sábado, 25 de mayo de 2013

DE CERCA . Susana Tamaro. Secretos y verdades,./ MUNDO, ALMUDENA BERNABÉU, LA JUSTICIA UNIVERSAL DEVUELVE LA DIGNIDAD,.

TÍTULO: DE CERCA . Susana Tamaro. Secretos y verdades

Susana Tamaro
La novelista y columnista de Mujer hoy publica su libro más íntimo: una autobiografía de su infancia y juventud. Así que hemos viajado hasta ...

Susana Tamaro. Secretos y verdades

La famosa escritora, y colaboradora de la revista Mujerhoy, vive en Porano, Italia. (Foto: ). 
La novelista y columnista de Mujer hoy publica su libro más íntimo: una autobiografía de su infancia y juventud. Así que hemos viajado hasta su hogar italiano para desempolvar recuerdos, sentimientos y objetos llenos de significado. 
Como un refugio ideal para ahuyentar a los fantasmas del pasado, la casa donde vive la escritora Susanna Tamaro respira primavera en estos días de mayo. En el jardín de este caótico hogar, en Porano –a unos minutos de la ciudad de Orvieto, en la Umbría italiana– canta el ruiseñor y el sol juega al escondite asomando a ratos entre las nubes. Aquí, lejos de la bora, ese viento del nordeste que batía sin piedad sobre las calles de su Trieste natal, ha escrito Susanna “Todo ángel es terrible” (Seix Barral), su libro más autobiográfico, que llega a España tras vender más de 130.000 copias en Italia en unas semanas. La bora es uno de los personajes de esta obra, como lo son un padre inaccesible que viene y va, y una madre capaz de lo mejor y lo peor. Entre todos construyeron la infancia de Susanna, marcada por el insomnio y la falta de afecto. Hoy, la escritora nos muestra ese largo viaje a través de los objetos que han dejado huella en su historia. Sonríe con la serenidad de quien ha dejado atrás el dolor, y habla sin tapujos de unos años donde los episodios felices se cuentan con los dedos.


1 Un infancia entre el calor y el frío 


“Mi madre y mi abuela eran maestras con la lana; se pasaban horas y horas tejiendo jerséis y vestidos de punto, que conservo como oro en paño. Antes, cuando la ropa se hacía en casa, cada jersey iba ligado a un momento, a un periodo concreto de la vida. Todavía tengo los que me hizo mi madre, ¡muchos tienen más de 30 años! Mi madre tenía muchos problemas de afectividad y, en cierto modo, tricotar estos jerséis era la única manera en que lograba exprimir su cariño, ofreciéndonos la protección y el amor que de otro modo no nos lograba dar. Los confeccionó durante toda su vida. Yo quise aprender también, pero siempre pensé que más adelante tendría tiempo. Procedo de una familia muy longeva, en la que las personas morían con 90 o 100 años. Pero mi madre falleció “pronto”, a los 70, y yo nunca llegué a aprender”.


2 Los hijos de la guerra 

“Los que nacimos en los años 50 somos hijos de una generación que vivió su adolescencia en plena Segunda Guerra Mundial. Se convirtieron en padres muy jóvenes, tuvieron a sus hijos a los 20 o 21 años –frente a los 30 o más que tienen los padres de ahora–. Y eran personas con un pasado muy traumático. Quizá mi caso era algo más extremo, pero este tipo de relación entre padres e hijos fue algo muy generacional. He recibido muchos correos electrónicos y muchas cartas de personas de mi edad que vivieron experiencias muy similares a la mía. Niños y mayores tenían dos mundos separados. El objetivo era que los pequeños no molestaran, pero no había esta intimidad entre unos y otros. Eso llegó más tarde. Y cuando los niños no cuentan con sus padres, sienten inseguridad. Esta butaca, que era de mi padre y en la que me encanta pasar las tardes leyendo, está marcada por su ausencia. Yo nunca he querido tener niños. Quizá lo deseé de joven, cuando estaba muy enamorada, pero, tras cumplir 20 años, descarté la idea. Escribir absorbe mucha energía, no hay lugar para los hijos, excepto para los infelices. Yo ya fui una niña desdichada y no quería algo así para mis hijos. Estoy hecha a la antigua y continúo pensando que los hijos no son un experimento de laboratorio, que se tienen con quien se ama. Pero no los echo de menos: la maternidad es una manera de afrontar la vida. Los hijos no son una propiedad: o eres maternal o no lo eres. Y es lo importante: hay mucha gente que los “fabrica” pero luego no es nada maternal”.


