martes, 14 de febrero de 2012

YO CANTÉ CON WHITNEY.

Aquel día Mireia se quedó paralizada sobre el escenario de 'Sorpresa, sorpresa'. Aunque apenas fueron unos segundos. Concha Velasco le acababa de dar un 'empujoncito' para que comenzara a lanzar las primeras y sosegadas notas del 'I will always love you', el mayor pelotazo musical de su admirada Whitney Houston. Con 16 años, para Mireia era una diosa. La adolescente valenciana hasta la imitaba en el peinado. Una niña que nada sabía del demonio de las drogas que ya acechaba a su diva. Mireia se arrancó con voz melosa. Apenas llevaba 10 segundos cantando cuando los aplausos del público le hicieron perder la melodía. Giró la cabeza. Y allí estaba ella, caminando hasta pararse a su lado. La mismísima Whitney Houston. Mireia abrió mucho la boca. Puso los ojos como platos. Y mirando al frente dejó asomar en su labios, aunque sin pronunciarla, una espontánea y juvenil expresión: «¡Ostiaaaa!». Apenas unos segundos de asombro. Luego se agarró fuerte al escenario y cumplió uno de sus sueños: cantar dignamente a dúo el tema central de 'El guardaespaldas' junto a su estrella. Mireia, de 29 años, posa en su casa de Manises (Valencia) con la foto que Whitney Houston le firmó hace 13.
Corría el año 1999. Entonces, Mireia no lloró. Ni siquiera cuando la cantante de Nueva Jersey le acarició cariñosamente su rizada cabellera ante los ojos de ocho millones de espectadores, según el 'share' de aquel instante. Tampoco cuando le dedicó unos segundos de su tiempo en el camerino. «Me dijo que había sido un placer cantar conmigo. ¡Que iba a ser su sucesora».
Hoy, 13 años después, apenas pasadas unas horas de que el maltrecho cuerpo de Whitney Houston apareciera inerte en una bañera de un lujoso hotel de Los Ángeles, Mireia Ortiz (Manises, Valencia, 1983) sí confiesa haber llorado al enterarse de la muerte. «Se me han caído las lágrimas solas», recuerda con mirada nublada en el salón de su casa. Al lado la observa orgullosa en batín Maru, su madre, la misma que días antes de aquel gran momento de 1999 recibió una llamada del productor Giorgio Aresu anunciándole que 'su niña' había sido la elegida. Escogida por la propia mano de Whitney Houston entre los videos de las cuatro niñas que la imitaban en el programa infantil 'Menudas estrellas' para cantar junto a ella en 'Sorpresa, sorpresa' como parte de la promoción en España de su álbum 'My love is your love'.
En casa, Mireia casi llora de nuevo frente al vídeo VHS de su aparición con Whitney.
Aquel día estuvo a punto de no poder cantar. Estaba convencida de que iba a Antena 3 para grabar una prueba como posible presentadora de un programa infantil. En la España televisiva de finales de los 90, Mireia se había hecho cierta fama como imitadora de Whitney Houston en el 'Menudas estrellas' de Bertín Osborne. Pero cuando se abrió la puerta del estudio y vio un plató abarrotado, listo para un directo, Mireia se echó a temblar. «Le dije a mi madre, ¡como venga Whitney Houston, no canto!». El productor Giorgio Aresu se quedó blanco en primera fila cuando la niña enmudeció al entrar la diva. «El hombre no paraba de gesticular y gritar, ¡¡canta, canta!!». Y Mireia cantó. «Ella me cogió del brazo, me dio una seguridad y una tranquilidad, ¡enormes!».
Educadora infantil
Detrás de la cámara aún hubo tiempo para otro encuentro «con la más grande». La adolescente valenciana ya se marchaba de los estudios televisivos cuando un miembro del equipo de la cantante estadounidense le dijo que Whitney quería verla. Mireia aguardó unos segundos a la puerta de su camerino. «Había un guardaespaldas delante enorme y que solo con mirarme y levantarme una ceja, me hizo quedarme quietecita...», recuerda. Dentro, la estrella mundial le firmó una foto suya que hoy sigue guardando en casa como un tesoro.
Su sueño eterno, el de triunfar como cantante, Mireia lo ha dejado aparcado. Aunque solo en parte. «Es un mundo muy duro y yo he visto a amigas que lo han pasado muy mal». Ha pasado por castings de Operación Triunfo, Factor X. Sigue haciendo bolos musicales y está a apunto de estrenar un musical en Murcia, 'La vuelta al mundo en 80 días'. Pero jamás perdió el norte. En esto no ha imitado a su ídolo. Se formó con cabeza. Es técnico en Educación Infantil, técnico en Administración, hizo seis años de ballet, ocho de canto, sabe tocar la batería... Y hoy es educadora infantil de niños de hasta tres años, les da también clases de danza y le queda tiempo para enseñar funky y hip-hop en otro centro. Y hasta para ver «un fin de semana sí y otro no» a su novio malagueño». A su modo, ella ya triunfó aquel día de 1999. «Estar a su lado es lo más grande que jamás me puede haber pasado».

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