TÍTULO: EMPRESAS DONDE LAS MUJERES CUENTAN:Empresas donde las mujeres cuentan
Trabajar y estar satisfecha no es una quimera. Cuatro empleadas nos
cuentan por qué esta utopía es posible, aún en tiempos de crisis.
No basta con tener un plan de igualdad, obligatorio en España en
empresas con más de 250 empleados. Ni con unas supermedidas de
conciliación que hagan más sencilla la ecuación mujer+madre+trabajadora. Con unas cifras de paro de vértigo, la felicidad laboral en nuestro país puede parecer una sutileza indecorosa. Sin embargo, a pesar de la tormenta económica, hay empresas que miman a sus empleadas.
Compromiso rentable
Un empleado feliz incrementa su productividad un 30%. Es más, genera propuestas para mejorar su área laboral y se involucra en el diseño y la producción de innovaciones, lo cual mejora los resultados de la compañía. Sin embargo, encandilar a una trabajadora cuando llega a la oficina para que se sienta como Carrie Bradshaw ante su colección de zapatos de Manolo Blahnik, no es fácil. No basta con crear un lugar de trabajo agradable, nutrir los lazos del compañerismo o tener un jefe comprensivo y respetuoso, aunque todo eso puntúa. El empleado necesita vincular el sentirse bien y estar satisfecho con lo que hace, es decir, encontrar un “sentido” a lo que desarrolla para considerarse un ser productivo y feliz. Y a medida que crece el grado sociocultural, más estrecha es la interrelación entre bienestar laboral y felicidad. Lo confirma un estudio de la Universidad de Virginia (EE.UU.). Y la realidad refuerza que la satisfacción en el trabajo potencia el sentimiento de valor personal, y esa parte del yo feliz contagia positivamente las relaciones sociales y familiares.
Los factores más importantes para ser feliz en el trabajo son: la realización personal, para el 38,7%; tener un ambiente laboral grato, para el 20,7%; mientras que para el 12,4% la felicidad profesional se produce con un buen sueldo, o al menos eso dicen los encuentados en la último encuesta Adecco 'La felicidad en el trabajo'. Pero hay más datos. Según el último informe trimestral 'Workmonitor', realizado por la empresa de trabajo temporal Randstad entre trabajadores de 32 países, Dinamarca, Noruega, Suiza, Luxemburgo e India están a la cabeza en términos de empleados satisfechos. España queda en el undécimo puesto y la mayoría de nuestros trabajadores (72%) se sienten satisfechos con su trabajo.
Vacas gordas y vacas flacas
Con el descenso de los ingresos, muchas compañías no saben por dónde meter la tijera a sus gastos sin que sufra la balanza de bienestar de sus colaboradores. Junto a los despidos y a la congelación salarial, muchas recortan en formación, en el tamaño de sus oficinas y en sus dietas; descartan ideas como disponer de una guardería o alargar los permisos de maternidad; o han acabado con la subvención para los gimnasios, los tickets para la hora de comer... y con las expectativas de promoción interna de sus trabajadoras.
Y lo que es peor: con más de cinco millones de parados, se extiende la triste sensación de que “tener trabajo es bastante para estar agradecidos”. Las previsiones no son halagüeñas y, según el informe de Randstad, las mujeres (42%) son más pesimistas sobre su futuro profesional que los hombres (41%). Sin embargo, no todo el paisaje es oscuro. Como himno al optimismo, mostramos cuatro empresas que consideran “cuidar de cada persona” con un nivel de excelencia que ha sido reconocido con varios galardones. Pero, sobre todo, la mejor medida de este empeño está en el grado de satisfacción de sus trabajadoras.
Compromiso rentable
Un empleado feliz incrementa su productividad un 30%. Es más, genera propuestas para mejorar su área laboral y se involucra en el diseño y la producción de innovaciones, lo cual mejora los resultados de la compañía. Sin embargo, encandilar a una trabajadora cuando llega a la oficina para que se sienta como Carrie Bradshaw ante su colección de zapatos de Manolo Blahnik, no es fácil. No basta con crear un lugar de trabajo agradable, nutrir los lazos del compañerismo o tener un jefe comprensivo y respetuoso, aunque todo eso puntúa. El empleado necesita vincular el sentirse bien y estar satisfecho con lo que hace, es decir, encontrar un “sentido” a lo que desarrolla para considerarse un ser productivo y feliz. Y a medida que crece el grado sociocultural, más estrecha es la interrelación entre bienestar laboral y felicidad. Lo confirma un estudio de la Universidad de Virginia (EE.UU.). Y la realidad refuerza que la satisfacción en el trabajo potencia el sentimiento de valor personal, y esa parte del yo feliz contagia positivamente las relaciones sociales y familiares.
