Con un sonoro 'Ajujúaaaa' muy ranchero, un «¡Ahí está Antoñito!» gritado por David Bisbal-foto- y un mexicanísimo «¡Ándale!» emitido por Antonio Banderas terminó la impagable actuación de estos dos andaluces universales sobre el escenario de la gala benéfica 'Starlite' celebrada el sábado por la noche en el marco incomparable de la cantera de Marbella. El rumor previo a la gala es que habría un 'dueto' que daría que hablar, pero la realidad superó las expectativas. La cena tocaba a su fin y Antonio y David quisieron ponerle el broche de oro con una actuación de las que hacen historia, no en las enciclopedias pero sí en Youtube. Así que salieron al escenario y, como entonados estaban, enseguida encontraron el tono.
La ranchera es, junto con el 'Asturias, patria querida', la forma más desahogada de terminar una fiesta, así que Bisbal y Banderas atacaron con gran convicción la famosísima 'Canción del Mariachi', banda sonora de la película 'Desperado', protagonizada por el actor malagueño en 1995. El primero en arrancarse fue Antonio. «Soy un hombre muy honrado y me gusta lo mejor», cantó con voz aguardentosa pero bien afinada. Sin embargo (quizá porque tras su presunta infidelidad, no está el horno para bollos) ahí se detuvo y dejó que fuera Bisbal quien continuara con «Las mujeres no me faltan, ni el dinero ni el amor...». El cantante llevaba escrita la letra de la canción en un folio y los momentos más cómicos del improvisado 'show' se produjeron cuando Banderas (la presbicia no perdona pasados los 50) se ponía las gafas de cerca para intentar leer la siguiente estrofa y Bisbal todavía alejaba más el papel, tal vez convencido de que a su amigo, como popularmente se dice, lo que le faltaba no era vista sino brazo... En estas, Bisbal se arrancó con un zapateado muy mexicano y Banderas le siguió logrando una sincronía que sin llegar a Fred Astaire y Ginger Rogers no estuvo nada mal... Los dos se dejaron la voz con el «Ay, ay, ay, ay. Ay, ay, amor. Ay, mi morena de mi corazón» del estribillo, aunque las que se mataban a aplaudir abajo no eran morenas sino las rubias del corazón de Antonio Banderas: su mujer, Melanie Griffith (a quien el actor había reiterado su amor en público), y su hija, Stella del Carmen, que a sus quince años es un bellezón de mirada tan penetrante como la de su padre y escote tan generoso como el de su madre.
Presentada por Anne Igartiburu e Imanol Arias, la tercera edición de la 'Starlite' no podría haber tenido un final más vibrante y divertido. Horas antes, Banderas había declarado: «No soy un turista. Esta es mi tierra». Y se desvivió por explicar que el derroche y el lujo (tan mal vistos en estos tiempos) no están reñidos con la solidaridad. El actor incluso criticó los recortes del Gobierno en materia de educación y recordó que su fundación Lágrimas y Favores colabora con la Universidad de Málaga con becas y aporta a Cáritas más de 150.000 euros al año. Lo que se ha cuestionado tantas veces con fiestas como esta no es el fin, sino los medios. La pregunta sería si, como suele decirse, es realmente necesario que algunos se atiborren de caviar para que otros tengan un plato de lentejas, pero los 470 asistentes a la gala del sábado en Marbella que pagaron entre 800 y 1.000 euros el cubierto, entre ellos Daryl Hannah, Jon Secada, Ana Obregón, Eugenia Silva y Carmen Lomana, parecen creer que sí.
TÍTULO: LA HABITACIÓN NÚMERO--5--.
El 28 de diciembre de 1925, el cadáver del poeta Serguéi Esenin fue encontrado con una soga al cuello, sujeta al techo de la habitación ...
TÍTULO: LA HABITACIÓN NÚMERO--5--.
El 28 de diciembre de 1925, el cadáver del poeta Serguéi Esenin fue encontrado con una soga al cuello, sujeta al techo de la habitación ...
El 28 de diciembre de 1925, el cadáver del poeta Serguéi Esenin fue encontrado con una soga al cuello, sujeta al techo de la habitación número 5 del hotel Angleterre de San Petersburgo, entonces Leningrado.
