sábado, 29 de diciembre de 2012

La estrambótica familia de Bob Esponja & HACIA EL FINAL DE LA AMNIOCENTESIS,.

La estrambótica familia de Bob EsponjaTÍTULO: La estrambótica familia de Bob Esponja,.

Acomodado en uno de los miles de trenes que atraviesan cada día las arterias de los bajos fondos de Nueva York, Kazimieras Prapuolenis (Nueva Jersey, 1959) exprime la punta del lápiz con efusividad. Por el entorno que le rodea, pocos habrían apostado que el "horrible dibujo" resultante, tal y como reconoce su propio autor, era parte de las credenciales que este veinteañero iba a presentar en la prueba de admisión a la que se dirigía. Aquello fue suficiente para que se hiciese con una vacante en uno de los cursos de la Academia de Artes Visuales de la Gran Manzana, lo que supuso un punto de inflexión en su hasta entonces enrevesada vida. De ser un joven criado en el seno de una familia humilde con un paso errático por el instituto y una corta vida laboral en las deprimentes cadenas de montaje de la zona a convertirse en una de las referencias del cómic independiente de EE UU y de medio mundo. Un logro que finalmente le brindó la oportunidad de pasar a formar parte del equipo de franquicias de renombre planetario como 'Bob Esponja' o 'Phineas y Pherb'.
El salto que ha dado es lo más parecido a un triple mortal con doble tirabuzón. A pesar de su trabajo en la trastienda de dos de las series infantiles más consumidas de todo el planeta, acude puntual a su cita semanal con 'Submundo', la rocambolesca tira cómica que le lanzó al estrellato y que hasta ahora ha permanecido casi inédita en España, a donde llega de la mano de Autsider Cómics. "El cambio resulta realmente extraño. He tenido que empujar muchísimo mi imaginación y aprender nuevas formas para poder trabajar en este tipo de formatos de animación", admite Kaz, como se le conoce en el gremio.
Estas palabras cobran más sentido, si es posible, con una rápida ojeada a sus creaciones. Aquí no hay ni caracoles que maúllan ni crustáceos convertidos en magnates de la comida rápida. Gusanos, ratas y peces alterados genéticamente, yonkis de vocación, mininos enganchados a la pitillera y varios especímenes de la América profunda. Todo ellos conviven en algún lugar que Art Spiegelman -uno de los grandes gurús del genero- ha situado "entre las catacumbas que hay bajo la ciudad de Popeye y las cloacas del suburbio en el que habita la Nancy de Bushmiller".
"Emocionalmente hablando es real, pero 'Submundo' está exagerado para lograr el efecto cómico. Viví en las barriadas de Hobokonen y Jersey City y allí vi mucha gente loca", explica Prapuolenis sobre la fuente de inspiración de la que bebe esta publicación no apta para una audiencia infantil a pesar de la estética agradable propia de los años 50. Una temprana pasión, la de los cómics, que apenas pudo compartir con sus amigos de la época: "Eran un montón de idiotas de renta baja que se dedicaban a drogarse y recorrer Nueva Jersey en busca de bronca".
Esquivando los tabúes, el objetivo de Kaz es sacar rédito de las desgracias de unos protagonistas pasados de revoluciones para obtener la carcajada de un lector que debe estar desprovisto de prejuicios. Una fórmula que le ha valido tanto para ser nominado a los codiciados premios Harvey como para ganarse las críticas de detractores que no dejan de mandarle correos para dar fe de su indignación, un 'trofeo' que exhibe con orgullo en su página web.
Ausencia de tabúes
Ese peculiar repertorio de personajes deslenguados con aire punk ha conseguido imprimir cierto aspecto de crítica social. "Crecí perteneciendo a una clase pobre y trabajadora", reconoce al preguntarle a este respecto. Aclara que en su adolescencia cuando la gente de su nivel "buscaba un escape" lo hacía "con emociones baratas, delinquiendo o drogándose" y que esta realidad "se ve a veces" reflejada en su trabajo.
Steve Hillenberg, creador de Bob Esponja, es uno de sus más fieles seguidores. En cuánto quedó libre una vacante en plantilla no dudó en levantar el teléfono para ofrecerle un contrato como guionista. "Yo siempre soñé trabajar en animación y el salario semanal era más que lo nunca había visto", relata. El que haya visto algún capítulo de la serie comprobará que con el cómic comparte el dislate y ese espíritu de locura irracional. "Por su perseverancia e inocencia, Bob Esponja podría sobrevivir en 'Submundo", remacha. Tras estos años de "duro trabajar" en los que ha sido reclutado entre otros por la factoría Disney, ahora se ha lanzado a preparar su propia serie de dibujos para televisión que, podría ver la luz a lo largo de 2014.
 
