miércoles, 15 de mayo de 2013

«Alien» se cuela en la campaña contra el alcoholismo juvenil -/ CRUJEN COMO EL POLLO ASADO,.

«TÍTULO: Alien» se cuela en la campaña contra el alcoholismo juvenil -

Alcohol y jovenes

Alcohol y jovenes

 Una iniciativa «especial» para alertar contra los peligros de la cultura de la celebración «a base de borracheras». Este es el objetivo de la ...
  Una iniciativa «especial» para alertar contra los peligros de la cultura de la celebración «a base de borracheras». Este es el objetivo de la quinta campaña de prevención del consumo abusivo de alcohol que fue presentada ayer por Ignacio Calderón, director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), bajo el lema: «Cada vez que te emborrachas te separas de las cosas que más te im.
 Una iniciativa «especial» para alertar contra los peligros de la cultura de la celebración «a base de borracheras». Este es el objetivo de la quinta campaña de prevención del consumo abusivo de alcohol que fue presentada ayer por Ignacio Calderón, director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), bajo el lema: «Cada vez que te emborrachas...
 Consumo de alcohol En la actualidad asistimos a una creciente demanda de información sobre los patrones de consumo de alcohol en nuestra sociedad, por la problemática social y personal que plantea. Dentro de estos patrones adquieren una mayor importancia los asociados a las pautas de consumo de la adolescencia y juventud, que va aumentando, tanto en número de bebidas adquiridas, como en el de su graduación alcohólica.
La accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a menores. La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los escolares, según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar 1998 (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas), es de 13.6 años, y la edad media de inicio de consumo semanal se sitúa en los 14.9 años, según esta fuente las chicas registran mayor prevalencia de consumo de alcohol, aunque en cantidades menores. El 84.2% de los escolares ha consumido alcohol en alguna ocasión y el 43.9% consume al menos una vez a la semana. En cuanto a los episodios de embriaguez el 41% de los escolares se han emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% en el último mes.
Un 80% de las muertes registradas entre adolescentes se deben a causas violentas y dentro de ellas las relacionadas con drogas o alcohol representan el 50%, existiendo un mayor porcentaje de suicidios en los adictos a estas sustancias. Además, se consideran los factores familiares de gran importancia en el inicio y curso clínico de la adicción al alcohol y otras drogas, ya que hasta un tercio de los niños tienen su primera oferta de consumo de bebida alcohólica dentro del ambiente familiar, por lo que la implicación de la familia tiene gran importancia en todo programa terapéutico.
¿Por qué consumen?
La creencia más compartida entre los diferentes grupos de adolescentes y jóvenes, tiene que ver con la asociación, según su opinión, entre el consumo de alcohol y las "consecuencias positivas" que este proporciona. Entre estas destacan, según ellos indican, una potenciación de la actividad psico-física ( alegría, euforia, superación de la timidez y retraimiento, mejoría del estado de ánimo, etc.), posibilidad de diversión e integración dentro del grupo de amigos donde la mayoría consumen.
En la medida que el alcohol proporciona a los jóvenes una serie de efectos o consecuencias positivas, y el joven los interpreta como un beneficio, dichos efectos se convierten en motivos de consumo. La juventud, como regla general, no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de él pueden derivarse, ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, etc.), y a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas, influyendo considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana, donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los "efectos positivos" y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social.
Esta consideración positiva hacia el alcohol, hace que se considere al mismo como una droga socialmente aceptada y de amplia difusión, lo que hace que los adolescentes, en un amplio porcentaje, no valoren el alcohol como una droga y no consideren su consumo como puerta de entrada hacia la adicción a otras drogas, sin embargo hay varios estudios que demuestran todo lo contrario y según los cuales es muy poco frecuente el uso de cocaína o heroína, sin haber consumido anteriormente tabaco, alcohol o cannabis.
En resumen, los motivos principales que el mundo adolescente o juvenil usa para explicar el consumo de bebidas alcohólicas son:
  • Es un modo de "ponerse alegre", "alcanzar el punto".
  • Forma de búsqueda de afiliación, con imitación de conductas, con consumo que a veces se impone desde el propio grupo de amigos en el que se participa.
  • Presión social, a veces producida desde la publicidad.
  • Desinhibición, superación de la vergüenza.
  • El consumo actuaría como un modelo de imitación y expresividad de la edad adulta.
Qué, cuanto y cómo consumen
Las pautas de consumo en el mundo adolescente y juvenil han sufrido una serie de cambios durante los últimos tiempos, y además, se han ido configurando unas características peculiares, propias de este grupo de edad, alejadas del modelo adulto y tradicional de consumo.
