Robert Arthur Moog (23 de mayo de 1934, Nueva York — 21 de agosto de 2005) fue un inventor estadounidense. Es famoso por crear, junto con otras personas, la versión práctica del sintetizador, instrumento musical electrónico con el que se puede crear una gama casi infinita de sonidos. En el número de marzo de 1974 de la revista "Popular Mechanics" (Mecánica Popular) se asevera que es posible crear más de siete millones de sonidos diferentes y que, para reproducirlos todos, un humano tendría que vivir 210 años.
Infancia y adolescencia
Nacido en Nueva York, de pequeño estudió piano siguiendo los deseos de su madre. No obstante nunca pensó en dedicarse a la música, y prefirió seguir los pasos de su padre, George Moog, ingeniero eléctrico en la compañía Edison. El niño mostró interés por la electrónica y, desde los diez años, su hobby era construir instrumentos musicales electrónicos. De hecho, a los 15 años, en 1949, vio un artículo en una revista sobre cómo construir un theremín y animado por su padre, Bob lo construyó. A partir de entonces, siempre con la experta ayuda de su padre, Bob se dedicó a construir theremines, que luego vendía. Años después, en 1954, estableció su propia compañía, la R.A. Moog Co. para la fabricación y comercialización de theremines, que se distribuían bajo la fórmula de "hazlo tú mismo". Se mandaban las piezas junto con su manual de montaje. El precio de la unidad era de 50 dólares. Este negocio, permitió a Bob y a su padre, con el que estaba asociado, amasar una pequeña fortuna.Aunque, durante casi diez años, Bob se dedicó exclusivamente a fabricar teremines, continuó sus estudios, al tiempo que tocaba el piano en un cuarteto de música de baile. En cuanto a su formación, Bob estudió el bachillerato en la Escuela de Ciencias del Bronx, física en el Queens College, luego ingeniería eléctrica en la Universidad de Columbia y, finalmente, un doctorado en ingeniería física en la Universidad de Cornell en 1965.
Cuando tenía 20 años, conoció a Raymond Scott, un prestigioso pianista, conocido por ser el compositor de las melodías de muchos de los dibujos animados de la Warner. Ambos compartían su interés por los instrumentos musicales y Scott mostró a Moog uno inventado por él, el electronio (electronium), que era capaz de generar melodías de forma aleatoria. Aquel instrumento puso a Bob tras la pista de la sintetización de sonido.
Etapa experimental
Moog, a finales de 1963, conoció al compositor experimental Herbert Deutsch, quien, en su búsqueda por sonidos electrónicos nuevos, inspiró a Moog a crear su primer sintetizador, el Moog Modular SynthesizerEl Moog, aunque era conocido con anterioridad por la comunidad educativa y musical, fue presentado en sociedad en el otoño de 1964, cuando Bob hizo una demostración durante la Convención de la Sociedad de Ingeniería de Audio (Audio Engineering Societen) celebrada en Los Ángeles. En esta convención, Moog ya recibió sus primeros pedidos, y el negocio despegó.
La compañía Moog Music creció de forma espectacular durante los primeros años, haciéndose más conocida cuando Wendy Carlos edita el álbum Switched on Bach. Bob diseño y comercializó nuevos modelos, como el Minimoog la primera versión portátil del Moog Modular, el Moog Taurus (teclado de pedales de una octava de extensión, con transposición para bajos y agudos), el PolyMoog (primer modelo 100% polifónico), el MemoryMoog (polifónico, equivalía a seis MiniMoog's en uno), el MinitMoog, el Moog Sanctuary, etc.
Moog, no supo gestionar bien su empresa y esta paso de tener listas de espera de nueve meses a no recibir ni un sólo pedido. Agobiado por las deudas, perdió el control de la empresa, que fue adquirida por un inversionista, aunque continuó diseñando instrumentos musicales para él hasta 1977, cuando abandonó Moog Music y se mudó a un pequeño poblado en las montañas Apalaches. Sin Bob, la Moog Music se fue a pique poco después.
Bob, no se dio por vencido y, al año siguiente, en 1978 fundó su segunda compañía, la Big Briar, especializada en la fabricación de instrumentos a medida y cajas de efectos de sonido. Compaginaba este nuevo negocio con la enseñanza. Fue contratado como profesor para la Investigación musical por la Universidad de Carolina del Norte, ubicada en Asheville. Por este trabajo se instaló en la ciudad y como profesor empezó a dar conferencias en todo el mundo, siendo muy solicitado por su gran aportación a la música electrónica.
