-Foto--Tolkien y Tokien a través de Jackson son dos caminos diferentes pero comunes hacia la Tierra Media. / Juan Gainzarain Hontavilla ...
Peter Jackson
Ian Mckellen
El segundo viaje que Peter Jackson ha emprendido a la
Tierra Media es lo más parecido a la epopeya en la que se embarcó el
joven Frodo Bolsón que acabó, decenas de penurias después, con el anillo
del poder fundiéndose en las entrañas del Monte del Destino. Huelgas,
protestas ecologistas, hecatombe financiera, explosiones e incluso una
demanda de los herederos de J.R.R. Tolkien exigiendo el pago de un
generoso porcentaje de lo que se ganó con la trilogía del ‘Señor de los
Anillos’, premiada con un total de 17 Oscar. Un rosario de turbulencias
que puso la producción de ‘El Hobbit’ contra las cuerdas en varios
momentos y que consiguió anegar la paciencia de Guillermo del Toro que,
tras 24 meses de trabajo, se retiró esgrimiendo que «no podía esperar
más».
Fue Jackson entonces quien tomó el gobierno de la nave
encargada de dar forma fílmica a la novela 75 años después de su
publicación. Desde el principio del proyecto ha ejercido de vigía desde
su puesto como productor y autor de un guión manoseado hasta por ocho
personas diferentes. Al tomar posesión de la silla, el de Pukerua Bay se
comprometió a «mantener algo del ADN» del realizador de Jalisco pero
dio rienda suelta al mismo espíritu creador que le empujó hace quince
años a empezar a dar forma al ‘Señor de los Anillos’ cuya precuela
aparecerá en las carteleras de España y medio mundo el viernes con el
estreno de ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’.
Lo hará en un formato nunca visto al ser la primera cinta
rodada en 48 fotogramas por segundo, el doble que lo tradicional. Algo
que combinado con la tecnología 3D empleada en la cinta -creada por la
empresa española SGO- hará sentirse al espectador “dentro de la
película”, según promete el realizador. “Estoy fascinado por las
reacciones”, confesó en un evento en Nueva York hace dos días.
Como suele ocurrir en estas 'superproducciones', pocas
cosas han quedado exentas de críticas y polémicas. Los cambios
narrativos introducidos por Jackson -al que los disgustos le valieron
una fuerte úlcera de estómago- han sido cuestionados por gran parte de
la fiel parroquia de la saga literaria. Retoques que en su día
modificaron el peso de los personajes en la historia original y que
ahora, por ejemplo, han llevado a Légolas (Orlando Bloom) a tener un
hueco en el último capítulo de la serie cuando el sudafricano solo dio
protagonismo a su padre. “Había material en los libros de El Señor de
los Anillos que Tolkien pensaba utilizar para una versión expandida»,
justificó el cineasta. Su versión fue secundada por otra de las
guionistas Phillipa Boyens,que aclaró que si las adaptaciones hubiesen
seguido el mismo orden que los libros, todo habría sido diferente: «Al
tener que hacerlo al revés, decidimos contar esa parte de la historia
que no aparece en ‘El Hobbit’, pero sí queda explicada después en El
Señor de los Anillos».
Trilogía
El equipo de la película niega haber sobrepasado el
umbral de la ambición. Realizar tres películas frente a las dos
previstas desató cierto excepticismo y muchos han creído no ver otro
objetivo que el de generar mayor número de ingresos. Andy Serkis, que da
vida a Gollum, sostuvo que esta opción permitirá “retratar” mejor a la
multitud que forma la compañía de enanos que acompaña a Martin Freeman
en su aventura de encarnar a un joven Bilbo Bolsón. «Si alguien cree que
ha obedecido a las fuerzas de la industria antes que los imperativos
artísticos, es que no saben quién es», comentó el veterano Ian McKellen,
haciendo gala de un temperamento propio de Gandalf, personaje al que
vuelve a dar vida.