3 La búsqueda del padre

“Mi padre estudió caligrafía china, y se sintió muy cerca del taoísmo y el hinduísmo. También viajó allí, a China. Este país fue para él un mundo imaginario, que le sirvió para huir. Era un poco autista, incapaz de tener relaciones normales con los demás. Pero necesitaba su mundo perfecto, creado. Se trataba de un universo lejano, muy distinto del nuestro. Él era un ferviente maoísta y estaba convencido de que allí se encontraba la felicidad. Mucho más tarde, ya en Roma, yo también estudié caligrafía con una maestra china. Es un mundo muy interesante, pero yo no me sumergí en él buscando la felicidad, como hizo mi padre. Creo que la felicidad solo se encuentra en tu propio corazón, siempre que tengas el coraje de ir hasta el fondo del mismo. No es fácil”.

4 Roma: juventud, cine y tiempos revueltos 
“Recién alcanzada la mayoría de edad, me fui a Roma a estudiar cine. Fueron los años de la explosión de mi juventud. Pero también, en Italia, los de la explosión del terrorismo, un fenómeno terrible que ha marcado mucho a mi generación. En los 70 y 80, cada día moría alguien asesinado, había un clima casi de guerra civil. Al mismo tiempo, fue un momento de gran curiosidad, de querer absorber todo cuanto teníamos delante. Sentíamos que teníamos abiertas las puertas del futuro. Yo sentía una gran pasión por las clases. Íbamos al cine todos los días, discutíamos hasta entrada la noche sobre qué eran la literatura y la poesía... Había un gran fervor cultural, algo que ahora no veo. La llegada de internet ha manipulado mucho nuestro imaginario y la independencia mental. Hay una relación muy estrecha entre literatura y cine –¡Fellini fue uno de mis primeros descubridores!– y creo que al cine de hoy le falta algo, porque la gente no tiene ese fermento literario. Las películas, también la comedia italiana, tenían una ironía que ahora no existe. Yo he hecho documentales sobre naturaleza, sobre animales. En 2003 dirigí
una película de ficción y me encantaría hacer otra sobre la situación tan difícil que vivimos ahora en Italia”.

5 La pasión por la naturaleza y las aves migratorias 
“La naturaleza ha sido siempre mi gran pasión, desde pequeña. Conservo aún una enciclopedia que me regalaron siendo niña –una obra, por cierto, traducida del español–. La estudiaba mucho y me servía para organizar el mundo que veía y conocía. En mi vida todo era un desastre y yo hacía como un biólogo: trataba de ordenarla en categorías. Aún hoy, me encanta dibujar animales e insectos, plasmar cómo se transforman. Veo la televisión y a los cinco minutos me aburro, pero con el espectáculo de la naturaleza, nunca. Tenemos un televisor escondido en un armario y ¡no lo usamos nunca! Ahora mismo no tengo tiempo de llevar mis diarios como me gustaría, pero sigue siendo una de las cosas con las que más disfruto. Al menos, sigo apuntando cuándo llegan los pájaros migratorios a mi jardín. Es increíble, porque vienen siempre, año tras año, en la misma fecha: el 21 de marzo”.

6 Trío de religiones 
“En mi familia convivían tres credos: hebreo, católico y ortodoxo. Originalmente, mis parientes eran hebreos, convertidos por motivos prácticos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, decía mi abuela, no era tan importante ser o no judío. Pero resultaba más fácil ser admitidos en la burguesía siendo católicos. Con todo, yo crecí en el laicismo más radical. Fui bautizada, pero nadie en mi familia era practicante. Más adelante, por un camino personal muy singular y siguiendo un poco a mi abuela, llegué al cristianismo.  Siempre he tratado de ser una persona libre y, tras ver todas las opciones –budismo, judaísmo–, la gente más libre que he encontrado son los cristianos, los creyentes verdaderos. Hay muchos prejuicios pero, se piense lo que se piense, el cristianismo es la religión más abierta que he encontrado. La religión nos permite ver que todo es una bendición. Hay un misterio detrás de cada cosa y todo requiere amor y respeto. La vida es un milagro, pero hay que tener unos ojos y un corazón capaces de ver. Si nos cerramos demasiado en nosotros mismos, terminamos por ser víctimas de nuestra infelicidad. En cambio, si eres capaz de mirar a tu alrededor con el corazón abierto, te enamoras de la vida, vives mejor. Y la religión ayuda: tú eres más feliz y quienes te circundan también”.

