocía y lejos de su familia y amigos.
La historia de Jaime es la de un joven de 23 años que lleva toda la vida luchando por su pasión, el mundo del toro. Se formó en la Escuela Taurina de Badajoz y vistió por primera vez de luces en 2006, debutando con picadores tres años después. Desde entonces, la crisis y las dificultades de los novilleros por la escasez de este tipo de festejos han hecho acto de presencia en su vida. Apenas ha podido torear pero jamás ha perdido la ilusión y las ganas de luchar.
Por ello no se lo pensó dos veces cuando, a través de un amigo, conoció al hijo de un ganadero mexicano de reses bravas que residía en Madrid y le pidió que hablase con su padre para que lo acogiese en su finca. En concreto, la vacada de Heriberto Rodríguez, cuyas reses pastan en la finca 'Cocinillas' de Apan, a poco más de 100 kilómetros de Ciudad de México. Este aceptó, aunque le dejó bien claro que lo único que podía prometerle eran las vacas de su hierro para tentar, a cambio de que le echase una mano en las labores propias del campo.
Con una maleta cargada de ilusiones viajó al país azteca el 9 de enero de este año. En principio, regresaría el 15 de marzo, pero finalmente no ha vuelto hasta el 3 de diciembre. Por fortuna, por una buena razón: las siete tardes que ha toreado en México, compartiendo muchas de ellas cartel con profesionales de la talla de Diego Ventura o los matadores de toros 'El Zapata' y Arturo Macías.
Hace casi dos semanas que Jaime Martínez regresó a Jerez de los Caballeros pero será por poco tiempo. El día 10 de enero volverá a tierras mexicanas donde en esta ocasión le espera una nueva etapa profesional cargada de buenas noticas. El padre de 'El Zapata', uno de los diestros más conocidos y reconocidos del país ha decidido apoderarle y dirigir su carrera en la próxima temporada. Es por ello que cambiará su residencia en Apan por una nueva en Apizaco y quién sabe si la posibilidad de tomar la alternativa.
El camino de Jaime Martínez no ha sido nada fácil. Cuando partió hace casi un año dirección México nunca antes había viajado solo tan lejos, a unos 9.000 kilómetros de su casa. Ni siquiera conocía al ganadero, que le recibió en el aeropuerto. Le llevó a su rancho y allí permaneció cuatro días solo, algo que no terminó de convencerle, por lo que pidió a la familia vivir en la ciudad, Apan, un municipio de unos 45.000 habitantes en el que lo han acogido como a uno más.
Uno más en Apan
«En el pueblo donde he vivido me conoce todo el mundo, incluso he entablado amistad con personas que no tienen nada que ver con el toro, pero a las que he conocido haciendo deporte o cualaquier otra actividad», recuerda Jaime Martínez. En Apan conoció a otro novillero con el que entrenaba. Su día a día estaba marcado por el entrenamiento físico, el gimnasio y el toreo de salón. «Cuando había saneamiento, herradero, tentadero o cualquier faena de campo íbamos a la finca. Así era nuestro día a día. Campo y entrenamiento», detalla.
En uno de los tentaderos de la familia Rodríguez, donde Jaime residía conoció a Curro Ortiz, un matador de toros que en la actualidad ejerce como apoderado y empresario. De hecho, era el encargado de gestionar la plaza de Apan. Después de verle le ofreció dirigir su carrera y ha sido el que ha hecho posible que el novillero torease sus siete compromisos.
El primero de ellos poco después de llegar. El 28 de enero en un festejo mixto en la localidad de Tepeapulco con el rejoneador español Diego Ventura y los matadores de toros Uriel Moreno 'El Zapata' y Jerónimo. Fue ovacionado tras lidiar a su ejemplar, de Torreón de Cañas. Para Jaime Martínez fue un día muy especial, sobre todo por compartir cartel con grandes figuras del toreo a caballo y a pie. Y eso le dio fuerzas para seguir adelante.
