viernes, 16 de noviembre de 2012

SHAKIRA CANTARA EN CATALÁN,/ EL ALA OESTE DE LA MONCLOA,.

TÍTULO: SHAKIRA CANTARA EN CATALÁN:

Piqué anuncia que su novia versionará la canción 'Boig per tu' y que su 'wakabebé' nacerá en Cataluña. «Eso sí lo tenemos claro; el nombre,.

Piqué anuncia que su novia versionará la canción 'Boig per tu' y que su 'wakabebé' nacerá en Cataluña. «Eso sí lo tenemos claro; el nombre todavía no...» 

Quan no hi siguis al matí, les llàgrimes es perdran, entre la pluja, que caurà avui' (Cuando no estés por la mañana, las lágrimas se perderán entre la lluvia que caerá hoy). Si no le suena esta cantinela, vaya preparándose. Puede convertirse en el estribillo machacón de uno de los próximos bombazos de Shakira. La estrofa, que forma parte del mítico tema 'Boig per tu' -Loco por ti-, de Sala, es una de las más reconocidas de la cultura catalana. Versionada por Dyango, Luz Casal y Josep Carreras, entre otros, ahora será la cantante colombiana quien se estrenará -y atreverá- con una nueva lengua en su próximo disco.
Su novio, Gerard Piqué, anunció orgulloso la buena nueva en una entrevista en la radio en la que habló sin tapujos sobre su vida privada. La feliz pareja, 'embarazada' de seis meses, hizo su última aparición en unos cines de Barcelona. Shakira mostraba ya una pronunciada barriguita. El futbolista del Barcelona y de la selección española quiso desmentir algunos supuestos nombres que ya han salido a la palestra para el futuro bebé. «Es cierto que estamos teniendo problemas para acertar con el nombre, pero no vamos a llamarle 'Ulisito', como se ha dicho. Primero salió el de Biel, que nos gusta, pero no creo que sea ese. Tampoco Gerard. Ya lo veremos», añadió. Lo que sí tienen claro es la nacionalidad que figurará en el futuro pasaporte del pequeño. Será español y colombiano de Barcelona. «Mi hijo nacerá en Cataluña, tengo claro que será catalán de nacimiento». Y encima podrá escuchar a su madre cantar en la lengua de su padre. Vamos, la cuadratura del círculo.
 
TÍTULO: EL ALA OESTE DE LA MONCLOA,.
 
 Cuanto más arrecia la crisis, más se apoya Rajoy en un reducido grupo de colaboradores que forman Jorge Moragas, Álvaro Nadal, Carmen Martínez y Pedro .
 
Cuanto más arrecia la crisis, más se apoya Rajoy en un reducido grupo de colaboradores que forman Jorge Moragas, Álvaro Nadal, Carmen Martínez y Pedro Arriola. Junto a ellos, en Moncloa también trabajan algunas jóvenes promesas del PP.

