lunes, 25 de marzo de 2013

LA HORMA DE MI ZAPATO VALENTINO ROSSI, MOTOS,/ Entrevista al escritor MOIS BENARROCH,.

TÍTULO: LA HORMA DE MI ZAPATO VALENTINO ROSSI, MOTOS,.

Valentino Rossi marca el mejor tiempo

El italiano brilló en la penúltima sesión de trabajo antes del arranque del Mundial


Jorge Lorenzo, durante los entrenamientos de ayer. // Román Ríos
Jorge Lorenzo, durante los entrenamientos de ayer. // Román Ríos
El italiano Valentino Rossi -foto-(Yahama) ha logrado el mejor tiempo (1.39.525) en la segunda sesión de entrenamientos de pretemporada de los equipos de MotoGP del Mundial de Motociclismo, penúltima de las tres previstas en el Circuito de Jerez.
En los comienzos de la jornada fue el español Álvaro Bautista (Honda) el que marcó el primer tiempo respetable de la sesión, con un crono de 1.42.2, alejado del que después rebajarían otros pilotos al cabo del día pero mucho mejor que el tiempo más rápido logrado ayer por su compatriota Jorge Lorenzo (1.47.423) en una jornada sabatina condicionada por la lluvia.
Precisamente ha sido Lorenzo (Yamaha) el primero de los favoritos de esta categoría en el inminente Mundial el que rebajó hasta 1.40.6 la mejor vuelta dada hasta entonces.
Más tarde redujo ese tiempo en dos décimas el español Dani Pedrosa (Honda) con 1.40.4, para volver a bajar su crono poco después a 1.40.3.
Ya entonces se situaba segundo, cerca de Pedrosa, el italiano Valentino Rossi al anotar una mejor vuelta de 1.40.5, pero no tardaría mucho el nueve veces campeón del mundo en lograr el mejor tiempo de la jornada, al bajar de 1.40 y dar la vuelta más rápida del día en 1.39.525.
Tres pilotos más han sido capaces de bajar de 1.40, su compañero de equipo Lorenzo, con 1.39.540, y muy cerca de él la Yamaha del equipo satélite Tech 3, pilotada por británico Cal Crutchlow, con 1.39.574.
Tras las Yamaha situó Pedrosa, la primera Honda, en cuarta posición con un tiempo de 1.39.630.
A falta de una hora y media aproximada para el final de la sesión de entrenamientos comenzó a llover sobre el Circuito de Jerez y la práctica totalidad de los equipos han dado por finalizada la jornada.
Hoy, lunes, está prevista en el trazado andaluz, desde las 10.00 horas, la última sesión de entrenamientos de pretemporada antes del inicio del Campeonato del Mundo, cuya primera prueba se celebrará el próximo 7 de abril en Catar.
 


El marroquí reflexiona en su última novela sobre la inmigración y las relaciones de pareja.

Mois Benarroch-foto-, el escritor que exhala diversidad
ISMAEL CRUCETA
Mois Benarroch es marroquí de nacimiento, judío, vive en Jerusalén y su lengua materna es el español. Pero, por encima de todas estas cosas, es escritor. Se crió en Tetuán, le educaron en una escuela francesa de judíos en la que se estudiaba, además de la lengua francesa, el árabe, el hebreo y el inglés. “Pero todos hablábamos en español”, recuerda. 

De esa transmisión oral de la lengua viene que Benarroch, tras años de escribir en hebreo y en inglés, se decidiera finalmente por su lengua materna para sus libros. “Sentí la necesidad de escribir en español”, afirma. “No fue fácil, lo hablaba de forma natural pero no sabía escribirlo bien, puesto que nunca lo había estudiado”, añade.
Desde que sintió “esa necesidad”, han pasado ya más de diez años en los que no ha parado de leer literatura contemporánea en español, bebiendo de autores como Jorge Luis Borges, Antonio Muñoz Molina o Javier Marías. Y ahora, después de editar poemarios y novelas, ha publicado Amor y exilios, de la Editorial Escalera, el que define como su libro más ambicioso y que presenta ahora en la capital de España. 

“Esta novela, más que ninguna otra, me dejó vacío, ha sido como llegar a una especie de cima”, explica. Amor y exilios es una novela formada por siete libros en los que trata el tema de la diáspora entre varias parejas en diferentes lugares, pero en la que abarca, además, los grandes temas de la literatura universal, como puede ser la religión, la muerte o la sexualidad, con una narración amena y dinámica que seduce al lector e invita a leer sin descanso cada uno de los volúmenes por los que está compuesto.
El viaje a Israel
El escritor lleva la diversidad en la sangre. “A los 13 años me emigraron a Israel”, afirma, para hacer hincapié en que la decisión de abandonar Marruecos no la tomó él, sino que fue algo que su familia casi se vio obligada a hacer, ya que, a principios de los años 70 del siglo XX, casi había desaparecido por completo la comunidad judía de Tetuán. Benarroch reconoce que estuvo diez años “con la cabeza agachada”, hasta que conoció a su esposa, lo que terminó de culminar su proceso de integración en la sociedad israelí.
“El amor lo puede casi todo”, reconoce entre risas. A pesar de este proceso migratorio satisfactorio, el escritor habla de un problema que pasa inadvertido a los ojos del mundo, y es que, más allá del conflicto palestino-israelí, señala que dentro de la comunidad judía hay un problema de integración. “Los judíos polacos, ucranianos y rusos son de una clase social más elevada que los judíos de orígenes árabes”, cuenta. El escritor reconoce que sus libros no son sociológicos, pero que estos temas resurgen y que sorprenden mucho a los lectores europeos que no conocen de la existencia de estos problemas internos.
Exilio y literatura
Creo que si no hubiese emigrado escribiría cosas diferentes, quizá ni sería escritor”, afirma Mois Benarroch, que considera que vive dos vidas a la vez: la posible del que no emigró y la del inmigrante. “Mis personajes son marroquíes y la mayoría son judíos”, explica, marroquíes que viven en París, en Madrid, en Caracas, donde hay una comunidad importante de judíos que ahora, “por culpa de Chávez, está reemigrando a Miami”, dice sin pelos en la lengua. Benarroch se siente marroquí, aunque reconoce que su país es, para él, el Marruecos donde había una comunidad judía. “Creo que emigrar intensifica la relación con el país de origen, tanto para bien como para mal”, concluye.

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