Luego llegarían más compromisos. En Apam, Huamantla, Boca del Río, Pachuca, Tecama... Compartiendo cartel en algunos con matadores de toros como Arturo Macías o con otros novilleros como él. «Desde que debuté con picadores llevaba toreando una novillada al año. La situación era muy complicada porque no me anunciaban, pero tampoco hacía campo y los empresarios y ganaderos no me hacía ya caso. Allí gracias a Dios se me han abierto las puertas y es por lo que voy a volver a México», explica el jerezano.
Son muchas las cuestiones que diferencian a un país de otro en cuanto a tauromaquia se refiere, pero también muchas las que asemejan ambas naciones. «Hay gente que sabe mucho de toros, otros que solo van a la plaza a hacerse ver. Algunas veces las plazas se llenan y en otras ocasiones no va nadie... Como aquí», detalla el extremeño, que reconoce que el toro es más bonito de cara aunque de menor volumen y que tiene el temple mexicano que hace que los muletazos duren más.
¿Ha cambiado su toreo?
Es frecuente observar como muchos toreros que viajan al otro lado del Atlántico se impregnan de torería mexicana. El caso más reciente es el de Alejandro Talavante. ¿Le ha sucedido lo mismo a Jaime Martínez?. El novillero jerezano reconoce que no, que lo que ha toreado allí ha sido en gran medida lo que llevaba aprendido de España.
Lo que ha podido captar ha sido aquello en lo que se ha fijado durante su estancia, lo que ha aprendido a base de observar. Es por eso de que cara a 2013, Jaime Martínez busque una persona que pueda echarle una mano, que le oriente, que le explique y que le ayude a crecer como torero.
«Curro Ortiz es muy buena persona pero a veces me sentía perdido en la plaza y necesitaba un profesional que me aconseje y me ayude porque al fin y al cabo yo soy novillero y quiero aprender y mejorar poqrue aún tengo fallos. Quiero ser mejor torero y creo que con las personas que voy a estar ahora voy a poder entrenar con esa seguridad», apunta el extremeño haciendo referencia a sus nuevos mentores, el matador Uriel Moreno 'El Zapata' y su padre.
Además es una familia que puede ayudarle no solo en los entrenamientos y a la hora de perfeccionar su toreo, sino que tienen fuerza para poner incluir su nombre en los carteles de las novilladas que se celebren en México. Además, tienen beunas relaciones con la Monumental de México, ubicada en la capital del país y son muy estrictos a la hora de la preparación de los toreros, por lo que cada día hay entrenamientos desde las siete de la mañana hasta las once. «Es un hombre muy disciplinado, que es lo que yo necesitaba», apostilla.
Antes de venir a España, Jaime Martínez apenas ha pasado dos semanas junto a sus nuevos mentores, por lo que aún no han hablado del planteamiento de su temporada 2013. Sin embargo, el jerezano reconoce que le gustaría tomar la alternativa en México. Puestos a pedir, desearía rodarse toreando festejos por el país, hacer el paseíllo en la Monumental en la feria chica, en verano, triunfar en la plaza y «si pudiera ser, ojalá» doctorarse en la temporada grande. «Lo que sí me gustaría es que fuese este año. A ver cómo se van dando las cosas».
De momento es tiempo de disfrutar de la familia y de las vacaciones de Navidad tras casi un año fuera de casa. «Mi madre es la que peor lo ha pasado, pero ella sabe que es lo que quiero. Le daría una alegría muy grande si le dijese que ya no quiero ser torero, pero es lo que me gusta y mi pasión. Vivo por el toro y ella lo respeta», cuenta el novillero extremeño.
La vuelta a Jerez de los Caballeros ha sido muy buena y esboza una sonrisa al recordar el cariño que le están demostrando sus paisanos estos días. «Tengo un pedazo de pueblo con una afición que me apoya muchísimo y que lo están demostrando. En Jerez todo el mundo me para, me pregunta y se alegra de mi buena experiencia», reconoce.
