domingo, 9 de diciembre de 2012

A FONDO. PRIMER PLANO LORENZO SILVA ASÍ NACE UN BEST SELLER,/ CARTA DE LA SEMANA JACK HORNER,.

TÍTULO: A FONDO. PRIMER PLANO LORENZO SILVA ASÍ NACE UN BEST SELLER.

Una conversación casual sobre cruzar una línea sin marcha atrás, un GPS, una red de prostitución, una playa... Así fue surgiendo en la cabeza,.

Lorenzo Silva: Así nace un "best seller"

  Lorenzo Silva
Una conversación casual sobre cruzar una línea sin marcha atrás, un GPS, una red de prostitución, una playa... Así fue surgiendo en la cabeza de Lorenzo Silva la trama de 'La marca del meridiano', la novela que le ha valido el premio Planeta 2012. Él mismo nos lo cuenta.
Todo libro tiene una historia invisible. Los que reciben un reconocimiento no son una excepción. Para quien escribe uno que presenta a un premio, y más aún si al final lo recibe, es importante saber y recordar lo que hubo a lo largo del camino. Es una historia que no suele contarse, salvo por los que la desconocen, y casi siempre desde la suspicacia. He aquí el relato de cómo se gestó un libro que ha acabado teniendo un premio. Y no uno cualquiera.
El germen. Otoño de 2004. El lugar es una cafetería céntrica de Barcelona. El hombre, un viejo policía que le cuenta al escritor su vida. Se ha citado con él para otra cosa: recopilar información para una novela ambientada en Cataluña, territorio que el policía conoce bien por haber vivido y trabajado allí durante décadas (aunque nació lejos). La conversación acaba llevando a un punto delicado: cómo en cierta ocasión el policía tuvo la sensación de que si daba un paso más en sus tratos con cierto sujeto de mal vivir, del que recibía información, iba a atravesar una línea que ya no podría descruzar. Rememora la facilidad, la intrascendencia con que se le planteó la cuestión. La repentina toma de conciencia que le hizo echarse atrás. En la mirada del policía, el novelista encuentra la señal. Ha aprendido a reconocerla. Allí hay una novela, que algún día escribirá.
El meridiano. Otoño de 2008. Desde hace unas semanas, el escritor vive entre Madrid y Barcelona. Está montando su casa barcelonesa y decide hacer el viaje por carretera para transportar ropa y algunos enseres. Llega a Zaragoza a media tarde y, cuando está ya oscureciendo, circula por la AP-7 en el término del municipio zaragozano de Bujaraloz. De repente ve un arco luminoso que sobrevuela la autopista. Un cartel indica que es el punto exacto de cruce del meridiano de Greenwich. El GPS lo atestigua, pasando de la W a la E cuando lo rebasa. El meridiano, no había reparado antes, está entre Barcelona y Madrid: entre el pasado y el presente del protagonista de la novela que, sobre la idea inicial de 2004, va armando en su mente. Ahí siente que acaba de encontrar la metáfora que sostendrá la historia... y la mitad del título. En él estará esa palabra: 'meridiano'.
El trabajo de campo. Otoño de 2010. Restaurante de comida económica de Sitges, un par de mozos de escuadra, un hombre y una mujer. Hablan de su relación con los guardias civiles, a los que ambos se refieren con respeto. La mujer, cuarenta años, policía curtida, desgrana las dificultades para desarticular las tramas de trata y explotación de mujeres que surten de prostitutas los burdeles y cunetas del Bajo Llobregat. Amenazadas, drogadas, despersonalizadas, nunca denuncian. Varios días después, en la comandancia de la Guardia Civil de San Andrés de la Barca, un jovencísimo guardia le cuenta cómo Facebook lo ayuda a seguir los pasos a los malos. También habla de los mozos de escuadra, a los que tiene en buena estima: «Los curritos nos entendemos». El mapa humano de la novela empieza a poblarse.