Se dictaminó que Esenin se había quitado la vida y muchos interpretaron que fue consecuencia de la decepción que en él causó el curso que estaban tomando los acontecimientos en el país tras la Revolución Bolchevique de 1917, a la que había dedicado poemas de alabanza.
Sin embargo, y a pesar de que el poeta había pasado una dura etapa por culpa del alcohol y había estado recluido en un psiquiátrico, su círculo más cercano creía que no tenía razones para querer morir y sospechó que fue asesinado por agentes del régimen. Su pensamiento evolucionaba hacia la disidencia y su vida disoluta no casaba con la moral proletaria que se pretendía implantar.
El hotel Angleterre sigue funcionando en la actualidad, pero ya no existe el cuarto donde murió el genio. Después de la reconstrucción llevada a cabo en el inmueble a finales de los años 80, con los comunistas aún en el poder, la estancia desapareció. Quedó embutida entre una sala y un pasillo de la planta baja y el primer piso.
La decisión de las autoridades soviéticas de modificar la estructura del edificio para eliminar un lugar de culto literario, como era la habitación número 5, reavivó la polémica sobre si Esenin se quitó la vida o si otros lo hicieron por él. La discusión continúa en la actualidad sin que nadie haya podido todavía aportar ninguna prueba concluyente.
El Angleterre existe como hotel desde 1840, aunque desde entonces ha cambiado de nombre varias veces. Fue durante una época propiedad de la gran duquesa Zinaída Yusúpova, cuyo palacio se levanta a pocos pasos de allí, en el número 94 del malecón del canal Moika.
El monje visionario Grigori Rasputin, que ejerció una enorme influencia sobre el zar Nicolás II y su familia, fue asesinado en la mansión de Yusúpova en la noche del 15 al 16 de diciembre de 1916.
Junto al Angleterre fue construido un hotel aún más lujoso, el Astoria. Las obras finalizaron en 1912. Ambos establecimientos empezaron a ser frecuentados a partir de los años 20 por compositores, literatos, pintores y artistas de la compañía de ballet del Mariinski.
La bailarina estadounidense Isadora Duncan llegó a la Unión Soviética en el verano de 1921 y se alojó en el Angleterre. Conoció enseguida a Esenin y se casó con él. Ella no hablaba ruso y el poeta era la única lengua que entendía. Así que durante algún tiempo tuvieron que comunicarse con el idioma del amor y los gestos.
Esenin había estado antes unido en matrimonio a la actriz Zinaída Raij y, tras divorciarse en 1923 de Duncan y mantener algunos romances pasajeros, se casó con Sofía Tolstáya, nieta del escritor Lev Tolstói, en el otoño de 1925. La unión duró menos que un suspiro.
Por acuerdo entre su cónyuge y el doctor Gannunshkin, el así llamado 'poeta rural' fue internado en una clínica psiquiátrica dependiente de la Universidad de Moscú. Esenin logró escaparse de allí el 23 de diciembre, viajó a San Petersburgo, se hospedó en el Angleterre y, el 28 de diciembre, el día de los Santos Inocentes, lo hallaron con la soga al cuello. Dejó un poema de despedida escrito con su propia sangre, al parecer por no encontrar tinta a mano. La misiva iba dirigida a su amigo y también poeta Wolf Ehrlich.
En septiembre de 1941, tres meses después de que los nazis atacaran la URSS, el Angleterre fue convertido en hospital y no volvió a utilizarse como hotel hasta 1948. Durante la guerra, Hitler planeó organizar un gran banquete en el vecino Astoria una vez tomada la ciudad, en la sala llamada Jardín de Invierno. Las invitaciones para el evento llegaron a imprimirse, pero Leningrado, pese al terrible bloqueo que sufrió entre 1941 y 1944, nunca llegó a caer en manos del Ejército alemán.
El Astoria y el Angleterre forman hoy día un mismo complejo. Allí se han hospedado personajes como el príncipe Carlos de Gales, Madonna, Elton John, Luciano Pavarotti o el expresidente estadounidense, George W. Bush. Pero ninguno en la número 5.
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