Así podemos destacar como características principales de este grupo de edad en su relación con la adicción alcohólica:
Búsqueda de nuevos motivos para el consumo, destacando sobre todo la afectación en la esfera psicoactiva de la personalidad. Evasión de lo cotidiano, conseguida mediante la embriaguez, bebiéndose más alcohol y de más graduación.
Concentración de los períodos de bebida durante el fin de semana o períodos festivos, con incremento de "borracheras", y lo que ello conlleva como alteraciones del orden público o accidentes de tráfico.
Progresivo descenso de la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas, que según algunos estudios, se localiza sobre los 12 años, aunque es en torno a los 16 años donde se produce una modificación de las pautas de consumo.
La cerveza (entre semana) y las bebidas de alta graduación "combinados" (los fines de semana) encabezan el ránking de bebidas preferidas entre los jóvenes.
En el entorno adolescente y juvenil el consumo de alcohol se suele producir fuera de casa y en espacios donde se producen las relaciones sociales de los jóvenes. Así mientras el consumo se produce en lugares donde hay relaciones entre iguales, hay una ausencia de consumo en el contexto familiar.
Las creencias predominantes sobre el alcohol siguen destacando sus "efectos positivos" como hemos visto anteriormente, dejando los aspectos negativos "para los demás" ("eso no me pasará a mí").
Al analizar los efectos producidos por el consumo de alcohol es probable que el joven elija la estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De este modo se construyen pensamientos propios ("no todos los que beben alcohol tendrán una dependencia física o psicológica" "no todos tienen accidentes de coche", "el alcohol afecta a los otros, que no controlan, pero no a mí"...) que contribuyen a reforzar los efectos o ideas positivas.
Como actúar sobre el problema
Es importante no considerar de forma aislada a los jóvenes del contexto social en que se desenvuelven, sino a ambos conjuntamente, para tener siempre presente los respectivos elementos del sistema: jóvenes, familia, escuela, y barrio o municipio y actuar conjuntamente sobre todos ellos.
Así podíamos considerar diferentes actitudes o pautas de actuación frente al problema, entre los que destacarían:
Diseñar programas de educación, en los que se incida no sobre los efectos negativos del consumo alcohólico, sino sobre los efectos positivos del no consumo, este pequeño matiz, haría que las medidas tuvieran una mejor acogida general y una mayor eficacia.
Orientar las actuaciones en el nivel educativo cuestionando y delimitando los efectos positivos del alcohol, que es el conjunto de creencias más desarrollado. Se debe partir de una información realista, que sitúe en su término más justo los "efectos reforzantes" del alcohol, pero que también muestre sus límites. Además existen una serie de creencias erróneas respecto al alcohol (aumento de la potencia sexual, modo de combatir el frío, o como utilidad terapéutica), transmitidas de generación en generación que necesitan ser desmontadas.
Desarrollar programas de entrenamiento en habilidades sociales, para actuar principalmente en la preadolescencia, antes de que se instaure el consumo habitual de alcohol, para ayudar a esta población a hacer frente a la enorme presión que el grupo ejerce sobre aquellos que no beben. Para ello se debe formar a profesores del sistema educativo, educadores de calle, animadores sociales, etc.
Hay que utilizar medidas eficaces que no tienen porque ser las más costosas. Hacer más baratas las bebidas no alcohólicas, ya que actualmente es más barato consumir una bebida alcohólica que un refresco, así como potenciar bebidas exóticas con menor o nulo contenido alcohólico pero "que entren por los ojos" a los jóvenes.
Conseguir imponer líneas de trabajo que logren que la edad de inicio del consumo habitual de alcohol se retrase lo máximo posible, lo cual tendrá una incidencia importante en la prevención de los consumos problemáticos del alcohol.
Formular objetivos para evitar la desconexión de los adolescentes de los sistemas de contexto, sobre todo educativo, modificar las creencias de adolescentes y jóvenes sobre el alcohol, trabajando fundamentalmente sobre las motivaciones de consumo, o diseñar estrategias para reducir lo máximo posible el dinero que los jóvenes llevan encima los fines de semana.
Actuar sobre los espacios físicos por donde se mueve la juventud, revisando su diseño. Así podemos:
  • Ceder lugares donde creemos espacios lo más parecidos a los bares y ponerlos en manos de grupos o entidades no controlados por la Administración, que les dé más libertad.
  • Estimular programas que comporten la presencia de educadores en lugares que ellos frecuentan.
  • Obligar a los bares a crear espacios alejados de la barra y con un volumen de música reducido que permita la comunicación y la organización de actividades atractivas que concentren el tiempo de ocio y diversión.
  • Incidir en la importancia de la familia como factor regulador del consumo y como medio de información.
  • Por último, estimular el debate entre las diversas fuerzas políticas para la creación de diversos programas juveniles de control y prevención de las adicciones.
TÍTULO:  CRUJEN COMO EL POLLO ASADO,.

