TÍTULO: ENRÉDATE LAS MAMAS DE FACEBOOK:
Textos bonitos para las madres
Si tu
deseo es ver a tu madre feliz en su día no te puedes perder este
artículo. Tu mamá es una de las personas más especiales en tu vida y por
lo tanto se merece lo mejor. No te sientas obligado a regalarle un
obsequio costoso, da por hecho que sentirá contenta de recibir algo que
tenga un significado especial, algo que venga de tu corazón.
TÍTULO: NUESTROS ROSTROS ES NUESTRA HISTORIA,.
NO
SÉ SI OCURRE en España como en Italia, donde, gracias a los medios de
comunicación y la publicidad (y a diferencia de los hombres de ...
NO SÉ SI OCURRE en España como en Italia, donde,
gracias a los medios de comunicación y la publicidad (y a diferencia de
los hombres de la misma quinta, que aparecen caracterizados como
juveniles y atractivos), la mujer que ha rebasado los 50 aparece
solamente representada de dos maneras: como protagonista de artículos embarazosos que
anuncian pañales para la pérdida de orina, desodorantes que disimulan
los olores desagradables y pastillas anti estreñimiento, o bien en una desaforada carrera contra el tiempo que le permita aparentar 30 años una vez cumplidos los 60. Una guerra donde sus únicas aliadas son las cremas –cada vez más caras– o la cirugía.
¿HABÉIS VISTO alguna vez el anuncio de un laxante o de unas
pastillas antigases protagonizado por un maduro con el pelo canoso? La
mujer de más de 50 aparece en un extremo u otro. O es la tigresa con los
labios recauchutados o está en la antesala del asilo. Nos dice que
tenemos que hacer de todo para ocultar los signos del envejecimiento, para
seguir siendo seductoras, ya que la seducción –nos lo repiten
constantemente–es el auténtico motor de nuestra vida. Somos carne, en
definitiva, y, para no dejar de serlo, debemos permanecer como animales
jóvenes; de lo contrario, nuestro destino es volvernos invisibles. ¿De
veras es ese nuestro destino? Cuando veo a muchas mujeres de hoy con la cara hinchada y tiesa como una máscara no puedo más que sentir una pena enorme.
A NADIE LE GUSTA envejecer, pero no creo que esa sea la mejor
terapia. Nuestro rostro es nuestra historia. A los 20 años todas somos
bonitas; a los 50 y 60 la cara informa de lo que hemos sido en la vida.
¿Hemos sido egoístas, avaras, crueles o, por el contrario, generosas,
curiosas, abiertas? Cada una de nuestras arrugas habla de esto. Y
la belleza, o la no belleza, son consecuencia, por tanto, de las
elecciones que hayamos tomado a lo largo de los años. Mi abuela, con los
80 cumplidos, andaba rodeada de pretendientes aunque no se había hecho
ningún arreglo estético. Se cuidaba, claro está, porque cuidarse–tener
cuidado de uno mismo– es justo y hermoso, pero su atractivo no venía de
la piel, sino de la luz extraordinaria que emanaban sus ojos. La luz del
corazón, esa luz que hace ya demasiado que hemos olvidado. Los ojos son el espejo del alma y de ese espejo nace la única belleza que es inteligente cultivar.
¡Cuántos rostros inexpresivos a nuestro alrededor, cuántos cuerpos que
persiguen la belleza donde no es posible hallarla! El hecho de que la
verdadera belleza está en el interior no es un dicho de consolación para
esas personas a las que la naturaleza no ha tratado bien, sino una
realidad que no es difícil de probar. La vida es un camino hacia la sabiduría. Quien
lo acepte, logrará con los años un esplendor que ninguna crema ni
ninguna intervención le podrá dar jamás. Y quien no lo acepte, se verá
forzado a correr tras el efímero estandarte de la eterna juventud, como
los pobres reos del infierno dantesco, hasta el último de sus días.
P. D.: Envejecer no le gusta a nadie, pero aceptarlo es una
prueba de sabiduría. El rostro narra nuestra historia y cómo hemos
afrontado la vida. Hay rostros ancianos hermosísimos porque desprenden
la luz de la serenidad y la paz interior. Esa es la verdadera belleza de
las mujeres de cualquier edad,.
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