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Viaje de vuelta a Rincón de la Victoria
Alberto Pons cierra con su último corto la trilogía sobre la muerte que inició con ‘Final’,.
Después de ‘Final’ y ‘Amén’, Alberto Pons pone fin a su
trilogía con ‘Viaje de vuelta’. Junto a Lolo Vázquez, el malagueño
dirige este cortometraje que protagoniza la pequeña Penélope Moreno,
Eduardo Duro, Miguel San Martin Espinar, Antonio Avila, Patricia Murillo
Pereira, Jose Vallejo y Juan Bertuchi. y que comenzó a rodarse justo
hace una semana. El filme, en preproducción desde el pasado mes de
septiembre, ha visto obligado a retrasarse por la dificultad del propio
proyecto, ya que, como avisa Alberto Pons, las secuencias, todas en
exterior (unas de noche y otras en alta mar) “necesitan mucho
presupuesto”.
Precisamente, el equipo busca actualmente el respaldo de un
mecenas que les permita llegar a buen puerto. Y es que, a pesar de la
colaboración del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria y empresas como
Clínicas Rincón, grupo Ymer, EMEFilms, siguen necesitando patrocinadores
para acabar esta cinta que pone fin a la trilogía que el tándem
malagueño iniciara hace tres años en torno a la muerte y sus misterios.
En ‘Final’ (codirigido con Álex Esteve), Pons se acercaba a la forma de
afrontar la lucha contra una enfermedad terminal desde la perspectiva
innovadora y tecnológica en la que han nacido los jóvenes. También junto
a Esteve rodó en 2011 ‘Amén’, que aborda desde un autobús y a partir de
los pensamientos de los usuarios, la complejidad de la mente humana. 18
personajes, 10 figurantes y más de 10 personas en equipo técnico, les
llevó a acudir a la fórmula crowdfunding para sufragar los gastos.
Ahora, una vez finalizada la trilogía,
Según el director, la idea de la trilogía es mostrar la
muerte “como un paso más allá”. “A pesar de ser historias que caminan en
la línea del drama pretenden dar esperanza para quien cree que la vida
es punto y final”, advierte Pons sobre esta serie que se inició hace
cuatro años y que tuvo su origen en la propia historia familiar del
realizador. Su hermano pequeño sufrió una larga enfermedad y vivió en
primera persona la posibilidad de perderlo y él, por su parte, anduvo en
la “delgada línea que separa un mundo de otro”. Fue entonces cuando
decidió escribir y contar estas tres historias.
En el caso de ‘Viaje de vuelta’, el cineasta lo que busca
es “tocar la fibra más sensible del ser humano”. Para ello, juega no
solo con el impacto visual sino también con la historia de una pequeña
de ocho años seleccionada entre más de cien candidatas. Como explica
Alberto Pons, el guión se basa en la adaptación moderna del mito de
Caronte y aspira a “no dejar indiferente a nadie para llevar al
espectador a ver la realidad del alcohol y la conducción”. A partir de
los múltiples “dramas” que se esconden detrás de las historias de cada
víctima de accidentes de tráfico. Pero ‘Viaje de vuelta’ da un giro más.
“Queremos llegar al corazón de la gente, sabemos que es una utopía
pretender cambiar la forma de pensar desde nuestro formato, pero si una
vez finalizado el proyecto conseguimos que alguien (aunque solo sea uno)
vea este cortometraje y le haga pensar, para nosotros eso ya es una
victoria”, advierte el director, cuya idea es estrenar la cinta entre
finales de junio y principios de julio.
Escritor, guionista y director, Alberto Pons ha conseguido
en los tres últimos años más de treinta selecciones oficiales. Con su
primer trabajo, ‘Final’, hizo llegar al público el drama de los enfermos
terminales, consiguiendo el apoyo de distintas organizaciones no
gubernamentales. Por su parte, Lolo Vázquez lleva más de nueve dedicado
al mundo audiovisual. Ha realizado spots de márketing de guerrilla para
empresas como Pepsi o Coca-Cola, además ha trabajado como fotógrafo
profesional y experto en efectos especiales.
TÍTULO: EL ENEMIGO INVISIBLE,.
El enemigo invisible,
Ella es una de las protagonistas del documental “La guerra invisible” –emitido recientemente en Documentos TV, de La 2– donde por primera ...