«Ahora tenemos dos caminos hacia la Tierra Media, dos
caminos en el mapa: Tolkien mismo y Tolkien interpretado por Jackson».
Estas palabras son de Tom Shippey, uno de los mayores teóricos del
escritor inglés que ha ejercido de prologuista en ‘En el Señor de
Anillos. El viaje audiovisual hacia la Tierra Media’ (Portal Editions)
en el que Alejandro Pardo, Eduardo Segura y otros expertos españoles
recorren y analizan cada detalle del que ya es un clásico de la historia
reciente del cine.
En este ensayo se tratan desde los aspectos más nímios de
la producción hasta la reinterpretación que hace del algunos temas y
pasajes de la película. Los autores analizan «la simpatía que sentía
Jackson por el personaje Samsagaz 'Sam' Gamyi, que le lleva a
posicionarle en una posición mucho más central y filosófica que en la
novela. Este es uno de los muchos cambios que Pardo y Segura aprecian en
'El Señor de los Anillos', una adaptación de la que también destacan
«el característico sentido del humor» que añade el neozelandés al
«finisimo y agudo» humor que se deprenden de las páginas de Tolkien.
TÍTULO: LA MONOTONÍA ES UNA MALDICIÓN EN LA COCINA,.
Juan Pedro Plaza Carabantes disfruta de la gastronomía tanto desde el punto de vista teórico como práctico. Como teórico, tiene escritos un ...
Juan Pedro Plaza Carabantes disfruta de la gastronomía
tanto desde el punto de vista teórico como práctico. Como teórico, tiene
escritos un buen puñado de libros que recogen recetas y glosan los
productos extremeños y, en plan práctico, ejerce de crítico gastronómico
y gusta de esos otros encuentros amigables organizados en torno a un
buen yantar. Aunque deja en manos de su esposa y de su hija la difícil
cocina del día a día, se reconoce «cocinilla de fiestas», de esos que
cogen el delantal cuando en la mesa esperan unos comensales que permiten
lucirse.
-Aclárenos su postura ante la disyuntiva del título de su conferencia, entre cocina tradicional y cocina moderna.
-Yo voy a decir que las dos.
-¿No es especialmente partidario de ninguna de ellas?
-De lo que no soy partidario en la cocina moderna o
novedosa es de las muchas tonterías y burradas que se han hecho. Cuento
una anécdota: Estuve hace dos meses en el Campeonato de Europa de Gin
Tonic, en San Sebastián, y nos pusieron uno con caviar. Dijeron que era
una innovación. Yo creo que era una estupidez. Yo defiendo tanto la
cocina tradicional como la nueva, pero sin grandes alardes de
ingredientes carísimos ni de técnicas muy complicadas. Ahí está Toño
Pérez, de Atrio, que es uno de los restaurantes más premiados de España,
que hace una cocina nueva pero basada en el recetario tradicional y sin
grandes complicaciones técnicas ni de ingredientes que te cuesten un
ojo de la cara. Por eso yo digo que las dos.
-Lo que sigue necesitando la cocina, y es algo
que no se le ha dado en las últimas décadas, es tiempo. Tanto si es un
cocido borboteante como si son los alimentos de siempre tratados de una
forma distinta, siguen requiriendo un tiempo que esta sociedad no les
da.
-La incorporación de la mujer al trabajo y con las
múltiples obligaciones que impone el cuidado de los hijos, han quitado
tiempo de dedicación de la mujer a la cocina. En época de Navidad la
gente le dedica más tiempo, pero esa cocina tradicional del borboteo, de
las legumbres está abandonada sin saber por qué, cuando las legumbres
son baratísimas y adecuadas en tiempo de crisis y fuente de proteínas
muy alimenticias para toda la familia. Y los platas de la nueva cocina,
que llevan más elaboración y más salsas, también necesitan el tiempo que
no tenemos y que constituye una maldición de nuestros días. Es más
fácil ir al supermercado y comprar los platos preparados pero eso
provoca carencias en el gusto y la gente está olvidando su historia. ¡Y
pobre del pueblo que olvida su historia! Y también provoca problemas de
salud como la obesidad.
