miércoles, 29 de febrero de 2012

EN PIJAMA POR LA CALLE. EL PULSO DEL PLANETA / UN ACERTANTE GANA EN MAIRENA DEL ALCOR 5 MILLONES EN EL CUPÓN.

TÍTULO: EN PIJAMA POR LA CALLE.  EL PULSO DEL PLANETA.

Lo más «cool» ahora es pasear por la ciudad o acudir a un estreno o evento social en traje de dormir. Las firmas de moda han tomado nota.

Son las 6 de la tarde de un sábado cualquiera. Las calles del Soho neoyorkino están repletas de paseantes y compradores, muchos de ellos en pijama. Son las 10 de la mañana en el campus de la Universidad de New Haven. Los pasillos, la cafetería e incluso las aulas están llenos de gente, muchos de ellos también en pijama. No es que parezca que se acaban de levantar de la cama y necesitan una ducha. Es que llevan pantalones de franela con estampados de cuadros escoceses. O de algodón con dibujos. Eso sí, acompañados de botas de cordero australiano o con zapatillas de deporte a la última.
En Estados Unidos las nuevas generaciones de niños ya no tienen pesadillas con aparecer en el colegio sin darse cuenta de que siguen en pijama. Ahora sueñan con lucir esa prenda de la última colección de sus marcas favoritas. Y es que la industria de la moda ha aceptado el reto impuesto por la calle. Diseñadores como Dolce & Gabbana o Tommy Hilfiger han comenzado a incluir pijamas en sus colecciones. Tiendas como Abercrombie & Fitch o Pink —la hermana pequeña de Victoria’s Secret— han respondido al incremento de ventas de ropa de «andar por casa» ampliando la oferta. Kate Moss los ha lucido para ir a cenar y la diseñadora Rachel Roy se plantó unos zapatos de tacón y un pijama de dos piezas para el estreno de la película «One Day».
No todos son igual de receptivos con que los jóvenes americanos se salten la norma tácita por la que el pijama ha de reservarse para el descanso y la intimidad del hogar. Uno de sus detractores es Michael Williams, el comisario del distrito de Caddo en Luisiana. «La fibra moral de nuestra comunidad está menguando. Hoy son pantalones de pijama, mañana será la ropa interior», explicó Williams a la prensa norteamericana el día en que anunció que estaba trabajando junto con el fiscal de Caddo para prohibir llevar pantalones de pijama en público. Aunque el proyecto sigue en ciernes y se desconocen detalles como qué tipo de sanción recibirían quienes violen la nueva ley, los vecinos de de otras ciudades de Luisiana temen que suceda lo mismo que en 2007 cuando un distrito prohibió el uso de pantalones caídos y la abolición se extendió a varias ciudades más.
La censura sartorial no es nueva, y tampoco lo es la animadversión a ver pijamas en público. En 2010 un supermercado de Cardiff prohibió a sus clientes entrar sin zapatos o vistiendo pijama, para «evitar ofender o avergonzar a otros clientes», según rezaban los carteles en los accesos al establecimiento. También en 2010, en los albores de la Exposición Universal de Shanghái, las autoridades chinas trataron de erradicar el uso del pijama como ropa de calle mediante una campaña formada por carteles, policías que pedían a la gente que fueran a casa a cambiarse o publicidad con celebridades que desdeñaban el pijama como una vestimenta incivilizada.
El «New York Times» publicó entonces una columna escrita por Gao Yubing, un joven hongkonés que lamentaba que para lavar la imagen del país ante los visitantes occidentales se impidiese a sus conciudadanos mantener una costumbre que, al fin y al cabo, no hace daño a nadie.
El artista Julian Schnabel -foto-.

2-3-2012-TÍTULO: UN ACERTANTE GANA EN MAIRENA DEL ALCOR 5 MILLONES EN EL CUPÓN.

Un acertante gana en Mairena del Alcor 5 millones en el cupón.

Otras 23 personas se llevaron 25.000 euros, entre ellas un policía y un jubilado de Endesa.

El 60.358, serie 026. «¿A quién le ha “tocao”?».
Es la pregunta que ayer se hacían los vecinos de Mairena del Alcor y los banqueros del pueblo que no paraban de andar calle arriba, calle abajo buscando al ganador de los 5 millones de euros al contado más un premio de 6.000 todos los meses durante 25 años.
Sin alharacas «porque aquí somos muy precavidos» —decía el delegado de Seguridad Ciudadana, José Antonio Galocha— en el pueblo no se hablaba de otra cosa.
«La gente se pregunta quién es el que ha ganado tanto dinero y por dónde se ha vendido. «Están diciendo que ha sido por la zona alta, por la de la gasolinera que está a la entrada del pueblo», añade el edil.
Para los curioso s, la fuente de información era ayer el cuponero que dio el premio a quien traían «frito con tantas preguntas y felicitaciones».
Se trata de Francisco Javier Espada, de 40 años de edad , soltero y padre de una niña que ayer cumplía diez meses y que, según cree, es la artífice de tanta felicidad pues este es el segundo cuponazo que vende desde que a finales de noviembre repartió 175.000 euros en cinco cupones premiados con 35.000.
Aunque los vendedores de la Once no ganan más dinero por dar más premios, sí venden más cupones «y en el vender va la ganancia».
Dar premios —apostilla el cuponero— es una buena publicidad para nosotros».
«No sé a quién le he dado “el gordo” —comentaba ayer muy nervioso Espada— porque yo vendo por muchos sitios no me quedo parado en un punto y no creo que aparezca, no creo.... Pero me parece que lo vendí entre el lunes y el viernes pasados en la zona que hay entre las calles Cervantes y la Avenida de Andalucía. Aquí hay mucho parado y muchos necesitados y quiera Dios que le haya tocado a alguno de ellos».
Junto a esos 5 millones ha vendido otros 23 cupones premiados con 25.000 euros por lo que, en total, el sorteo del domingo en el pueblo dejó 7.375.000 euros.
Entre los afortunados con estas pequeñas cantidades hay un policía local y un jubilado de Endesa.
A punto ha quedado una empleada del centro de salud que todos los días le compra a Fracisco Javier y el del domingo no lo «pilló porque le dijo que luego iría a buscarlo y no le dio tiempo», relatan en el centro sanitario que no sabían nada de la buena noticia que corría por el pueblo.
«Verás cuando se entere esta compañera —bromeaba una trabajadora— y a ver si averiguamos algo. Yo desde luego no soy el afortunado porque no estaría aquí. Nadie ha dicho nada ¿cómo lo va a decir? Pero nos enteraremos porque esto es muy chico».

Sospechoso

En el Bar Rodríguez, cerca del ambulatorio, también cuentan que ha estado muy repartido el premio de 25.000 euros pero «el del gordo no hay quien lo encuentre».
Las cábalas y las quinielas no eran pocas y el primero que no aparecía se convertía en sospechoso. «Ahora se acaba de ir de aquí el cuponero, sobre las seis de la tarde, y todavía no ha “dao” con el que sea», dijo un camarero. «Esto ha sido horroroso todo el día —sigue— porque han ganado los pequeños premios muchos vecinos y la gente está contenta».
El cupón de fin de semana del domingo tenía motivo andaluz, porque estaba dedicado al parque natural de Sierra María-Los Vélez de Almería, dentro de la serie monográfica dedicada a los parques naturales de España.
Este sorteo de la Once repartió también el domingo otros 250.000 euros en Alzira, en la Comunidad Valenciana.

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