Los factores más importantes para ser feliz en el trabajo son: la realización personal, para el 38,7%; tener un ambiente laboral grato, para el 20,7%; mientras que para el 12,4% la felicidad profesional se produce con un buen sueldo, o al menos eso dicen los encuentados en la último encuesta Adecco 'La felicidad en el trabajo'. Pero hay más datos. Según el último informe trimestral 'Workmonitor', realizado por la empresa de trabajo temporal Randstad entre trabajadores de 32 países, Dinamarca, Noruega, Suiza, Luxemburgo e India están a la cabeza en términos de empleados satisfechos. España queda en el undécimo puesto y la mayoría de nuestros trabajadores (72%) se sienten satisfechos con su trabajo.
Vacas gordas y vacas flacas
Con el descenso de los ingresos, muchas compañías no saben por dónde meter la tijera a sus gastos sin que sufra la balanza de bienestar de sus colaboradores. Junto a los despidos y a la congelación salarial, muchas recortan en formación, en el tamaño de sus oficinas y en sus dietas; descartan ideas como disponer de una guardería o alargar los permisos de maternidad; o han acabado con la subvención para los gimnasios, los tickets para la hora de comer... y con las expectativas de promoción interna de sus trabajadoras.
Y lo que es peor: con más de cinco millones de parados, se extiende la triste sensación de que “tener trabajo es bastante para estar agradecidos”. Las previsiones no son halagüeñas y, según el informe de Randstad, las mujeres (42%) son más pesimistas sobre su futuro profesional que los hombres (41%). Sin embargo, no todo el paisaje es oscuro. Como himno al optimismo, mostramos cuatro empresas que consideran “cuidar de cada persona” con un nivel de excelencia que ha sido reconocido con varios galardones. Pero, sobre todo, la mejor medida de este empeño está en el grado de satisfacción de sus trabajadoras.
- Mujeres trabajadoras satisfechas con su trabajo
Hace poco más de una año nació su hija. “Trabajo de 8:00 a 15:00 y tengo libre las tardes. La empresa se adapta a mis necesidades de horario. Además, los días en que los niños no tienen colegio, pero sí trabajamos, organizan actividades para los hijos de los empleados”. Pero su felicidad no solo gira en torno a la conciliación. La lista de beneficios es amplia. “Disponemos de gimnasio; un programa de salud y bienestar; zonas de relax, clases de inglés gratuitas…”. ¿Lo que más le gusta de su empresa? “El respeto al empleado es vital”.
Procter & Gamble (P&G) Plantilla: de sus 1.500 empleados, el 52% son mujeres. Extras: las excedencias por el cuidado de hijos de hasta cinco años y familiares no tienen límite de tiempo.
Cecilia Novara 40 años y una hija. Jefa de ventas en Mantequerías Arias.
“Aquí tú te pones tus propios límites” En su Argentina natal trabajó en varias multinacionales y hace 10 años desembarcó en la marca de alimentación más antigua de España, con 163 años de historia. Cuando empezó, “la dirección era distinta, muy dura”. Pero en 2008 hubo un cambio y, con él, la satisfacción laboral de Cecilia fue creciendo. En plena baja por maternidad, la empresa le ofreció un ascenso. “Durante esas semanas, hice un programa de desarrollo de directivos y me reservaban una habitación en el hotel donde se impartía el curso para darle el pecho a la niña”.
Ahora, si tiene que pasar varias noches fuera de casa por trabajo, su hija la acompaña. Su versión laboral de la felicidad –además de la flexibilidad horaria, el compromiso y el respeto–, incluye que “el ritmo de ascenso es una cuestión personal, tú te pones tus propios límites”. A las 7:15 h ya está en su puesto y no suele regresar a casa hasta 12 horas después. Los viernes trabaja en casa. Ninguno de los recortes aplicados por la empresa, incluida la congelación salarial, los vive como una bajada del bienestar laboral, al contrario, sigue muy motivada. “Soy muy optimista. Ni yo ni mi equipo paramos”.
Mantequerías Arias Plantilla: 600 empleados (el 47% de ellos, mujeres). Extras: ampliación del permiso de lactancia; ayudas para empleados con familiares con discapacidad; cheques-guardería; elección de turnos fijos para atender circunstancias personales… Cuentan con un agente de prevención para erradicar conductas que pudieran derivar en acoso. Superan la cuota del 2% que marca la Ley Social de Integración del Minusválido.
Sonia Marzo 39 años y un hijo de dos años. Responsable de Centros de Innovación de Microsoft.
Tras trabajar en varias multinacionales, donde se sentía “alienada”, hace casi siete años llegó a Microsoft. Para ella su felicidad está clara: “Todos trabajamos por objetivos. Puedo organizarme como quiera. Si necesito hacer algo que precisa mucha concentración, me voy a casa. Eso me da tranquilidad. A veces salgo antes de la oficina, baño a mi hijo, le doy de cenar y, después, sigo trabajando”. Incluso cuando estuvo embarazada todo fue fácil: “Es más, cuando me reincorporé tuve una promoción”. Para ella, su desarrollo profesional “es fundamental porque forma parte de mi crecimiento personal. Ambos son inseparables. No sé cuántas horas trabajo. No las cuento. No me genera esfuerzo”, asegura. Y solo echa en falta una cosa: “Una guardería en la oficina, aunque no sé si es buena idea”.