La escritura. Otoño de 2011. Tras siete años recogiendo material y madurando el argumento, la novela está lista para ser escrita. El escritor se acerca a la desierta playa de Viladecans, su ciudad catalana, donde ha soñado que ocurrirá el epílogo de su historia. Lo ve claro, todo está ya en su sitio. Arranca la escritura a buena velocidad. En esos mismos días, Gadafi muere linchado en su Sirte natal y ETA anuncia que deja la lucha armada. La novela es un espejo de la vida: ese día, 20 de octubre de 2011, será el día en que aparezca el cadáver que abre el libro.
El seudónimo. Primavera de 2012. El libro está concluido. Con el resultado en la mano, la idea que le ronda desde hace años se confirma. Este es el libro con el que optará al premio. Tiene en las manos la que en su sentir es la mejor y más completa historia de los personajes que más le han granjeado el favor de los lectores. El único inconveniente, que sean ya conocidos, no lo es aquí. Las bases del premio no exigen seudónimo, puede irse a cara descubierta, nada importa que el jurado lo reconozca. Se pondrá un seudónimo, pese a todo, porque los finalistas se anuncian con anterioridad y no quiere estar anunciado y expuesto como candidato a un premio que puede llevarse otro. Ya fue nominado a un Goya y hubo de aplaudir mientras se lo llevaba Isabel Coixet. Lo hizo con deportividad, pero no es experiencia que apetezca repetir. Elige llamarse Bernie Ohls, en homenaje a Raymond Chandler, que dio ese nombre a un personaje secundario.
Una larga espera. Verano de 2012. Epícteto le enseñó a no preocuparse por lo que no está en sus manos. Que el libro que ha presentado en el plazo estipulado por las bases del premio sea o no distinguido con el galardón ya no depende de él, sino de otras personas a las que, por añadidura, apenas conoce. Solo con dos miembros del jurado ha tenido alguna relación. Que el libro les hable y el libro decida su suerte por sí mismo. Se dedica a algo que le tiene la cabeza ocupada: preparar el nacimiento de una editorial de cuyo primer título es, además, traductor. Mientras su novela hace camino, él está con Thomas Edward Lawrence camino de Ákaba, saboreando el inglés primoroso de aquel viajero, soldado, espía y arqueólogo que cambió la historia del siglo XX.
El ganador es... Viernes 12 de octubre de 2012. Se publica la lista de los finalistas, y Bernie Ohls está en ella. Un periodista de Oviedo, Tino Pertierra, que le ha leído bien, como a Chandler, ata cabos y hace su apuesta. Lo llama buscando una corroboración que no puede darle, porque no la tiene. El lunes 15, Pertierra publica su conjetura. Comienza el bombardeo. El escritor nada confirma, porque nada está en disposición de confirmar. Es al caer la tarde de ese mismo día, mientras viaja en coche de Madrid a Barcelona, poco antes de cruzar el meridiano en Bujaraloz, cuando le dicen que tendrá que prepararse un discurso. Al filo de la medianoche, su nombre se hace público como ganador. Sube a recoger el premio y lo agradece en español (o castellano) y catalán. Algunos ven una intención política. Solo es un homenaje personal a dos ciudades que ama y a sus gentes. Ellas, y el meridiano que ahora las une y no las separa, le han dado este premio.
 
