TÍTULO: DEPORTES: Una futbolista de 14 años llega a lo más alto... y no le dejan jugar.
A sus 14 años, Blanca Ortiz-foto- acaba de vivir su fin de semana más triste y emotivo como deportista. Esta chica de Novelda (Alicante) lleva jugando ocho años al fútbol sala con 11 chicos de su edad con los que, además va a la misma clase en el colegio. En la Comunidad Valenciana no existe liga femenina hasta la categoría cadete, razón por la que Blanca es la única niña del equipo infantil de Santa María Magdalena Bateig, un equipo modesto que se clasificó por primera vez para disputar el campeonato de España de fútbol sala el pasado fin de semana. La Federación Española de Fútbol (RFEF) ha vetado su participación.Contra todo pronóstico, el conjunto de Novelda fue ganando la liga regional, la provincial y la autonómica, todo ello con la presencia de Blanca, capitana del equipo y pieza fundamental del Santa María. La Federación Valenciana permite los equipos mixtos hasta cadete porque no existe una competición femenina para esa edad. Los problemas llegaron con la clasificación para el campeonato nacional, lo que debería ser un premio para los chicos de Novelda, se ha convertido en un trago amargo para Blanca y sus compañeros,
ya que la RFEF, recurriendo al reglamento, alega que este campeonato es masculino por lo que Blanca no puede participar, ya que le correspondería hacerlo en el femenino.
Iván Mira, entrenador del Santa María Magdalena, cuenta que se enteró el lunes pasado de que no Blanca no podría jugar, pero no le avisó la Federación Española de Fútbol, sino que lo hizo el club madrileño que organizaba el torneo. Alarmado, Mira consultó con la federación valenciana que, a su vez, tuvo que consultar al organismo español porque desconocía totalmente esta norma. Desde Madrid dejaron claro que el reglamento prohibía la participación de chicas en un campeonato nacional masculino, porque “existe un campeonato nacional femenino”.
Según el reglamento de la RFEF, los equipos mixtos están permitidos en las categorías de alevín y benjamín, pero no a partir de infantil. Mira trató de recurrir la norma argumentando que “como Blanca había jugado toda la temporada con una ficha federada sin ningún problema”, daba por hecho que en el campeonato “sería igual”. Per no fue así. La federación española alega que el reglamento está publicado “desde septiembre” y que es “responsabilidad de las federaciones territoriales informar de estas normas”, pese a que luego cada una de estas federaciones puede permitir, si lo considera oportuno, equipos mixtos en otras categorías dentro de las Comunidades Autónomas.
Ante la rotunda negativa, el club se planteó no participar para solidarizarse con Blanca, pero al final desechó esta idea porque, aparte de darles por perdido el partido por 0-6, se enfrentarían a una multa económica que no podrían asumir. Mira cuenta emocionado la acogida tan cariñosa que recibieron en Madrid, especialmente Blanca. El club anfitrión le regaló un equipaje con su nombre antes del primer partido y, espontáneamente, el público empezó a corear su nombre. La niña no pudo reprimir sus lágrimas, tampoco sus compañeros ni su entrenador. “Las muestras de cariño fueron espectaculares”, relata Mira, aunque estuvieron empañadas por su conversación con el delegado de la RFEF del campeonato que le recriminó “estar sacando las cosas de quicio” y, según Mira, le preguntó: “¿A qué edad crees tú que se debería poner el límite a los equipos mixtos para que chicos y chicas compartan vestuario?”. El entrenador de Novelda dice que se quedó atónito y no cree que el problema esté en los vestuarios. “Blanca se cambia y se ducha sola en el vestuario antes que sus compañeros, hasta los demás equipos nos ofrecen un vestuario aparte para ella”, asegura Mira.
El Santa María Magdalena Bateig puso el domingo el broche final a una temporada exitosa, a pesar de no haber conseguido ninguna victoria en el fase final del campeonato. “No contábamos con Blanca y estábamos superados por la atención mediática”, apunta Mira. Para Blanca no solo finalizó su último año de infantil, sino que también acaba un ciclo de ocho años jugando al fútbol con sus compañeros de clase que, a la vez son sus amigos. Si quiere continuar jugando, tendrá que hacerlo en un equipo femenino fuera de Novelda, porque allí no hay ninguno. “Ofertas no le faltan, porque es muy buena”, afirma Mira, “pero ahora no está muy receptiva a separarse de sus amigos”.
