La administración de lotería número 67 de Madrid, conocida popularmente como 'Doña Manolita', se muda. El próximo mes de julio se .
Foto de un decimo de Lotería, etc.
La administración de lotería número 67 de Madrid, conocida popularmente como 'Doña Manolita', se muda. El próximo mes de julio se cambiará a la calle del Carmen número 22.
La mudanza se debe a la finalización del contrato de arrendamiento del local en el que hasta hoy se emplaza la administración de lotería.
Según una portavoz de la administración, "se ha tratado de buscar un recinto que permita atender mejor a los clientes y que esté adaptado a personas con discapacidad", ya que antes tenían que salir a la calle para atender a estos clientes.
La nueva sucursal será más grande y permitirá atender a más público, por lo que, desde la administración esperan que, "tras la mudanza, todo siga igual".
Además, han añadido que, cuando se aproxime la fecha del traslado realizarán una rueda de prensa en la que informarán de las características de la 'nueva Doña Manolita'.
Nacida en 1879, 'Doña Manolita' tuvo su primera sede en la calle San Bernardo. Pronto comenzó a repartir premios con gran frecuencia, y en 1931 trasladó su oficina a la actual dirección, en el número 31 de la Gran Vía madrileña.
La mujer que durante años regentó el negocio y que dio nombre a la administración falleció el 7 de mayo de 1951.
A día de hoy, la popular administración madrileña es una de las que más premios reparte de toda España y cuenta con millones de clientes en todo el mundo, siendo especialmente afamado el Sorteo Especial de Navidad, por el que durante semanas se forman larguísimas colas a las puertas del local.
El inesperado traslado es anunciado mediante unos carteles a la entrada del local. Los clientes se detienen unos segundos para leerlos sin terminar de creérselo. "¡Qué pena, este local es un emblema de la capital!", dice un consumidor asiduo a la administración.
Una gran parte de los clientes de la afamada oficina de lotería son turistas que aprovechan su paso por Madrid para probar con la suerte más castiza. Admiten que siempre que vienen pasan a probar fortuna, "para ver si por fin dejan de pasar". Otros entran "por tradición", e incluso los hay que son fieles a Doña Manolita desde la distancia, comprando sus cupones por internet.
Lo cierto es que a este establecimiento todo el mundo entra y sale con una sonrisa: Doña Manolita no vende cupones, sino sueños. Algunos vuelven tras haber sido premiados, y otros esperan con ilusión a que les llegue el momento. Una de las frases que repiten una y otra vez los clientes que entran a jugar su suerte es "alguna vez tendrá que tocar".
La mudanza de Doña Manolita está en boca de todos a las puertas de la casa de loterías. Para muchos, "ya no será lo mismo" porque el número 31 de la Gran Vía era casi un sinónimo de buena suerte.
Con el paso de los años, la administración ha sabido conservar su particular trébol de cuatro hojas, o cualquiera que sea su amuleto. La pregunta que se plantean ahora los consumidores más fieles a este histórico negocio es si Manolita seguirá siendo la misma en su nueva sede. La mayoría confiesa que, ya sea por tantos años de servicio, por tradición o superstición, le brindarán una oportunidad.
TÍTULO: LA HORMA DE MI ZAPATO ROMAN POLANSKI .
La mudanza se debe a la finalización del contrato de arrendamiento del local en el que hasta hoy se emplaza la administración de lotería.
Según una portavoz de la administración, "se ha tratado de buscar un recinto que permita atender mejor a los clientes y que esté adaptado a personas con discapacidad", ya que antes tenían que salir a la calle para atender a estos clientes.
La nueva sucursal será más grande y permitirá atender a más público, por lo que, desde la administración esperan que, "tras la mudanza, todo siga igual".
Además, han añadido que, cuando se aproxime la fecha del traslado realizarán una rueda de prensa en la que informarán de las características de la 'nueva Doña Manolita'.
Nacida en 1879, 'Doña Manolita' tuvo su primera sede en la calle San Bernardo. Pronto comenzó a repartir premios con gran frecuencia, y en 1931 trasladó su oficina a la actual dirección, en el número 31 de la Gran Vía madrileña.
La mujer que durante años regentó el negocio y que dio nombre a la administración falleció el 7 de mayo de 1951.
A día de hoy, la popular administración madrileña es una de las que más premios reparte de toda España y cuenta con millones de clientes en todo el mundo, siendo especialmente afamado el Sorteo Especial de Navidad, por el que durante semanas se forman larguísimas colas a las puertas del local.
Manolita y su trébol de cuatro hojas
Para algunos es pura superstición, pero lo cierto es que Doña Manolita ha repartido una gran cantidad de premios gordos. Sin ir más lejos, en el pasado Sorteo Especial de Navidad, la entidad entregó el segundo y el quinto premio. A ello, y a su buen trato con el cliente se debe la buena fama que el negocio ha sabido mantener durante más de 100 años.El inesperado traslado es anunciado mediante unos carteles a la entrada del local. Los clientes se detienen unos segundos para leerlos sin terminar de creérselo. "¡Qué pena, este local es un emblema de la capital!", dice un consumidor asiduo a la administración.