TÍTULO: CARTA DE LA SEMANA JACK HORNER,.

Jack Horner: "foto.


Si la idea se le hubiera ocurrido a cualquier otro, seguramente no habría merecido ni una sola línea de comentario. Pero su máximo impulsor es Jack Horner, de la Montana State University, uno de los paleontólogos más prestigiosos del mundo, el que cambió nuestra forma de ver los dinosaurios, el que demostró que, como las aves, eran criaturas sociales, el científico, además, en quien se inspiró Steven Spielberg para hacer "Parque Jurásico". Y resulta que, como en la famosa película, Horner está completamente decidido, desde hace ya varios años, a devolver a la vida a un dinosaurio. El célebre paleontólogo ha visitado estos días Madrid, para tomar parte en "El ser creativo", el III Congreso de Mentes Brillantes, en el que participa junto a otros veinte científicos de las más variadas disciplinas.

- ¿Cómo piensa usted "resucitar" a un dinosaurio?
- Desde luego no será como en Parque Jurásico... Partiremos de un embrión de pollo y, mediante ingeniería genética, le haremos dar marcha atrás en el tiempo hasta sacar el dinosaurio que lleva dentro. No será, al principio, un dinosaurio completo, pero sí que tendrá muchas de sus características.
- ¿Muchas de sus características?
- Sí. El resultado será un animal completamente nuevo, un "pollosaurio" (o "dinopollo", como prefiera), con muchas de las características físicas propias de los dinosaurios. Se trata de conseguir "dar marcha atrás" a la evolución y resucitar en el pollo una gran cantidad de rasgos propios de los dinosaurios, desde el tamaño a los dientes o las garras.
- Las aves actuales son descendientes directas de los dinosaurios. ¿Por qué elegir precisamente a la gallina?
- Por dos razones: La primera es que conocemos su genoma a la perfección; y la segunda porque entre todas las aves, las gallinas son quizá las más comunes. Podríamos haberlo intentado con cualquier otra ave, pero al final optamos por ésta.
- Es decir que, a falta de ADN de dinosaurio con el que trabajar, ha decidido usar el de sus descendientes más directos para hacerlos retroceder hasta el punto de partida...
- Sí, en efecto. No hemos podido obtener ADN de dinosaurio por otros medios. Se ha demostrado que del ámbar es imposible extraer ADN (tal y como hacían en Parque Jurásico) y de los huesos fósiles, tampoco. Encontramos hace unos años algunos muy esperanzadores, de una hembra de Tiranosaurio, y logramos aislar tejidos blandos y vasos sanguíneos, pero no ADN. Por eso decidimos utilizar ADN moderno.
- Se trata, entonces, de una modifición genética...
- No. No modificamos genes. Lo que intentamos es reactivar genes atávicos del ADN de las aves y hacer que vuelvan a expresarse.
- ¿Como funciona el proceso?
- Lo primero es encontrar una serie de genes específicos en el genoma de la gallina. Buscamos tres en concreto, los necesarios para activar el tamaño, para que haya o no dientes y los que transformaron las garras originales en alas. Se trata de alterar los niveles de determinadas proteínas reguladoras de la expresión genética, en concreto de aquellas que han suprimido esas características dinosaurianas en las aves. Las aves son dinosaurios, llevan su mismo ADN, así que lo que hacemos es intentar que de un dinosaurio salga otro dinosaurio.
- Explicado así, parece sencillo...
- En sus primeros estadíos, un embrión de pollo desarrolla rasgos dinosaurianos como dientes o manos con tres dedos. Si podemos encontrar los genes que les obligaron a reducir su tamaño, o los que hacen que los dedos se hayan fundido para formar alas, y conseguimos apagarlos, entonces podremos hacer crecer un animal con características de dinosaurio.
- ¿Y han localizado ya esos genes?
- Por ahora, sólo uno de ellos, el responsable de que haya o no dientes. Los otros dos los seguimos buscando, y probablemente tardemos otro par de años en localizarlos.
- ¿Quiere decir que ya han conseguido hacer una gallina con dientes?
- No. Quiero decir que ahora ya sabemos cómo hacer una gallina con dientes, aunque no lo hemos hecho. Hemos decidido esperar a tener localizados los demás genes.
- ¿Cómo será ese "pollosaurio"?
- El resultado será una gallina con dientes y garras, aunque por el momento del mismo tamaño que las actuales. Después probaremos a hacerlas más grandes.
- ¿Cuándo cree que eso será posible?
- Si todo va bien, en cinco años. Si tenemos mala suerte, en siete como máximo.
- ¿Será posible, más adelante, "resucitar" especies concretas de dinosaurios? Quiero decir, de dinosaurios que realmente hayan existido.
- Sí, en el futuro será posible devolver a la vida a cualquier miembro de un grupo muy concreto de dinosaurios, los terópodos, que son de los que descienden las aves. Es decir, todos aquellos que eran carnívoros y caminaban sobre sus dos patas traseras.
- ¿Para qué puede servir "fabricar" un dinosaurio?
- Las investigaciones que llevamos a cabo tienen fuertes implicaciones en el campo médico y en la comprensión de cómo funcionan los mecanismos evolutivos. Se puede aprender mucho, por ejemplo, de enfermedades de la médula espinal, o que afectan al crecimiento. Y, por supuesto, cuando rescatemos los caracteres primitivos, y consigamos que se expresen de nuevo, habremos dado un gran paso para demostrar cómo funciona la evolución. Cada ave tiene dentro un dinosaurio dormido. Nosotros queremos despertarlo.
- Los dinosaurios dominaron la Tierra durante 80 largos millones de años. Y si no se hubieran extinguido nosotros, los mamíferos, no estaríamos aquí. ¿No puede resultar peligroso devolverlos a la vida?
- No, en absoluto. Como mucho, podremos conseguir animales que se parezcan a los dinosaurios, no se trata de tener por ahi tiranosaurios o velociraptores sueltos...
- ¿Cuesta mucho su investigación?
- No, es muy barata. Es algo que se puede hacer con un par de millones de dólares... Un coste muy pequeño cuando se trata de hacer "gran ciencia".
 

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