Cada vez que la tensión se dispara en La Moncloa o que el presidente viaja a Bruselas, hay tres personas que están a su lado. Es el núcleo duro de Mariano Rajoy y lo forman su jefe de Gabinete, Jorge Moragas; el director de la Oficina Económica, Álvaro Nadal; y la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro. Junto a ellos figura también Pedro Arriola, el sociólogo de cabecera del PP desde hace años y ahora con acceso directo en La Moncloa. Son la versión española del equipo del presidente Jed Bartlet en la conocida serie estadounidense El ala oeste de la Casa Blanca.
Rajoy acaba de cumplir 100 días como presidente del Gobierno, un tiempo suficiente para dibujar las líneas maestras de su Gobierno y también para diseñar el equipo de colaboradores más estrechos, la estructura y la manera en la que se trabaja. Por utilizar una metáfora deportiva, desde su llegada a Moncloa –y en realidad, desde mucho antes-, Moragas, Nadal y Martínez Castro están en sus puestos para capear todo tipo de temporales. Ha sido el caso de esta última semana, con la bolsa bajo mínimos, la prima de riesgo desbocada por encima de los 400 puntos y el polémico anuncio del recorte de 10.000 millones de euros en sanidad y educación.
Cada uno en su función, son los alter ego de Rajoy, a quienes escucha y por quienes se deja aconsejar. También con quienes viaja, porque dentro del plan de austeridad que también ha aplicado en La Moncloa –por ejemplo, para reducir el número de cargos desplazados y evitar que viaje más de un miembro del mismo servicio-, Moragas y Martínez Castro tienen asiento fijo en el avión de Rajoy; Nadal lo tiene si el desplazamiento tiene motivos económicos.
Jorge Moragas (Barcelona, 1965) era desde 2008 director de Gabinete de Rajoy como presidente del PP. Junto a él, ascendió a director del Gabinete de Presidencia del Gobierno y asumió una tarea que consiste en controlar todos los temas a los que se enfrenta el presidente. “Tiene un montón de frentes, en todos los temas, y tiene que controlarlos todos”, resume alguien con muchos años de profesión en Moncloa. Con rango oficial de secretario de Estado, desde el punto de vista de la carga de trabajo tiene una tarea tan importante como la de un ministro. Con su nombramiento, Moragas ha experimentado un revival de sus años en La Moncloa con José María Aznar, pero elevado
Eran los tiempos, de 1996 a 1998, en que trabajó como asesor de Protocolo de Presidencia y formaba parte de un prometedor grupo de jóvenes que formó una piña trabajando para Aznar. Entre ellos está, por ejemplo, Andrés Costilludo, al que el Gobierno ha nombrado ahora director de la unidad de apoyo del comité organizador de la próxima cumbre iberoamericana de Cádiz. Aquella experiencia, recuerdan las mismas fuentes, le sirvió para “rodarse”. Ahora, añaden, Moragas “ha pasado a primera fila” en la organización de la agenda del presidente, la preparación de reuniones y la representación de Rajoy en otras.
Superministro en la sombra.
Si Moragas es la agenda de Rajoy, Álvaro Nadal (Madrid, 1970), el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, es su superministro en la sombra. Técnico comercial y economista del Estado, es una pieza clave de la estrategia económica del Gobierno y el filtro más importante en esta materia para Rajoy. Nadal no apareció de la nada, puesto que junto a los hoy ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, y de Empleo, Fátima Báñez, articuló la estrategia en la que se basó la acción de oposición de Rajoy, centrada en la crisis. Pero el de Álvaro Nadal era un perfil poco común en la política española: menos político que intelectual y en contacto con los movimientos de la economía internacional y europea y mucho más aficionado al trabajo fuera de los focos. Por eso se siente cómodo con una exposición pública que ha disminuido a medida que han aumentado sus responsabilidades, que hoy pasan no solo por catalizar las propuestas y las discrepancias entre los ministros de Economía y Hacienda, sino también por ser los ojos y los oídos de la opinión sobre España en el exterior.
Internamente, Nadal centraliza los mensajes y propuestas de los ministros De Guindos y Montoro antes de que lleguen al presidente. Por poner dos ejemplos, en las últimas semanas ha sido una pieza clave en la coordinación y elaboración de los Presupuestos, así como en la redacción del Plan de Estabilidad que el Gobierno debe presentar ante Bruselas y que contempla el recorte de 10.000 millones en sanidad y educación.
Fuera de España, Nadal se mueve como un pez en las revueltas aguas que corren entre Berlín y Bruselas. Como es común en muchos cargos de confianza del presidente del Gobierno, también estudió en una universidad extranjera –doctorado por la Universidad de Harvard-, y entre 1999 y 2001 fue encargado de coordinación del Ecofin –la reunión de ministros de Economía de la UE- y de las relaciones entre España y asociaciones financieras. Domina la jerga comunitaria y es uno de los activos clave de Rajoy en la esfera internacional, al que acompaña habitualmente a las reuniones en Bruselas, y el principal interlocutor del Ejecutivo con el Gobierno de Angela Merkel, incluso antes de la llegada de Rajoy a La Moncloa.
Semanas antes de las elecciones del 20 de noviembre, Rajoy fue preguntado en una entrevista por cuáles eran las personas en las que más confiaba. Dio cuatro nombres de mujer. Las tres primeras fueron Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Mato y Dolores de Cospedal. Todas ellas, dirigentes del partido. La cuarta fue Carmen Martínez Castro (Caracas, 1961), la periodista sin carné del PP que en los últimos años ha pasado junto al presidente por los peores y los mejores momentos. Ella es la responsable de gestionar una estrategia de comunicación que, independientemente de la imagen que dé de Rajoy y de las críticas por la opacidad en la que pivota, funciona.