Microsoft Ibérica Plantilla: 700 empleados (32% mujeres). El 17% de ellas ocupan cargos directivos. Extras: una semana más en caso de maternidad o paternidad. Cada petición que recibe el departamento de Recursos Humanos se considera única y le intenta dar una respuesta personalizada.
Carmen Cano 33 años y dos hijos (de uno y tres años). Product Manager de Mahou.
“No eres un número, eres una persona” Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, solo tenía un año de experiencia en otra cervecera portuguesa cuando fichó por Mahou. Una década después, no duda de su decisión. En un retrato acelerado de qué ha convertido su trabajo en “excelente” habla de los 39 días de vacaciones, del gimnasio que no usa, de las ayudas de guardería y, por encima de todo, de “la posibilidad de mantener el equilibrio entre lo profesional y lo personal”. “En muchos trabajos ser madre puede ser un freno. Aquí lo compaginas sin ningún problema. No me veo trabajando en una empresa agresiva, donde tan solo seas un número, un recurso productivo. Aquí, eres una persona e invierten en ti”.
Grupo Mahou-San Miguel Plantilla: 2.607 personas. En los últimos 10 años, han pasado de tener tan solo un 3% de mujeres a un 20%. Extras: posibilidad de disfrutar de la lactancia extendiéndola a 14 días laborables por acumulación en días completos, o 28 días laborables a jornada al 50%.
El nirvana de la empleada feliz
- Flexibilidad de horarios. Ayuda a motivar, ya que la trabajadora puede gestionar su tiempo.
- Teletrabajo. Mejora la productividad y facilita la conciliación.
- Equilibrio entre lo personal y lo laboral. Poder acompañar el crecimiento de los hijos es posible si la empresa fomenta medidas de conciliación, acompañadas de beneficios sociales.
- Expectativas cumplidas. Si la trabajadora no percibe desventaja respecto a sus compañeros, se sentirá satisfecha.
- Entorno agradable. Produce “contagio motivacional”: el estado de satisfacción crea un clima favorable a partir de la comunicación entre los miembros de un grupo satisfecho.
- Actividades y voluntariado. Proporciona un sentido de orgullo “empresarial”.
- Recuerdos. La Universidad de Harvard (EE.UU.)dice que pegar frases y fotos de los seres queridos en lugares estratégicos mejora el estado de ánimo.
- Comunicación. Ser asertivo potencia la autoestima.
- Actividad física. Bastan 30 minutos diarios de ejercicio para disminuir el estrés y trabajar con mayor concentración. Si encima lo subvenciona y fomenta la empresa, mejor que mejor.
- Comodidad. Caminar con zapatos livianos y flexibles es, según Harvard, prioritario.
TÍTULO: PROTAGONISTA: JOYCE CAROL OATES ESCRITORA,.Mujeres de hoy
Joyce Carol Oates, escritora
Joyce Carol Oates suele escribir sobre asesinatos y violencia de
una manera perturbadora, pero no hace novela negra. FOTO:
Narradora norteamericana, nacida en Lockport (Nueva
York) en 1938. Célebre por las generosas dosis de violencia que ha
volcado en sus cuentos y novelas, está considerada como una de las más
destacadas seguidoras de la corriente narrativa inaugurada por William
Faulkner.
Tras comenzar sus estudios superiores de
Lengua y Literatura Inglesa en la Universidad de Siracusa, acabó
completándolos en la de Wisconsin, de donde egresó con el título de
licenciada. Posteriormente, obtuvo el doctorado en dicha materia por la
Universidad de Rice, al tiempo que compaginaba esta especialización con
su dedicación al cultivo de la literatura de ficción.
Uno de sus primeros relatos fue seleccionado, con
mención de honor, para formar parte de una antología de los mejores
cuentos escritos por autores norteamericanos, lo que orientó
definitivamente a Joyce Carol Oates hacia el género de la prosa de
ficción.
En 1963 dio a la imprenta su primera recopilación de relatos, publicada bajo el título de Junto a la puerta del Norte, vio la luz.
Un año más tarde, animada por la buena acogida dispensada por críticos y
lectores, la joven escritora presentó su primera novela extensa,
titulada Un otoño tembloroso (1964), obra a la que siguió un nuevo volumen de relatos, Sobre un torrente arrollador, aparecido en 1965.
Tan
vertiginosa carrera literaria apuntó entonces hacia un objetivo mucho
más ambicioso: la publicación de una trilogía narrativa. En efecto, en
1967 vio la luz la primera entrega de esta serie, Un jardín de delicias terrestres, inmediatamente continuada por Gente adinerada,
que fue galardonada con el Premio Nacional de Narrativa de 1968. Un año
después, Oates volvió a asomarse a los escaparates de las librerías con
la tercer y última entrega de su trilogía, titulada Ellos (1969), novela que vino a culminar una espléndida muestra de la mejor prosa de ficción norteamericana de los años sesenta,.
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