Y es que su experiencia no solo ha sido positiva por las siete tardes en las que ha hecho el paseíllo o los triunfos en los ruedos sino también por lo que ha puesto a nivel personal. Jaime Martínez opina que ha viajado solo por primera vez y que ha estado casi un año fuera de su domicilio y de su ambiente. «No fue fácil, le preguntaba a la gente en el avión si conocían Apan, estaba nervioso y tuve que adaptarme a otras costumbres, pero reconozco que ha sido bueno», matiza.
A pesar de que es frecuente ver la conflictividad de México en los medios de comunicación, Jaime Martínez no ha tenido ningún problema en este sentido y se ha encontrado acogido.
Aunque se encuentra bien en México, Jaime quiere triunfar también en España. En realidad, reconoce que le gustaría hacerlo en todos los países taurinos del mundo. Sabe que en América están las oportunidades para él, pero su intención es poder anunciarse también en Las Ventas esta temporada para presentarse como novillero.
De momento es solo un sueño, pero Jaime Martínez ya ha demostrado su valentía no solamente en los ruedos, sino también fuera de ellos. Porque para emigrar en busca de las ilusiones hace falta el valor de no mirar atrás para poder así caminar con paso firma hacia el futuro. Un futuro, en su caso, más que esperanzador.

TÍTULO: RECORDS DE TERREMOTOS,.

Desde 1973 se viene midiendo, de manera reticular, la actividad sísmica de España a escala global bajo criterios más o menos estandarizados. En los últimos años, sobre todo desde 2004, cada año, e incluso cada mes, alguna noticia sobre terremotos siembra el desasosiego. Europa ha sido el escenario de varios episodios. En España, el fenómeno ha tenido su reflejo con los seísmos de El Hierro y Lorca, donde se ha podido apreciar que el hombre vive en un planeta dinámico.
El año comenzó con fuertes temblores en el mundo. Los terremotos del 11 de abril de 2012 en Indonesia marcaron un nuevo récord: la sacudida de magnitud 8,7 ocurrió a lo largo de una falla horizontal. Nunca se habían registrado semejante violencia en zonas donde los bloques se desplazan horizontalmente. Por esta razón no se produjo un tsunami como el de 2004, a pesar de las alertas en varios países de Asia y África y el pánico que se desató. Para que se produzca un tsunami es necesario un disparo vertical de la corteza. Cuatro fallas nuevas quedaron activas, una más con la réplica posterior de 8,2. Muchos son ya los expertos que sostienen que el terremoto de 2004 y el tsunami que se narra en la película 'Lo imposible' fueron los que desencadenaron lo que hoy estamos viviendo. La actividad sísmica ha sido notable en Japón, Guatemala, Canadá, México, Nueva Zelanda, Italia. A la vista de estos hechos, 2012 ha roto las estadísticas del año precedente.
Europa tampoco se ha librado. Un repaso a la más reciente historia sísmica del viejo continente muestra muchas cosas de lo que europeos, y especialmente españoles, han sido capaces de hacer para mitigar estos fenómenos naturales aquí y allende los mares. Lorca recuerda todos los días lo que significa sufrir amnesia símica, l'Aquila o Emilia están igual o peor. El 21 de julio de 1775, casi veinte años después del mayor terremoto y tsunami que sacudieron Europa, y que especialmente se ensañó con Portugal y España, con cerca de 100.000 víctimas, se emitió la real cédula que autorizaba el traslado de la capital de Guatemala hacia el valle Ermita debido a los destrozos ocasionados por los seísmos de 1773.
