Territorio Nadal
Rafa Nadal -foto-disimula cuando le preguntan antes de debutar en ... de ella y que lo que quiere es centrarse en su tenis, el balear confiesa que, ...
El mallorquín Rafael Nadal regresó a una de las pistas en
las que mejor se siente para vencer al australiano de origen bosnio
Marinko Matosevic por 6-1 y 6-2 en 62 minutos, y lograr los octavos de
final del Masters 1000 de Montecarlo.
En su décima participación en este torneo donde lleva ya 43
victorias consecutivas y a la búsqueda de su noveno título consecutivo
en el Principado, Nadal logró la victoria número 267 de su carrera en
tierra batida, para imponerse al primer australiano que le ha salido al
paso en esta década en Mónaco.
Un paralelo de derecha tras un furibundo ataque de revés de
Matosevic puso fin a una contienda desigual, en la que sin jugar un
gran tenis (cedió una vez su servicio), Nadal se sintió cómodo para
doblegar a un rival que salió encogido al principio y que solo se
reactivó en los comienzos del segundo parcial cuando dispuso incluso de
un punto para adelantarse de 3-0.
Nadal, que reaparecía después de su victoria en Indian
Wells ante el argentino Juan Martín del Potro, jugó un primer set sin
problemas, concediendo únicamente nueve puntos, logrando tres juegos en
blanco, y anotándose la manga en solo 24 minutos. Tocado como suele ser
frecuente con un vendaje en la parte inferior de la rodilla izquierda,
Nadal salvó ese comienzo del segundo parcial, para anular a Matosevic, y
destrozarle de nuevo con su regularidad.
"En la primera ronda siempre llegan esos nervios y el hecho
de haber parado este mes se nota", admitió Nadal a Teledeporte, "no es
igual comenzar tras estar siete meses parado, es como empezar de nuevo",
analizó Nadal tras este reecuentro con el circuito. "He comenzado
cómodo, jugando con orden, sintiendo la bola. En el comienzo del segundo
set, él ha jugado mejor, y ha tenido la opción (3-0) pero por suerte no
lo ha convertido", dijo Nadal que reiteró que sus sensaciones son como
las que se siente al empezar el año. "Es como empezar de nuevo otra vez,
cuando juegas un mes y lo dejas tienes que recuperar de nuevo la
intensidad, que es lo que más cuesta. Soy consciente de que para tener
opciones en la rondas finales, debo jugar mejor", dijo Nadal.
Como "terraqueo" que es, el de Manacor abogó porque la
tendencia en el circuito sea la de proteger más los torneos sobre
tierra. "Dependerá de lo que la gente luche por ella, para cualquier
torneo económicamente es más sencillo si lo hacen sobre superficie dura
por el mantenimiento. La gente que manda debe entender que hay torneos
que son históricos y que la combinación de eventos históricos en lugares
privilegiados con elementos innovadores hacen grande un deporte, y éste
(Montecarlo) lo es" señaló Nadal sobre este primer Masters 1000 sobre
tierra, que no es obligatorio.
"Espero que la tierra sea una superficie más predominante
en el futuro", apostilló Nadal que tendrá como próximo rival al
talentoso alemán Philipp Kohlschreiber, verdugo del español Pablo
Andújar ante el que levantó un punto de partido, con el que tiene un
balance de 8-1 y al que ya derrotó en estas mismas pistas en 2007 por un
concluyente 6-2 y 6-3.
Maccabi 57-69 Real Madrid: los blancos pasan a la Final Four tras conquistar la 'Mano de Elías',.
- El Real Madrid venció por tercera vez consecutiva al Maccabi de Tel Aviv y se aseguró un puesto en la Final Four de Londres.
- Ni siquiera 'La Mano de Elías', estadio del equipo israelí que estaba a reventar, pudo frenar a un conjunto blanco que se confirma como candidato al título.
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Sergio Llull penetra hacia canasta ante la mirada de David LoganTemas
Pero todas estas penas son ya cosas del pasado. El Real Madrid las ha dejado clavadas en 'La Mano de Elías', ese pabellón con un aúrea especial y que tan difícil es conquistar. Los blancos lo hicieron gracias a su perseverancia, a su poderío en el rebote, a su defensa y a su acierto.
Y eso que el Maccabi quiso aprovechar sus mejores cualidades desde el primer momento. La premisa de David Blatt, entrenador isarealí, era clara: David Logan, Shwan James y Ricky Hickman eran quienes debían aprovechar su rapidez con el balón y su capacidad de salto para encontrar huecos por los que penetrar y tiros fáciles.
A cambio, los macabeos cedían casi al cien por cien el juego en la pintura, donde Begic, Mirotic y un imperial Felipe Reyes camparon a sus anchas. Los locales aguantaron en el partido treina minutos, sostenidos por una agresiva defensa y aciertos puntuales de sus tres puntales ofensivos.
Por contra el Madrid encontraba el aro rival sin tanta dificultad. Llull, Rudy, el 'Chacho' y el cumpleañero Carroll aceptaron el concurso de tiro de los rivales. Y lo ganaron. Tan solo Rudy bajó su nivel habitual (9 puntos con 3/10 en triples). Entre los otros tres 'bajitos' sumaron 41 puntos.
Ellos fueron los culpables del parcial de 0-10 a favor de los blancos cuando se acababa el tercer cuarto y cuando el Maccabi se ponía al frente del marcador por primera vez en el partido. Los israelíes creyeron en sus posibilidades, pero los de Laso apretaron en defensa, volvieron a dominar bajo el aro y acabaron tumando a los de amarillo.
Al final, los blancos se acabaron imponiendo por 57-69 silenciando una 'Mano de Elías' que tuvo que rendirse ante un equipo que ha dominado en liga y en Euroliga. Ahora sí, los blancos han vuelto. Esta vez su pase a la Final Four ha sido merecido. Los de Laso están a dos partidos de acabar con el hambre de una afición que lleva más de veinte años sin ver cómo su equipo levanta la Euroliga.
Ficha técnica.
57.- Maccabi (10+20+14+13): Ohayon (11), Hickman (11), Devin Smith (2), Caner-Medley (0) y James Shawn (18) -quinteto inicial- Pnini (2), Eliyahu (0), Roth (2) y Logan (11).
69.- Real Madrid (16+17+19+17): Llull (13), Rudy (9), Suárez (0), Mirotic (7) y Begic (6) -quinteto inicial- Reyes (6), Slaughter (0), Carroll (16), Sergio Rodríguez (12), Draper (0) y Hettsheimeir (0).
Árbitros: Pukl (SLO), Jovcic (SRB) y Anastopoulos (GRE).
Incidencias: Tercer partido de los cuartos de final de la Euroliga, disputado en el Nokia Arena de Tel Aviv, ante 11.060 espectadores.
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