Los lectores que acostumbran a merodear entre las estanterías de la
librería Universitas, de Badajoz, a la búsqueda de un nuevo libro que comprar,
tienen ahora más motivos para demorarse en la contemplación y análisis de los
miles de volúmenes que pueblan este espacio. Porque junto, entre, sobre, ante,
cabe, con, en, tras los libros, se acomodan una treintena de obras de arte que
se mimetizan con el producto que ofrece esta tradicional librería pacense que
ahora cumple 40 años.
Las mesas y estanterías de Universitas acogen desde hoy (se inaugura
esta tarde) y hasta el próximo 17 de mayo una treintena de obras firmadas por
tres escultores y un fotógrafo que ensayan así el acomodo de sus diferentes
proyectos artísticos a nuevos espacios de actividad. Se trata de Alejandra
Valero, Jorge Juan Espino, José Luis Hinchado y Pedro Casero que reflexionan
sobre cómo la obra «se adapta al contexto», según dice Alejandra Valero o tratan
de llamar la atención «sobre nuevos espacios singulares», de acuerdo a la visión
de Pedro Casero. El cuarteto de artistas inició hace tres años un proyecto que
se resumía en «invadir un espacio privado, con una actividad concreta, a fin de
mezclar ese día a día empresarial con una actividad artística». Hasta ahora
habían buscado la confluencia entre su obra y empresas como Sierra Clara (que
ensayó luego la creación de una galería de arte) y el estudio de arquitectura
conformado por los arquitectos Jaime Olivera y Daniel Jiménez. Universitas
suponía un nuevo reto «por su impacto visual -relata Pedro Casero- y por ser a
la vez un espacio tan ordenado que nos llamaba a continuar aquí el
proyecto».
La librería era un desafío porque el trasiego de clientes y el
proceso de venta la separan de la habitual asepsia y neutralidad que se supone a
las salas de exposición. Si esas paredes conceden de entrada un realce algo
teatral a las obras en ellas colgadas, en Universitas se complica la puesta en
escena de las creaciones artísticas. Según el escultor José Luis Hinchado, el
mosaico en que se convierten los lomos de los libros «lo absorbe todo; cualquier
cosa que pongas queda camuflada. Los libros parecen una tela de camuflaje y los
colores desaparecen».
Pedro Casero opina que esta es la piedra de toque definitiva para las
incertidumbres que plantea la integración de la obra de arte en un espacio: «La
persona que busca en un libro en la librería se sorprende de pronto con una obra
que aquí tiene otro contexto y una nueva dimensión».
La librera Esther García Sellers lo ve, sin embargo, desde el punto
de vista de los libros y asegura que «estos están más vivos ahora», mientras que
José María Casado, el librero, apunta que «una librería no deja de ser un
espacio cultural donde se puede proyectar todo tipo de arte».
Y remacha que «la librería tiene una parte de empresa que busca
beneficios, pero por otra parte es un espacio cultural que proyecta la cultura
de una ciudad».
El libro es origen y el destino del trabajo de cada artista y todos
ellos reconocen la imposibilidad de escapar a su formato tradicional, un objeto
cuya memoria se esconde en el tacto de nuestros dedos. Alejandra Valero no se
considera escultora estrictamente pero aquí ha esculpido libros de escayola o
cemento. Jorge Juan, que se dedica a la pintura, ha trabajado libros en hierro,
alguno de ellos inspirados en la última obra de Antonio Sáez, 'Yo menos yo'. Las
esculturas de José Luis Hinchado adquieren una fuerte carga humorística («el
arte debe ser divertido, porque se ha vuelto aburrido e inaccesible») y una
potencia poética que las acerca a los poemas-objeto y las fotos de Pedro Casero
adoptan apariencia pictórica al utilizar como soporte papel de algodón.
TÍTULO: DEBACLE EN EL CINE,.
Debacle en los cines
– según La Voz Digital de Cádiz -
Sociedad: Enrique González Macho encendió todas las alarmas la semana pasada al
anunciar el cierre de su
Enrique González Macho encendió todas las alarmas la semana pasada al
anunciar el cierre de su distribuidora y productora Alta Films. El cine
independiente y de autor, además de muchas cintas españolas, se quedaban sin su
principal valedor. El presidente de la Academia confirmaba de paso el
(anunciado) desmantelamiento del circuito Renoir, que en sus mejores momentos
ofertó proyecciones en ve...
