TÍTULO: ENRÉDATE LA BLBLIOTECA SIN LIBROS,.
Wolff considera que BiblioTech es una forma muy barata de llevar los libros a zonas periféricas donde no existen actualmente bibliotecas, pero ...
BiblioTech, las bibliotecas sin libros de papel,.-foto.
En San Antonio, Texas, se inaugurará la primera biblioteca 100 por ciento digital. El proyecto nombrado BiblioTech no pretende sustituir ninguna biblioteca tradicional, se perfila como un complemento a la red de bibliotecas.
"Los libros de papel perdieron su encanto, y las generaciones futuras casi no los usarán" sostiene Nelson Wolff, el responsable e impulsor de este proyecto. Wolff considera que BiblioTech es una forma muy barata de llevar los libros a zonas periféricas donde no existen actualmente bibliotecas, pero sí edificios públicos destinados a otro uso, facilitando el acceso a la cultura.
La nueva biblioteca contará con computadoras para consultar las obras literarias y los ciudadanos podrán llevarse a casa un lector de libros electrónicos prestado. con los títulos que deseen consultar. Un sistema que funcionará de forma parecida al préstamo actual de libros, identificando al usuario con nombre y dirección.
En Arizona, se intentó un proyecto similar hace unos años con un establecimiento dependiente de las bibliotecas públicas de la ciudad de Tucson. Al final, los ciudadanos de la zona pidieron que se incluyeran copias de libros en papel.
TÍTULO: IKER-1- MOURINHO-0:
No sé si Iker Casillas es lo que parece, no lo conozco; pero lo que parece es una buena persona, amén de un portento como portero. Casillas ,.
No sé si Iker Casillas es lo que parece, no lo conozco; pero lo que parece es una buena persona, amén de un portento como portero. Casillas es el chico que a cualquier madre le gustaría tener como novio de su hija. Parece serio, trabajador, humilde... En realidad, la mayoría de los ciudadanos de este país nos sentimos orgullosos de Iker y sabemos que, con él, la portería de España está segura. De manera que, en los últimos días, estamos todos más que enfadados con la pretensión de José Mourinho de “cargárselo” y miramos a Florentino Pérez a la espera de que haga algo.
A Mourinho se le ha soportado lo indecible. Ha hecho declaraciones infumables, echa la culpa de sus errores a los jugadores, cuando su equipo pierde lanza sombras de sospecha sobre los árbitros, es incapaz de disimular su envidia del Barça, está siempre de mal humor, se muestra altivo y va por la vida con una prepotencia insultante. La afición madridista le ha pasado todo esto pero ahora, ¡ay¡, el entrenador está a punto de perpetrar su peor error, y es ningunear a Casillas. Ya digo que Iker es más que el portero del Real Madrid: es el portero de nuestra selección, es como el vecino de la casa de al lado, el chico sano y alegre al que da gusto ver. A Mourinho se le percibe como a uno de esos “condotieros” que ponían su espada al servicio del señor que mejor le pagara sin que realmente le importara la causa por la que luchaba, y a los tipos así no se les quiere.
A mí me gusta el fútbol. Es una afición que he ido adquiriendo a lo largo de la infancia y adolescencia de mi hijo. Por tradición familiar, soy del Real Madrid; mi abuelo y mis tíos lo eran y ahora lo es mi hijo. Verán, entre los madridistas yo me alineo con quienes creen que no nos merecemos a José Mourinho. Vamos, que el Madrid es mucho Madrid para un entrenador mal encarado, que hace alarde de una soberbia que, desde luego, no justifica con los resultados obtenidos hasta el momento. Por decirlo claramente, Mourinho me parece un entrenador mediocre y un estupendo relaciones públicas de sí mismo; con un mánager, el tal Mendes, que es un genio a la hora de vender a quienes representa.