7 La mirada de la virgen
Encontré esta escultura en un cuarto de mi casa. Estaba muy estropeada y no me di ni cuenta de que era una imagen. Un amigo me dijo que era una Virgen de la Anunciación, antes de tener a su hijo. La pintamos y arreglamos nosotros mismos. Hace poco, cerca de aquí, me encontré con una copia idéntica, dentro de una pequeña iglesia. ¡Nunca la había visto! Recuerdo la impresión que me produjo, de pequeña, darme cuenta de que, aunque era incapaz de sostener la mirada de mi madre, podía mirar a los ojos a la Virgen. Es la madre de todos, con una mirada que acepta, luminosa. Para el imaginario infantil es importante; sobre todo para los niños como lo era yo, cuyas madres no saben hacer de madres”.

8 Ellos nos entienden 

“Los perros son mi pasión. Desde que me mudé al campo, tengo cada vez más. Ahora son seis. Y caballos, pájaros, abejas con las que hacemos miel... Hemos entendido muy poco de la profundidad de los animales. Ellos nos observan y entienden cosas que no imaginamos. Cuando tienes varios perros, eres el jefe de la camada. Es precioso jugar con ellos, tener esa sensación de calor y pertenencia. ¡Las hijas de la familia peruana que vive aquí aprendieron antes los nombres de los perros que a decir papá o mamá!”.


9 El anillo olvidado de la tía Marisa


“Tras publicar “Todo ángel es terrible”, recibí un correo electrónico de una señora de 92 años. Se llamaba Diana. Me dijo que había sido la mejor amiga de mi tía Marisa, un personaje al que nunca conocí –murió muy joven–, pero que estuvo siempre muy presente en mi infancia. Las dos se perdieron de vista en la guerra, porque Diana se tuvo que esconder. Marisa le había regalado un anillo. Cuando nos vimos, en Trieste, abrió una caja y me lo dio. ¡Después de 60 años! Es lo único que tengo de ella. Fue muy emocionante. He mantenido relaciones muy especiales con mujeres mucho mayores que yo. Mi abuela era una persona muy feliz, llena de espíritu. La nuestra fue una relación de amistad, más que de abuela-nieta. Eso sí, mi abuela no lo tuvo fácil para acercarse a mí. Cuando era pequeña, yo sufría mucho y me creé un muro que me aislaba del entorno. Ella solo consiguió derribarlo más adelante. Estuvimos unos pocos años juntas, hasta que ella murió a causa del Alzheimer. Fueron unos años preciosos. Pero hoy las personas ancianas han desaparecido de la vida social (y, al dejarlas de lado, estamos robando a sus nietos la memoria). Es por la visión materialista que nos domina; si no produces, ya no vales. Para la familia de peruanos que vive conmigo, un anciano es alguien digno de respeto; para nosotros, un peso”.


10 Familias atípicas de ayer y hoy

“En esta foto de mi familia, tomada en un picnic, salen todas las mujeres en primer plano. Detrás asoma la cabeza del escritor Italo Svevo, mi tío abuelo. Era un mundo matriarcal, claramente. Conservo también fotos de la boda de mis padres. Mi madre estaba enamoradísima de él, lo estuvo toda la vida. Pero mi padre era ya el ser extraño que fue luego. ¡En la iglesia tenía ya en la cabeza a otras mujeres, estoy segura! No era el hombre ideal, pero ella creía que era maravilloso. ¿Y ves esta foto mía de niña? No me siento muy cambiada. Yo tenía una naturaleza alegre, luminosa... Mi experiencia me cerró mucho. Me costó mucho recuperar esa naturaleza, pero lo he logrado. Crecí en una familia atípica. Sin embargo, siempre he creído en la libertad de elegir. Ahora vivo rodeada de animales, con mi amiga y ayudante Roberta y con una familia peruana que conocí en misa... ¡hace ya 15 años! Su hija pequeña tiene un bebé de pocos meses. ¡Soy abuela! Ellos son mi familia de elección. Todos piensan que tienes que tener una pareja y un hijo. Pero la vía del amor no es nunca la de la ley. Yo conocí a esta familia y me los llevé a casa. Su niña es como mi hija, la he ayudado a crecer. No es mi propiedad, claro: ningún hijo lo es, al revés de lo que piensan muchos padres. ¡No hagamos experimentos con los niños! Tendría que facilitarse la adopción. Hay tantos niños sin amor en el mundo... Propuse una vez que el proceso durase nueve meses, como un embarazo, y no tantos años. Ahora, con la crisis, nadie adopta ya. Tendría que ser más sencillo”.


