TÍTULO: DESAYUNO DE DOMINGO CON JOSÉ MANUEL BLECUA,.Jose Manuel Blecua: "Tuiteo bajo anonimato. Así puedo poner lo ...
Jose Manuel Blecua: "Tuiteo bajo anonimato. Así puedo poner lo que quiera a los amiguetes"
Nací en Zaragoza hace 74 años. Hijo, hermano y padre de
filólogos. Experto en fonética y fonología. Ocupo el sillón h de la RAE,
institución que dirijo y cumple tres siglos de existencia.
Jose Manuel Blecua: "Tuiteo bajo anonimato. Así puedo poner lo que quiera a los amiguetes"
Nací en Zaragoza hace 74 años. Hijo, hermano y padre de
filólogos. Experto en fonética y fonología. Ocupo el sillón h de la RAE,
institución que dirijo y cumple tres siglos de existencia.
XLSemanal. ¿Es cierto que, por culpa de los políticos, la palabra
dimisión va a ser castellano antiguo?
José Manuel Blecua. No [sonríe]. Aunque otras épocas de la historia de España tuvieron problemas similares.
XL. ¿El académico más aplicado es...?
J.M.B. Mario Vargas Llosa. No falla nunca cuando está en España. Es más, procura participar en todos los plenos.
XL. ¿Y el menos académico?
J.M.B. El título se lo disputarían entre varios. Y no voy a dar nombres porque sé que los tiene usted en mente.
XL. Cuando dan mucha guerra, ¿qué hace con ellos? ¿Los saca al recreo?
J.M.B. No, no los puedo castigar. Es cierto que a veces dan guerra. Pero es que su misión es precisamente esa.
XL. ¿Ha leído usted el bombazo del momento, Cincuenta sombras de Grey?
J.M.B. No. Estoy con Realidad, revista bonaerense de 1947. Desgraciadamente, no puedo leer muchos superventas.
XL. ¿Lee en formato digital?
J.M.B. Para leer con atención, el papel es insustituible. Pero, por ejemplo, para la prensa, la estructura digital facilita los saltos y la intertextualidad. Ambos formatos acabarán conviviendo.
XL. A la hora de leer y, sobre todo, de empezar a hacerlo, ¿vale todo?
J.M.B. Vale todo, sí. Hasta los papeles que están por las calles, como decía Cervantes.
XL. ¿Tuitea usted?
J.M.B. Sí, pero con nombre supuesto. Bajo el anonimato. Así puedo poner lo que quiera a los amiguetes [sonríe].
XL. Por cierto, ¿puede resumir estos trescientos años de RAE en un tuit?
J.M.B. Éxito extraordinario con enorme capacidad de proyección en el futuro.
XL. Que nos quede claro. ¿Ponemos tilde al pedir «solo café solo» o no?
J.M.B. No. No ponemos ninguna tilde.
XL. Empiezan y acaban ustedes todas las sesiones rezando en latín.
J.M.B. Así es. En realidad, no hay mejor modo de que un agnóstico rece que hacerlo académico. No falla [sonríe]. Pero solo rezan en latín, que conste.
XL. ¿Dice muchos tacos?
J.M.B. Lo normal. Pero no tengo tacos de cabecera. No hay predilecciones.
XL. ¿Es cierto que hubo un tiempo en que los escritores venían a orinar a las paredes de esta casa como muestra de irreverente respeto?
J.M.B. Pues sí. De hecho, alguno acabó ocupando cargos de peso en la institución. Aún queda gente que toma esto como blanco de ataque. Aunque no dejan de ser modas pasajeras.
Su desayuno de domingo: «Dos cafés solos. Y una pastita. Necesito una medicina especial para el corazón que no puedo tomar sin comer nada antes. Pero los cafés no los perdono».
José Manuel Blecua. No [sonríe]. Aunque otras épocas de la historia de España tuvieron problemas similares.
XL. ¿El académico más aplicado es...?
J.M.B. Mario Vargas Llosa. No falla nunca cuando está en España. Es más, procura participar en todos los plenos.
XL. ¿Y el menos académico?
J.M.B. El título se lo disputarían entre varios. Y no voy a dar nombres porque sé que los tiene usted en mente.
XL. Cuando dan mucha guerra, ¿qué hace con ellos? ¿Los saca al recreo?
J.M.B. No, no los puedo castigar. Es cierto que a veces dan guerra. Pero es que su misión es precisamente esa.
XL. ¿Ha leído usted el bombazo del momento, Cincuenta sombras de Grey?
J.M.B. No. Estoy con Realidad, revista bonaerense de 1947. Desgraciadamente, no puedo leer muchos superventas.
XL. ¿Lee en formato digital?
J.M.B. Para leer con atención, el papel es insustituible. Pero, por ejemplo, para la prensa, la estructura digital facilita los saltos y la intertextualidad. Ambos formatos acabarán conviviendo.
XL. A la hora de leer y, sobre todo, de empezar a hacerlo, ¿vale todo?
J.M.B. Vale todo, sí. Hasta los papeles que están por las calles, como decía Cervantes.
XL. ¿Tuitea usted?
J.M.B. Sí, pero con nombre supuesto. Bajo el anonimato. Así puedo poner lo que quiera a los amiguetes [sonríe].
XL. Por cierto, ¿puede resumir estos trescientos años de RAE en un tuit?
J.M.B. Éxito extraordinario con enorme capacidad de proyección en el futuro.
XL. Que nos quede claro. ¿Ponemos tilde al pedir «solo café solo» o no?
J.M.B. No. No ponemos ninguna tilde.
XL. Empiezan y acaban ustedes todas las sesiones rezando en latín.
J.M.B. Así es. En realidad, no hay mejor modo de que un agnóstico rece que hacerlo académico. No falla [sonríe]. Pero solo rezan en latín, que conste.
XL. ¿Dice muchos tacos?
J.M.B. Lo normal. Pero no tengo tacos de cabecera. No hay predilecciones.
XL. ¿Es cierto que hubo un tiempo en que los escritores venían a orinar a las paredes de esta casa como muestra de irreverente respeto?
J.M.B. Pues sí. De hecho, alguno acabó ocupando cargos de peso en la institución. Aún queda gente que toma esto como blanco de ataque. Aunque no dejan de ser modas pasajeras.
Su desayuno de domingo: «Dos cafés solos. Y una pastita. Necesito una medicina especial para el corazón que no puedo tomar sin comer nada antes. Pero los cafés no los perdono».
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