Defensa de Rajoy.
El objetivo principal es cuidar la imagen del presidente, desde cuando en 2008 en el PP se cuestionaba su liderazgo, pasando por el escándalo de la Gürtel o su mutismo tras ganar las elecciones. También la última semana, en medio de los recortes, los mercados y el miedo a una intervención. En La Moncloa ha tenido una buena acogida por parte del personal de la Secretaría de Estado de Comunicación, que valora que haya tenido en cuenta la opinión de funcionarios que llevan años trabajando en temas en los que ella y su equipo acaban de aterrizar.
Si los miembros del Gobierno incurren en incoherencias y declaraciones contradictorias, no será culpa de ella, que desde su llegada a Moncloa reúne allí cada lunes a los jefes de prensa de todos los ministros para analizar las agendas, marcar los mensajes e intentar que todo el Ejecutivo suene de manera acompasada. Gallega como Rajoy, también le gustaría pasar desapercibida, por eso está más cómoda en las reuniones internacionales, donde la conocen menos.
Junto a este núcleo duro, pero fuera de Moncloa, está Pedro Arriola, que, sin haber sido designado para ocupar ningún puesto en el Gobierno, mantiene intacta la influencia de la que goza desde hace años en el PP y en sus presidentes del Gobierno. Casado con la exministra Celia Villalobos, es un reconocido experto electoral que ha sabido trabajar con Aznar y también con Rajoy (en la página anterior, en un avión con Arrila en la campaña de las generales de 2000, a las que aún se presentó Aznar).
A él se le atribuye la estrategia que sigue desde hace años el presidente de guardar silencio mientras las adversidades desgastan a los contrincantes políticos. También el plan para que el Gobierno retrasara lo máximo posible las medidas más dolorosas hasta después de las elecciones andaluzas. Al hilo de qué criterios estaría siguiendo el Gobierno para elaborar los Presupuestos de 2012, un reputado economista cercano al PP hacía un comentario que refleja muy bien la influencia de Arriola sobre el presidente: “Más que consideraciones económicas, entran consideraciones políticas que Rajoy, Sáenz de Santamaría y Arriola evaluarán con cierta independencia de criterios meramente técnicos”.
En el entorno de Rajoy hay 0tras dos personas mucho más discretas. Es el caso de Ketty Satrústegui, secretaria de Rajoy desde hace unos años, que se mudó en diciembre a Moncloa para ponerse a la cabeza del secretariado que asiste al presidente. Junto a ella está Valle Ordóñez, coordinadora para asuntos relacionados con la Presidencia del Gobierno, después de una década de trabajar con Rajoy en cuestiones de protocolo.
Lo que Rajoy ha buscado en Valle Ordóñez es alguien que le gestione en la medida de lo posible algo tan poco protocolario como sus costumbres. “No se trata de un protocolo formal, probablemente de lo que se ocupa es de las cosas personales, preferencias y manías”, como las que tuvieron sus antecesores. Por ejemplo, fuera de la agenda oficial, solo una persona que ha trabajado con él durante años sabe si prefiere recibir visitas por la mañana o por la tarde, madrugar para empezar pronto a trabajar o, por el contrario, apurar hasta bien entrada la noche. Su papel en La Moncloa tiene hoy que ver con cuestiones más personales que las del trabajo puro y duro del presidente del Gobierno.
El área de Protocolo es un complicado entramado para fijar agendas, viajes y visitas con la participación de otros ministerios, principalmente Exteriores. De ahí que Moragas se haya traído al diplomático Bernardo de Sicart a La Moncloa. Este catalán (al igual que el jefe de Gabinete o su número dos, Alfonso de Senillosa) ya estuvo en el equipo organizador de Barcelona 92 y en los últimos años ha sido el cónsul español en Lima. Los tres forman el clan de Barcelona.
El palacio de la Moncloa también vive un relevo generacional con la llegada del equipo de Rajoy. De él forma parte un grupo de jóvenes muy preparados, políglotas, que vivieron y estudiaron en varios países y trabajaron en el sector privado antes de llegar a Génova para trabajar a las órdenes de Moragas
 (ver recuadro sobre estas líneas). Otra vez, talentos que prefieren el trabajo en la sombra a la luz de los focos.
La seguridad del presidente.
La persona que vigila cada movimiento de Rajoy dentro y fuera de La Moncloa es el director de Seguridad de Presidencia de Gobierno, el teniente coronel de la Guardia Civil Alejandro Hernández Mosquera. Ha estado destinado en unidades del Servicio de Información de la Benemérita, sobre todo en las de la lucha contra ETA, y fue uno de los primeros enlaces destinados en Francia. Desde 2008 era agregado de Interior en Senegal.
Hernández no es el único militar que trabaja junto a Rajoy, puesto que en el departamento de Internacional y Seguridad que dirige Ildefonso Castro se ha incorporado el teniente coronel Carlos Serres, un oficial con una amplia experiencia en organismos internacionales como la ONU, la OTAN o la UE. Entre el coronel Aníbal Villalba, que se incorporó al staff monclovita en la última etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, y él preparan los encuentros internacionales de Rajoy en los que se vaya a hablar de la seguridad y la defensa de España.
 

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