Estas
curiosas imágenes son el resultado de la obsesión de un fotógrafo, Jim
Urquhart, apasionado de la ciencia y de la serie Star Trek.
stas curiosas imágenes son el resultado de la obsesión de un fotógrafo, Jim Urquhart, apasionado de la ciencia y de la serie Star Trek. Nació en Salt Lake City, en Utah (EE UU), y siendo solo un adolescente sufrió una lesión en la cabeza que lo dejó temporalmente con dificultades para comunicarse y escasa movilidad en las manos: «Mi padre me dio su cámara después de que un terapeuta le sugiriera que sería una buena salida para mí». Lo que él siempre quiso ser, desde niño, es astronauta, «pero no tenía la disciplina necesaria». Luego pensó que podría convertirse en científico, deseo que no casaba bien con su tendencia a la distracción. «Apenas logré terminar la Secundaria y luego abandoné la universidad; eso sí, me dio tiempo a adquirir unos pocos conocimientos de química para uso recreativo. Siempre me he sentido orgulloso de consumir noticias de ciencia; para mí, la búsqueda del conocimiento tangible es el combustible de los sueños y conduce tu vida hacia la aventura».
Cuando se enteró de que la Mars Desert Research Station
(MDRS, estación de investigación sobre Marte en el desierto) estaba
relativamente próxima a su casa, en el desierto cerca de Hanksville, Jim
Urquhart supo que tenía que ir. Durante años pidió a la NASA los
permisos necesarios para entrar con sus cámaras, pero nunca pasó el
corte. «Tal vez yo no era entonces un reportero en el que una agencia
espacial pudiera confiar». Pero insistió lo suficiente y, a principios
de marzo, aceptaron su propuesta. Urquhart se plantó allí con sus
objetivos y tanta pasión por el tema que el resultado es tan
cinematográfico como el que se ve aquí.
En la Mars Desert Research Station, científicos de toda
procedencia seleccionados por la NASA conviven en misiones que duran 15
días: aquí simulan hasta el detalle cómo sería la vida durante una de
estas expediciones en el planeta rojo. En cuanto comienza el
experimento, se acabaron las leyes que rigen para los terrícolas. Toda
salida fuera del módulo que simula ser la cápsula espacial debe
realizarse enfundado en los trajes de rigor. Las visitas al exterior
tienen como objetivo, mayoritariamente, la recogida de fragmentos de
roca y de microorganismos para su posterior estudio.
Tres semanas con el traje
Marte cada vez está más cerca de ser alcanzado por el ser
humano, aunque aún se sitúa en un horizonte próximo al año 2030.
Recientemente se ha conocido que científicos estadounideses trabajan en
la creación de un motor de fusión para una nave espacial que, gracias a
la energía nuclear, salvaría la distancia entre la Tierra y el planeta
rojo en un plazo de tiempo de entre 30 y 90 días. Pero esto es solo un
proyecto. La NASA estima que el viaje de ida y vuelta con la tecnología
disponible en la actualidad podría llegar a durar hasta cuatro años.
El multimillonario Dennis Tito, el primer turista espacial
de la historia gracias a su viaje en 2001 a la Estación Espacial
Internacional, sorprendió a todos el pasado febrero al adelantarse a los
planes de la NASA, para la que trabajó como ingeniero. Quiere lanzar
una misión tripulada nada menos que en 2018, y para ello busca
voluntarios. Lo ideal, un hombre y una mujer que sean pareja
sentimental, para poder sobrellevar mejor los 501 días de ida y vuelta
que él propone. Pide también que hayan superado la cincuentena, porque
pese al blindaje de la nave, los viajeros estarán expuestos a niveles de
radiación muy elevados que multiplicarían las probabilidades de
contraer cáncer o de que ello afectara a su sistema reproductivo. Eso
sí, no llegarían a aterrizar en Marte: se quedarían a unos pocos cientos
de kilómetros de su superficie.
Ajenos a estos proyectos, los científicos fotografiados por
Jim Urquhart prosiguen con sus experimentos. «Han de ser capaces de
producir o conseguir todo lo que necesitan -explica el reportero-. Y se
duchan cada pocos días durante tan solo dos minutos». Con 32 años, la
geólogo Melissa Battler ha repetido varias veces. Se ha pasado más de
200 días en estas condiciones marcianas, aquí y en la isla de Devon, en
el Ártico; más de tres semanas a tiempo completo cada año enfundada en
uno de esos agobiantes trajes espaciales.
TÍTULO: EL DIVÁN DE OLGA IVIZA GÉNOVA DOBLA A FERRAZ,.
El pelotazo inmobiliario que tiene el PP con Génova dobla al del PSOE con Ferraz
- Los populares podrían embolsarse unos 24,1 millones si vendieran su centro de operaciones como vivienda, frente a los 11,2 millones que se llevarían los socialistas.
- Estas diferencias se explican por dos factores: la sede del partido del Gobierno tiene el doble de metros cuadrados y el precio de cada uno de éstos es un 4,6% más caro.
- El Partido Popular podría dar un pelotazo inmobiliario el doble de lucrativo que el Partido Socialista con la venta de su cuartel general.
A estas cifras se llega a través de un estudio de pisos.com, que ha valorado el precio del metro cuadrado residencial del distrito Centro de la capital (donde está Génova) en 3.545 euros, lo que significa que es un 4,6% más caro que la zona Moncloa-Aravaca (donde se ubica Ferraz), que ronda los 3.388 euros por metro cuadrado.
Además, según información recogida en la Dirección General del Catastro, Génova dispone de unos 6.811 metros cuadrados de superficie sobre rasante, frente a los 3.324 metros cuadrados de Ferraz.
Siguiendo estos mismos parámetros, por delante de la sede del líder de la oposición estaría la del PNV, cuyo cuartel general de Bilbao estaría valorado en unos 12,1 millones si fueran viviendas.
El FAC, el partido político constituido por el ex ministro popular Francisco Álvarez-Cascos, ostentaría el título de la formación con representación parlamentaria con la sede más barata.
El precio residencial del inmueble, teniendo en cuenta que el metro cuadrado en la capital asturiana ronda los 1.929 euros y su superficie es de 113 metros, se situaría en 217.977 euros.
Por otro lado, la ejecutiva de la coalición navarra Geroa Bai cuenta con una sede de 103 metros cuadrados en Pamplona, que podría llegar a valorarse en 233.192 euros. Mientras, el Bloque Nacionalista Galego, que opera en un local de 152 metros cuadrados en Santiago de Compostela, podría embolsarse 345.800 euros si se vendiera como vivienda su cuartel general.
Por último, el partido UPyD, liderado por la ex socialista Rosa Díez, define sus estrategias políticas desde la madrileña calle Cedaceros. Estas oficinas ocupan 473 metros cuadrados y saldrían al mercado residencial a un precio cercano a 1,6 millones de euros.
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