El
escritor madrileño Medardo Fraile, maestro del cuento,
perteneciente a la generación de los 50, ha muerto esta madrugada en Glasgow
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Muere el escritor madrileño Medardo Fraile, maestro del cuento
- Gozaba de salud y preparaba la publicación de otro libro
- Todo hace pensar en que un infarto apagó su vida
- Había recibido varios premios como 'La hucha de oro' en 1971
El escritor madrileño Medardo Fraile, maestro del cuento, perteneciente a la
generación de los 50, ha muerto esta madrugada en Glasgow
(Escocia), lugar donde residía desde 1967, según
informaron fuentes cercanas a la familia.
Medardo Fraile (Madrid, 1925) era uno de los cuentistas más importantes y valorados de las últimas décadas. Considerado un clásico del género, Fraile era un autor de culto, no muy conocido entre el gran público, en parte debido a su larga estancia fuera de España.
Fraile consideraba que el cuento era el género más directo, infinitamente más difícil de lo que la gente creía. Así se expresó en una entrevista con Efe, con motivo de la publicación de sus Cuentos Completos.
"En mis cuentos, resaltó el escritor madrileño, es más importante lo que ocurre por dentro de la narración que lo que sucede por fuera, los personajes están perfilados y predestinados a afrontar una serie de acontecimientos, y la conclusión queda siempre abierta a la posibilidad de que el lector determine el final".
Medardo Fraile también se dedicó en su obra a analizar la cultura británica y fruto de este estudio fue su obra La penúltima Inglaterra y La familia irreal inglesa.
"Los escritores de Gran Bretaña han perdido la capacidad de ironía y autocrítica que poseían hasta el siglo XIX. Se ha vuelto un país especialmente aburrido en la última década, apenas animado por las diferencias culturales entre Escocia y Gales con el resto de la nación", subrayó el autor.
"Hacía tan solo 24 horas que habíamos intercambiado correos electrónicos. Estábamos hablando de un proyecto que teníamos, la publicación de otro libro con sus cuentos. Tenía una voz estupenda, mucha energía, se hallaba muy ilusionado: todo hace pensar que le ha dado un infarto", ha señalado Casamayor.
Desde 1964 vive en Escocia, y fue profesor de español en la Universidad de Strathclyde (Glasgow), donde llegó a ser catedrático emérito de esta institución desde 1987.
Compañero de generación del medio siglo, junto con Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Sánchez Ferlosio, Ana María Matute o Jesús Fernández Santos, entre otros, antes de emigrar fue cofundador de Arte nuevo, primer grupo de teatro experimental de la España de posguerra, con Alfonso Sastre y Alfonso Paso.
Ha colaborado en infinidad de diarios y revistas, dentro y fuera de España, y ha publicado más de treinta libros -cuentos literarios y juveniles, novela, colaboraciones de prensa, estudios literarios, teatro, ensayo-, los últimos de los cuales han sido Contrasombras (1998), Ladrones del Paraíso (1999), La letra con sangre (2001) y Entradas de cine (2008).
Fue Premio Sésamo (1956), Premio Nacional de la Crítica (1965), de La Estafeta Literaria (1970) y Hucha de Oro (1971).
Medardo Fraile (Madrid, 1925) era uno de los cuentistas más importantes y valorados de las últimas décadas. Considerado un clásico del género, Fraile era un autor de culto, no muy conocido entre el gran público, en parte debido a su larga estancia fuera de España.
Fraile consideraba que el cuento era el género más directo, infinitamente más difícil de lo que la gente creía. Así se expresó en una entrevista con Efe, con motivo de la publicación de sus Cuentos Completos.
Fraile consideraba que el cuento era el género más directoSegún decía el autor, los editores prestan más atención ahora a los cuentos que hace décadas, "tal vez porque los lectores han advertido que la novela puede tener hojas de relleno, mientras que el cuento no puede permitirse el tener una sola línea superflua".
