Ahí abajo estamos nosotros, los seres humanos, dando vueltas a bordo de nuestro viejo planeta y empeñados en mil batallas. Lo que se ve es un trozo de la costa occidental de Estados Unidos y Canadá, aunque tampoco importa mucho, porque los astronautas se han hartado de contarnos que, en esta bola del mundo a escala real, no hay líneas de puntos que separen los países ni colores que permitan distinguirlos. En este caso, de hecho, hay colores que los unen: la imagen corresponde a una serie de fotografías de la aurora boreal tomadas desde la Estación Espacial Internacional, con las que se ha confeccionado el primer vídeo de este fenómeno contemplado desde el espacio.
«La aurora boreal es fantástica, volamos sobre un velo verde», ha tuiteado André Kuipers, el miembro holandés de la tripulación, desde su órbita a 370 kilómetros de altitud. Él y sus cinco compañeros son los únicos seres humanos que no están aquí abajo, en el planeta de la foto: distanciados de las miserias del día a día, con el pasmoso espectáculo del mundo ante los ojos, pueden reflexionar sobre nuestra fea costumbre de amargarnos la vida por tonterías, sin darnos cuenta de que somos un brevísimo episodio de la eternidad. Claro que, quién sabe, a lo mejor se han montado su pequeña Tierra y, en vez de mirar por la ventanilla, están ocupados en discutir.
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