Los entrenadores y los jugadores de fútbol son ídolos para niños y adolescentes y, por tanto, no es baladí cuanto hacen o dicen. Yo me he pasado los últimos años intentando convencer a mi hijo de que no hiciera caso a lo que decía Mourinho; de que, si el Real Madrid había perdido un partido, no era culpa de los árbitros sino que el equipo contrario había jugado mejor. De la misma manera, he luchado para que las declaraciones cargadas de insidia, y yo diría que de envidia, de Mourinho sobre el Barcelona no convirtieran en mi hijo en un “hooligan”. A mí me asustan estas personas que exigen a los demás que se plieguen a lo que ellas dicen; y que, si no, les consideran enemigos, que es lo que le pasa con Iker Casillas. No sé cómo terminará la batalla que el entrenador está librando contra el portero y contra todo aquel que se atreva a tener su propio criterio, pero me gustaría que acabara con Iker 1-Mourinho 0. Cuanto antes se marche, mejor
P. D.: El Real Madrid se merece otro entrenador, mejor desde el punto de vista técnico y, desde luego, con otro talante; ese que ha sido siempre santo y seña del equipo y que tiene que ver con la elegancia, la humildad, el respeto a los adversarios, el saber ganar y perder y el no achacar a otros los errores propios.
TÍTULO: QUÉ HAY DE NUEVO CRISTINA IGLESIAS CIUDAD METAL,.
CULTURA:
Cristina Iglesias sumerge su 'Atlántida'Cristina Iglesias sumerge su 'Atlántida' .
La artista donostiarra instala una de sus esculturas en el arrecife mexicano de la isla Espíritu Santo. La obra subacuática consta de dos estancias con las paredes recubiertas de textos .
No parece haber límites en los sueños de Cristina Iglesias. Lo mismo diseña unas puertas vegetales para el Prado, que parecen salidas de un cuento; que un monumento a las víctimas en el Parlamento Vasco, una fuente pública en Amberes o coloca una pieza en medio de la selva brasileña (para la colección de Bernardo Paz en Inhotim, Belo Horizonte), que está a punto de terminar. También estuvo muy implicada recientemente en la exposición dedicada al que fue su marido, Juan Muñoz, y que itineró por distintas ciudades europeas. Es una de nuestras artistas más internacionales. Y se atreve con todo. Su última «osadía», nada menos que una ciudad sumergida en aguas de la isla Espíritu Santo, en Baja California (México). Construida en cemento, esta escultura subacuática consta de dos estancias, cuyas paredes están recubiertas de textos.
Este singular proyecto, en el que lleva inmersa cuatro años y que se inauguró a finales del pasado octubre, ha sido promovido por la Fundación Mexicana para la Educación Ambiental. Y en él han colaborado tanto biólogos marinos y conservacionistas de costas de La Paz, como miembros del Instituto de Oceanografía de San Diego. Arte y naturaleza, en estado puro, dialogan como nunca antes habíamos visto.
Recién aterrizada en México, Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) hace un alto entre inmersión e inmersión para hablar de estas sugerentes 'Estancias sumergidas', título del proyecto. La conversación se lleva a cabo vía satélite, pues las conexiones son muy malas en este bellísimo pero recóndito lugar. Uno de esos paraísos perdidos miltonianos que aún quedan en el planeta. Se halla en el Mar de Cortés, nombre con el que se conoce al golfo de California. Fue nombrado así por Francisco de Ulloa en 1539 en honor del conquistador español Hernán Cortés. Desde julio de 2005, las islas del Mar de Cortés fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad.
«Nació como una propuesta que se enmarca en un plan de protección de la naturaleza: devolver Espíritu Santo, esta isla, que es un parque natural, al pueblo mexicano -explica la escultora-. La idea fue crear una pieza que fuera símbolo de esa voluntad y obviamente es una oportunidad única. Hemos trabajado junto a biólogos marinos, científicos, proteccionistas de la naturaleza... para construir una pieza que participa también de un proyecto de refugios marinos, muy importante en todo el golfo de California. La pieza construye un lugar, una idea laberíntica de dos estancias, compuestas por celosías». Comenta Cristina Iglesias que se ha utilizado el material más adecuado para que la vida se adhiera a ellas y crear así un arrecife de coral. Es un cemento especial, con ph neutro, y acero inoxidable en el interior. El objetivo, que no fuera agresivo con el medio marino y favoreciera la creación de vida.