El cuento no puede permitirse el tener una sola línea superflua
Hasta hace poco el cuento lo consideraban "una creación menor"
"Además -argumentó-, muchos escritores actuales se dedican al mismo tiempo a la novela clásica, el cuento y la novela breve, dignificándose el trabajo de los cuentistas y llegando éste a núcleos de lectores que hasta hace poco lo consideraban una creación menor", subrayó."En mis cuentos, resaltó el escritor madrileño, es más importante lo que ocurre por dentro de la narración que lo que sucede por fuera, los personajes están perfilados y predestinados a afrontar una serie de acontecimientos, y la conclusión queda siempre abierta a la posibilidad de que el lector determine el final".
Medardo Fraile también se dedicó en su obra a analizar la cultura británica y fruto de este estudio fue su obra La penúltima Inglaterra y La familia irreal inglesa.
"Los escritores de Gran Bretaña han perdido la capacidad de ironía y autocrítica que poseían hasta el siglo XIX. Se ha vuelto un país especialmente aburrido en la última década, apenas animado por las diferencias culturales entre Escocia y Gales con el resto de la nación", subrayó el autor.
Los escritores de Gran Bretaña han perdido la capacidad de ironíaFraile, a pesar de su avanzada edad, gozaba de buena salud, aunque acababa de pasar un resfriado, según Juan Casamayor, director de la editorial Páginas de Espuma, en la que se habían publicado en 2004 sus cuentos completos, Antología y verdad, y en 2010 otro libro de relatos, Antes del futuro imperfecto.
"Hacía tan solo 24 horas que habíamos intercambiado correos electrónicos. Estábamos hablando de un proyecto que teníamos, la publicación de otro libro con sus cuentos. Tenía una voz estupenda, mucha energía, se hallaba muy ilusionado: todo hace pensar que le ha dado un infarto", ha señalado Casamayor.
Todo hace pensar que le ha dado un infartoDoctor en Letras por la Universidad de Madrid en 1968, el escritor se dedicó profesionalmente a la docencia, actividad que ha compaginado con la de narrador de cuentos y articulista.
Desde 1964 vive en Escocia, y fue profesor de español en la Universidad de Strathclyde (Glasgow), donde llegó a ser catedrático emérito de esta institución desde 1987.
Compañero de generación del medio siglo, junto con Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Sánchez Ferlosio, Ana María Matute o Jesús Fernández Santos, entre otros, antes de emigrar fue cofundador de Arte nuevo, primer grupo de teatro experimental de la España de posguerra, con Alfonso Sastre y Alfonso Paso.
Ha colaborado en infinidad de diarios y revistas, dentro y fuera de España, y ha publicado más de treinta libros -cuentos literarios y juveniles, novela, colaboraciones de prensa, estudios literarios, teatro, ensayo-, los últimos de los cuales han sido Contrasombras (1998), Ladrones del Paraíso (1999), La letra con sangre (2001) y Entradas de cine (2008).
Fue Premio Sésamo (1956), Premio Nacional de la Crítica (1965), de La Estafeta Literaria (1970) y Hucha de Oro (1971).
TÍTULO: MONASTERIO DE YUSTE: LA ULTIMA FUGA BIBLIOGRÁFICA,.
El Monasterio de Yuste es un monasterio y casa palacio en el que se alojó y murió
Carlos I de
España y V del Sacro Imperio Romano
Germánico tras su abdicación. Se encuentra cerca de la población
de Cuacos de Yuste,
en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de
Cáceres. El convento actual se reconstruyó sobre las ruinas del viejo
monasterio que sirvió de residencia al emperador en los dos últimos años de su
vida (1556–1558). Fue declarado en 2007 como
Patrimonio
europeo.[1]
El monasterio data de principios del siglo XV (1402), cuando se construye, según cédula existente, un cenobio que posteriormente daría paso al actual edificio, el cual fue erigido a iniciativa de varios vecinos de la Vera, con el objeto de continuar allí la vida contemplativa de los «ermitaños de la pobre vida», acogidos con posterioridad a la Orden de San Jerónimo.
