TÍTULO: Jon Landau: "Aunque 'Avatar' no se lleve el Oscar, habremos ganado el voto de la gente" .
Ha producido las dos películas más exitosas de la Historia. En 1997 reventó las taquillas con Titanic y en 2010 lo ha vuelto a hacer con Avatar, prodigio técnico en tres dimensiones. Dicen que revolucionará la industria como lo hizo la primera película sonora. Opta a nueve estatuillas. "En unos años todas nuestras pantallas serán tridimensionales. La televisión y las retransmisiones deportivas serán las que lideren el proceso, no el cine", asegura.
VÍCTOR RODRÍGUEZ/ FOTOGRAFÍA: PAOLA DE GRENET
Con su camisa de manga corta, sus va-queros negros y sus zapatos de cordones con enorme suela de goma, Jon Landau (Nueva York, 23-VI-1960) no parece la clase de persona que lleva 1.750 millones de euros en el bolsillo. Dicen que le gusta el póquer por Internet, que incluso se puede probar a ganarle en la página web hollywoodpokeR.com, y sí que tiene más ese aire de los nuevos jugadores online, con su perilla, los dos botones de arriba de la camisa desabrochados, esa forma de hablar entusiasta tan americana, como si en cada frase estuviera celebrando una canasta de Michael Jordan.
Y le gustará el póquer, seguro, pero su gran apuesta no la fio a las cartas. Este tipo de dedos rechonchos que se lleva a la boca trozos de melón del bufé de un hotel de lujo mientras escucha las preguntas con bonhomía es uno de los hombres más poderosos de Hollywood. A la misma hora en que está en Barcelona ejerciendo de jurado en un concurso de cortometrajes auspiciado por una organización benéfica, su socio, un tal James Cameron, acude al célebre almuerzo de los candidatos a los Oscar, el mismo que se perdió Penélope Cruz por venir a la gala de los Goya.
Juntos, Cameron y Landau produjeron Titanic en 1997. Lograron 11 estatuillas -las mismas que Ben-Hur en 1960 y El señor de los anillos: el retorno del rey en 2004; ninguna película ha logrado más-, incluida la de mejor filme, y reventaron la taquilla de todo el mundo. James Cameron, con fama de metódico casi obsesivo, quedó consagrado como el mejor director de cine comercial de su generación. Y la cinta reportó a sus productores, sólo en concepto de venta de entradas, 1.358 millones de euros. Ninguna película había resultado tan lucrativa hasta entonces, y ninguna lo resultó durante los 12 años siguientes.
Ninguna hasta que llegó Avatar. La historia del enfrentamiento entre los colonos humanos y los alienígenas nativos del planeta se merendó al transatlántico hundido tras sólo 47 días en cartel. Rodada en tres dimensiones (3D), con un presupuesto de casi 300 millones de euros y utilizando sofisticadas técnicas de captura de movimiento y generación de imágenes por ordenador, algunos vaticinan que su impacto será tan determinante como el de El cantante de jazz, la primera película sonora de la Historia.
Pero, ¿quién ha dirigido Avatar? James Cameron. ¿Y quién la ha producido? James Cameron y Jon Landau. El próximo domingo, el neoyorquino volverá a ponerse un esmoquin de tienda de tallas especiales para acudir al Kodak Theatre de Los Ángeles. Avatar opta a nueve Oscar, el de mejor película entre ellos, pero pase lo que pase, a sus creadores siempre les quedará decir que han rodado la película que más dinero ha recaudado de la Historia: 1.750 millones de euros, y subiendo.
P. ¿Y bien? ¿Preparado para la noche de los Oscar?
R. La verdad es que no se puede estar preparado para la noche de los Oscar [risas]. Pero, sí, estoy muy contento. Ni en mis sueños más dulces podía imaginar que optaría al Oscar por producir la mejor película en dos ocasiones.
P. ¿Qué pasará si Avatar no gana el premio a la mejor película?
R. Bueno, en cualquier caso habremos ganado el voto de la gente [risas]. Al final es la razón por la que haces películas, no por el reconocimiento de los colegas, sino para comunicar algo a audiencias globales.
P. Han tardado 10 años en completarla...
R. Jim [James Cameron] escribió el guión en 1995...
P. ¿En 1995, antes del estreno de Titanic?
R. Antes del estreno no, antes de que empezásemos con la producción de Titanic. Lo que pasa es que entonces no existía la tecnología necesaria para hacerla. En 2005 ya nos dijimos a nosotros mismos: "Bueno, a lo mejor, si empujamos, conseguimos llegar a estar preparados para hacer la película como queremos". Pedimos a 20th Century Fox que nos apoyase, y durante un año y medio nos dedicamos a investigar y desarrollar nuevas tecnologías y a empezar a crear el mundo de Pandora. Sólo después de ese año y medio, ya en 2007, empezó lo que es verdaderamente la producción de AvataR.
