Las
lluvias de la última semana llenan quince pantanos de la región
La gráfica que muestra la evolución del pantano del Salor, a un paseo
de Cáceres, asusta. Y confunde. A las nueve de la mañana del pasado viernes, día
8, el embalse estaba al 103,97 por ciento de su capacidad. Y ayer, a las ocho de
la tarde, estaba al 100,63 por ciento, según el SAIH (Sistema Automático de
Información Hidrológica) del Tajo. O se trata de un desafío matemático o algo
raro pasa.
Y la incógnita se desvela al ir hasta allí y comprobar qué es lo que
ocurre. La explicación está en que en esa presa en concreto, situada junto a
Valdesalor (entidad local menor que depende administrativamente de Cáceres),
cuando llueve mucho y el agua sube y sube, acaba rebasando las paredes. No hay
forma de evitarlo porque no tiene aliviaderos.
Eso mismo habría ocurrido en unos cuantos embalses extremeños si no
fuera porque han abierto sus compuertas para dejar escapar líquido. En concreto,
es lo que habría sucedido en quince presas de la región, que en los últimos días
han recibido más agua de la que pueden almacenar. Las precipitaciones caídas
durante la última semana explican que en el resumen de situación que cada lunes
remite la Confederación Hidrográfica del Guadiana, haya nueve embalses con un
volumen de agua embalsada del cien por cien. Son los de Cubilar, Cancho del
Fresno, Ruecas (los tres en la provincia de Cáceres), Gargáligas, Los Molinos,
Boquerón, Canchales, Villar del Rey y Tentudía. En la cuenca del Tajo hay seis
presas que ya han tenido que aliviar líquido: Cedillo, Jerte-Plasencia,
Torrejón, Valdeobispo y Cáceres-Guadiloba.
Cáceres vuelve a aliviar agua
En esta última presa -que tiene capacidad para guardar 20 hectómetros
cúbicos- ya van cinco operaciones de desembalse. La última, ayer tarde, que
elevó la cantidad de líquido desembalsado en las dos últimas semanas hasta más
allá de los 11 hectómetros cúbicos. Para hacerse una idea, la ciudad de Cáceres
consumió durante todo el año pasado 10,4 hectómetros cúbicos.
Otra cifra aún más ilustrativa la aporta Alcántara, el segundo
embalse más grande de España tras el pacense de La Serena y el cuarto de Europa
tras Alqueva (Portugal) y Kremasta (Grecia). En las 72 horas que van del
mediodía del viernes al mediodía de ayer, el gigantesco pantano pasó de estar al
70 por ciento a superar el 85, tras ganar 461 hectómetros cúbicos, o lo que es
lo mismo, 23 veces el Guadiloba lleno. Ese aumento hizo que en tan sólo tres
días, la cota (nivel que alcanza el pared) de Alcántara creciera cinco metros,
algo absolutamente inusual y muy difícil de ver en una infraestructuras de estas
dimensiones. A última hora de la tarde de ayer, estaba al 85 por ciento.
Ayer, los embalses extremeños de la cuenca del Guadiana sumaban 6.536
hectómetros cúbicos, que son 520 más que los que tenían hace una semana. Y más
marcado es el cambio que ha experimentado el Tajo, que acumula 4.882 hectómetros
cúbicos, 921 más que hace siete días. En total, los pantanos de la región suman
1.441 hectómetros cúbicos más que el pasado lunes.
El motivo de estas variaciones tan significativas es claro: las
precipitaciones. Ha llovido mucho en los últimos días. Y se ve a las claras en
los datos aportados por la delegación extremeña de la Aemet (Agencia Estatal de
Meteorología). Casi todas sus estaciones automáticas sumaron a lo largo de la
semana pasada más litros por metro cuadrado de los que históricamente se recogen
en cada una de ellas no al cabo de esos siete días, sino durante todo el mes.
Es lo que ha sucedido en tres de las cuatro ciudades más pobladas de
la región. La media histórica en la estación 'Badajoz universidad' son 30 litros
por metro cuadrado en los 31 días que tiene marzo. Sin embargo, entre los días 3
y 10 se recogieron más de 61 litros por metro cuadrado, o sea, más del doble. La
capital pacense registró además una de las mayores trombas de agua de entre las
varias que hubo en distintos sitios de la comunidad autónoma durante la semana
pasada. El día 7, la lluvia cayó con una intensidad de 44 milímetros por hora,
una velocidad por encima de los registros habituales.
En Cáceres, la norma son 36 litros en marzo, pero entre los días 3 y
10 cayeron 91. Y en Plasencia, la media es de 51 y entre los días 4 y 10 se
contaron 110. En Mérida, por contra, la semana pasada concluyó con 45 litros por
metro cuadrado, mientras que la media histórica para marzo es de 48 al final del
mes.
Aún siendo inusualmente altos, estos valores se quedan lejos de
algunos de los registros extremeños que deparó la semana pasada. Destaca por
encima de todas las estaciones la de Piornal, el municipio más alto de la
región. Entre el lunes y el domingo de la semana pasada, se recogieron 352
litros por metro cuadrado, cuando lo normal para todo el mes es 164. Además,
hubo un día, el martes 5, en el que cayeron 110 litros. También destacan
Garganta la Olla, con 289 litros en siete días, y Madrigal de La Vera, con 185,
registros por encima de lo habitual.
La
gráfica que muestra la evolución del pantano del Salor, a un paseo de
Cáceres, asusta. Y confunde. A las nueve de la mañana del pasado
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