Si ella quiere, Blanca Ortiz seguirá jugando y, eso sí en un equipo femenino y, además, amparada por el reglamento, pero el problema todavía no está resuelto ya que Blanca no es la única niña que ha sido vetada debido a esta falta de sintonía entre los reglamentos de la RFEF y las federaciones regionales. A estas edades, las cualidades físicas entre niños y niñas a la hora de jugar no son determinantes y sigue sin haber una explicación lógica que responda a por qué Blanca puede jugar con chicos a nivel regional, pero no en competiciones nacionales. Así que por el momento, la única respuesta es, otra vez, porque es una niña.
Ante la rotunda negativa, el club se planteó no participar para solidarizarse con Blanca, pero al final desechó esta idea porque, aparte de darles por perdido el partido por 0-6, se enfrentarían a una multa económica que no podrían asumir. Mira cuenta emocionado la acogida tan cariñosa que recibieron en Madrid, especialmente Blanca. El club anfitrión le regaló un equipaje con su nombre antes del primer partido y, espontáneamente, el público empezó a corear su nombre. La niña no pudo reprimir sus lágrimas, tampoco sus compañeros ni su entrenador. “Las muestras de cariño fueron espectaculares”, relata Mira, aunque estuvieron empañadas por su conversación con el delegado de la RFEF del campeonato que le recriminó “estar sacando las cosas de quicio” y, según Mira, le preguntó: “¿A qué edad crees tú que se debería poner el límite a los equipos mixtos para que chicos y chicas compartan vestuario?”. El entrenador de Novelda dice que se quedó atónito y no cree que el problema esté en los vestuarios. “Blanca se cambia y se ducha sola en el vestuario antes que sus compañeros, hasta los demás equipos nos ofrecen un vestuario aparte para ella”, asegura Mira.
El Santa María Magdalena Bateig puso el domingo el broche final a una temporada exitosa, a pesar de no haber conseguido ninguna victoria en el fase final del campeonato. “No contábamos con Blanca y estábamos superados por la atención mediática”, apunta Mira. Para Blanca no solo finalizó su último año de infantil, sino que también acaba un ciclo de ocho años jugando al fútbol con sus compañeros de clase que, a la vez son sus amigos. Si quiere continuar jugando, tendrá que hacerlo en un equipo femenino fuera de Novelda, porque allí no hay ninguno. “Ofertas no le faltan, porque es muy buena”, afirma Mira, “pero ahora no está muy receptiva a separarse de sus amigos”.
Si ella quiere, Blanca Ortiz seguirá jugando y, eso sí en un equipo femenino y, además, amparada por el reglamento, pero el problema todavía no está resuelto ya que Blanca no es la única niña que ha sido vetada debido a esta falta de sintonía entre los reglamentos de la RFEF y las federaciones regionales. A estas edades, las cualidades físicas entre niños y niñas a la hora de jugar no son determinantes y sigue sin haber una explicación lógica que responda a por qué Blanca puede jugar con chicos a nivel regional, pero no en competiciones nacionales. Así que por el momento, la única respuesta es, otra vez, porque es una niña.
Comentario.
Pues a mi me parece una marranada tanto para ella como para todo el equipo, porque cuando te discriminan a un amigo tu tampoco te sientes bien y si no entiendo mal todos eran amigos.
Esto ha sido muy mal ejemplo para la juventud, definitivamente no promueve el vivir en paz. Que pena!!!! a mi siempre me dijeron que el deporte promovia eso, veo que no.
TÍTULO: LOS JUEGOS DEL HAMBRE.
Lo que en el pasado fueron los Estados Unidos, ahora es una nación llamada Panem: un fastuoso Capitolio ejerce un control riguroso sobre los doce distritos que lo rodean y que están aislados entre sí. Cada distrito se ve obligado a enviar anualmente un chico y una chica entre los doce y los dieciocho años para que participen en los Hunger Games, que son transmitidos en directo por la televisión. Se trata de una lucha a muerte, en la que sólo puede haber un superviviente. Katniss Everdeen, una joven de dieciséis años, decide sustituir a su hermana en los juegos; pero para ella, que ya ha visto la muerte de cerca, la lucha por la supervivencia es su segunda naturaleza.