Kori Cioca soñaba desde niña con entrar en el Ejército de
los EE.UU. y de mayor pudo hacer realidad su sueño al ser reclutada por
la Guardia Costera. Tras la instrucción, fue destinada a la
localidad de Bay City, en el estado de Michigan. Tenía 23 años y era la
única mujer de su unidad. Un día, cuando regresaba de un entrenamiento,
se encontró durmiendo en su cama a su supervisor. Cuando intentó
echarle, este la insultó y le propinó un golpe en la mejilla. Kori
denunció el incidente a un superior, que hizo la vista gorda y le dijo
que no quería problemas.
Unos días más tarde, en diciembre de 2005, la joven fue brutalmente violada en su dormitorio por este mismo individuo. Han pasado siete años desde aquella agresión y Kori –casada con un militar y madre de una niña pequeña– todavía está sufriendo dolor crónico, depresión y trastorno por estrés postraumático.
Su agresor la golpeó con tal fuerza que le dislocó la mandíbula y le
lesionó la columna. A día de hoy aún no ha conseguido que la
Administración de Veteranos de Guerra financie la cirugía que necesita.
Ella es una de las protagonistas del documental “La guerra
invisible” –emitido recientemente en Documentos TV, de La 2– donde por
primera vez se denuncian los abusos sexuales dentro del Ejército
norteamericano y que ha causado un gran impacto en la opinión pública de
aquel país.
Al igual que Kori, la vida de la teniente de infantería Ariana Klay quedó truncada al entrar en el Ejército.
Tras servir durante nueve años a su patria en Irak, donde destacó por
su entrega y valor, fue destinada a la base de Marine Barracks en
Washington. Para ella era un sueño poder formar parte de esta unidad de
élite encargada de acompañar a los presidentes y dignatarios, y
gestionar la seguridad de la Casa Blanca. Al poco de llegar, un
superior de su unidad le dejó claro que “aquí las mujeres no son más que
objetos sexuales para distracción de los soldados”. Durante semanas
sufrió en silencio burlas, insultos y el acoso de sus compañeros sin que
nadie la ayudara. Una noche fue violada por un oficial y un
amigo de este. Le advirtieron que, si lo contaba, la harían asesinar y
echarían su cuerpo a una zanja. Ariana Klay, al comprobar que su comandante quería ocultar los hechos, intentó suicidarse. Su agresor fue juzgado por un consejo de guerra acusado de adulterio y lenguaje indecente.
Miles de mujeres soldados del glorioso Ejército de los EE.UU.
sufren cada año abusos sexuales por parte de sus superiores o
compañeros. La mayoría no son denunciados por vergüenza o por
miedo a que las rebajen de rango o a sufrir represalias. Las pocas que
se han atrevido a dar la cara saben que no se las tomará en serio y que
los agresores quedarán impunes. Lo que más traumatiza a las víctimas no
es solo la violencia y el acoso sino la ausencia de justicia. Piden
que sea un organismo independiente, ajeno a la jerarquía castrense, el
que investigue estos casos y juzgue a los culpables. Mientras ese día
llega, saben también que su peor enemigo está en sus propias filas.
P. D.: Más del 20% de las mujeres soldados veteranas han sido agredidas sexualmente en el Ejército de los Estados Unidos.
También los hombres sufren este tipo de abusos, pero no los denuncian.
Lo más terrible es que estos agresores que no han sido condenados son
delincuentes sexuales reincidentes.
Después de ‘Final’ y ‘Amén’, Alberto Pons pone fin a su
trilogía con ‘Viaje de vuelta’. Junto a Lolo Vázquez, el malagueño
dirige este cortometraje que protagoniza la pequeña Penélope Moreno,
Eduardo Duro, Miguel San Martin Espinar, Antonio Avila, Patricia Murillo
Pereira, Jose Vallejo y Juan Bertuchi. y que comenzó a rodarse justo
hace una semana. El filme, en preproducción desde el pasado mes de
septiembre, ha visto obligado a retrasarse por la dificultad del propio
proyecto, ya que, como avisa Alberto Pons, las secuencias, todas en
exterior (unas de noche y otras en alta mar) “necesitan mucho
presupuesto”.
Precisamente, el equipo busca actualmente el respaldo de un
mecenas que les permita llegar a buen puerto. Y es que, a pesar de la
colaboración del Ayuntamiento de Rincón de la Victoria y empresas como
Clínicas Rincón, grupo Ymer, EMEFilms, siguen necesitando patrocinadores
para acabar esta cinta que pone fin a la trilogía que el tándem
malagueño iniciara hace tres años en torno a la muerte y sus misterios.
