EL MEJOR DEPORTE, EL FOLCLORE./ GABO, EN TODOS SUS CUENTOS.

TÍTULO: EL MEJOR DEPORTE, EL FOLCLORE

La asociación Tierra de Barros crea un grupo de mayores, con una media de 55 años, que se estrenó el sábado en el escenario del Carolina Coronado .

El grupo se estrenó sobre el escenario el sábado en la clausura de las academias de folclore.-foto.

A Mercedes siempre le ha gustado el baile, la música y el folclore, pero tuvo que marcharse pronto de Almendralejo, a los trece años ya se fue a Sevilla a estudiar. Eran los años 60 y precisamente fue cuando se fundó el grupo de folclore Tierra de Barros de Almendralejo, hoy Asociación Cultural y Folclórica Tierra de Barros, así que no pudo formar parte de él. Pero al terminar la carrera de Magisterio y casarse en Almendralejo, le volvió el gusanillo del baile, aunque los hijos pequeños no dejaban tiempo para dedicarse a su afición favorita, así que hubo que esperar y ya con unos 30 años, decidió incorporarse al grupo de personas de más edad que tenía la asociación, entonces bajo la dirección de Alberto Asuar.

Ahí fue su primer acercamiento al folclore extremeño y estuvo dos o tres años aprendiendo a bailar, pero lo dejó y pasaron aún otros ocho o diez años cuando regresó al grupo de mayores del 'Tierra de Barros', esta vez de la mano de Santi Barragán, hoy presidente de la Asociación de Bailes de Salón (Abasal). Así durante varias etapas, hasta que en enero se creó formalmente el grupo de mayores del 'Tierra de Barros', dirigido por María Asuar.

La curiosidad es que su media de edad es de unos 55 años y el mayor incluso supera los 60 años, un grupo formado por una decena de personas, en su mayoría mujeres, aunque también hay un hombre, José García Cano, que no se resiste a practicar su afición favorita, el baile extremeño, con el que lleva años vinculado, aunque como músico.

Tras cinco meses de ensayos, este grupo se subió por primera vez al escenario el pasado sábado, en el teatro Carolina Coronado, con motivo de la clausura de las academias de baile del grupo Tierra de Barros, en las que forman parte unos 350 niños y que se llevan a cabo en todos los colegios, incluido el de Educación Especial Aprosuba.

Nuca es tarde

Junto a Mercedes estaban Loli, Ana o Juani. Todas son maestras y aman el folclore, el baile tradicional y, a su edad, las hay más jóvenes y más mayores, creen que nunca es tarde para hacer lo que a uno le gusta en la vida.

Una curiosidad, Mercedes confesaba que lo que más pudor le iba a dar no era estar delante del escenario ante cientos de personas en el graderío del Carolina Coronado, sino que una de sus alumnas en el colegio la viera cómo se enfundaba el traje regional y se subía a las mismas tablas.

Los directivos del 'Tierra de Barros' son conscientes de este amor al folclore tradicional que tienen los mayores, por eso va a proponer al ayuntamiento el que este curso de baile se lleve a cabo como una iniciativa más dentro del programa 'Mayores Activos' como una actividad saludable, además de la recuperación de las tradiciones.

TÍTULO: GABO, EN TODOS SUS CUENTOS.

Un viaje por el mágico imaginario del universal escritor colombiano a través de 41 narraciones breves escritas entre 1947 y 1982 .

Reunidos por primera vez en un solo volumen todos los relatos del Nobel .

El genio de Gabriel García Márquez (1927) se cocinó a fuego lento en sus cuentos. Gabo se hizo grande con unos relatos cortos en los que Macondo emergió pronto y sin los que no existirían sus celebradas novelas. Ahora que su portentosa imaginación se sume en las brumas de la desmemoria, es posible dar la vuelta a su rico universo en 'Todos los cuentos', los 41 relatos que ha firmado y que aparecen reunidos por primera vez en un solo libro.