En 2002, volvió a trabajar de tiempo completo como investigador para la Moog Music, marca que pudo recuperar después de una batalla legal y, en 2003, comenzó a producir una nueva versión del Minimoog llamada MiniMoog Voyager. Sin embargo, continuó teniendo problemas legales para usar la marca Moog en el Reino Unido, y por ejemplo, los theremines "Etherwave Pro" comercializados en Inglaterra no tenían el logotipo "moog" impreso en la carcasa del instrumento. Entre sus clientes en esta segunda etapa figuraban grupos tan emblemáticos como Pearl Jam y Maroon 5.
Bob Moog falleció en su casa de Asheville (Carolina del Norte) de un tumor cerebral el 21 de agosto de 2005, cuatro meses después de que le fuera diagnosticado glioblastoma, un incurable tipo de cáncer, debido a su agresividad. Al día siguiente, 22 de agosto de 2005, medios de alcance mundial como la British Broadcasting Corporation (BBC) hicieron pública la noticia de su óbito.
Su familia ha establecido en su memoria el Fondo Conmemorativo Bob Moog, dedicado al Avance de la Música Electrónica.
Legado
La aportación de Moog y su sintetizador a la música es incalculable. Algunos de los muchos géneros musicales en que se utilizó su invento fueron el rock progresivo, psicodélico, la new wave, el metal, hard rock y el glam. También ha sido usado por algunos artistas clásicos, además de en todos los subgéneros del electro pop y la música electrónica en general.Por otra parte, sus más de 50 años dedicados a la fabricación de theremines ha valido para que ese mágico instrumento tenga actualmente un claro resurgir y más intérpretes vivos y en activo que nunca antes en la Historia.
Premios
- Recibió el premio Polar Music de la Real Academia de la Música de Suecia. Considerado como el Nobel de la Música. Este galardón le fue entregado por el Rey Carlos Gustavo de Suecia, durante una ceremonia en Estocolmo.
- También fue galardonado en 2002 con el Grammy técnico por sus innovaciones técnicas y creativas.
José fabrica muebles a pesar de que está ciego a consecuencia de la diabetes y de que vive solo con su madre de 90 años y enferma de alzhéimer .
José Hidalgo Dávila-foto- es un ejemplo de superación para todos los que le conocen. Albañil de toda la vida, le diagnosticaron diabetes hace tiempo. Y en el año 2001 tuvo que ser trasplantado de riñón. Una operación que le salvó la vida pero que no pudo evitar que perdiera la vista. Poco a poco, este vecino de Quintana de la Serena (Badajoz) de 52 años fue perdiendo visión hasta quedarse completamente ciego.
Reconoce que al principio fue muy duro para él, puesto que a su dolencia se une el hecho de tener que asistir a su madre de 90 años, enferma de alzhéimer y con la que lleva viviendo toda su vida.Lejos de lamentarse, José le ha echado valor y arrojo a su situación y afronta el día a día con relativa normalidad y con buen humor.
Cuenta con la ayuda de una asistenta social que visita a su madre cuatro veces al día, para levantarla de la cama, darle la comida, una visita por la tarde y para acostarla por la noche. Sin embargo, el resto de los cuidados, corren a cargo de su hijo invidente.
José prepara la comida, hace la colada y hasta se ha montado un pequeño taller de carpintería para hacer sus propios muebles y todos aquellos objetos adaptados a sus necesidades. La mayoría de ellos están colocados en una pequeña buhardilla donde pasa parte del tiempo.
A ella se accede por una escalera muy angosta y empinada que por las que José sube con una asombrosa naturalidad sin necesidad ni de usar el pasamanos.
En el piso superior, dispone de un sofá de madera en un coqueto salón del que se siente muy orgulloso. «Lo he hecho yo con madera de los palets de las obras», explica. En la misma estancia cuenta con un armario y dos muebles a cada uno de los lados de la lavadora donde hace regularmente la colada. Unos muebles, asegura, que ha construido con tres objetivos. Primero, para su mayor comodidad; segundo para desenvolverse a su manera y saber dónde colocar cada prenda; y tercero y quizás la causa principal, como terapia para estar entretenido y sobrellevar su problema. «Con esto no me hace falta psicólogo», afirma.