 CRUJEN COMO EL POLLO ASADO

Qué.es
  1. «Los insectos crujen como el pollo asado»

    Los nutricionistas reconocen las ventajas de los insectos como alimento y hablan de un futuro prometedor en la mesa.foto,.
     
    Imagine que llega con hambre a casa y en la mesa le espera un suculento plato de grillos u hormigas. La FAO ha dado el primer paso al recomendar en un informe el consumo de insectos para luchar contra la obesidad o el hambre en el mundo.
    «Me parece una noticia fantástica que promueve tanto una nueva experiencia gastronómica como la posibilidad de intercambios de materias primas entre el Primer Mundo y África», explica el nutricionista Guillermo V. Rodríguez, que afirma que en ese continente muchos países consumen insectos de manera habitual. «En nuestra cultura lo vemos como algo raro; sin embargo, también nos resultaba extraño comer sushi y ahora es algo normal», señala este experto.
    Según la universidad holandesa de Wageningen, que realizó el estudio junto con la FAO, el ser humano consume más de 1.900 especies de insectos alrededor del mundo. De ellos, escarabajos, orugas, hormigas, saltamontes y grillos serían los más demandados. Sobre estos últimos, Rodríguez afirma que «un 60 o 70 por ciento es proteína de alto valor proteínico», mientras que carnes como la ternera ostentan «un 50 por cien».
    Aunque Eva Muller, coautora del informe, afirmó que con esto no se pretendía que la población comiera bichos, pues el estudio sobre todo iba encaminado al ámbito veterinario, este nutricionista observa el fenómeno con más entusiasmo. «Hay que destacar sus beneficios, no solo nutricionales, como esa facilidad que tienen para crujir, que hace recordar al pollo asado o al pan tostado del desayuno», explica.

    Gastronomía «española»

    La inmersión de estos ingredientes en la dieta de los españoles se antoja algo futurista. Rodríguez, sin perder el tono, estima que antes de 2020 será habitual verlos como condimento de algunos platos tradicionales: «No te van a poner unas hormigas con patatas pero sí los iremos viendo como parte de ciertos platos». A su juicio, todo va en relación con la «educación nutricional» que reciba la población y con la capacidad que los cocineros tengan para «integrarlos en la gastronomía del país».
    El consumo de insectos en España es un tema apenas abordado por las autoridades sanitarias. Se intentó elaborar una lista con especies comestibles pero no se llegó a publicar, y no existe ningún tipo de normativa europea al respecto. Ahora parece plantearse la necesidad de reinterpretar esta situación para que cuenten con los controles sanitarios oportunos. Mientras esto ocurre, la Unión Europea no permite comercializarlos para el consumo humano.
    Los intentos de abrir estas vías culinarias en España han tenido un final amargo. En 2004, un puesto del mercado barcelonés de La Boquería comenzó a vender insectos introducidos en unas piruletas que lograron cierta fama, pero Sanidad lo cerró. En Olite (Navarra), el chef Patxi Moliá también lo intentó con menús degustación que no fueron más allá. Otro caso similar ocurrió en Madrid, con el restaurante mexicano Taquería del Alamillo, que ahora ya es regentado por otros propietarios

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