Por extraño que parezca, hasta hoy no se habían agrupado todas las narraciones breves del autor de 'Cien años de soledad' y premio Nobel de Literatura en 1982. Se hace ahora en un volumen con el que el sello Mondadori celebra un número redondo, el 500 de su colección, y agasaja a García Márquez, buque insignia de una larga y provechosa singladura editorial. Es un libro necesario que demuestra como las grandísimas novelas de Gabo han eclipsado a veces a los cuentos que las anticipan, y como convergen en los cuentos lo mejor de la tradición latinoamericana y las innovaciones de grandes narradores del siglo XX, -Faulkner, Joyce o Malcom Lowry-, cribadas por el talento del genio colombiano.

Es un volumen de más de quinientas páginas que arranca en 1947 con 'La tercera resignación', cuento que se incluyó en 'Ojos de perro azul', y concluye en 1982 con 'El avión de la tierra durmiente' uno los excepcionales 'Doce cuentos peregrinos' con los que el escritor colombiano puso a prueba la madurez de su magisterio. Es también un azaroso viaje de Bogotá a Estocolmo. Arranca con un joven periodista de ojos y bigote de azabache que sueña con ser un gran escritor, y concluye junto al maestro consagrado que con guayabera y el mostacho y las sienes encanecidas recibe el mayor galardón literario del mundo.

El libro, que rescata una portada de los años setenta para una selección de los cuentos de Gabo, reúne esas cuatro decenas de narraciones que armaron cuatro memorables colecciones aparecidas a lo largo de casi cuatro décadas: 'Ojos de perro azul' (1947-1955), 'Los funerales de la Mamá Grande' (1969), 'La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada' (1961-1972), y 'Doce cuentos peregrinos' (1976-1982). Muy diferentes, su denominador común es la capacidad para atrapar al lector sin tregua.

También la magia cotidiana que los inspira, ese realismo fantástico que el propio Gabo llegó a definir como «pararrealidad» y que integra la realidad más común con la onírica y fantástica e un mismo ámbito narrativo. En 'Ojos de perro azul' están ya los cimientos de ese singular mundo mágico tan real como imaginario. El universo frondoso y frutal del Caribe colombiano en el que emerge Macondo. Se publicaron originalmente en un suplemento de El Espectador, el diario de Bogotá en el que se le bautizó como Gabo y forjó como reportero sus armas de narrador. No se publicó como libro hasta 1974, casi una década después de la aparición de 'Cien años de soledad'. Estamos ante el García Márquez más poético e introspectivo, en el que vibran ecos barrocos de Lezama Lima y Alejo Carpentier trufados con pinceladas modernistas y surrealistas.

En 'Los funerales de la Mamá Grande' se afianza Gabo en su territorio mítico para narrar la muerte y las fastuosas exequias de «la soberana absoluta del reino de Macondo». Es un personaje tan humano como fantástico que reúne las claves del universo narrativo de Gabo. Dueña de bienes naturales y sobrenaturales, controla vidas y haciendas. Se publicó en 1962 y es el anticipo más claro de 'Cien años de soledad', que aparecerá cinco años después.

En 'La Cándida Eréndira', cuyos últimos cuentos son posteriores a la universal novela de García Márquez, aborda un tema recurrente en su narrativa, la explotación sexual de una menor. Eréndira, tras incendiar por descuido la casa de su abuela, verá como la anciana le obliga a prostituirse para recuperarse de la ruina.

El cambio de registro llega con los 'Doce cuentos peregrinos'. Gabo no habla de Macondo aunque no se aleje de su imaginario al cambiar los tórridos escenarios caribes por la fría Europa que él recorrió como legionario del periodismo. Repasa la suerte de muchos de los melancólicos inmigrantes políticos e intelectuales latinoamericanos, amigos muy próximos en algunos casos que, como él, buscaron fortuna profesional y nuevos horizontes a este lado del Atlántico. Gabo partió de «un sueño esclarecedor», el de su propio entierro, motor de estas ficciones, que le haría comprender que «morir es no estar nunca más con tus amigos». Los doce cuentos aparecen en el mismo año en el que se le concederá en Nobel de Literatura y algunos de los cuentos son fruto de su paso por Barcelona, un destino crucial para su carrera. En la Ciudad Condal se pondría en manos de Carmen Balcells, su verdadera 'Mamá Grande', a quien debe buena parte de su reconocimiento universal.