TÍTULO: PREFIERES A BISBAL O A MELANDI:
Después de anunciarse hace meses, parece que ya llega. Telecinco estrenará La Voz este otoño. Y es una apuesta con garantía.
Telecinco estrena en septiembre el peculiar concurso 'La Voz'. Jesús Vázquez regresa con «el acontecimiento musical de la temporada»
Después de anunciarse hace meses, parece que ya llega. Telecinco estrenará 'La Voz' este otoño. Y es una apuesta con garantía. Este peculiar talent show ha arrasado en más de treinta países. Cierto que el formato es de sobra conocido, pero tiene un novedoso y divertido sistema de competición que promete enganchar a millones de telespectadores a partir de septiembre. «Va a ser el acontecimiento musical de la temporada», asegura su presentador, Jesús Vázquez.
En la bancada del jurado, cuatro primeros espadas: David Bisbal-foto, Rosario Flores, Melendi y Malú. Cada uno deberá formar un equipo de 14 artistas y la novedad radica en cómo elegirlos. Porque ellos no verán sus actuaciones. Sentados de espaldas a los concursantes, solo podrán valorar su voz. Ni su forma de bailar, ni su vestimenta, ni sus gestos... Cuando algún concursante les convenza, pulsarán un botón que hará girar la silla.
Los participantes tendrán solo un minuto y medio para conseguir que alguno de los jueces se dé la vuelta y les 'fiche' para su equipo. Lo curioso (y lo morboso) será cuando Melendi y Bisbal, o Malú, o Rosario se giren a la vez. En ese caso será el concursante quien decida con quién se va: «Ese momento es horroroso, obviamente para ellos es de mucha presión, pero nosotros nos tenemos que vender para que nos elijan. Cada vez que alguno que quiero para mi equipo se va con otro, me pico», explica Malú.
También puede darse el caso de que todos se queden de espaldas y el candidato resulte eliminado: «Nos duele muchísimo a los cuatro cuando ninguno nos damos la vuelta. Por eso desde aquí les pedimos a sus familias que se lo tomen bien y que no nos cojan manía», dice Rosario. Así se desarrollan las 'audiciones a ciegas' que se están grabando estos días y que podremos ver en los primeros programas de 'La Voz'.
Una vez compuestos los cuatro equipos, se batirán en duelos para ver quiénes aspiran a participar en las galas finales, dónde ya será el público el que decida quién es el ganador.
Mientras tanto, los 'coachers' ayudarán a sus pupilos a crecer como artistas, pero todos ellos insisten en que no serán profesores ni jueces «tipo Risto Mejide», explica David Bisbal, que sabe perfectamente lo que es participar en un concurso de este estilo: «Me quedan muchas cosas por aprender. En ningún momento se me va a ocurrir obligar al concursante a que cante de una manera u otra, o corregir y cambiar el estilo. Queremos que su voz luche por ser la mejor».
Los cuatro tuvieron al principio sus dudas en formar parte del programa porque todos recelaban del oficio de juez musical. Como Melendi: «Para mí fue fundamental saber que aquí no se cambiaba la personalidad de nadie ni se le obligaba a adoptar un estilo determinado. Un artista debe saber defenderse en lo que le gusta a él y nadie tiene que meterse en su carrera ni en sus decisiones».
3.500 participantes
A las 'audiciones a ciegas' se habían presentado 13.500 personas de todas las edades, todo un record en nuestro país. Pero solo 3.500 han podido llegar a los castings presenciales y muchos menos llegarán a televisión. Una vez finalice la primera etapa de 'La Voz' quedarán 56 aspirantes a hacer realidad su sueño: grabar un disco e iniciar una carrera musical. Arranca la carrera por hacerse oír.
TÍTULO: VAYA TROMPA.
El famoso elefante rosa de trompa alicaída y patas dobladas de la cerveza Delirium Tremens tiene su leyenda. Cuentan los belgas de pura ...
