lunes, 3 de diciembre de 2012

OBJETIVO SECUESTRAR A LA INFANTA CRISTINA,./ EL REY SALE DEL TALLER,./ LOS TELÉFONOS DE LA ESPERANZA,.

Objetivo: secuestrar a la Infanta CristinaTÍTULO; OBJETIVO SECUESTRAR A LA INFANTA CRISTINA;

En octubre de 1984, cuando era estudiante de Ciencias Políticas en la Complutense de Madrid, ETA preparó una operación espectacular,.

Objetivo: secuestrar a la Infanta Cristina-foto,.

En octubre de 1984,  cuando era estudiante de Ciencias Políticas en la Complutense de Madrid, ETA preparó una operación espectacular contra la hija del Rey que fue detectada.

La Infanta Cristina acababa de iniciar sus estudios de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Corría el mes de octubre de 1984. «Me interesa la política, fundamentalmente como hecho humano», declaró ella misma, para justificar la elección de una facultad que fue uno de los epicentros estudiantiles contra el régimen franquista.

Cada mañana, doña Cristina acudía a la Facultad en su Opel Kadett GSI rojo, burlando a veces la escolta privada; algo a lo que su padre, el rey Juan Carlos, era muy aficionado. La facultad, cuyo decano era entonces el insigne profesor Juan Luis Paniagua Soto, se encontraba en el interior del recinto de la Ciudad Universitaria, en la carretera de La Coruña y junto al palacio de La Moncloa, antes de ser trasladada finalmente al campus de Somosaguas.

Entre sus profesores figuraban Manuel Pastor, catedrático de Ciencias Políticas, y el padre Carvajal, catedrático de Derecho Público y Relaciones de la Iglesia con el Estado. La Infanta se comportaba como cualquier otra universitaria de su edad: vestía casi siempre pantalón, amplio suéter, cazadora vaquera y zapatos de cordones; frecuentaba el bar de la facultad para tomarse un bocadillo con sus compañeros o beberse una coca-cola light, que tanto le gustaba; y pese a su cierta timidez, hacía gala de un fino sentido del humor gastando bromas a sus amigos, conocidos como «la corte del faraón».

Cuatro meses atrás, en junio de 1984, la Infanta había hecho un curso de vuelo sin motor con sus hermanos Felipe y Elena, en la escuela del Ejército del Aire de Ocaña, en Toledo; y el 5 de septiembre acudió a despedir al Príncipe, que viajó a Canadá para cursar allí el equivalente al COU español.

Vigilada de cerca

Nada hacía presagiar, por tanto, que la Infanta Cristina se hubiese convertido en objetivo de la banda terrorista ETA. Pero la espoleta del secuestro ya se había accionado. Un miembro liberado de la organización desplazado a Madrid vigilaba todos sus movimientos, incluido el itinerario de ida y vuelta a la universidad y la tomaba fotografías.

Desde que cometió su primer secuestro, la noche del 1 de diciembre de 1970, en la persona de Eugen Bëihl, cónsul de la entonces República Federal de Alemania en San Sebastián, ETA había actuado casi siempre de la misma manera. La banda entregaba dinero al miembro de su comando logístico para que alquilase un piso en la ciudad donde iba a perpetrarse el secuestro. Solía recurrirse a los servicios de una agencia inmobiliaria para levantar menos sospechas.

El comando utilizaba normalmente dos vehículos para el secuestro: en el primero transportaba a su víctima, a la que solía suministrarle un somnífero, hasta un radio de unos diez kilómetros de su domicilio, en este caso el palacio de La Zarzuela; a continuación, introducía a su víctima en el maletero del segundo vehículo y la trasladaba hasta el zulo.

ETA buscaba ahora provocar el mayor impacto posible en la sociedad española con el secuestro de la hija menor del Rey Juan Carlos, a quien había intentado también secuestrar diez años atrás, en Montecarlo, cuando aún era príncipe.

