domingo, 26 de mayo de 2013

Raymond Carver, el envés del sueño americano,./ LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO,.

TÍTULO: Raymond Carver, el envés del sueño americano
 
El aprecio por los cuentos y poemas de-foto- Raymond Carver (1938-1988) no deja de acrecentarse desde la prematura muerte del escritor ...
 El aprecio por los cuentos y poemas de Raymond Carver (1938-1988) no deja de acrecentarse desde la prematura muerte del escritor norteamericano poco después de cumplir cincuenta años. A 25 años de su desaparición y a 75 de su nacimiento, el narrador estadounidense mantiene el cetro que lo distingue como uno de los autores más influyentes y singulares de la segunda mitad del siglo XX. Es para muchos el mejor cuentista de su tiempo, el lúcido narrador del envés del sueño americano y cumbre de lo que los críticos dieron en llamar "realismo sucio".

Anagrama, el sello de Jorge Herralde que lo descubrió para el lector hispano, altera ahora su patrón editorial para rendirle homenaje con un libro misceláneo y al margen de su formato habitual. 'Carver country' -El mundo de Raymond Carver- narra la vida del escritor mediante un puñado de textos, algunos inéditos, y los mezcla con una biografía en imágenes de su azarosa vida trazada con la cámara de Bob Adelman, uno de los grandes fotógrafos norteamericanos contemporáneos, miembro de la mítica agencia Magnum que recorrió todos los escenarios de la vida de Carver.

Herralde editó en España la completa y no muy extensa obra de Carver, once libros de relatos y poemas que situaron en la cima de las letras estadounidenses del pasado siglo a este ser a merced de sus emociones y sus debilidades, pero que, según Tess Gallagher, esposa, albacea literaria y autora del epilogo de esta biografía múltiple, "cambió nuestra visión del mundo".

Los cuatro libros de relatos que Carver vio publicados antes de su prematura muerte constituyeron una suerte de biblia de la nueva narrativa norteamericana. Las desgarradas y enternecedoras historias de 'Catedral', 'Tres rosas amarillas', 'Quieres hacer el favor de callarte, por favor' y 'De qué hablamos cuando hablamos de amor' recorren los quebrantos vitales y sentimentales de unos personajes que, como el propio Carver, trataban de salir a flote después de que alguna trágica circunstancia cortocircuitara sus vidas las pusiera a la deriva. Su obra cuentística se competa con 'Principiantes' y 'Si me necesitas, llámame', confeccionado con los cuentos que Tess Gallagher rescató doce años después de la muerte de Carver.
 
 TÍTULO: LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO,.
La grandeza de lo pequeño

Las obras son de pequeño tamaño, pero es una muy grande colección de esculturas la que el escultor extremeño José Antonio González .FOTO,.
Las obras son de pequeño tamaño, pero es una muy grande colección de esculturas la que el escultor extremeño José Antonio González López-Arza (Cabeza del Buey, 1961) presenta en Badajoz en estos días. 'In parvulis maximum' está compuesta por un grupo de figuras mitológicas esculpidas en bronce que demuestran la maestría del autor en el modelado del cuerpo humano y su inclinación hacia una abstracción que llena de sutileza y levedad sus obras.
González López-Arza es catedrático de Dibujo en el instituto de segunda enseñanza Maestro Juan de Ávila, de Ciudad Real. En esa ciudad está instalado desde 1991, aunque hizo sus estudios de Bellas Artes en Sevilla, donde se especializó en escultura.
Asegura a través del teléfono que en el instituto prefiere impartir dibujo técnico porque así establece una separación entre su forma de vida y la escultura, a la que procura dedicar un tiempo todos los días. González López-Arza cuenta con obra en Extremadura, que en algunos casos es de tipo monumental, como ocurre con la fuente que hizo para su pueblo natal y en otros tiene relación con la escultura religiosa, tal como demostró con sus trabajos de varias figuras para las iglesias de San José y San Pedro de Alcántara, de Badajoz.
De hecho, el escultor admite que se encuentra muy cómodo modelando esculturas de gran tamaño. Le gusta la obra pública. Pero el pequeño formato no sólo tiene que ver con las actuales dificultades para tener encargos de obras monumentales sino con la posibilidad de expresarse «más rápidamente y con mayor libertad».
Preparar una gran figura supone dedicar mucho tiempo a la simple tarea de modelar barro para erigir su estructura. «Te puedes ir a más de 300 kilos de barro y, además, hay que hacer un armazón de hierro. Es un proceso muchísimo más largo. Pero trabajar en pequeñas dimensiones es parecido a hacer un dibujo. Lo que sale parece surgir muy rápido del interior y también hay que rectificar menos».
Estas pequeñas figuras de 'In parvulis maximum' están concebidas con la misma precisión que las grandes y podrían reposar en un jardín o también permitir que la gente discurriese por encima o debajo de ellas. Eso les haría perder su carácter figurativo en beneficio de la incontenible inclinación actual de la obra de González López-Arza hacia la abstracción. «Una de mis grandes preocupaciones es que la escultura monumental pudiera funcionar desde cualquier punto de vista -explica. Estas obras pequeñas tienen un punto de vista principal más importante, se ve que es una figura humana, pero poco a poco va cambiando y puede llegar un momento en que la escultura reconocible pase a una abstracción». El carácter mitológico de las figuras da unidad a esta exposición que le ha costado un año y medio completar. Ha hecho relieves y esculturas de bulto redondo y un tercer grupo de representaciones en las que la figura humana se integra en un prisma. «Ahí, la abstracción prevalece», dice.
El catálogo cuenta con un estudio firmado por Felipe Gutiérrez Llerena en el que se analizan pormenorizadamente cada una de las figuras que integran la exposición, que cuenta también con dos bustos en terracota, de un hombre y una niña, a tamaño natural.
 

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