11 La madre múltiple


“Mi madre sufría un trastorno de personalidad. Creo que tuvo mucho que ver con su matrimonio. Quizá, si mi padre hubiera sido más normal, ella también lo habría sido. Pero tenía esta gran fractura afectiva y se tradujo en que era muchas personas a la vez. Podía ser la mejor madre del mundo, pero también una persona decepcionada, que detestaba a los hijos que tuvo siendo muy joven y que le impedían llevar la vida que, a veces, soñaba con tener. Pasaba de una fase a otra sin aviso. Siempre quiso estudiar Bellas Artes, pero mi abuelo se negó. Más tarde, cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, pudo entrar en ese mundo de artistas conceptuales de los 60. ¡Nos aburríamos tanto “aparcados” en un sofá! Hoy veo con horror a los padres que hacen que sus hijos les llamen por su nombre. Es una locura y el síntoma de algo que va muy mal”.

TÍTULO: MUNDO, ALMUDENA BERNABÉU, LA JUSTICIA UNIVERSAL DEVUELVE LA DIGNIDAD,.

MUNDO, ALMUDENA BERNABÉU, LA justicia universal devuelve la dignidad"

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  1. Almudena Bernabéu: "La justicia universal devuelve la dignidad"
    Almudena Bernabéu –una abogada valenciana de 41 años que lleva media vida ... de los derechos humanos que ha impactado en todo el mundo. ... P. Es la única española que trabaja en asuntos de justicia universal a ...
     

    Almudena Bernabéu: "La justicia universal devuelve la dignidad"


    • Las investigaciones de esta española han conseguido lo que parecía imposible: que un tribunal guatemalteco haya condenado al expresidente del país, el exgeneral Efraín Ríos Montt, por genocidio.

    Almudena Bernabéu –una abogada valenciana de 41 años que lleva media vida dedicada en cuerpo y alma a defender a los débiles–, es una de las responsables de que el expresidente de Guatemala, el general Efraín Ríos Montt haya sido condenado a 80 años de cárcel por genocidio contra la población indígena maya. Las organizaciones humanitarias aseguran que entre 1982 y 1983, durante los 16 meses que el militar que ahora tiene 86 años estuvo al frente del país, se produjeron 10.000 asesinatos. Sin embargo, el juicio contra él y su mano derecha, el jefe del servicio de inteligencia José Mauricio Rodríguez, se ha centrado en las muertes de 1.771 mayas, de los que casi la mitad eran niños. En la sentencia, el tribunal que lo juzgó reconoció “que el acusado tuvo conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo y no lo detuvo, pese a tener el poder para hacerlo”. Almudena Bernabéu ha sido una de las responsables de ese reconocimiento de los derechos humanos que ha impactado en todo el mundo. Aunque ella vive entre San Francisco, donde trabaja en la organización Center for Justice and Accountability, y Madrid, en la Audiencia Nacional de España, los casos en los que interviene esta abogada la reclaman por diferentes rincones del mundo. En medio de uno de esos viajes atiende a Mujer hoy.

    Mujer hoy. Rios Montt ha sido condenado a 80 años de prisión por genocidio y crímenes de lesa humanidad. Es la primera vez en la historia que un tribunal nacional condena por genocidio a un ex presidente de su propio país. ¿Qué le ha parecido la sentencia?
    Almudena Bernabéu. Es extraordinaria, histórica y valiente. Estoy conmovida con la fuerza y la coherencia de la jueza que la leyó. Lloré de alegría mientras escuchaba a Yasmin Barrios decir culpable con la voz temblorosa. Es una sentencia definitiva para el futuro de Guatemala. Este veredicto ha cambiado su historia.