P. A raíz del éxito de Avatar, los estudios parecen haber iniciado una carrera loca por sacar películas en 3D cuanto antes. Varios estrenos se han retrasado para convertir las películas a ese sistema. ¿No es todo un poco descabellado?
R. A ver, el 3D es un instrumento artístico para la elaboración de un producto cinematográfico. Como tal tiene que estar controlado por el directoR. Y tiene que ser el director, no los estudios, quien decida, igual que es el director quien decide si quiere rodar en blanco y negro o en coloR. Coger una película en dos dimensiones y en cinco semanas convertirla a 3D sin que el director supervise el proceso no es más que tratar de capitalizar lo que los estudios perciben como un deseo del público. Pero yo no creo que el éxito de Avatar tenga que ver con que sea en 3D. Tiene que ver con la historia que cuenta, con el reparto y sus interpretaciones y con la visión del mundo que proyecta. Lo que sí permite el 3D es que el espectador se implique más en la película.
P. Bueno, el propio James Cameron ha dicho que en un futuro cercano experimentaremos el mundo en 3D. ¿Qué cree usted? ¿Qué significa "futuro cercano"?
R. Creo que todas nuestras pantallas acabarán siendo en 3D, no sólo las de los cines. Los televisores, los ordenadores, los dispositivos móviles... Basta con fijarse en cómo se pasó del blanco y negro al coloR. En los años 30 ya había películas en color, pero no fue hasta los años 70 cuando todas las películas empezaron a ser en color. Al principio no eran más que unas cuantas superproducciones, pero entonces ocurrió algo interesante: la televisión empezó a emitir sus programas en coloR. Los cineastas no podían seguir haciendo sus películas en blanco y negro porque tenían que competir con todo un mercado en coloR.
P. ¿Y el ejemplo sirve para lo que está pasando ahora?
R. Sí. En la actualidad es la industria del cine la que lidera el 3D. Pero en los próximos años empezaremos a ver que la televisión, sobre todo las retransmisiones deportivas y los conciertos, será en 3D. Y la industria del cine volverá a estar en la situación en que se encontraba en los años 60: no podrá limitar el 3D a unas cuantas superproducciones, porque la gente tendrá 3D en sus casas. Tendrá que lanzar todas sus películas en 3D.
P. ¿Hablamos de cinco años, de 10 años...?
R. Será paulatino. Este año varias compañías de electrónica de consumo ya han anunciado que van a poner en el mercado televisores y reproductores de Blu-ray en 3D. Sólo en este año, 2010, esperan vender varios millones de unidades. Y eso irá creciendo año a año. Fíjese en lo que ha pasado desde 2005. Aquel año Disney estrenó Chicken Little. Fue la primera película que se hizo en 3D con calidad, con gafas polarizadas, no con las gafas rojas y azules, que eran como caca [en español]. Cuando se estrenó, sólo había 80 cines 3D en todo el mundo. Después Disney sacó alguna cosa más, incluido algún documental, luego vino Viaje al centro de la Tierra, ahora AvataR... En unos meses van a salir en 3D Alicia en el país de las maravillas, Furia de titanes, Shrek IV, etcétera, etcétera.
P. ¿Es mejor una película por ser en 3D?
R. Se está empezando ahora a descubrir el potencial del 3D. Hasta hace poco sí que era una especie de excusa para hacer una película. Llegaba un estudio y decía: "Si hacemos la vigésima secuela de una película la gente no va a querer verla, pero si la hacemos en 3D igual sí". Creo que ahora no, ahora estamos haciendo algunos productos de gran calidad cinematográfica.
P. Por cierto, ¿llegará el día en que podamos ir al cine en 3D sin gafas?
R. A corto plazo, creo que sólo habrá 3D sin gafas en dispositivos domésticos: teléfonos móviles, ordenadores, televisores... En situaciones en las que se pueda estar sentado en una zona muy concreta. Si uno se mueve, se deja de ver tan bien. Así que en un cine con 300 o 400 butacas creo que es muy complicado, falta mucho. Pero no creo que las gafas sean un inconveniente.
