El actor protagoniza y produce una historia de gánsteres con trasfondo político y eclipsa una comedia de Ken Loach también en competición.
Brad Pitt-foto- revoluciona Cannes pese a su decepcionante 'Killing Them Softly'.
A la competición de Cannes llegó Brad Pitt como productor y protagonista de 'Killing Them Softly' y revolucionó el festival, más por su popularidad que por la película, que es, de nuevo, una historia ultraviolenta de lucha entre bandas de gánsteres. Dirigida por el neozelandés criado en Australia Andrew Dominik, el recordado director de 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford', de nuevo se sumerge en la cultura estadounidense, aquí durante la campaña presidencial de Barack Obama, para contar cómo, cuando una partida de póker ilegal de un grupo de mafiosos es atacada por dos ladronzuelos de poca monta, toda la mafia se siente amenazada. Los capos de la mafia acuden a Jackie Cogan (Pitt), un asesino a sueldo, para encontrar a los culpables. Sin embargo, la misión de Cogan se complicará entre indecisos, estafadores de segunda, asesinos cansados y con los mismos ladronzuelos, y entonces la situación degenera. En el reparto, también figuran Ray Liotta, James Gandolfini y Scott McNairy, entre otros.
«Prefiero interpretar a un asesino que a un racista», dijo Brad Pitt, que desveló que el mezclar tanta violencia con la campaña presidencial de Barack Obama no es una crítica contra él. «Yo le apoyo», se ha tenido que justificar. «La elección del discurso de Obama que hemos elegido al final de la película no tiene ninguna connotación cínica. Al contrario, creo que es una expresión de esperanza», explicó el actor y productor, que acudió a Cannes solo, ya que Angelina Jolie está preparando un nuevo proyecto. «En esta película todos interpretamos a personajes que tienen opiniones diferentes en un país dividido. Los puntos de vista que se expresan en la película no tienen por qué ser necesariamente los míos. Interpretar a un asesino me incomoda menos que interpretar a un personaje racista. Jackie Cogan intenta asesinar con precisión, para que no sea demasiado doloroso para su víctima, que debe morir pase lo que pase. Este último punto tiene que ver con el negocio, que no tiene por qué tener piedad». Sobre la violencia del filme, Pitt aseguró que «vivimos en un mundo de violencia y la violencia hay que filmarla. A mí no me escandaliza filmarla en una película de género como ésta».
El filme está basado en una novela de George V. Higgin: «Me parece que los personajes de la novela son formidables. Se trata de un libro que describe la criminalidad», apostilló. Andrew Dominike añadió que «también explicaba la historia de una crisis económica, la del capitalismo. Es una historia eterna». El director también defiende la violencia del filme. «Me gusta la violencia en las películas. ¿Cómo mostrar los dramas si no es con violencia? Los cuentos de Grimm son violentos, pero difunden un mensaje a los niños».
La película es un paso atrás para Dominik, que se pierde entre mafiosos, timbas de póker, ladronzuelos y largos diálogos que no conducen a nada. Tarda mucho en que el núcleo argumental tome forma y, aunque como trasfondo se está viendo por las televisiones la pasada campaña presidencial en Estados Unidos, esto no resulta relevante en ningún momento. Pero hay que reconocer a Dominik una perfecta dirección de actores. Pitt, que tarda en aparecer, está muy preciso, y Liotta y Gandolfini, estupendos.
Catas de whisky
Eclipsado por Pitt, el británico Ken Loach también concursó con una comedia, lo que no quiere decir que haya abandonado sus temas sociales. Y a estas alturas del festival se agradecen unas cuantas risas. Ambientada en Glasgow (y hablada en escocés), 'The Angel's Share' se mueve por el lujoso y exquisito mundo de las catas de whisky. Un pequeño delincuente al que la paternidad le hace ir por el buen camino es condenado por un juez a realizar trabajos sociales junto a colegas de su condición. El joven demuestra pronto un olfato especial para distinguir los aromas y sabores de los distintos tipos de whiskys escoceses.
«Muestro cómo a pesar del desempleo y la crisis los jóvenes se proyectan hacia el futuro y tienen el deseo de hacer algo con sus vidas», sostiene Loach. 'The Angel's Share' es una película simpática, sin la trascendencia de otros títulos suyos, donde el cineasta se ríe un poco de este mundo del arte del whisky, con añadas millonarias.
TÍTULO: A LA CAMA SIN CENAR:
TÍTULO: A LA CAMA SIN CENAR:
Por desgracia, los niños ya no se van a la cama sin cenar como castigo, sino por culpa de la crisis, porque no tienen nada que llevarse a la boca. Un informe de la Fedaia, la federación que agrupa a las entidades catalanas que trabajan con niños desamparados o en riesgo de exclusión social, concluye que las cifras de pobreza infantil se encuentran en España en niveles muy altos, superiores al 26%; solo Rumanía o Bulgaria están peor en Europa, y pone de manifiesto además cómo la situación de estos niños se ha agravado en los últimos años como consecuencia de la crisis económica. Hasta el punto de que la malnutrición (contabilizada en el estudio como la imposibilidad de consumir carne, pollo o pescado cada dos días) afecta ya al 4,4% de los menores españoles, cuando solo hace tres años la padecían el 2,9%.
Es la nueva realidad de un país que se despierta de la pesadilla de la crisis y contempla un paisaje desolador para una otrora rica España: críos que se van a la cama sin cenar, que no disponen de material escolar o de ropa apropiada con la época del año y que no pueden participar en las salidas de su clase ni asistir a refuerzo escolar; familias que no pueden hacer frente al pago del alquiler, que están realojadas en una habitación y que no pueden pagar las facturas ni afrontar gastos básicos como comprar gafas o audífonos para sus hijos; o padres e hijos con problemas de salud mental por el estrés que produce la precariedad económica.
«Un niño pobre en nuestro país no se corresponde con el estereotipo que normalmente se asocia al de los países en vías de desarrollo», afirman los responsables del estudio. «Nuestros pequeños no van descalzos ni buscan comida en los vertederos, pero eso no quiere decir que tengan cubiertas sus necesidades básicas». Muchos de ellos no comen adecuadamente, ya sea porque sus padres no pueden proporcionarles alimentos de calidad o porque la situación de la familia impide que haya un adulto en casa para hacerse cargo del cuidado de los más pequeños. Viven en familias donde los ingresos no permiten llegar a fin de mes, donde los padres se encuentran en el paro y en la que la precariedad laboral impide dedicar tiempo y atención a los hijos.
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