TÍTULO:  HACIA EL FINAL DE LA AMNIOCENTESIS,.

Los actuales métodos para la detección de anomalías fetales tienen los días contados. La aparición en el mercado de una prueba capaz de ...
 
Los actuales métodos para la detección de anomalías fetales tienen los días contados. La aparición en el mercado de una prueba capaz de detectar el síndrome de Down y otras complicaciones con un simple análisis de sangre amenaza con acabar para siempre con las actuales pruebas de cribado prenatal y reducir de manera muy importante el uso de la clásica amniocentesis, más complicada y con mayores riesgos para la criatura. «Vivimos tiempos de crisis, pero a la Sanidad pública no le quedará más remedio que incluir este procedimiento en su cartera de servicios», asegura el ginecólogo Txanton Martínez-Astorquiza, presidente de la sección de Medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Dos avances en apariencia pequeños han permitido mejorar de forma notable la atención a la mujer embarazada en la última década. El primero de estos dos hitos se alcanzó al lograrse conocer el sexo del bebé a través de un análisis de sangre, lo que evita, cuando menos, tener que someterse a una o varias ecografías hasta poder visualizarlo. Sin embargo, el mayor paso se ha dado este año al comercializarse una nueva prueba que permite detectar con certeza si la criatura padece síndrome de Down, de Edwads y el de Patau. Las tres enfermedades suponen el 95% de las anomalías fetales que se detectan.
La prueba, basada en el análisis del ADN fetal, está «llamada a revolucionar el diagnóstico prenatal», el de las enfermedades detectables en el útero materno. Gracias a las tecnologías más avanzadas, ya es posible extraer de la sangre materna una muestra del material genético del bebé y obtener de él la información necesaria sobre patologías previas al nacimiento.
«Está comprobado que en el plasma sanguíneo de la madre circula material genético del feto. El procedimiento desarrollado permite algo aparentemente tan sencillo como diferenciar el tejido de la criatura y comprobar en el laboratorio si padece alguna patología», explica Martínez-Astorquiza, cuya clínica, Amnio, ha sido la primera de Euskadi en incorporar la prueba a la práctica clínica rutinaria. Otros centros, como los del grupo Quirón, han preferido realizar sus propios ensayos para comprobar que el medicamento ofrece las mismas garantías y resultados que se han obtenido en Estados Unidos y otros países europeos. Su fiabilidad y resultados están garantizados, en todo caso, por la Agencia Europea del Medicamento, que es la institución pública comunitaria que autoriza o niega su uso y comercialización.
¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene este nuevo sistema frente a los métodos convencionales para la detección de anomalías cromosómicas? Tradicionalmente, las mujeres que querían saber si su bebé presentaba un síndrome de Down, una malformación congénita que afecta aproximadamente a uno de cada 800 recién nacidos, debían someterse a una amniocentesis. El procedimiento consiste en extraer una muestra del líquido amniótico en el que se baña y vive la criatura para analizarla con posterioridad en el laboratorio. Tiene la contrapartida de que existe un riesgo del 0,5% al 1% de perderse el embarazo si, por un accidente, el pequeño se pincha con la aguja que se utiliza para practicar la extracción.
Para evitar amniocentesis innecesarias, un reconocido especialista chipriota, Kipros Nikolaides, desarrolló en 1999 el cribado prenatal, una doble prueba que consiste en una ecografía y un análisis de sangre que permite calcular las probabilidades de un embarazo de riesgo. La necesidad de practicar una amniocentesis se evalúa en función de la falta y el exceso de dos proteínas producidas por la placenta, que son respectivamente la PAPP-A y la ßHCG.
Fiabilidad máxima
La principal ventaja del nuevo análisis de sangre es, según Martínez-Astorquiza, que no detecta hormonas segregadas por el feto, sino «directamente ADN fetal». Su fiabilidad es superior al 99%. Las autoridadas sanitarias, «de momento», no han concedido al examen el carácter de prueba de diagnóstico, por lo que todo resultado positivo debe ser verificado por una amniocentesis convencional. «Esta prueba acabará con el cribado del primer trimestre, porque es más fiable. La amniocentesis aún tiene recorrido. No está muerta, pero su uso quedará limitado a la verificación de diagnóstico», argumenta el presidente de Medicina Perinatal de la SEGO.
El test tiene un coste cercano a los 1.000 euros, frente a los 700 del cribado prenatal. «Vivimos tiempos de crisis, pero cuando su uso se generalice y las tarifas bajen un poquito, en unos dos años, la Sanidad pública acabará por asumirlo», vaticina el ginecólogo vasco.

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