    P. Después de anunciarse el fallo del tribunal, hemos escuchado a algunos guatemaltecos, e incluso al propio Rios Montt, decir que la sentencia es una conspiración internacional.

    R. Pueden decir lo que quieran, la realidad es solo una: Ríos Montt duerme en la cárcel.

    P. Es la única española que trabaja en asuntos de justicia universal a ambos lados del Atlántico. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?

    R. En realidad, empecé como profesional en Valencia, trabajando con inmigrantes que intentaban legalizar su situación y buscando soluciones para ellos; primero desde España y más tarde desde San Francisco, cuando se protegía a los centroamericanos que huían por culpa de las guerras. De la mano de los inmigrantes, abrí los ojos. Los cosas que me contaron estos “sin papeles” me cambiaron para siempre. En 1998 se fundó la ONG Center for Justice and Accountability en Estados Unidos, para institucionalizar este trabajo en los tribunales. Desde ese momento, intenté incorporar todo lo que sabía de estos dos sistemas judiciales a mi trabajo en ambos lugares.

    P. Su fama la precede, gracias a los éxitos de casos como el de los jesuitas españoles asesinados en El Salvador. Ahora, el juicio por el genocidio de Guatemala ha vuelto a sacudir al mundo. ¿Qué se siente al haber logrado la condena de Ríos Montt
    ?
    R. Orgullo, satisfacción, alegría y, sobre todo, mucha esperanza. Esperanza de que 11 años de trabajo y el desasosiego que sientes muchas veces al no ver las cosas avanzar... todo eso ha merecido la pena. Sin embargo, hay aún mucho trabajo que hacer, más del que se ha hecho, y no podemos dejar que esta alegría nos distraiga.

    P. ¿Qué ha cambiado para que este caso se haya juzgando ahora en Guatemala? Desde hace años, la justicia de ese país se había negado a extraditar al exdictador a España, dónde tiene una causa abierta por genocidio en la Audiencia Nacional desde 1999.

    R. Todo ha sido posible gracias al excelente trabajo de un gran equipo de expertos procedentes de varios rincones del mundo. Las piezas clave en el avance han sido la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, que ha contado con la ayuda de la ONU, y el nombramiento de Claudia Paz y Paz como fiscal general, además de una sociedad civil incansable.

    P. ¿Cuál ha sido su contribución como abogada en este caso?

    R. Todo el trabajo hecho en España –y esa es la importancia de la justicia universal–, ha sido el camino seguido por la Fiscalía General de Guatemala en su acusación. Es decir: el trabajo realizado por nuestro equipo para probar el genocidio, ampliado y adaptado al juicio que ha tenido lugar, es la piedra angular de lo que se juzgado en Guatemala. Ese fue nuestro deseo todo el tiempo. No podía haber servido para un fin mejor.

    P. ¿Qué significa para las víctimas de Guatemala que se haya condenado al general Ríos Montt? ¿Y para la sociedad?
    R. Creo que en este paso asistimos a un gran proceso de dignificación de las personas. De las que están y de todas las que murieron durante aquellos meses de violencia y dolor. Es crucial que se sepa la verdad, que se reconozca a las verdaderas víctimas, que se las repare y se las dignifique. Solo de esta manera, la sociedad de Guatemala podrá avanzar y cerrar las heridas. Esto será un ejemplo para toda la sociedad.

    P. Usted ha comentado el impacto que le produjo que las víctimas de las masacres le hablaran de las heridas que aún tienen abiertas por no haber podido identificar a sus muertos. ¿Es su dolor lo que le ha ayudado a seguir adelante en el proceso?
    R. Esa es la parte más dura de mi trabajo. Si uno se sienta –yo lo he hecho a veces– y se deja abatir por la dimensión de la violencia y el dolor que ha sufrido el pueblo guatemalteco, cuesta levantarse de la silla, cuesta no llorar... Sin embargo, lo que más me ha impresionado es la fuerza y el sentido de la familia y de la comunidad de este pueblo. Sobre todo, la fuerza que han demostrado las mujeres que han sostenido a las familias, que han reconstruido la comunidad, que han cuidado de los hijos e, incluso, de sus nietos cuando todos sus hijos habían sido asesinados. Esto me ha impactado y sigue haciéndolo. Gracias a estas mujeres, sus pueblos no se han desintegrado para siempre. Esto me conmueve y me seguirá conmoviendo cada día de mi vida.