Enrique González Macho encendió todas las alarmas la semana pasada al
anunciar el cierre de su distribuidora y productora Alta Films. El cine
independiente y de autor, además de muchas cintas españolas, se quedaban sin su
principal valedor. El presidente de la Academia confirmaba de paso el
(anunciado) desmantelamiento del circuito Renoir, que en sus mejores momentos
ofertó proyecciones en versión original subtitulada en 200 salas de toda España.
En un mes ya no existirá Alta Films (su último lanzamiento será la comedia
argentina 'Dos más dos', presentada en Málaga) y solo permanecerán abiertos
cuatro complejos Renoir en Madrid y Barcelona. La taquilla pareció contagiarse
el pasado fin de semana de este desánimo y marcó un récord histórico: a la baja,
por supuesto.
Apenas medio millón de espectadores que se dejaron 3 millones y medio
de euros, cuando en un fin de semana normal ronda el millón de entradas. Son las
cifras más bajas en los seis años que la consultora Rentrak lleva midiendo las
recaudaciones del fin de semana. Solo un título hizo dinero: 'Oblivion', con Tom
Cruise. «El resto de estrenos es un erial, la tónica de todas las semanas»,
certifica Juan Ramón Gómez Fabra, presidente de los exhibidores, que ayer hizo
balance de «una situación dramática» en el Festival de Málaga. El presidente de
los productores, Pedro Pérez, no se quedó corto: «alarmante» fue el calificativo
más suave.
Que cada vez va menos gente a los cines no es ninguna novedad. A día
de hoy, si comparamos el mismo periodo del año pasado nos sale un descenso de
casi el 17% en el número de espectadores y un 13% en la recaudación. Solo en lo
que llevamos de abril se ha hecho la mitad de la taquilla que en 2012. La
paradoja es que, en cambio, el cine español ofrece resultados positivos. La
recaudación ha subido un 35% y si el año pasado nos contentábamos con una cuota
del 9,7% ahora se dispara por encima del 15%. ¿Culpables? El buen funcionamiento
de 'Los amantes pasajeros' de Pedro Almodóvar y, sobre todo, la cinta de terror
'Mamá', que aunque no lo parezca tiene un 33% de su producción española.
«Todos los malos augurios que anunciamos por las medidas letales
adoptadas por este Gobierno se han cumplido a rajatabla», se lamentó Pedro
Pérez. Su grito y el de los dueños de los cines es que la Administración mueva
ficha: que apruebe de una vez el nuevo modelo de financiación para los
productores y que asuma que la subida del IVA cultural se ha traducido, como
vaticinó la industria, en una debacle para el sector. «Ya dijimos que la caída
iba a ser progresiva a partir de enero. Y cada día es peor. Nosotros ya hemos
hecho nuestros deberes, hemos presentado una propuesta pragmática y sostenible
basada en la financiación y la fiscalidad. Ahora necesitamos una respuesta
urgente del Gobierno, porque la situación es de alarma absoluta».
Año de 'Lo imposible'
2012 fue magnífico para el cine español gracias a 'Lo imposible', con
una cuota de mercado de casi el 18%, la más alta de los últimos 27 años. A
comienzos de este año comenzaron las negociaciones entre varios ministerios y
los productores para tener lista una ley de financiación que pueda aplicarse el
1 de enero de 2014 tras su paso por el Congreso y el Senado. «Este trimestre es
decisivo», resalta el portavoz de FAPAE. «Estoy convencido de que Cultura está
luchando a brazo partido contra el que toma las decisiones económicas en este
Gobierno». En otras palabras, que la llave la tiene el titular de Hacienda.
Montoro también sigue haciendo oídos sordos a la realidad de los
resultados después de imponer el IVA cultural más alto de Europa: un francés que
va al cine paga el 5% de IVA; un español, el 21%. Así, el año pasado cerraron
141 pantallas y 17 complejos en toda España. Desde la entrada en vigor del
'ivazo' la taquilla ha descendido casi un 9%. El IVA no tiene la culpa de todo,
pero en Canarias, que solo soporta un impuesto del 7%, la venta de entradas se
ha incrementado más del 5%.
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