Se quedaron helados. Al menos, los que no lo estaban todavía. Hacía
pocas horas que había concluido la última jornada del Campeonato del Mundo de
Pesca sobre Hielo en el lago Big Eau Plane Reservoir, en Winsconsin (EE UU),
cuando los participantes, que se encontraban ya en sus habitaciones del Hotel
Plaza, recibieron la visita de los comisarios de la Agencia Antidopaje de
Estados Unidos. Los vampiros. Les pidieron que orinasen. A cuatro. Los agentes
trataban de detectar la presencia de esteroides y de hormonas del crecimiento.
¿Se dopan los pescadores? Parece improbable, pero nunca se sabe. La
Agencia ha detectado casos de dopaje en deportes tan, digamos, poco proclives a
ello como el... minigolf, el lanzamiento de dardos, el ajedrez, el bowling y la
soka tira. Como lo oyen.
«No hacemos un test de consumo de cerveza o de alcohol porque sabemos
que todos beben», explicó Joel McDearmon, jefe de la Federación Estadounidense
de Pesca sobre Hielo. «Hombre, mientras pescaba no he bebido, pero al volver del
lago, claro que me tomé una cerveza», se defendía, medio escandalizado, Myron
Gilbert, de Michigan, integrante del equipo americano y futuro medallista de la
especialidad. En este deporte, todo hay que decirlo, los presupuestos son
modestos y los participantes se pagan hasta el cebo de su bolsillo. Este año, el
único acto oficial ha sido una recepción en el 'Fillmor', un pub.
Pero no piensen que eso de capturar carpas, percas y robaletas debajo
de una capa de hielo de un metro de espesor es una 'frikada' o algo parecido.
Para nada. En el campeonato mundial celebrado recientemente en Winsconsin
participaron los mejores expertos en pesca en hielo de Rusia, Finlandia,
Lituania, Estados Unidos, Ucrania, Suecia, Kazajistán, Mongolia, Polonia,
Estonia y Japón
La razón última de la presencia de los agentes antidopaje en
Winsconsin está en la petición de los responsables de este deporte de participar
en los Juegos Olímpicos de Invierno. Una cruzada en la que llevan años de
trabajo. Para ello, y aunque sean simples cañistas, deberán hacer frente a los
mismos controles que los velocistas, los futbolistas o los halteras. «¿Dóping?
Para nosotros es una broma. La fuerza física es importante a la hora de perforar
los agujeros, lo mismo que la resistencia al frío. Pero aquí no gana el mejor
atleta, sino el tipo más veterano y experimentado», subrayaba Bill Whiteside,
antiguo medalla de oro de la especialidad en estas mismas aguas.
Los pescadores en hielo son, además de unos tipos muy sufridos para
aguantar en la gélida intemperie, auténticos forzudos que barrenan y perforan a
mano en cuestión de segundos los agujeros en los que introducen anzuelos,
sedales y sus cañas diminutas. Todos, pese al frío helador, se despojan de los
gruesos guantes térmicos para poder sentir la picada en las yemas de los dedos
medio congeladas. Y no paran. No piensen que abren un agujero y pasan allí las
tres horas de que disponen cada día para capturar sus piezas. No.
Taimados y engañadores
Por lo visto estos especialistas de la pesca bajo cero son verdaderos
estrategas, tipos sensibles capaces de interpretar la realidad profunda de las
aguas, que pasan horas oteando el paisaje helado antes de decidir su primera
ubicación y que, luego, corren de un lado a otro, trepanando el hielo, tras el
rastro de los bancos de peces. Las normas establecen que pueden horadar tantos
agujeros como quieran, pero, claro, no pueden dejar de atender sus cañas. Los
mejores dicen que son capaces hasta de «sentir» el hielo bajo sus botas.
Tambien son taimados y engañadores. Cuando uno logra una buena
captura o ensarta una serie de piezas, procura hacer mutis por el foro,
zorreando el momento de izar el pescado, para no alertar a los contrarios y que
taladren a su lado.
Las bases del campeonato establecen que se pueden pescar, como
máximo, 25 piezas. Este año ganaron los rusos, seguidos de finlandeses y
lituanos. En cuarto lugar quedaron los pescadores de Estados Unidos, premiados
con ese puesto por el conocimiento del 'hielo local'. Se trata, claro está, de
una especialidad dominada por países próximos al paralelo 60º. Tipos, queda
claro, con mucha sangre fría.
Raffaella Carrá, estrella en 'Hay una cosa que te quiero decir'
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