El 7 de noviembre, la capital guatemalteca salió muy airosa del vapuleo al que fue sometida por un terremoto de 7,3 grados. De algo sirvió la experiencia española y las mejoras introducidas después de las desgracias de 1917 y 1976. Pero cuando la ciudad de Guatemala se proyectó desde la vieja Europa, poco a poco la mayor parte de la población ya caía en el recurrente olvido europeo de lo que representan los seísmos. La llegada de aquella iniciativa a Guatemala en diciembre de 1775 fue toda una celebración. Era el primer proyecto para la nueva ciudad y el 2 de enero de 1776 estaba en marcha. Esa vez los urbanistas españoles tuvieron la habilidad de encontrar rápidamente un patrón urbano efectivo y sencillo. Pocas fueron las variantes de aquella innovadora propuesta que luego se aplicaron a todas las regiones que se fueron conquistando. El aspecto más interesante fue el gran espacio abierto y público de la Plaza Mayor, centro de poder y actividad cívico-religiosa. Un calco de las modernas ciudades europeas de la segunda modernidad urbana. El autor del primer proyecto que traza la ciudad fue Luis Díez Navarro. Como en la anterior capital (Santiago), los principales edificios civiles y eclesiásticos se ubicaron alrededor de la Plaza Mayor. Carlos III aprobó el informe de su arquitecto Sabatini, y como consecuencia de ello, creyendo que había escasez de constructores capaces de realizarlo en Guatemala, se envió a Marcos Ibáñez, quien reestructuró el proyecto original.

Sin murallas

En lo que atañe a aquellos centros urbanos que todavía eran españoles, se trasplantó el patrón de agrupamiento característico de aquella Europa; salvo casos muy aislados, ya no había murallas. Se diseñó de acuerdo a un trazado urbano 'moderno', reticular, de manzanas cuadradas. Es admirable cómo semejante experiencia de ultramar hubo de ser importada en 1829 a Europa. El modelo, con pocos cambios, llegó a ser implantado en España cuando el terremoto de Torrevieja (Alicante) destruyó varias villas y asentamientos que fueron posteriormente sometidos a similares planes urbanísticos antisísmicos.
Esa experiencia ya vivía en la genética cultural española y por lo tanto europea. A la sazón pudo materializarse tras ser pensada, proyectada, y puesta en escena en Guatemala con un éxito que aún hoy sorprende gratamente a los mismos españoles. Desde ese modelo ahora es más fácil sobreponerse. Y es que 2012 ha traído por toda la Tierra más sismicidad que nunca: Guatemala ha sido una de las grandes ciudades fuertemente golpeadas y hace unas semanas ha vuelto en unas semanas a su nivel de actividad previo al golpe de la Tierra. Lorca, l'Aquila o Módena no podrían afirmar lo mismo.
Pero entonces en Europa, ¿qué se hizo mal? A aquellos europeos la tregua sísmica y el olvido se les dilató casi tres décadas, pero enseguida, ocho años después de comenzar el nuevo proyecto de la ciudad de Guatemala, en 1783, Calabria les volvió a recordar por dónde pisaban. Se comenta que el mismísimo Goethe observó las luces del cielo y previó el terremoto de Messina. Poco a poco Europa se sumiría nuevamente en su particular amnesia sísmica, y ya volverían a ser pocos los brotes que despertaran a semejante realidad la memoria europea: 1802 en Vrancea (Rumanía); Almería en 1804; en Alicante, Torrevieja en 1829; el gran terremoto napolitano de 1857: en 1881 en Chios (Grecia); en 1884 en Colchester (Inglaterra) y ese mismo año en Arenas de Rey. Desde entonces, hace ya casi 130 años, tan solo las desgracias recuerdan a los europeos la realidad sísmica de su tierra. La práctica totalidad de las ciudades españolas han sido diseñadas con leyes urbanísticas inspiradas en el siglo de la tregua sísmica, el XX, sin criterios de diseño anti-sísmico como se hizo en Guatemala o Torrevieja. Pero este 2012 con actividad sísmica récord y al alza pone de manifiesto la realidad de la historia de España. Incluso en este nuevo contexto del siglo XXI, la cultura de la sismicidad no se ha actualizado como otras materias. Simplemente se ha vuelto a olvidar.

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