sábado, 12 de mayo de 2012

NO PUEDO PROMETER NI PROMETE-Sonsoles Suárez ./ PLAUTO SE DERRITE EN EL TEATRO.

TÍTULO: NO PUEDO PROMETER NI PROMETE: Sonsoles Suárez.

Sonsoles Suárez-foto- se casa el próximo sábado con Paulo Wilson y no quiere desvelar si habrá exclusiva.
ASonsoles se le transforma el semblante cuando le preguntan si su padre asistirá a su boda. Esboza una sonrisa triste y lanza una mirada que lo dice todo. Su padre, Adolfo Suárez, hace tiempo que vive fuera de la realidad por culpa del alzheimer. O de la demencia senil, tanto da. Pero éstos son días felices para su hija menor. Sonsoles, de 44 años, se casa, según su versión, «algún día de mayo» y, según los mentideros del corazón, el próximo sábado 19, con el cantante mozambiqueño Paulo Wilson, de 38. Será una boda civil e íntima «de muy poquita gente, solo familia y amigos». Eso sí, la hija de Adolfo Suárez no puede prometer ni promete que no exista una exclusiva de por medio.
Simpática y buena comunicadora, Sonsoles, como tantos periodistas, se siente más cómoda preguntando que contestando. El martes estuvo en Barcelona y presenció en primera línea el desfile de Rosa Clará, la diseñadora que hace cosa de un año le confeccionó el vestido para una boda que al final tuvo que ser aplazada por cuestiones burocráticas, según algunas versiones, o problemas familiares, según otras.
En aquella ocasión, los novios habían concedido una exclusiva a ¡Hola! anunciando el enlace. Este periódico quiso saber si esta vez las fotos de la ceremonia se publicarán, en exclusiva, en la misma revista. Pero la protagonista se limitó a soltar una tímida risilla por toda respuesta. Sí adelantó que la boda será por lo civil y que en ella habrá «mucha música», porque asistirán amigos del gremio del novio. Eso sí, sobre su traje nupcial, ni palabra. «Me encanta, pero no puedo decirte más de lo que le he dicho al novio. O sea, nada», volvió a reír. No está previsto que Wilson vaya exótico ni étnico, aunque la novia tampoco puede asegurar cuál será su 'look' final. «Estoy deseando verlo». La pareja vive actualmente en Lisboa una existencia tranquila y nada mediática.
Conocer a Paulo Wilson, músico nacido en Mampula, al norte de Mozambique, es probablemente uno de los acontecimientos más felices de la vida de Sonsoles. La quinta y última hija del matrimonio Suárez Illana y la primera Sonsoles de las dos que han habitado La Moncloa (la segunda sería, muchos años después, la esposa de Zapatero) tenía solo nueve años cuando su padre se convirtió en presidente del Gobierno (el primer presidente democrático tras la dictadura franquista) y apenas catorce cuando presentó su dimisión.
Hija de papá importante
Nacida en una 'familia bien' y con un papá importante, dotada de instinto periodístico y gran fotogenia ante la cámara (ha presentado con éxito varios programas de televisión y sus compañeros hablan maravillas de ella), todo parecía predispuesto para que Sonsoles tuviera una existencia fácil y placentera. Sin embargo, la vida no ha parado de asestarle golpes. Su madre, Amparo Illana Elórtegui, murió de un cáncer de mama en mayo de 2001, a los 66 años. Y su hermana mayor, Marian, falleció víctima de la misma enfermedad tres años después, con solo 41. La propia Sonsoles, por culpa de una nefasta predisposición genética, sufrió en 2004 un cáncer de pecho y se sometió con gran entereza a un tratamiento de quimioterapia que la obligó a raparse el cabello. Ahora, por desgracia, ha sido su hermana Laura la que acaba de ser operada de lo mismo. No obstante, Sonsoles aseguró el martes que «la operación ha sido un éxito, el pronóstico es muy bueno y Laura estará en mi boda».
En el terreno del corazón, la hija menor de Suárez lleva doce años de tregua, los que han transcurrido desde que empezó a salir con Paulo. Lo conoció en Mozambique, país al que ella se trasladó para colaborar con una ONG, y quizá también para escapar de su sonado divorcio de Pocholo Martínez Bordíu, su primer y efímero marido. Gamberro profesional y XVIII barón de Gotor, Pocholo llegó a declarar en un plató que (además de su inseparable mochila) Sonsoles ha sido la mujer de su vida y que lamenta no haber tenido hijos con ella. La interesada nunca ha respondido a esas palabras. El sábado se casa en Madrid con el hombre que de verdad la ha acompañado en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, «un hombre -según ha declarado ella misma- considerado con todo el mundo y que nunca se queja».
TÍTULO: PLAUTO SE DERRITE EN EL TEATRO.
Diez profesores del IES Santa Eulalia de Mérida ponen en escena una obra suspendida días atrás por la lluvia.
Merecía la pena aguantar los 32 grados plomizos que ayer caían en la capital autonómica a eso de las doce y media del mediodía para ver a los profesores de Inglés, Matemáticas, Francés o Latín subirse al escenario del Teatro Romano de Mérida cambiar sus papeles de educadores por el de dioses o meretrices.
Merecía la pena pasar calor y, vaya si lo pasaron. Por eso, cientos de alumnos parapetados bajo paraguas y con improvisados abanicos se congregaron ayer en este monumento para asistir a la representación de la obra del genial Plauto 'Cistellaria', interpretada por sus propios profesores.
La cita teatral estaba programada para otro día. Justamente se tenía que haber representado el pasado 29 de abril dentro de las obras de la XVI edición del Festival Juvenil Europeo Grecolatino que se celebró en la capital autonómica del 23 al 29 de ese mismo mes. De hecho, esta comedia se pensó como el broche de oro de otra edición más de este festival, ofreciendo algo novedoso y diferente a los asistentes al mismo.
Pero el gran chaparrón caído ese día en la ciudad a la hora en que los actores tenían que aparecer en escena hizo que los profesores tuvieran que guardar sus togas hasta mejor ocasión.
Teniendo en cuenta que llevaban ya más de ocho meses ensayando sus papeles y que lo hacían, por supuesto, fuera de su jornada laboral, decidieron no echar el trabajo en balde y buscar una fecha propicia para volver a intentarlo.
Decidieron que ayer era el mejor día para ello, aunque no contaban con la ola de viento africano, que también se sentó como un espectador más en las gradas del teatro.
La primera vez
Aún así, la cita estuvo bastante concurrida y alumnos del instituto pudieron reírse, primero con «la pinta», eso decían, que tenían sus profesores, y luego con la lengua viperina de las mujeres protagonistas de la obra de Plauto.
En 16 años que lleva representándose este festival, esta es la primera vez que los profesores del centro se animan a ser ellos los que encarnan los valores de la cultura grecolatina.
Con esta nueva idea de incluir a los profesores en el elenco de actores se quiere animar a otros educadores procedentes de otros centros del resto del país para que lo hagan en las próximas convocatorias del festival. Tienen muchas ganas de que prospere y esta idea se convierta en tradición
El grupo de teatro de profesores del Instituto Santa Eulalia nació hace ya tres años como una experiencia nueva en el centro. Fue el pasado mes de mayo cuando representaron el último estreno y, con el gusanillo de volver de nuevo a subirse a los escenarios, se decidieron a ensayar varias tardes a la semana para ser por una vez espectadores de las obras que año tras año han visto sentados desde las gradas.

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