Resuelto usa sus propios trucos para resolver las limitaciones con las que se encuentra en el día a día. Por ejemplo, usa pequeños puntos de plomo en relieve para saber donde tiene que pulsar para encender la vitrocerámica. «Aquí lo hago todo menos la carne, puesto que me gusta a la plancha y la tengo arriba en la buhardilla para que el humo no entre en la casa ni se quede en la cocina», explica.
Cuando la asistenta se queda unos minutos con su madre, aprovecha para ir a la compra. Suele recorrer varias manzanas para ir a la tienda y lo hace con un bastón que le facilitó la ONCE, aunque en un principio lo hacía con una rama de acebuche que él mismo diseñó.
«Tengo que estar activo, si no me amargo. No puedo acobardarme por lo que tengo encima, tengo que echarle valor y hacer cosas, mis muebles u otros objetos de madera. Además dispongo de libros que me entretienen mucho», dice muy convencido.
Una persona activa a pesar de su dolencia que no solo ha aprendido a valerse por sí mismo sino que también se encarga de las necesidades de su madre enferma a la que atiende con verdadera devoción. Por su fortaleza, arrojo, coraje y ánimo, José Hidalgo se ha convertido en un referente de superación para todos sus vecinos. Él se siente satisfecho.
José Hidalgo Dávila-foto- es un ejemplo de superación para todos los que le conocen. Albañil de toda la vida, le diagnosticaron diabetes hace tiempo. Y en el año 2001 tuvo que ser trasplantado de riñón. Una operación que le salvó la vida pero que no pudo evitar que perdiera la vista. Poco a poco, este vecino de Quintana de la Serena (Badajoz) de 52 años fue perdiendo visión hasta quedarse completamente ciego.
Reconoce que al principio fue muy duro para él, puesto que a su dolencia se une el hecho de tener que asistir a su madre de 90 años, enferma de alzhéimer y con la que lleva viviendo toda su vida.Lejos de lamentarse, José le ha echado valor y arrojo a su situación y afronta el día a día con relativa normalidad y con buen humor.
Cuenta con la ayuda de una asistenta social que visita a su madre cuatro veces al día, para levantarla de la cama, darle la comida, una visita por la tarde y para acostarla por la noche. Sin embargo, el resto de los cuidados, corren a cargo de su hijo invidente.
José prepara la comida, hace la colada y hasta se ha montado un pequeño taller de carpintería para hacer sus propios muebles y todos aquellos objetos adaptados a sus necesidades. La mayoría de ellos están colocados en una pequeña buhardilla donde pasa parte del tiempo.
A ella se accede por una escalera muy angosta y empinada que por las que José sube con una asombrosa naturalidad sin necesidad ni de usar el pasamanos.
En el piso superior, dispone de un sofá de madera en un coqueto salón del que se siente muy orgulloso. «Lo he hecho yo con madera de los palets de las obras», explica. En la misma estancia cuenta con un armario y dos muebles a cada uno de los lados de la lavadora donde hace regularmente la colada. Unos muebles, asegura, que ha construido con tres objetivos. Primero, para su mayor comodidad; segundo para desenvolverse a su manera y saber dónde colocar cada prenda; y tercero y quizás la causa principal, como terapia para estar entretenido y sobrellevar su problema. «Con esto no me hace falta psicólogo», afirma.
Resuelto usa sus propios trucos para resolver las limitaciones con las que se encuentra en el día a día. Por ejemplo, usa pequeños puntos de plomo en relieve para saber donde tiene que pulsar para encender la vitrocerámica. «Aquí lo hago todo menos la carne, puesto que me gusta a la plancha y la tengo arriba en la buhardilla para que el humo no entre en la casa ni se quede en la cocina», explica.
Cuando la asistenta se queda unos minutos con su madre, aprovecha para ir a la compra. Suele recorrer varias manzanas para ir a la tienda y lo hace con un bastón que le facilitó la ONCE, aunque en un principio lo hacía con una rama de acebuche que él mismo diseñó.
«Tengo que estar activo, si no me amargo. No puedo acobardarme por lo que tengo encima, tengo que echarle valor y hacer cosas, mis muebles u otros objetos de madera. Además dispongo de libros que me entretienen mucho», dice muy convencido.
Una persona activa a pesar de su dolencia que no solo ha aprendido a valerse por sí mismo sino que también se encarga de las necesidades de su madre enferma a la que atiende con verdadera devoción. Por su fortaleza, arrojo, coraje y ánimo, José Hidalgo se ha convertido en un referente de superación para todos sus vecinos. Él se siente satisfecho.
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