En ‘Final’ (codirigido con Álex Esteve), Pons se acercaba a la forma de
afrontar la lucha contra una enfermedad terminal desde la perspectiva
innovadora y tecnológica en la que han nacido los jóvenes. También junto
a Esteve rodó en 2011 ‘Amén’, que aborda desde un autobús y a partir de
los pensamientos de los usuarios, la complejidad de la mente humana. 18
personajes, 10 figurantes y más de 10 personas en equipo técnico, les
llevó a acudir a la fórmula crowdfunding para sufragar los gastos.
Ahora, una vez finalizada la trilogía,
Según el director, la idea de la trilogía es mostrar la
muerte “como un paso más allá”. “A pesar de ser historias que caminan en
la línea del drama pretenden dar esperanza para quien cree que la vida
es punto y final”, advierte Pons sobre esta serie que se inició hace
cuatro años y que tuvo su origen en la propia historia familiar del
realizador. Su hermano pequeño sufrió una larga enfermedad y vivió en
primera persona la posibilidad de perderlo y él, por su parte, anduvo en
la “delgada línea que separa un mundo de otro”. Fue entonces cuando
decidió escribir y contar estas tres historias.
En el caso de ‘Viaje de vuelta’, el cineasta lo que busca
es “tocar la fibra más sensible del ser humano”. Para ello, juega no
solo con el impacto visual sino también con la historia de una pequeña
de ocho años seleccionada entre más de cien candidatas. Como explica
Alberto Pons, el guión se basa en la adaptación moderna del mito de
Caronte y aspira a “no dejar indiferente a nadie para llevar al
espectador a ver la realidad del alcohol y la conducción”. A partir de
los múltiples “dramas” que se esconden detrás de las historias de cada
víctima de accidentes de tráfico. Pero ‘Viaje de vuelta’ da un giro más.
“Queremos llegar al corazón de la gente, sabemos que es una utopía
pretender cambiar la forma de pensar desde nuestro formato, pero si una
vez finalizado el proyecto conseguimos que alguien (aunque solo sea uno)
vea este cortometraje y le haga pensar, para nosotros eso ya es una
victoria”, advierte el director, cuya idea es estrenar la cinta entre
finales de junio y principios de julio.
Escritor, guionista y director, Alberto Pons ha conseguido
en los tres últimos años más de treinta selecciones oficiales. Con su
primer trabajo, ‘Final’, hizo llegar al público el drama de los enfermos
terminales, consiguiendo el apoyo de distintas organizaciones no
gubernamentales. Por su parte, Lolo Vázquez lleva más de nueve dedicado
al mundo audiovisual. Ha realizado spots de márketing de guerrilla para
empresas como Pepsi o Coca-Cola, además ha trabajado como fotógrafo
profesional y experto en efectos especiales.
Ella es una de las protagonistas del documental “La guerra invisible” –emitido recientemente en Documentos TV, de La 2– donde por primera ...
Kori Cioca soñaba desde niña con entrar en el Ejército de
los EE.UU. y de mayor pudo hacer realidad su sueño al ser reclutada por
la Guardia Costera. Tras la instrucción, fue destinada a la
localidad de Bay City, en el estado de Michigan. Tenía 23 años y era la
única mujer de su unidad. Un día, cuando regresaba de un entrenamiento,
se encontró durmiendo en su cama a su supervisor. Cuando intentó
echarle, este la insultó y le propinó un golpe en la mejilla. Kori
denunció el incidente a un superior, que hizo la vista gorda y le dijo
que no quería problemas.
Unos días más tarde, en diciembre de 2005, la joven fue brutalmente violada en su dormitorio por este mismo individuo. Han pasado siete años desde aquella agresión y Kori –casada con un militar y madre de una niña pequeña– todavía está sufriendo dolor crónico, depresión y trastorno por estrés postraumático. Su agresor la golpeó con tal fuerza que le dislocó la mandíbula y le lesionó la columna. A día de hoy aún no ha conseguido que la Administración de Veteranos de Guerra financie la cirugía que necesita. Ella es una de las protagonistas del documental “La guerra invisible” –emitido recientemente en Documentos TV, de La 2– donde por primera vez se denuncian los abusos sexuales dentro del Ejército norteamericano y que ha causado un gran impacto en la opinión pública de aquel país.
