TÍTULO: Criterio para ser internado.
Durante una visita a un Instituto Psiquiátrico, uno de los visitantes le preguntó al Director, qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser Internado.
- 'Bueno', dijo el Director, 'hacemos la prueba siguiente: llenamos completamente una bañera, luego le ofrecemos al paciente una cucharita, una taza y un cubo y le pedimos que vacíe la bañera. En función de cómo vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no'.
- Ah, entiendo- dijo el visitante. - Una persona normal usaría el cubo porque es más grande que la cucharita y la taza.
-No -dijo el Director, 'una persona normal sacaría el tapón'.
Usted ¿qué prefiere: una habitación con o sin vista al jardín?
Incluso podré llegar a despreciarme tanto que me repugne, que me dé asco. Asco de mí mismo. Entonces pienso en Él, en su via hacia la Cruz y en las palabras del profeta:.
El pajarito tiritando empezó a pedir auxilio con sus píos. Una vaca que estaba por allí cerca acudió curiosa al oír aquel escándalo. El pajarito le pidió ayuda, se estaba congelando. La vaca no sabía muy bien qué hacer. Le dio pena decir al pajarito que echase a volar para que entrase en calor. ¿Qué podía hacer ella? El pajarito, desconsolado seguía piando y piando reclamando una ayuda. Así que la vaca se le ocurrió una idea, se dio la vuelta y plaf, hizo lo suyo encima del pajarito. El pajarito estaba encantado, sí, estaba rebozado de mierda, pero estaba calentito!!! Después de todo era lo importante. Así que sacó el piquito fuera y empezó a piar contento.
TÍTULO: Y cantarán: ¡felicidad.
Marta se apresuró. Llegaba tarde. Dobló la esquina y allí vió a María, esperándola. Ella siempre llegaba tarde y a María la tocaba esperar, a pesar de eso siempre la recibía con una sonrisa. Qué paciencia tenía… Por fin se encontraron y se saludaron. Sin más preámbulos empezaron a andar en dirección a la facul. Las dos estaban en la misma clase de segundo de filosofía.
La profesora entró cuando ya estaban sentadas. Entró con paso firme y segura de sí misma. Dejó el portátil encima de la mesa y sonrió. A Marta se le antojó que era una sonrisa un tanto burlesca y se puso tensa. La pareció un cierto contrasentido que fuese ella, la alumna, la que tuviese manía a la profesora, pero siendo sincera con ella misma era la verdad. No la aguantaba, o mejor dicho, la aguantaba por ser la profesora, pero a duras penas. La parecía que se aprovechaba de su puesto de profesora para intentar adoctrinarles en su ideología. Y no lo podía soportar. Era superior a sus fuerzas.
- 'Bueno', dijo el Director, 'hacemos la prueba siguiente: llenamos completamente una bañera, luego le ofrecemos al paciente una cucharita, una taza y un cubo y le pedimos que vacíe la bañera. En función de cómo vacíe la bañera, sabemos si hay que internarlo o no'.
- Ah, entiendo- dijo el visitante. - Una persona normal usaría el cubo porque es más grande que la cucharita y la taza.
-No -dijo el Director, 'una persona normal sacaría el tapón'.
Usted ¿qué prefiere: una habitación con o sin vista al jardín?
TÍTULO: Donde abundó el pecado.
puedo ser un alcohólico, un drogadicto, vivir sólo de noche estando tirado durante el día en una negrura más negra que esas noches, podré vivir en la peor de las soledades, podré estar tirado al borde del camino a ninguna parte, pero sé algo a lo que me puedo aferrar, una via de llanto y salvación, algo para algunos tan ridículo y despreciable como yo mismo. Es saber que soy oveja. Sí, oveja. No tanto por oveja como por saber que tengo Pastor. El mejor Pastor de todos.Incluso podré llegar a despreciarme tanto que me repugne, que me dé asco. Asco de mí mismo. Entonces pienso en Él, en su via hacia la Cruz y en las palabras del profeta:.
TÍTULO: Tarde piaste.
Un pequeño pajarito se encontraba resguardado en su nido durante el crudo invierno. Crudo invierno. El paisaje estaba cubierto bajo un manto de blanca nieve. Blanca nieve. Y soplaba un viento más que frío, gélido. En una ráfaga de viento el nido se rompió y el pajarito se precipitó a la fría nieve.El pajarito tiritando empezó a pedir auxilio con sus píos. Una vaca que estaba por allí cerca acudió curiosa al oír aquel escándalo. El pajarito le pidió ayuda, se estaba congelando. La vaca no sabía muy bien qué hacer. Le dio pena decir al pajarito que echase a volar para que entrase en calor. ¿Qué podía hacer ella? El pajarito, desconsolado seguía piando y piando reclamando una ayuda. Así que la vaca se le ocurrió una idea, se dio la vuelta y plaf, hizo lo suyo encima del pajarito. El pajarito estaba encantado, sí, estaba rebozado de mierda, pero estaba calentito!!! Después de todo era lo importante. Así que sacó el piquito fuera y empezó a piar contento.
TÍTULO: Y cantarán: ¡felicidad.
Marta se apresuró. Llegaba tarde. Dobló la esquina y allí vió a María, esperándola. Ella siempre llegaba tarde y a María la tocaba esperar, a pesar de eso siempre la recibía con una sonrisa. Qué paciencia tenía… Por fin se encontraron y se saludaron. Sin más preámbulos empezaron a andar en dirección a la facul. Las dos estaban en la misma clase de segundo de filosofía.
La profesora entró cuando ya estaban sentadas. Entró con paso firme y segura de sí misma. Dejó el portátil encima de la mesa y sonrió. A Marta se le antojó que era una sonrisa un tanto burlesca y se puso tensa. La pareció un cierto contrasentido que fuese ella, la alumna, la que tuviese manía a la profesora, pero siendo sincera con ella misma era la verdad. No la aguantaba, o mejor dicho, la aguantaba por ser la profesora, pero a duras penas. La parecía que se aprovechaba de su puesto de profesora para intentar adoctrinarles en su ideología. Y no lo podía soportar. Era superior a sus fuerzas.
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