Una gran parte de los clientes de la afamada oficina de lotería son turistas que aprovechan su paso por Madrid para probar con la suerte más castiza. Admiten que siempre que vienen pasan a probar fortuna, "para ver si por fin dejan de pasar". Otros entran "por tradición", e incluso los hay que son fieles a Doña Manolita desde la distancia, comprando sus cupones por internet.
Lo cierto es que a este establecimiento todo el mundo entra y sale con una sonrisa: Doña Manolita no vende cupones, sino sueños. Algunos vuelven tras haber sido premiados, y otros esperan con ilusión a que les llegue el momento. Una de las frases que repiten una y otra vez los clientes que entran a jugar su suerte es "alguna vez tendrá que tocar".
La mudanza de Doña Manolita está en boca de todos a las puertas de la casa de loterías. Para muchos, "ya no será lo mismo" porque el número 31 de la Gran Vía era casi un sinónimo de buena suerte.
Con el paso de los años, la administración ha sabido conservar su particular trébol de cuatro hojas, o cualquiera que sea su amuleto. La pregunta que se plantean ahora los consumidores más fieles a este histórico negocio es si Manolita seguirá siendo la misma en su nueva sede. La mayoría confiesa que, ya sea por tantos años de servicio, por tradición o superstición, le brindarán una oportunidad.
TÍTULO: LA HORMA DE MI ZAPATO ROMAN POLANSKI .
Polanski, 76 años de un genio maldito
Polanski, en el rodaje de 'El pianista'. (Foto: AP)
- Artífice de obras maestras como 'La semilla del diablo' o 'El pianista'
- Prófugo de la justicia estadounidense, no pisa EEUU desde 1978
- Su esposa, Sharon Tate, fue asesinada por la secta de Charles Manson
Cineasta inquieto y versátil, atormentado por los horrores de la
Segunda Guerra Mundial, este francés (París, 1933) de origen polaco, que
no pisa tierra estadounidense desde 1978, recibió el Oscar al mejor
director por 'El pianista' (2002), un estremecedor relato sobre la
ocupación nazi de Polonia, donde murió su madre en un campo de
concentración.
Ese galardón no eximió a las autoridades estadounidenses de seguir considerando a Polanski un prófugo de la justicia, ya que existe en su contra una orden de detención si pisa el país por mantener relaciones sexuales con la adolescente Samantha Gaimer, de 13 años.
Su fama de director único comenzó a labrarse en Europa, primero con una decena de cortometrajes y cintas rodados en Polonia y después, con su primera obra maestra, 'Repulsión' (1965), un horror psicológico protagonizado por Catherine Deneuve que cosechó un gran éxito en el Festival Internacional de Berlín.
Polanski daba así las primeras pinceladas de un universo propio, lleno de atmósferas sugestivas caracterizadas por la intriga, que comenzaría a consolidar de la mano del guionista francés Gérard Brach.
Con Brach empezó a trabajar en 'Repulsión' y continuó haciéndolo en 'Callejón sin salida' (1966), 'El baile de los vampiros' (1967) (donde aparecía Sharon Tate, con quien se casó el 20 de enero de 1968), 'Che?' (1972), 'El quimérico inquilino' (1976), 'Tess' (1979), 'Piratas' (1986), 'Frenético' (1988) y 'Lunas de hiel' (1992).
Divorciado de Barbara Lass en 1962 después de tres años de matrimonio, Tate fue su segunda esposa, pero el 9 de agosto de 1969 fue asesinada, embarazada de su primer hijo, a manos de seguidores de la secta de Charles Manson.
Un año antes, Polanski había alumbrado en Hollywood su cinta más popular, 'La semilla del diablo', uno de los mayores clásicos del horror contemporáneo, con la presencia de Mia Farrow y John Cassavetes, pero tras el terrible suceso, el realizador sufrió una sequía creativa de tres años y decidió volver a Europa.
No obstante, una vez superada la pérdida de Tate, volvió a Hollywood por la puerta grande con 'Chinatown' (1974), candidata a 11 estatuillas de la Academia de Hollywood y una de las mejores cintas de esa década, que contó con Jack Nicholson en uno de sus papeles más recordados.
Todo parecía irle de perlas de nuevo a Polanski, hasta que en 1977 fue arrestado en el hotel Beverly Wilshire (Beverly Hills, Los Ángeles), acusado de violar a Gaimer en la residencia de Jack Nicholson mientras éste se encontraba ausente.
