El Real Madrid vuelve a ganar al Atleti con goles de Cristiano Ronaldo y Özil en un partido con muy poco fútbol
Como en los últimos tiempo,.
Cristiano Ronaldo volvió a marcar un gol de falta casi siete meses después y lo hizo en el derbi ante el Atlético de Madrid, el mismo rival ante el que anotó su último tanto de libre directo en el Vicente Calderón.
Hubo una jugada para la polémica en el derbi cuando Sergio Ramos lanzó su brazo de espaldas a Falcao. El árbitro no pitó nada, pero debió señalar falta y amarilla,.
La afición del Barça no permaneció ajena al plebiscito al que Mou se sometió en el Bernabéu. Mientras su equipo goleaba al Athletic, la hinchada culé tuvo tiempo de hacer un aparte y, a las 21.20, dedicar algunos cánticos al luso,.
Una encuesta realizada por MARCA.com desvela que el gol de Raúl González Blanco en el Calderón en la 1996/97 es el mejor en la historia de los derbis.
Decidió un partido espeso en el que el Madrid fue mejor. Metió el primer gol de espectacular lanzamiento de falta, dio el segundo a Özil y estrelló dos balones en la madera. El Atlético no tuvo juego ni ánimo ni ocasiones. Sobró dureza y faltó fútbol. Debutó en Liga José Rodríguez.
"La razón es que no progresamos bien en ataque. El vestuario está dolido, intentaremos recuperar puntos el próximo domingo", declaró el entrenador del Atlético después de perder el derbi.
"El segundo gol nos ha dado la tranquilidad. Cristiano ha hecho un partidazo. Ha respondido", ha afirmado Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales, en Canal+1 al término del derbi madrileño.
El Madrid-Atlético de los viejos tiempos,.
Lo recordaba Miguélez en estas páginas hace poco: no se ha visto
pancarta más hiriente en el Bernabéu para los atléticos que aquella tan
reciente de: 'Se busca rival digno para derbi decente'. Aquello tenía su
porqué. Hace años que el Atleti no estaba a la altura del Madrid, de
ahí esos trece sin ganar. Bueno, pues ahora sí hay rival digno para
derbi decente. El Atlético llega al Bernabéu como un buen equipo, ocho
puntos por delante, con un delantero realmente peligroso, un portero
seguro, una plantilla maciza, segura y entusiasta y un líder de mano
firme que abre el entrenamiento a todos los públicos.
Hace ya algunos años que hemos echado de menos esto. La bipolarización entre el Madrid y el Barça estaba degenerando en algo entre monótono e insano. Una y otra vez todo quedaba fiado a eso que hemos dado en llamar 'Clásicos', en feliz (pienso yo) traslación del término con que en Argentina se designa los Boca-River. Pero de tanto frotar una y otra vez esa rivalidad acabaron por saltar virutas políticas y llegamos a mezclar un penalti con la Diada y un fuera de juego con el no pacto fiscal. En los Madrid-Atlético nunca pasó eso. En los Madrid-Atlético todo se quedó siempre en penalti o fuera de juego.
Es bonito reencontrar antiguos juguetes y ver que funcionan. Un partido que parecía inservible resulta que otra vez va, que le das cuerda y responde. Como en los tiempos de la mano de Alsúa, o en los de aquel desempate en Zaragoza en semifinales de la Copa de Europa, o en los de tantas y tantas Ligas en las que del resultado de los partidos entre ambos dependía un título de Liga. El Atlético renunció durante años a su naturaleza primigenia de adversario natural del Madrid. Ahora retoma ese compromiso, de la mano de Falcao, Simeone y demás. Bienvenido sea. Todos deseábamos un derbi así.
Hace ya algunos años que hemos echado de menos esto. La bipolarización entre el Madrid y el Barça estaba degenerando en algo entre monótono e insano. Una y otra vez todo quedaba fiado a eso que hemos dado en llamar 'Clásicos', en feliz (pienso yo) traslación del término con que en Argentina se designa los Boca-River. Pero de tanto frotar una y otra vez esa rivalidad acabaron por saltar virutas políticas y llegamos a mezclar un penalti con la Diada y un fuera de juego con el no pacto fiscal. En los Madrid-Atlético nunca pasó eso. En los Madrid-Atlético todo se quedó siempre en penalti o fuera de juego.
Es bonito reencontrar antiguos juguetes y ver que funcionan. Un partido que parecía inservible resulta que otra vez va, que le das cuerda y responde. Como en los tiempos de la mano de Alsúa, o en los de aquel desempate en Zaragoza en semifinales de la Copa de Europa, o en los de tantas y tantas Ligas en las que del resultado de los partidos entre ambos dependía un título de Liga. El Atlético renunció durante años a su naturaleza primigenia de adversario natural del Madrid. Ahora retoma ese compromiso, de la mano de Falcao, Simeone y demás. Bienvenido sea. Todos deseábamos un derbi así.
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