Acababan de ser asesinados el médico y dirigente de la izquierda «abertzale» Santiago Brouard y el senador socialista Enrique Casas. La banda terrorista mantenía un pulso a muerte con los GAL.

Y si nadie lo remediaba, la Infanta Cristina podía convertirse en la segunda mujer secuestrada por ETA en toda su historia, tras Mirentxu Elósegui Garmedia, hija de un empresario, a quien la banda confinó en un zulo el 12 de junio de 1982 tras capturarla en presencia de su propio hijo.
La «buena estrella» a la que más de una vez aludiría Don Juan Carlos, sobre todo tras el intento de atentado contra su vida en el verano de 1995, así como la eficaz actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, lograrían abortar finalmente el secuestro de la Infanta Cristina.

Sabino Fernández Campo me confirmó este intento de secuestro durante una entrevista personal con él, celebrada en un discreto rincón del Club Financiero Génova, en la última planta del Centro Colón de Madrid, a finales de 1999.

El conde de Latores, secretario general y jefe de la Casa del Rey entre 1977 y 1993, me corroboró en aquella ocasión, en líneas generales, la versión que Carmen Iglesias, preceptora del Príncipe y tutora de la Infanta Cristina, contó a la periodista Pilar Urbano.
Poca seguridad

El general Sabino Fernández Campo fue informado del peligro que corría la infanta por el coronel Manuel Blanco Valencia, del arma de Caballería, responsable de los servicios de seguridad, integrados sobre todo por miembros de la Guardia Civil y del Cuerpo Superior de Policía.

Poco después, el jefe de la Casa del Rey telefoneó a Carmen Iglesias, encargada de los estudios de la Infanta, para que acudiese a Zarzuela porque la Reina Sofía quería verla. Durante la entrevista, en la que estuvo presente también el coronel Blanco, salió a relucir la enorme preocupación de los encargados de seguridad tras sus fundadas sospechas de que ETA planeaba secuestrar a la Infanta.

Según me contó Fernández Campo, la sola presencia de una inspectora de treinta años en el interior del aula, sentada junto a la Infanta, no garantizaba la seguridad de ésta; máxime, si los restantes miembros de la escolta permanecían demasiado lejos de la clase. En tales circunstancias, la hipotética irrupción de los etarras en el aula podía poner en peligro a la Infanta. Era preciso por tanto reforzar las medidas de seguridad en torno a ella, y eso fue lo que se hizo al final. La Infanta Cristina dispuso así de un equipo de protección integrado por alrededor de una quincena de personas pendientes de ella en todo momento.

ETA, rabiosa, secuestró tres meses después al industrial guipuzcoano Ángel Urteaga, el 17 de enero de 1985; anteriormente había secuestrado a otro industrial, Francisco Arín, el 15 de diciembre de 1983.

Fue así como Doña Cristina se convirtió en la segunda infanta de la dinastía de los Borbones que estuvo en el punto de mira de una banda de asesinos. Nadie sabía hasta ahora que la primera había sido la infanta Isabel, «la Chata», hija de la reina Isabel II, elegida como objetivo junto con su hermano el rey Alfonso XII por un grupo de anarquistas y federalistas para asesinarles.

Fue el canciller Otto von Bismarck quien impidió el atentado al enterarse por sus espías en Madrid del intento de regicidio. Bismarck envió un emisario suyo al embajador español en Berlín, Francisco Merry y Colom, quien informó a su vez al presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, para que se tomasen las medidas oportunas.

el zulo

No hay secuestro sin zulo. El siguiente documento interno de ETA, inédito, se basa en la experiencia personal de los antiguos colaboradores del Comando Nafarroa, Juan José Zubieta y Javier María Goldaraz. Ellos mismos construyeron el zulo donde mantuvieron secuestrado al industrial Adolfo Villoslada desde el 24 de noviembre de 1989 y durante cinco meses. En un zulo similar planeó ETA secuestrar a la Infanta Cristina.
¡He aquí el texto:
   
«Sistema de construcción del zulo: en primer lugar, marcaremos las dimensiones del zulo, que serán de 2,80 metros de largo por dos metros de ancho. Para ello utilizaremos cuatro estacas y un cordel. A continuación comenzaremos a cavar hasta llegar a una profundidad de tres metros.
   
