Alcaldes del PSOE e IU encabezan la protesta, centrada en la eliminación y reducción de las urgencias en 22 pueblos de la región.-foto.
Antonio Perera, de 81 años, no se separó ayer del brazo de su hija. Ya no es un joven pero presentaba buen aspecto, ánimo y sobre todo convencimiento. «Nos quieren hacer la vida imposible pero pienso resistir», dijo mientras caminaba por el Paseo de Roma, en Mérida. Este vecino de Zahínos, protegido con una gorra de un sol que calentaba con ganas y sostenido por un bastón, no se quiso perder la manifestación de protesta contra los recortes en sanidad. A él y al resto de zahineros les toca de lleno porque su pueblo es uno de los quince que desde hoy no tienen urgencias rurales, los conocidos puntos de atención continuada (PAC). Antonio, que se subió a un autobús para hacer 240 kilómetros ida y vuelta, siempre fue el primero de la protesta. Marcos Beltrán, un albañil jubilado de 68 años, hizo más kilómetros, 382, al sumarse desde Hernán Pérez, en la Sierra de Gata, pero su discurso era similar. «En tres meses hemos pegado un exagerado salto para atrás. Perdemos lo que nos ha costado conseguir en 30 años», sentenció.
La protesta estaba convocada contra el cierre de los PAC y la disminución de las horas de atención en otros seis pueblos, pero su objetivo era «una sanidad pública igual para todos». Las medidas afectan a 30.000 personas. «El palo gordo es para los pueblos y su desarrollo. No se ha cerrado ninguno en tres décadas como sí ha ocurrido en otra regiones y eso ha sido posible por la cohesión social. Estos recortes van en la línea contraria», añadió el alcalde-médico de Valverde de Leganés, Baldomero Jimeno (PSOE), quien al acabar la manifestación tuvo que atender a un hombre de Aldeacentenera que sufrió un ataque epiléptico.
Unas 4.500 personas como cifra más fiable, 3.500 según la Policía Nacional y 7.000 para los convocantes, desembarcaron desde distintos puntos de la región. Alcaldes socialistas, de IU e independientes encabezaron las delegaciones vecinales. Hay siete localidades afectadas gobernadas por el PP. No se apreció la presencia de sus regidores. Entre los asistentes estuvieron Guillermo Fernández Vara, Pedro Escobar y Julián Carretero, de CC OO, junto a otros líderes agrarios y de UGT.
Llegaron de Aldeacentenera, Aldeanueva, Arroyo de San Serván, Cabañas, Campillo de Llerena, Castañar, Deleitosa, Jarandilla, Hernán Pérez, Quintana de la Serena, Malpartida de Cáceres, Malpartida de Plasencia, Madroñera, Monterrubio, Navalvillar de Ibor, Navezuela, Puebla del Maestre, Ribera del Fresno, Robledollano, Roturas, Santa Cruz de Paniagua, Solana, Torrecillas de los Ángeles, Valdecaballeros, Valverde de Leganés, Valle de la Serena, Villanueva de la Sierra, Zalamea, Zahínos y Zarza de Granadilla. Cerca de 70 autobuses de 57 plazas, llenos casi todos, se repartieron entre el recinto ferial (17 de Quintana) y las avenidas de La Libertad y La Hispanidad. Algunos sufragados por consistorios, con apoyo del PP, como pasó en Quintana; otros, por la aportación de las plataformas creadas y en algún caso como en Valverde se ha destinado a ese fin las asignaciones de ediles por asistencia a pleno. Tampoco faltaron microbuses y coches.
Desde la rotonda de Augusto hasta la Presidencia de la Junta, los manifestantes, con pancartas, banderas de Extremadura y de la UGT, cencerros, cláxones y carteles de todo tipo, recorrieron el trayecto lanzando críticas al Ejecutivo y, en especial, a Monago. Se le recordó su promesa de que se cortaría un dedo de la mano antes de que recortara en sanidad y en educación. «Los PAC han salvado muchas vidas. No todos vivimos en ciudades. En Jarandilla somos 3.000 habitantes. En verano llegamos a 10.000», alertó su alcalde Víctor Soria. Los alcaldes intentaron sin éxito entregar un escrito al presidente de la Junta. Sí depositaron unas 12.000 firmas en contra de los recortes.
TÍTULO: CARRERA DE FONDO SOLIDARIA.
Un vecino de Cantabria que corre una maraton benéfica hace una parada en Olivenza donde tiene familia.
TÍTULO: CARRERA DE FONDO SOLIDARIA.
Un vecino de Cantabria que corre una maraton benéfica hace una parada en Olivenza donde tiene familia.
José Antonio Santamaría Silva, más conocido como el 'Forrest Gump' de Castro Urdiales (Cantabria), hizo parada la pasada semana en Olivenza como destino en la maratón que corre para luchar contra el alzhéimer.
En la localidad fue recibido por el alcalde y estuvo acompañado por familiares residentes en el lugar. Son un tío, hermano de su madre, y tres primas que han ayudado a que su camino en la lucha contra la enfermedad sea más llevadero. Por una noche, el corredor ha descansado 'como en casa' en compañía de los suyos, tras treinta y dos años sin pasar por la tierra.
Santamaría Silva, natural de Mioño, con cuarenta años de edad, deja en Castro Urdiales tres hijos y una esposa, que le esperan desde el pasado día 1 de abril y lo harán hasta el mes de septiembre, cuando tiene pensado terminar la maratón de 8.000 kilómetros recorriendo la geografía española, según contó durante su parada en Olivenza.
Burgos, Palencia, Valladolid, León, Asturias, Galicia, Zamora, Salamanca, Ávila, Segovia, Madrid, Cáceres o Badajoz quedan ya en el recuerdo de su suela. Ahora, continúa hacia Sevilla, Huelva, Cádiz, las islas Canarias, Ceuta y Melilla, y ascenderá de nuevo hacia Las Baleares para tomar la subida a Cataluña, Vizcaya y Bilbao, hasta llegar a su pueblo.
240 maratones seguidos. Ocho mil kilómetros en ocho meses y para ello, tres horas y media diarias de carrera. Provisto de una mochila de unos diez kilos de peso colgados en la espalda, con lo necesario para un deportista, Santamaría Silva comienza cada día a las 5 horas con un desayuno completo para coger fuerzas en la nueva ruta prevista, que le llenan de esperanza cuando visita las diferentes asociaciones de alzhéimer y puede contactar con los enfermos.
Cada nuevo día es para el corredor un 'granito de arena' que puede aportar para luchar contra el alzhéimer, una enfermedad irreversible y progresiva del cerebro que destruye con lentitud la memoria, las aptitudes del pensamiento y capacidades.
Ante ello, y la situación de desempleo por la que pasa José Antonio Santamaría, el deportista ha decidido recorrer 8.000 kilómetros para conseguir aportaciones y que los afectados puedan costear los gastos de la enfermedad, además de conseguir mejorar su calidad de vida. Su suegro falleció hace apenas unas semanas tras cinco años de padecimiento.
Se ha habilitado un número de cuenta en la Caja Rural de Navarra de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzhéimer y Otras Demencias, Ceafa, entidad que le proporciona lugares para pernoctar, donde se pueden hacer aportaciones a la causa. Será la confederación quien decida a qué se destinará el dinero recaudado, aunque según apunta Santamaría, se prevé que se dedique para obtener nuevos datos en la investigación de la enfermedad.
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