El famoso elefante rosa de trompa alicaída y patas dobladas de la cerveza 'Delirium Tremens' tiene su leyenda. Cuentan los belgas de pura cepa que el fantasioso paquidermo se aparece cuando ya son cientos los tragos que se acumulan en la barriga. La etiqueta también advierte al consumidor -según las historias de los taberneros- de la posibilidad de ser mentalmente invadidos por dragones chinos y cocodrilos con gorro y aspecto bonachón. Una experiencia alucinógena por todo lo alto para los consumidores de una de las cervezas más famosas del mundo. Aún así, la historia del elefante rosa y del nombre de la cerveza es mucho menos romántica y rocambolesca que la que circula de boca en boca por las calles de Bruselas. Más bien tiene que ver con la política de marketing de la cervecera belga Huyghe, fundada en 1654 y que comercializa la marca desde 1989. Los responsables de la empresa querían, simplemente, una etiqueta y un nombre fácil de recordar, que impactara lo suficiente a los aficionados a la birra. Por muy grande que hubiera sido la borrachera de la noche anterior.
La cerveza, con su color amarillo turbio, su triple fermentación y sus 9 grados de alcohol, también da nombre a uno de los bares más famosos y visitados de Bruselas, el Delirium Café. Podía ser uno más, pero un sello en la pared lo distingue como el 'garito' con más tipos y marcas de cervezas del mundo. Más de 2.000, pinta arriba, pinta abajo. Lo primero que sorprende es su colorida fachada. Los elefantes rosas, el santo y seña de la marca, dan vida en forma de carteles luminosos al oscuro y estrecho callejón en el que se encuentra este templo de la religión cervecera (Impasse de la Fidélité, 4A). Pegado al llamado callejón de los carniceros y muy cerca de la archiconocida Grand Place, pero oculto del bullicio turístico que desprende este centro neurálgico de Bruselas. Aquellos que encuentran la callejuela por la que se accede al Delirium Café también se dan de bruces con uno de los rincones más curiosos de la capital belga: la esquina donde orina la 'Jeannake Pis' (traducido como 'la niña meona'). La fuente -y a la vez escultura- es la hermana del conocido 'Manneken Pis', uno de los símbolos de la ciudad, que durante las grandes fiestas que se desarrollaron en 1890 cambió el 'pis' -que en realidad es agua- por vino y cerveza tipo lámbic. De la más ácida.
Ya en el interior del bar, es posible que el mundanal ruido vuelva a envolverlo todo. Allí no hay solo belgas. Se pueden encontrar argentinos, rusos, ingleses, americanos, chinos y, por supuesto, españoles. De estos no faltan nunca. De hecho, en el Delirium Café tienen camareros 'especializados' en el trato con los 'hijos de la Mahou' y cuando hay una mesa de 'hispanoparlantes', la atención es casi personalizada. Por algo será.
100 litros por cabeza
En estos lares no importa demasiado que el consumo de cerveza descendiera en nuestro país un 4,7% en 2010 -el último dato disponible- hasta los 48,3 litros por garganta y año. Belgas, igual que austríacos, alemanes o checos, son de los que beben más de 100 litros por cabeza. De ahí no bajan y de ahí, también, la necesidad de aportar variedad en la oferta. Y si hablamos de oferta, Delirium Café, con sus paredes y techos llenos de bandejas de colores y de motivos cerveceros, es el auténtico rey del mambo.
La carta, lo que realmente interesa al peregrino, es un libro enorme, más parecido a unas páginas amarillas de Madrid o Barcelona, que hay que pedir a los camareros porque solo hay uno y lo tienen bien guardado. El sucedáneo es una 'cartita' mucho más resumida. Hay cervezas de Laos, de Ghana, de Sudáfrica... De trigo, de cebada, de malta... Birra verde, negra, rubia, menos rubia, de chocolate, de frutas, caliente, fría o incluso una San Miguel de las del bar de debajo de su casa. Eso sí, algo más cara. De tres o cuatro euros para arriba. La de más precio, según reportan los aventureros, se llamaba Deux, y cuesta 31 del ala. Pida la que pida, suele ir acompañada de su copa o vaso correspondiente. Faltaría más.