    P. Cuando recibió la noticia del inicio del juicio contra el expresidente Ríos Montt, confesó que había llorado. Se excusaba entonces diciendo que era porque ahora es madre. ¿Ha cambiado tener un hijo su forma de ver el mundo?

    R. Al recibir la noticia del juicio, sentí una alegría profunda mezclada con el cansancio de 11 años de durísimo trabajo. En cuanto a mi hijo, Diego, creo me ha hecho ser más realista. Mirarle a la cara me sumerge en un mundo donde todo parece tener sentido. Lloré de ternura y de satisfacción al pensar en todo lo que hicimos y cuánto sentido tiene en estos momentos para tantas personas. Diego me ha traído fuerza, coherencia y coraje. Es como si ya no pudiera escaparme de lo que es verdad nunca más...

    P. Con su hijo, se vio obligada a viajar durante unos meses a Ecuador, para trabajar en uno de los casos que llevaba. ¿Es posible hacer este trabajo con un bebé?
    R. ¡Por supuesto que es posible! Y fue excelente. Me trasladé a Quito para trabajar en la Fiscalía General de Ecuador, en investigaciones por violaciones de derechos humanos. Mi marido también traslado su trabajo allí y él se ocupó del bebé, que cumplió cuatro meses en Quito. Tengo la suerte de contar con un compañero que cree en mi trabajo y en mí, más que yo misma, y ¡eso ayuda!

    P. Durante el conflicto armado de Guatemala, entre 1960 y 1996, hubo 200.000 asesinatos y más de 100.000 mujeres fueron violadas. Gracias a su trabajo junto a la ONG Women’s Link Worlwide, en España se amplió la querella por
    genocidio para incluir la violencia de género. ¿Formó parte también del juicio?
    R. Sí. Todo el trabajo hecho por mis compañeras de Women’s Link Worldwide en Madrid, a partir del testimonio de las mujeres, fue incluido también como un peritaje. Paloma Soria, abogada de esta ONG, estuvo en la lista de peritos presentada por los abogados de las víctimas. Yo la puse en contacto con ellos, su trabajo era excelente y había que aprovecharlo.

    P. En el juicio se escuchó a las víctimas de violaciones, de torturas y de desplazamientos forzosos durante el conflicto.
    R. Sí. El general Ríos Montt tuvo que escuchar sus relatos y eso ha devuelto a estas mujeres la dignidad perdida. Ellas han tenido la oportunidad de sentarse frente a él y narrar todo lo que les han hecho. Han tenido voz , algo que hasta ahora les habían negado.

    P. La jueza, la fiscal general y la perito del juicio contra Ríos Montt en Guatemala son mujeres. ¿Se podría decir que el género femenino está conquistando la justicia?

    R. Creo que existe un cambio significativo. Y, sin duda, un sector como el nuestro, casi exclusivamente ocupado por hombres hasta ahora, es hoy un terreno de mujeres. Sí, estamos cada vez mas cerca y cuesta no emocionarse con lo que prometen el presente y el futuro. Aunque, ¡todavía queda tanto por hacer!


    Almudena en la intimidad
    ¿Cómo compagina trabajo y maternidad?
    No pienso en cómo hacerlo, solo lo hago. Hay días en los que siento que no llego, pero no me quejo. Adoro mi trabajo. Eso me da energía y me permite compaginarlo todo. ¡Solo espero qué mi hijo no me eche en cara luego que trabajo mucho! 
    Cuando todo se vuelve cuesta arriba, ¿cómo busca oxígeno?
    Mi familia es mi gran aliado. Los amigos, el deporte y cocinar, otros trucos para seguir adelante cuando la presión no me deja respirar. 
    ¿Cuál es su sueño? 
    Me encantaría poner una floristería. Eso significaría que todo el mal del mundo ha desaparecido y que mi trabajo ya no tendría razón de existir.
     

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