P. ¿No, no lo cree?
R. No, en absoluto. El verano pasado estuve aquí, en Barcelona, y bajé a la playa. Todo el mundo llevaba gafas de sol. No es sólo que las llevaran: es que les gustaba llevarlas. Porque, en cierto modo, llevar gafas de sol significaba que iban a la playa, a pasarlo bien. Y, de la misma forma, cuando la gente va al cine en 3D no piensa: "¡Vaya, tengo que llevar gafas!", sino: "¡Venga, quiero llevar gafas!". Porque llevar esas gafas significa que se va a vivir una experiencia muy especial.
P. Vamos, viene a decir que, para la gente, llevar gafas en el cine mola, es algo moderno, divertido...
R. ¡Exacto!
P. En Corea del Sur, Avatar se está proyectando en 4D. ¿En qué consiste?
R. Sí, hay cuatro cines en los que los asientos se mueven y tienen efectos de viento, y se puede programar que se muevan de manera sincronizada con la película. Nos sugirieron la posibilidad de hacerlo y les dimos permiso, pero exigimos que un representante nuestro fuese a supervisarlo. Y lo que la persona que viajó a Corea nos dijo es que estaba muy bien, que no te sacaba de la película, que te olvidabas de que estabas en un cine en 4D. Que es justo lo que habíamos pretendido nosotros en 3D, que el público se olvidara de que hay una pantalla.
P. ¿Para cuándo una película en la que se perciba el olor, el frío, el calor.?
R. Estoy seguro de que los coreanos están trabajando en ello. Como industria, tenemos la responsabilidad de investigar, de no aceptar el status quo, de pensar qué vamos a hacer en los años venideros para sacar a la gente de sus casas y traerla a los cines. Porque creo que está en la naturaleza humana el deseo de preservar la experiencia comunal. Se habla mucho de que Internet, los móviles, etcétera van a acabar con los cines. Bueno, lo mismo se dijo hace 60 años con la televisión o hace 40 años con el VHS. Pero el ser humano quiere seguir entrando en una sala a oscuras y compartir una experiencia con otros a los que no conoce de nada. Porque cuando esa persona que se sienta a tu lado y a la que no conoces de nada se ríe con una comedia, o llora con una tragedia, o salta del asiento con una película de miedo, tú experimentas un sentimiento de pertenencia a algo, de aceptación de que compartes algo con ese extraño que está ahí junto a ti. Y ésa es una sensación que nunca podrás experimentar en la soledad del cuarto de estar de tu casa.
P. ¿De verdad cree que hoy los seres humanos queremos juntarnos? No ya en los cines, sino en nuestras vidas en general, ¿cree que hay una especie de deseo de comunión entre los hombres?
R. Yo creo que sí, que la gente quiere juntarse, unirse a los demás. Y de eso trata AvataR. Pandora es un mundo en el que todo está conectado. Y ése es el mundo en el que estamos viviendo hoy.
P. Antes ha dicho que el éxito de Avatar radica en la historia que cuenta. Muchos han visto en esa historia una metáfora o un alegato contra la guerra de Irak.
R. Yo creo que es una metáfora de lo que ha pasado en la Historia de la Humanidad. Es una metáfora, no se ofenda, de lo que ocurrió en América del Sur hace cinco siglos. O de lo que ocurrió en América del Norte hace dos siglos y medio. O de lo que ha ocurrido en muchos lugares en el siglo XX... No creo que Avatar aluda a un único hecho histórico sino a cierto aspecto sombrío de la naturaleza humana.
P. El corresponsal en Washington del Telegraph, un periódico inglés bastante conservador, calificó la película de "la pieza de propaganda antiamericana más cara jamás hecha".
R. Jajaja. Es interesante... No, Avatar no es antiamericana. De lo que está en contra es de muchas decisiones que ciertos líderes han tomado a lo largo de la Historia. También se ha dicho que es una película contra los marines. ¡Pero, hombre, si el héroe es un marine...!
P. ¿Cuál es su opinión acerca de lo que ha ocurrido y está ocurriendo en Irak?
R. Personalmente, preferiría que nunca hubiésemos entrado en Irak. Creo que fuimos allí bajo lo que después se ha sabido que fueron premisas falsas. Dicho lo cual, creo que hay que encontrar la forma de apoyar a muchos hombres y mujeres jóvenes de una fuerza multinacional que están allí intentando hacer algo encomiable, como es tratar de crear una situación más estable. A veces hay que recurrir a la acción militar, pero es importante saber cómo y para qué se usa ese poder.
P. ¿Me permite una última pregunta?
R. Adelante.
P. ¿Cuál es su película favorita de todos los tiempos?
R. Jajaja. Mi película favorita es el nacimiento de mis dos hijos, que grabé en vídeo...
P. ¿Una producción complicada?
R. Uffff. De nueve meses, jajaja.
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