Aquí lo difícil es decantarse. Porque lo que resulta imposible es probarlas todas. Quizá el osado que se atreva con el reto pueda ver, esta vez sí, los famosos elefantes rosas, los dragones y los cocodrilos. Todos juntos.
Después de anunciarse hace meses, parece que ya llega. Telecinco estrenará 'La Voz' este otoño. Y es una apuesta con garantía. Este peculiar talent show ha arrasado en más de treinta países. Cierto que el formato es de sobra conocido, pero tiene un novedoso y divertido sistema de competición que promete enganchar a millones de telespectadores a partir de septiembre. «Va a ser el acontecimiento musical de la temporada», asegura su presentador, Jesús Vázquez.
En la bancada del jurado, cuatro primeros espadas: David Bisbal-foto, Rosario Flores, Melendi y Malú. Cada uno deberá formar un equipo de 14 artistas y la novedad radica en cómo elegirlos. Porque ellos no verán sus actuaciones. Sentados de espaldas a los concursantes, solo podrán valorar su voz. Ni su forma de bailar, ni su vestimenta, ni sus gestos... Cuando algún concursante les convenza, pulsarán un botón que hará girar la silla.
Los participantes tendrán solo un minuto y medio para conseguir que alguno de los jueces se dé la vuelta y les 'fiche' para su equipo. Lo curioso (y lo morboso) será cuando Melendi y Bisbal, o Malú, o Rosario se giren a la vez. En ese caso será el concursante quien decida con quién se va: «Ese momento es horroroso, obviamente para ellos es de mucha presión, pero nosotros nos tenemos que vender para que nos elijan. Cada vez que alguno que quiero para mi equipo se va con otro, me pico», explica Malú.
También puede darse el caso de que todos se queden de espaldas y el candidato resulte eliminado: «Nos duele muchísimo a los cuatro cuando ninguno nos damos la vuelta. Por eso desde aquí les pedimos a sus familias que se lo tomen bien y que no nos cojan manía», dice Rosario. Así se desarrollan las 'audiciones a ciegas' que se están grabando estos días y que podremos ver en los primeros programas de 'La Voz'.
Una vez compuestos los cuatro equipos, se batirán en duelos para ver quiénes aspiran a participar en las galas finales, dónde ya será el público el que decida quién es el ganador.
Mientras tanto, los 'coachers' ayudarán a sus pupilos a crecer como artistas, pero todos ellos insisten en que no serán profesores ni jueces «tipo Risto Mejide», explica David Bisbal, que sabe perfectamente lo que es participar en un concurso de este estilo: «Me quedan muchas cosas por aprender. En ningún momento se me va a ocurrir obligar al concursante a que cante de una manera u otra, o corregir y cambiar el estilo. Queremos que su voz luche por ser la mejor».
Los cuatro tuvieron al principio sus dudas en formar parte del programa porque todos recelaban del oficio de juez musical. Como Melendi: «Para mí fue fundamental saber que aquí no se cambiaba la personalidad de nadie ni se le obligaba a adoptar un estilo determinado. Un artista debe saber defenderse en lo que le gusta a él y nadie tiene que meterse en su carrera ni en sus decisiones».
3.500 participantes
A las 'audiciones a ciegas' se habían presentado 13.500 personas de todas las edades, todo un record en nuestro país. Pero solo 3.500 han podido llegar a los castings presenciales y muchos menos llegarán a televisión. Una vez finalice la primera etapa de 'La Voz' quedarán 56 aspirantes a hacer realidad su sueño: grabar un disco e iniciar una carrera musical. Arranca la carrera por hacerse oír.
TÍTULO: VAYA TROMPA.
El famoso elefante rosa de trompa alicaída y patas dobladas de la cerveza Delirium Tremens tiene su leyenda. Cuentan los belgas de pura ...