El director se declaró culpable de haber mantenido relaciones sexuales con la menor, pasó 42 días en la prisión estatal de Chino (California) bajo evaluación psiquiátrica y decidió irse del país antes de conocer el fallo del juez, para nunca más volver.
Tras el rodaje de 'Tess' y ya de vuelta en Francia, Polanski no volvió a ponerse tras la cámara hasta pasados siete años, cuando se embarcó en el rodaje de ¡Piratas', una obra menor en comparación con las siguientes, en las que contó con su tercera mujer, Emmanuelle Seigner: 'Frenético', con Harrison Ford, y 'Lunas de hiel', con Peter Coyote, Hugh Grant y Kristin Scott Thomas.
Desde entonces se mantuvo en la línea tenebrista gracias a 'La muerte
y la doncella' (1994), con Sigourney Weaver, y 'La novena puerta'
(1999), con Johnny Depp y basada en la novela del español Arturo Pérez-Reverte, pero su éxito definitivo llegó de la mano de 'El pianista', con la que acaparó el elogio unánime de la crítica y el público.
'Oliver Twist' (2005) fue su última propuesta cinematográfica y aunque en ocasiones se deja arrastrar por su vena paródica (véase su aparición en 'Hora punta 3') ya prepara 'The Ghost', con Nicolas Cage y Pierce Brosnan, sobre un escritor que debe redactar las memorias de un primer ministro.
Gran parte de la historia, al menos en la novela de Robert Harris, transcurre en una casa frente al océano en mitad del invierno. Pasan los años, pero el suspense permanece.
Ese galardón no eximió a las autoridades estadounidenses de seguir considerando a Polanski un prófugo de la justicia, ya que existe en su contra una orden de detención si pisa el país por mantener relaciones sexuales con la adolescente Samantha Gaimer, de 13 años.
Su fama de director único comenzó a labrarse en Europa, primero con una decena de cortometrajes y cintas rodados en Polonia y después, con su primera obra maestra, 'Repulsión' (1965), un horror psicológico protagonizado por Catherine Deneuve que cosechó un gran éxito en el Festival Internacional de Berlín.
Polanski daba así las primeras pinceladas de un universo propio, lleno de atmósferas sugestivas caracterizadas por la intriga, que comenzaría a consolidar de la mano del guionista francés Gérard Brach.
Con Brach empezó a trabajar en 'Repulsión' y continuó haciéndolo en 'Callejón sin salida' (1966), 'El baile de los vampiros' (1967) (donde aparecía Sharon Tate, con quien se casó el 20 de enero de 1968), 'Che?' (1972), 'El quimérico inquilino' (1976), 'Tess' (1979), 'Piratas' (1986), 'Frenético' (1988) y 'Lunas de hiel' (1992).
Polanski con Sharon Tate. (Foto: EL MUNDO)
Un año antes, Polanski había alumbrado en Hollywood su cinta más popular, 'La semilla del diablo', uno de los mayores clásicos del horror contemporáneo, con la presencia de Mia Farrow y John Cassavetes, pero tras el terrible suceso, el realizador sufrió una sequía creativa de tres años y decidió volver a Europa.
No obstante, una vez superada la pérdida de Tate, volvió a Hollywood por la puerta grande con 'Chinatown' (1974), candidata a 11 estatuillas de la Academia de Hollywood y una de las mejores cintas de esa década, que contó con Jack Nicholson en uno de sus papeles más recordados.
Todo parecía irle de perlas de nuevo a Polanski, hasta que en 1977 fue arrestado en el hotel Beverly Wilshire (Beverly Hills, Los Ángeles), acusado de violar a Gaimer en la residencia de Jack Nicholson mientras éste se encontraba ausente.
El director se declaró culpable de haber mantenido relaciones sexuales con la menor, pasó 42 días en la prisión estatal de Chino (California) bajo evaluación psiquiátrica y decidió irse del país antes de conocer el fallo del juez, para nunca más volver.
Tras el rodaje de 'Tess' y ya de vuelta en Francia, Polanski no volvió a ponerse tras la cámara hasta pasados siete años, cuando se embarcó en el rodaje de ¡Piratas', una obra menor en comparación con las siguientes, en las que contó con su tercera mujer, Emmanuelle Seigner: 'Frenético', con Harrison Ford, y 'Lunas de hiel', con Peter Coyote, Hugh Grant y Kristin Scott Thomas.
Polanski con Emmanuelle Seigner, su actual pareja. (Foto: AP)
'Oliver Twist' (2005) fue su última propuesta cinematográfica y aunque en ocasiones se deja arrastrar por su vena paródica (véase su aparición en 'Hora punta 3') ya prepara 'The Ghost', con Nicolas Cage y Pierce Brosnan, sobre un escritor que debe redactar las memorias de un primer ministro.
Gran parte de la historia, al menos en la novela de Robert Harris, transcurre en una casa frente al océano en mitad del invierno. Pasan los años, pero el suspense permanece.
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