La víctima fue dada de alta tras ser atendida en el hospital Infanta Cristina de Badajoz de cuatro fracturas en la cara .
24 horas después del preocupante episodio, en el portal de la calle Maluquer en el que sucedió todo, en pleno centro de Cáceres, no encontraban una explicación.
Entre los vecinos, la pregunta es compartida: ¿Por qué pegaron a Lola? La mujer, de 95 años, volvía el lunes a casa, a la hora de casi siempre. Su rutina habitual consiste en ir a misa de doce y media a las Hermanitas de los Pobres y después, tomarse algo con las amigas, asiduas del bar del Quiosco de la Música y del Gran Café, en la calle San Pedro de Alcántara. Quizás Lola pasó por alguna tienda antes de volver a casa, porque cuando a las dos y media de anteayer entró en el portal, cargaba con una bolsa.
A la vez que ella, entró en el portal un joven «de aspecto formal y correctamente vestido», según Europa Press, que ayer adelantó el suceso. Él esperó a que la anciana vaciara su buzón, y ella le invitó a que pasara primero. «Por lo visto -recordaba ayer una de las personas que ha tenido acceso al relato de la mujer-, ella le dijo 'Pase usted antes, que yo me bajo en el primero'». Y ahí, en el ascensor, un habitáculo pequeño, con un espejo grande y forrado en aparente madera, el hombre la atacó. No tocó su bolso. Ni le arrancó ninguna joya. Le dio a la anciana varios puñetazos en la cara y salió corriendo. Ningún vecino le vio. Nadie oyó nada.
Cuando Inmaculada, sobrina de una vecina, llegó al portal y pulsó el botón de llamada del ascensor, se encontró a Dolores tirada en el suelo del montacargas, con el ojo amoratado y sangrando por la nariz. «Pensé que se había resbalado. Estaba consciente, pero muy nerviosa, y repetía: 'Que paliza me han dado'». Ella, que suele coincidir «muchos días» con Lola a esa hora del día, sobre las tres menos cuarto, no vio a nadie saliendo del portal, pero calcula que la agresión era muy reciente cuando llegó. Su reacción inmediata fue llevar a la vecina hasta casa, y una vez allí, llamar a uno de los tres hijos de la mujer, que reside a pocos metros. Fue la propia anciana la que facilitó a Inmaculada el teléfono. Al rato pasaron por el domicilio de la agredida los sanitarios del 112.
Pómulos y mandíbula
Los golpes recibidos de forma sorpresiva le causaron a Lola fracturas en las órbitas oculares derecha e izquierda, en el pómulo y en la parte izquierda de la mandíbula.
El lunes durmió en el hospital San Pedro de Alcántara, y ayer fue trasladada al Infanta Cristina de Badajoz, para que fuera atendida por los especialistas maxilofaciales. «Dentro de la gravedad de las heridas -informa el Servicio Extremeño de Salud-, la paciente no ha sufrido desplazamiento importante de los huesos, por lo que se descarta una intervención quirúrgica». «Los médicos -añade el SES- prevén que no le quedarán secuelas, pero señalan que la recuperación será larga. Salvo por las heridas, la mujer presenta un buen estado de salud general». Ayer fue dada de alta para que volviera a su casa, donde por prescripción facultativa, deberá guarda «absoluto reposo».
A su favor, Lola cuenta con su salud y su espíritu. «Somos amigas, es una mujer estupenda y que está fenomenal», comentaba ayer una vecina. «Para la edad que tiene, está muy bien», relataba otro residente del bloque. «Es una mujer muy activa, todos los días sale de casa», cuenta 'Quico' Tobías, el portero de la finca, que no vio nada porque atiende en turnos mensuales rotatorios de mañana y tarde a dos bloques: uno en la calle Maluquer y otro en la avenida de España. Este mes está en la calle Maluquer sólo por las tardes. La familia de Lola es originaria de Alcántara, aunque la mujer reside en Cáceres desde hace años. Su familia ha solicitado que no trasciendan datos personales sobre ella.
Tras el suceso, uno de sus hijos presentó una denuncia ante la Policía Nacional, que ahora trata de localizar al presunto agresor.
Foto del ascensor con una mujer, etc.
Foto del ascensor con una mujer, etc.
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