El famoso elefante rosa de trompa alicaída y patas dobladas de la cerveza 'Delirium Tremens' tiene su leyenda. Cuentan los belgas de pura cepa que el fantasioso paquidermo se aparece cuando ya son cientos los tragos que se acumulan en la barriga. La etiqueta también advierte al consumidor -según las historias de los taberneros- de la posibilidad de ser mentalmente invadidos por dragones chinos y cocodrilos con gorro y aspecto bonachón. Una experiencia alucinógena por todo lo alto para los consumidores de una de las cervezas más famosas del mundo. Aún así, la historia del elefante rosa y del nombre de la cerveza es mucho menos romántica y rocambolesca que la que circula de boca en boca por las calles de Bruselas. Más bien tiene que ver con la política de marketing de la cervecera belga Huyghe, fundada en 1654 y que comercializa la marca desde 1989. Los responsables de la empresa querían, simplemente, una etiqueta y un nombre fácil de recordar, que impactara lo suficiente a los aficionados a la birra. Por muy grande que hubiera sido la borrachera de la noche anterior.
La cerveza, con su color amarillo turbio, su triple fermentación y sus 9 grados de alcohol, también da nombre a uno de los bares más famosos y visitados de Bruselas, el Delirium Café. Podía ser uno más, pero un sello en la pared lo distingue como el 'garito' con más tipos y marcas de cervezas del mundo. Más de 2.000, pinta arriba, pinta abajo. Lo primero que sorprende es su colorida fachada. Los elefantes rosas, el santo y seña de la marca, dan vida en forma de carteles luminosos al oscuro y estrecho callejón en el que se encuentra este templo de la religión cervecera (Impasse de la Fidélité, 4A). Pegado al llamado callejón de los carniceros y muy cerca de la archiconocida Grand Place, pero oculto del bullicio turístico que desprende este centro neurálgico de Bruselas. Aquellos que encuentran la callejuela por la que se accede al Delirium Café también se dan de bruces con uno de los rincones más curiosos de la capital belga: la esquina donde orina la 'Jeannake Pis' (traducido como 'la niña meona'). La fuente -y a la vez escultura- es la hermana del conocido 'Manneken Pis', uno de los símbolos de la ciudad, que durante las grandes fiestas que se desarrollaron en 1890 cambió el 'pis' -que en realidad es agua- por vino y cerveza tipo lámbic. De la más ácida.
Ya en el interior del bar, es posible que el mundanal ruido vuelva a envolverlo todo. Allí no hay solo belgas. Se pueden encontrar argentinos, rusos, ingleses, americanos, chinos y, por supuesto, españoles. De estos no faltan nunca. De hecho, en el Delirium Café tienen camareros 'especializados' en el trato con los 'hijos de la Mahou' y cuando hay una mesa de 'hispanoparlantes', la atención es casi personalizada. Por algo será.
100 litros por cabeza
En estos lares no importa demasiado que el consumo de cerveza descendiera en nuestro país un 4,7% en 2010 -el último dato disponible- hasta los 48,3 litros por garganta y año. Belgas, igual que austríacos, alemanes o checos, son de los que beben más de 100 litros por cabeza. De ahí no bajan y de ahí, también, la necesidad de aportar variedad en la oferta. Y si hablamos de oferta, Delirium Café, con sus paredes y techos llenos de bandejas de colores y de motivos cerveceros, es el auténtico rey del mambo.
La carta, lo que realmente interesa al peregrino, es un libro enorme, más parecido a unas páginas amarillas de Madrid o Barcelona, que hay que pedir a los camareros porque solo hay uno y lo tienen bien guardado. El sucedáneo es una 'cartita' mucho más resumida. Hay cervezas de Laos, de Ghana, de Sudáfrica... De trigo, de cebada, de malta... Birra verde, negra, rubia, menos rubia, de chocolate, de frutas, caliente, fría o incluso una San Miguel de las del bar de debajo de su casa. Eso sí, algo más cara. De tres o cuatro euros para arriba. La de más precio, según reportan los aventureros, se llamaba Deux, y cuesta 31 del ala. Pida la que pida, suele ir acompañada de su copa o vaso correspondiente. Faltaría más.
Aquí lo difícil es decantarse. Porque lo que resulta imposible es probarlas todas. Quizá el osado que se atreva con el reto pueda ver, esta vez sí, los famosos elefantes rosas, los dragones y los cocodrilos. Todos juntos.
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