La tierra la iremos echando alrededor del zulo, por su parte superior, dejando un margen de distancia con respecto al cordel de 25 centímetros, para que de esta forma tengamos sitio donde poner las viguetas. Luego, colocaremos las viguetas cada 24 centímetros de distancia y una de ellas medirá 1,75 metros de largo, que es la que corresponde al registro.

Una vez instaladas, colocaremos todas las chapas. A continuación pondremos la tela asfáltica y la soldaremos con el soplete y la espátula, dejando a cada lado un espacio de 10 centímetros. Finalmente echaremos encima del techo toda la tierra que hemos sacado, aprisionándola bien y terminaremos con el camuflaje colocando hojas y ramas de la zona.
En los laterales se pondrán dos tubos de cañería de 8 centímetros de diámetro cada uno, a modo de respiradero.
    
El compartimiento del secuestrado podrá tener una anchura de 80 centímetros y estará separado del resto del zulo por una plancha de aglomerado, dejando la entrada con una puerta de estilo guillotina».

TÍTULO: EL REY SALE DEL TALLER,.


El Rey sale del hospital nueve días después de la operación en la cadera izquierda al recibir el alta tras completar la primera fase de ...


Se ha hecho esperar pero el Rey ya ha abandonado esta tarde en un automóvil el hospital madrileño Quirón San José. Aunque se había anunciado que su salida sería alrededor de las 18.00 horas, finalmente se ha producido en torno a las 19.15 horas.
Con muy buen humor, don Juan Carlos, que iba en el asiento del copiloto, ha bajado la ventanilla del coche y ha intercambiado unas palabras con los medios de comunicación congregado. "Ya estoy fuera del taller", han sido sus primeras palabras, recordando al día en que anunció que debía ser intervenido. El monarca ingresó hace nueve días y ha recibido hoy el alta hospitalaria tras completar la primera fase de rehabilitación de su intervención quirúrgica en la cadera izquierda.
"Gracias por estar aquí, por el frío que estáis pasando", ha comenzado por decir el Rey, que ha reconocido que, "al final, me ha venido muy bien estar aquí por la fisioterapia". Además, ha aclarado que su estado de salud es muy bueno y que se encuentra "muy bien, gracias a Dios".
También ha habido un momento para la broma, cuando ha respondido con un expresivo "¡Qué malos sois!" cuando los periodistas le han preguntado si retomaría su agenda con calma. Si no hay problemas, don Juan Carlos espera recibir en las próximas semanas a los presidentes elegidos en los últimos comicios en Cataluña, País Vasco y Galicia en en el Palacio de la Zarzuela. También tiene previsto grabar en estas fechas el tradicional discurso que dirige a los ciudadanos en Nochebuena. Su agenda de actos oficiales la retomaría el 6 de enero, Día de la Pascua Militar que se celebra todos los años en el Palacio Real.
Durante su estancia en el hospital, don Juan Carlos ha recibido las visitas del presidente del Gobierno, la Reina, los Príncipes de Asturias, de la Infanta Elena, de los Duques de Palma y de sus dos hermanas, las infantas Pilar y Margarita.
Aunque el jefe del Estado se encontraba en condiciones de abandonar el hospital desde el miércoles pasado, decidió quedarse unos días más por recomendación del médico que le operó, Angel Villamor, que prefería supervisar el tratamiento de fisioterapia postoperatoria desde el propio centro médico. Durante su estancia en el hospital Don Juan Carlos ha recibido dos sesiones de fisioterapia intensiva como parte de su programa de recuperación tras la operación en la cadera izquierda. Este plan intensivo de fisioterapia ha consistido básicamente en masajes y ejercicios de movilidad destinados a que el Rey recupere cuanto antes la movilidad completa en la pierna izquierda.
Junto a la fisioterapia, el monarca ha caminado a diario por los pasillos del ala en el que está ingresado, apoyándose de dos muletas. Además, ha despachado con el personal de la Casa del Rey, que le ha llevado al hospital documentos para que los revise. Durante las próximas semanas el jefe del Estado deberá continuar con las revisiones postoperatorias y el "protocolo habitual de recuperación intensiva", según el parte de alta hospitalaria difundido hoy firmado por el traumatólogo Angel Villamor y por el jefe del Servicio Médico de la Casa del Rey, Miguel Fernández Tapia-Ruano.
 