Al igual que Kori, la vida de la teniente de infantería Ariana Klay quedó truncada al entrar en el Ejército. Tras servir durante nueve años a su patria en Irak, donde destacó por su entrega y valor, fue destinada a la base de Marine Barracks en Washington. Para ella era un sueño poder formar parte de esta unidad de élite encargada de acompañar a los presidentes y dignatarios, y gestionar la seguridad de la Casa Blanca. Al poco de llegar, un superior de su unidad le dejó claro que “aquí las mujeres no son más que objetos sexuales para distracción de los soldados”. Durante semanas sufrió en silencio burlas, insultos y el acoso de sus compañeros sin que nadie la ayudara. Una noche fue violada por un oficial y un amigo de este. Le advirtieron que, si lo contaba, la harían asesinar y echarían su cuerpo a una zanja. Ariana Klay, al comprobar que su comandante quería ocultar los hechos, intentó suicidarse. Su agresor fue juzgado por un consejo de guerra acusado de adulterio y lenguaje indecente.
Miles de mujeres soldados del glorioso Ejército de los EE.UU. sufren cada año abusos sexuales por parte de sus superiores o compañeros. La mayoría no son denunciados por vergüenza o por miedo a que las rebajen de rango o a sufrir represalias. Las pocas que se han atrevido a dar la cara saben que no se las tomará en serio y que los agresores quedarán impunes. Lo que más traumatiza a las víctimas no es solo la violencia y el acoso sino la ausencia de justicia. Piden que sea un organismo independiente, ajeno a la jerarquía castrense, el que investigue estos casos y juzgue a los culpables. Mientras ese día llega, saben también que su peor enemigo está en sus propias filas.
Unos días más tarde, en diciembre de 2005, la joven fue brutalmente violada en su dormitorio por este mismo individuo. Han pasado siete años desde aquella agresión y Kori –casada con un militar y madre de una niña pequeña– todavía está sufriendo dolor crónico, depresión y trastorno por estrés postraumático. Su agresor la golpeó con tal fuerza que le dislocó la mandíbula y le lesionó la columna. A día de hoy aún no ha conseguido que la Administración de Veteranos de Guerra financie la cirugía que necesita. Ella es una de las protagonistas del documental “La guerra invisible” –emitido recientemente en Documentos TV, de La 2– donde por primera vez se denuncian los abusos sexuales dentro del Ejército norteamericano y que ha causado un gran impacto en la opinión pública de aquel país.
Al igual que Kori, la vida de la teniente de infantería Ariana Klay quedó truncada al entrar en el Ejército. Tras servir durante nueve años a su patria en Irak, donde destacó por su entrega y valor, fue destinada a la base de Marine Barracks en Washington. Para ella era un sueño poder formar parte de esta unidad de élite encargada de acompañar a los presidentes y dignatarios, y gestionar la seguridad de la Casa Blanca. Al poco de llegar, un superior de su unidad le dejó claro que “aquí las mujeres no son más que objetos sexuales para distracción de los soldados”. Durante semanas sufrió en silencio burlas, insultos y el acoso de sus compañeros sin que nadie la ayudara. Una noche fue violada por un oficial y un amigo de este. Le advirtieron que, si lo contaba, la harían asesinar y echarían su cuerpo a una zanja. Ariana Klay, al comprobar que su comandante quería ocultar los hechos, intentó suicidarse. Su agresor fue juzgado por un consejo de guerra acusado de adulterio y lenguaje indecente.
Miles de mujeres soldados del glorioso Ejército de los EE.UU. sufren cada año abusos sexuales por parte de sus superiores o compañeros. La mayoría no son denunciados por vergüenza o por miedo a que las rebajen de rango o a sufrir represalias. Las pocas que se han atrevido a dar la cara saben que no se las tomará en serio y que los agresores quedarán impunes. Lo que más traumatiza a las víctimas no es solo la violencia y el acoso sino la ausencia de justicia. Piden que sea un organismo independiente, ajeno a la jerarquía castrense, el que investigue estos casos y juzgue a los culpables. Mientras ese día llega, saben también que su peor enemigo está en sus propias filas.
P. D.: Más del 20% de las mujeres soldados veteranas han sido agredidas sexualmente en el Ejército de los Estados Unidos.
También los hombres sufren este tipo de abusos, pero no los denuncian.
Lo más terrible es que estos agresores que no han sido condenados son
delincuentes sexuales reincidentes.
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