El lugar elegido por los especialistas es el que reunía las condiciones ideales: «Tiene un fondo arenoso, en el que lo que crezca será nuevo». La pieza se halla a 15 metros de profundidad. Cada una de estas estancias sumergidas es de 36 metros cuadrados y tres metros de altura. Evoca esta ciudad subacuática la Atlántida. Toda la obra de Cristina Iglesias tiene una pata en la poesía y otra en la filosofía. Y esta no iba a ser menos. «Sí, es cierto, me he basado en esa idea de la Atlántida y he utilizado un fragmento del libro 'Historia natural y moral de Las Indias', de un jesuita, el padre Josep de Acosta. En él describe la idea del Nuevo Mundo, de la Atlántida como una ficción, como una vasta extensión entre continentes. Me parecía que construía memoria en el fondo marino».
¿Se podrá transitar libremente por ese laberinto? ¿Necesitarán permisos especiales los buceadores? «Cualquiera podrá hacerlo, siempre con unas condiciones mínimas de protección. Es un lugar protegido. A pesar de lo remoto del lugar -está cerca de La Paz, pero hay una hora de barco-, la gente podrá nadar junto a la pieza, bajando con oxígeno. Incluso, con snorkel y desde el cielo, en los meses más claros (octubre y noviembre) se podrá admirar esa especie de Atlántida». Nos explica la escultora que en principio las estancias eran de un color verdoso: «Las sumergí en septiembre. Desde entonces he buceado muchas veces y ya tiene estrellas de mar y no hay un centímetro de ella sin plancton, sin vida».
Le planteamos una curiosidad: ¿Sabía bucear antes de hacer la pieza? «Que fuera bajo el mar lo planteé yo porque era en una isla bellísima y desértica. Había hecho algo de buceo, pero muy poco. Siempre me había atraído. Ha sido una aventura para mí y un descubrimiento: un sueño que he podido vivir». No lo recuerda, pero han sido muchas las inmersiones en estos cuatro años que ha durado el proyecto.
Para Iglesias la escultura no parece tener límites físicos. ¿Algún otro lugar extraño donde sorprendernos instalando otra pieza? «Bueno, tengo muchos proyectos. No los busco por su dificultad, sino por el poder del arte de construir algo que antes no existía. Saber que ahí abajo existe ahora ese lugar... te hace pensar. Nunca dejo de soñar. Y tengo la suerte de tener para el futuro proyectos del mismo nivel de intensidad». Uno de ellos será en Toledo, pero no quiere adelantar aún nada, y el de Inhotim, en Brasil, se inaugurará en marzo: «Será también una especie de laberinto en medio de una selva».
No parece haber límites en los sueños de Cristina Iglesias. Lo mismo diseña unas puertas vegetales para el Prado, que parecen salidas de un cuento; que un monumento a las víctimas en el Parlamento Vasco, una fuente pública en Amberes o coloca una pieza en medio de la selva brasileña (para la colección de Bernardo Paz en Inhotim, Belo Horizonte), que está a punto de terminar. También estuvo muy implicada recientemente en la exposición dedicada al que fue su marido, Juan Muñoz, y que itineró por distintas ciudades europeas. Es una de nuestras artistas más internacionales. Y se atreve con todo. Su última «osadía», nada menos que una ciudad sumergida en aguas de la isla Espíritu Santo, en Baja California (México). Construida en cemento, esta escultura subacuática consta de dos estancias, cuyas paredes están recubiertas de textos.
Este singular proyecto, en el que lleva inmersa cuatro años y que se inauguró a finales del pasado octubre, ha sido promovido por la Fundación Mexicana para la Educación Ambiental. Y en él han colaborado tanto biólogos marinos y conservacionistas de costas de La Paz, como miembros del Instituto de Oceanografía de San Diego. Arte y naturaleza, en estado puro, dialogan como nunca antes habíamos visto.
Recién aterrizada en México, Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) hace un alto entre inmersión e inmersión para hablar de estas sugerentes 'Estancias sumergidas', título del proyecto. La conversación se lleva a cabo vía satélite, pues las conexiones son muy malas en este bellísimo pero recóndito lugar. Uno de esos paraísos perdidos miltonianos que aún quedan en el planeta. Se halla en el Mar de Cortés, nombre con el que se conoce al golfo de California. Fue nombrado así por Francisco de Ulloa en 1539 en honor del conquistador español Hernán Cortés. Desde julio de 2005, las islas del Mar de Cortés fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad.