-Cuando se alaba la gastronomía, mucha gente
resalta la dificultad que hoy en día tienen otros para acceder a los
alimentos. ¿Es posible compatibilizar ambas cosas sin sentimiento de
culpa?
-Esa es una de las conclusiones de mi charla. Tal como
están en estos momentos los comedores sociales y los problemas de las
hipotecas, hablar de la gastronomía de la Navidad parece casi una
provocación. Pero, a pesar de las dificultades, es posible comer en la
Navidad platos distintos salvando la monotonía, que es una maldición
para la cocina. No es obligatorio comer faisán a las uvas ni besugo a la
donostiarra o foie. Se puede recoger una receta antigua, como una buena
sopa de hueso de jamón con trocitos de pollo o pollo en pepitoria o
unas natillas y un flan casero que todavía pueden estar al alcance de
muchas personas. En la Navidad tradicional extremeña siempre se han
hecho estos platos.
-Los avances gastronómicos han revalorizado
muchos productos extremeños, como el jamón ibérico, los vinos, la
ternera. ¿Puede la crisis dar al traste con todo esto? Parece notarse
una bajada del interés por el desarrollo de estos productos y un
debilitamiento de sus industrias.
-Yo creo que es más falta de dinero que de interés. Las
industrias del jamón ibérico Dehesa de Extremadura lo están pasando mal
porque la crisis del cerdo ibérico ha llevado a almacenar miles de
jamones en los secaderos y cada vez hay más ofertas y se venden a menor
precio. La ternera y el cordero merino, la torta de la Serena o el queso
del Casar tienen precios algo más altos, pero es cierto que hay un
bajón de precios porque los grandes consumidores de estos productos de
calidad que eran los restaurantes están en horas bajas.
-¿Están preparados estos sectores para la
exportación?, porque se está diciendo que las exportaciones son el único
sector que se están comportando en España.
-Para la exportación se están haciendo esfuerzos
importantes desde las empresas públicas de la Junta de Extremadura, con
este gobierno y con el anterior. Lo que pasa es que todas las
comunidades piensan en posicionar su comercio en mercados de gran número
de consumidores, tipo China, India o Rusia. En EEUU, las condiciones
aduaneras son tan rigurosas que va a costar más trabajo entrar. Pero se
está trabajando mucho desde todas las administraciones para posicionar
estos stocks en mercados de calidad. Nosotros tenemos unos maravillosos
productos, pero el handicap en Extremadura ha sido siempre la
comercialización. No sabemos vender lo que tenemos.
-¿ Y por qué?
-Porque cuesta mucho dinero tener una oficia de comercio
en Bruselas o en Alemania, en Milán o California. Se necesitan personas
que estén continuamente introduciéndose en esos mercados de calidad. Hay
comunidades que han invertido grandes cantidades de dinero en esa
comercialización. Aquí vamos a muchas ferias pero no tenemos una
presencia permanente en esos países a los que tienen que llegar los
productos.
-¿Ha hecho recortes la Diputación de Badajoz en su presupuesto de 2013 para Fitur?
-Ninguno.
-¿Y cómo lo hacen? Van a ser la envidia de otras instituciones.
-Gestionando muy bien. No sólo no hemos recortado sino
que el presupuesto ha subido incluso y por sexto año consecutivo los
presupuestos se han aprobado por unanimidad. Nuestro presupuesto de
Turismo ha subido este año casi 100.000 euros más porque no sólo
trabajamos los productos de denominación de origen sino que tratamos con
empresarios de sectores como balnearios, turismo rural o artesanía.
-Como crítico gastronómico, ¿va de incógnito?
-Siempre, incluso con nombre falso. Lo que pasa es que Extremadura es muy grande pero, después de doce años, ya no engañas.
-¿No se siente fatal de incógnito?
-Si. Cuando te identificas al final y das la tarjeta para pagar, tienes que dar explicaciones.
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