TÍTULO: LOS TELÉFONOS DE LA ESPERANZA,.
 
 Los teléfonos móviles viejos que casi todos tenemos en casa, perdidos en un cajón o para entretenimiento de los críos, han encontrado un.
 
Los teléfonos móviles viejos que casi todos tenemos en casa, perdidos en un cajón o para entretenimiento de los críos, han encontrado un nuevo uso en la Asociación de Síndrome de Angelman (ASA), que los recoge a nivel nacional con el fin de recaudar fondos para poder hacer un ensayo clínico sobre esa enfermedad rara, que afecta a uno de entre 20.000 o 30.000 recién nacidos.
En Extremadura esa estadística negativa quiso cebarse con Tania Santos Días, una joven burgalesa afincada desde hace seis años en Navalmoral de la Mata, a cuya hija le diagnosticaron la enfermedad hace tres meses después de someterse a pruebas de todo tipo.
«Es una enfermedad genética que afecta al cromosoma 15 de la cadena del ADN. Dentro de la enfermedad hay cuatro fases de manifestarse. Mi hija tiene la peor, la de elección. Le afecta al habla, no habla; al aparato motor, porque tampoco puede andar con dos años y medio, y a la capacidad intelectual, sufriendo un retraso psicológico. En todo el mundo hay unos 900 casos diagnosticados, la mayoría en Estados Unidos. En España hay algo más de cien, y en Extremadura, que yo sepa, solo mi hija. Es lo peor que te puede pasar en la vida», dice al borde de las lágrimas.
De baja por ansiedad
La situación para Tania no es fácil, lógicamente, y la prueba es que ahora mismo está de baja por ansiedad, de psicólogo y con antidepresivos. Pero aún así ha sacado fuerzas de donde no las tiene para seguir luchando por mejorar en lo que pueda la calidad de vida de su hija, incorporándose a la Asociación de Síndrome de Angelman que funciona desde hace varios años y poniendo en marcha en Navalmoral la campaña de recogida de móviles que vienen llevando a cabo por toda España. Los móviles se los venden a una empresa, que en unos casos les puede pagar 10 o 15 euros y en otros nada si están muy deteriorados. Ahora mismo llevan recaudados más de 4.000 euros. El objetivo de la recaudación es traer a España a un médico estadounidense que está realizando ensayos clínicos con afectados por el Angelman.
«El doctor Weber ha seleccionado a 25 niños de todo el mundo con Angelman, entre ellos una niña española, para probar un fármaco que se usa para curar el acné y que, al parecer, palía los síntomas de la enfermedad, que no los cura. Con las cobayas ha funcionado y en abril conoceremos los resultados con las personas. A través de esta campaña lo que queremos es conseguir dinero para traer al médico y hacer ese ensayo al mayor número posible de los angelman de España».
En Navalmoral los móviles se pueden entregar en El Alquimista, en La Tienda en Casa, en la cafetería Océano, donde trabaja, o dárselos a la propia Tania, que ya ha hecho un primer envío de 200 porque asegura que la gente «se está volcando». También informan en el correo de la asociación www.angelman-asa.org.

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