«Nació como una propuesta que se enmarca en un plan de protección de la naturaleza: devolver Espíritu Santo, esta isla, que es un parque natural, al pueblo mexicano -explica la escultora-. La idea fue crear una pieza que fuera símbolo de esa voluntad y obviamente es una oportunidad única. Hemos trabajado junto a biólogos marinos, científicos, proteccionistas de la naturaleza... para construir una pieza que participa también de un proyecto de refugios marinos, muy importante en todo el golfo de California. La pieza construye un lugar, una idea laberíntica de dos estancias, compuestas por celosías». Comenta Cristina Iglesias que se ha utilizado el material más adecuado para que la vida se adhiera a ellas y crear así un arrecife de coral. Es un cemento especial, con ph neutro, y acero inoxidable en el interior. El objetivo, que no fuera agresivo con el medio marino y favoreciera la creación de vida.
El lugar elegido por los especialistas es el que reunía las condiciones ideales: «Tiene un fondo arenoso, en el que lo que crezca será nuevo». La pieza se halla a 15 metros de profundidad. Cada una de estas estancias sumergidas es de 36 metros cuadrados y tres metros de altura. Evoca esta ciudad subacuática la Atlántida. Toda la obra de Cristina Iglesias tiene una pata en la poesía y otra en la filosofía. Y esta no iba a ser menos. «Sí, es cierto, me he basado en esa idea de la Atlántida y he utilizado un fragmento del libro 'Historia natural y moral de Las Indias', de un jesuita, el padre Josep de Acosta. En él describe la idea del Nuevo Mundo, de la Atlántida como una ficción, como una vasta extensión entre continentes. Me parecía que construía memoria en el fondo marino».
¿Se podrá transitar libremente por ese laberinto? ¿Necesitarán permisos especiales los buceadores? «Cualquiera podrá hacerlo, siempre con unas condiciones mínimas de protección. Es un lugar protegido. A pesar de lo remoto del lugar -está cerca de La Paz, pero hay una hora de barco-, la gente podrá nadar junto a la pieza, bajando con oxígeno. Incluso, con snorkel y desde el cielo, en los meses más claros (octubre y noviembre) se podrá admirar esa especie de Atlántida». Nos explica la escultora que en principio las estancias eran de un color verdoso: «Las sumergí en septiembre. Desde entonces he buceado muchas veces y ya tiene estrellas de mar y no hay un centímetro de ella sin plancton, sin vida».
Le planteamos una curiosidad: ¿Sabía bucear antes de hacer la pieza? «Que fuera bajo el mar lo planteé yo porque era en una isla bellísima y desértica. Había hecho algo de buceo, pero muy poco. Siempre me había atraído. Ha sido una aventura para mí y un descubrimiento: un sueño que he podido vivir». No lo recuerda, pero han sido muchas las inmersiones en estos cuatro años que ha durado el proyecto.
Para Iglesias la escultura no parece tener límites físicos. ¿Algún otro lugar extraño donde sorprendernos instalando otra pieza? «Bueno, tengo muchos proyectos. No los busco por su dificultad, sino por el poder del arte de construir algo que antes no existía. Saber que ahí abajo existe ahora ese lugar... te hace pensar. Nunca dejo de soñar. Y tengo la suerte de tener para el futuro proyectos del mismo nivel de intensidad». Uno de ellos será en Toledo, pero no quiere adelantar aún nada, y el de Inhotim, en Brasil, se inaugurará en marzo: «Será también una especie de laberinto en medio de una selva».
TÍTULO: 7 DÍAS ,.CITAS ,.
1--26-Sábado Ciudad glamour,.
2--27- Domingo- En torno al duende,.
3---28--Lunes--Fito, 20 años después,.
4--29-- Martes-Misterio en el Louvre,.
5--30--Miércoles ¡Niños al teatro!.
6--31--Jueves Vacaciones en Roma.
7--1--Viernes Armas de mujer,.
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