Fue director de la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz.
El pintor José Rebollo López (Badajoz, 1873-1928) era un hombre afable y comunicativo al que le gustaba que le llamasen Pepe. Su nombre, así expresado, figura en el tintero de cerámica de Talavera de la Reina que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Badajoz (MUBA) con otros objetos personales que le pertenecieron (bastón, abrecartas, tubos de pintura, máquinas de fotos). El museo ha organizado una exposición antológica para documentar la figura de este artista que fue discípulo de Felipe Checa y ocupó la dirección de la Escuela de Artes y Oficios de la capital pacense.
La exposición está dividida en apartados que llevan denominaciones como bodegones, paisajes, tipos populares, acuarelas, caricaturas, estampas japonesas, ilustraciones, dibujos (que hacía sobre papel siliconado traslúcido) y fotografías. Porque la creatividad de José Rebollo López se dividió en múltiples facetas, algunas de ellas relacionadas directamente con su tarea de profesor en la Escuela de Artes y Oficios.
Los trabajos expuestos pertenecen casi en su totalidad a la familia del pintor que los ha cedido para esta ocasión. Los cuadros han sido catalogados y titulados para ser colgados en la exposición. Hay cuadros de pequeño formato, casi postales y otros a los que quiso dar la apariencia de tapices. Hay acuarelas inspiradas en Venecia y otras series que imitan el paisaje japonés. Hay cuadros con un acabado perfecto y otros que parecen todavía a la espera de alguna pincelada.
Los bodegones han sido situados en las primeras salas abriendo la muestra. Hay obras que están fechadas en 1897, cuando José Rebollo era un joven de sólo 24 años y había vuelto a Badajoz tras abandonar los estudios de Arquitectura en Madrid al producirse el fallecimiento de su padre.
En Badajoz comenzó a trabajar en el Servicio de Arquitectura del Ayuntamiento como delineante. Alternaba este trabajo con su tarea como profesor en la Escuela de Artes y Oficios.
Fue nombrado director de ella a la muerte de Felipe Checa. Román Hernández Nieves, el director del Bellas Artes, destaca que ocupó este puesto precisamente entre Checa y Covarsí, que le sucedió. Le relaciona también con Antonio Juez y comenta que con ellos forma el gran cuarteto identificativo de la pintura de Badajoz en los primeros treinta años del siglo XX.
«Un gran bodegonista»
Los bodegones de José Rebollo representan con frecuencia pescados y otros productos marítimos, cosa que no era muy habitual en el costumbrismo extremeño. En uno de ellos hay un cangrejo. Román Hernández le considera «un gran bodegonista» y un excelente dibujante, también tentado por las escenas de costumbres y tipos populares, el costumbrismo, que tanta representación tuvo en la pintura extremeña del momento. Tiene influencia de paisajistas andaluces y utilizó incluso aplicaciones de pan de oro en sus estampas japonesas.
Hay en la exposición un apartado dedicado a su faceta de caricaturista y Hernández Nieves destaca que también hizo trabajos como ilustrador para la prensa de la época. El catálogo deja constancia de su buena relación con el diario El Orden. Allí no sólo figuran caricaturas del propio Rebollo hechas por otros dibujantes, sino que el periódico dedicó atención a una de las aficiones preferidas del pintor: la tauromaquia, «que practicó activamente lidiando toros en algunas ocasiones».
La fotografía fue otra de sus grandes aficiones. José Rebollo coloreaba fotos y las empleaba a modo de tarjetas con sus amistades. Practicó la foto erótica y la exposición da fe de ello mostrando un puñado de fotos de mujeres desnudas que se le atribuyen al pintor. También dejó fotografías de algunos edificios de la ciudad de Badajoz.
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