En el año 1556 Carlos I de España (y V de Alemania) decide retirarse a algún convento para hacer en él vida monástica, eligiendo para ello el Monasterio de Yuste. Por esta razón tuvieron que realizarse numerosas obras para ampliar las escasas dependencias con las que el Monasterio contaba en ese momento y que eran insuficientes para albergar al emperador y a las 60 o 70 personas con las que contaba su séquito personal.
La Casa-Palacio constaba de dos plantas con cuatro estancias cada una, alrededor de un patio interior. Las habitaciones del emperador estaban ubicadas junto al coro de la iglesia, de modo que le permitían asistir a los oficios religiosos desde su propio dormitorio, sentado en su litera, donde permanecía postrado debido a la grave afección de gota que le aquejaba. Durante la estancia del emperador en Yuste, numerosos personajes de la Corte pasaron por allí para visitarle, entre ellos su propio hijo, el monarca Felipe II.
El 21 de septiembre de 1558, moría Carlos V en la que fue su última morada. Fue enterrado en la iglesia para, con posterioridad, ser trasladados sus restos al panteón real del Monasterio de El Escorial (Madrid), por expreso deseo de su hijo Felipe II.
En la Guerra de la Independencia, las dependencias del convento fueron incendiadas y quedaron prácticamente destruidas. Los Jerónimos fueron expulsados de Yuste y posteriormente, con la desamortización de Mendizábal, el Monasterio fue puesto en pública subasta, iniciándose una época de abandono y deterioro del edificio.
En 1949, la Dirección General de Bellas Artes inició la reconstrucción del monasterio, procurando respetar al máximo el diseño y los proyectos originales.
Conjunto arquitectónico
El conjunto arquitectónico se compone de dos partes claramente diferenciadas: por un lado, el convento y, por otro, la residencia del emperador. El convento, a su vez, lo forman la iglesia, ubicada en el centro y dos claustros, uno gótico y el llamado claustro nuevo. La iglesia y el claustro gótico pertenecen al siglo XV, mientras que las demás construcciones son del siglo XVI.La planta de la iglesia es de una sola nave y de cabecera poligonal. El templo se comunica con el claustro gótico, el cual se dispone sobre planta rectangular, con un alzado de dos plantas, cubriéndose las galerías del claustro con techumbre plana de madera. La organización del claustro nuevo, de estilo renacentista, es similar al gótico.
Por lo que respecta a la vivienda de Carlos I, se trata de una edificación sencilla, en la que predomina el ladrillo, la mampostería y la sillería como materiales más utilizados, sin apenas elementos decorativos.
La planta principal de la que fuera residencia del emperador es sencilla, estructurándose en un pasillo central con dos estancias a cada lado. En el ala de la izquierda se encuentran la antecámara y la alcoba de Carlos V, estancia que se comunica con la iglesia. A la derecha se sitúan dos estancias más, con sendos miradores que dan a la huerta que completa el conjunto. Una de dichas habitaciones fue comedor y sala de audiencias.
Entre el escaso mobiliario de la residencia regia, destaca la silla construida especialmente para el monarca, que sufría de gota. También cabe mencionarse el reloj de bronce y plata, realizado por Jeremías Metzger y que está datado en 1562.
Patrimonio Europeo
En un acto realizado en el Monasterio de Yuste el 13 de abril de 2007, con la presencia de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, representantes autonómicos y de los países de la UE, se hizo entrega de la distinción del sello de Patrimonio Europeo.También han tenido este reconocimiento el Archivo General de la Corona de Aragón, la Residencia de Estudiantes de Madrid y el cabo de Finisterre, en La Coruña. Estos son los primeros lugares españoles incluidos en esta lista del Patrimonio Europeo. Este distintivo se otorga a bienes culturales, monumentos, enclaves naturales o urbanos, lugares con un interés cultural o histórico en Europa con el fin de protegerlos y promocionarlos.[1]
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