sábado, 4 de agosto de 2012

QUÉ HAY DE NUEVO LA VIDA AL ROJO VIVO BRAVE:/ SI TIENES--APRENDER A BAILAR SIN OIR./ 3 COSAS QUE NO SABÍAS DE LA REGENTA:

TÍTULO: QUÉ HAY DE NUEVO LA VIDA AL ROJO VIVO BRAVE:

Teatro / El Price acoge este «show» con una única función en Madrid

Al rojo vivo

Ha tardado 113 años en venir a Madrid. Si quieren saber por qué  es el cabaret más famoso de España, no se lo pierdan.
Tiene 113 años. Por sus salas han pasado generaciones de trabajadores, estudiantes, políticos, marineros de ida y vuelta, padres (y madres) de familia... Todos unidos por la misma necesidad: dejar la vida real al margen y zambullirse en una experiencia de lentejuelas, canciones y alegría. Y, si se terciaba, ver algo de carne. Hablamos de El Molino. Más de un siglo de historia de Barcelona, un espacio de referencia, incluso por los que jamás lo han pisado. Eneste tiempo, nunca  había viajado a Madrid. Era complejo exportarlo, porque, más que un espectáculo, es un concepto. Pero mejor una muestra que nada. El Teatro Circo Price lo acoge en una única función. No faltará el cuerpo de baile y su vedette estrella, la veterana Merche Mar, que estuvo en la etapa anterior al cierre y que, diez años después, regresó con la reapertura en 2010. «Hay comicidad, números musicales, del ballet, escenas de burlesque que hacen nuestras chicas y además dos invitadas del último festival de burlesque que se hizo en El Molino», explica Merche Mar. «Y hay un contacto con el público, que lo hago yo y es muy importante porque identifica al Molino». La vedette insisite en «renovarse o morir», y describe el «show» como «rápido, elegante,  nada grosero, y divertido». Sin olvidar «la picardía y la sensualidad. Pero no es un espectáculo ofenda al público. Es un espectáculo que igual se puede ver con seis años que con noventa».

El Molino cambió de dueños y cerró sus puertas en 1997 para someterse a una  reforma. Cuando abrió en octubre de 2010 se había convertido en un moderno complejo. «Antes era un edificio que se  caía y no cumplía la normativa. Ahora tiene ocho plantas, aunque se ha mantenido la fachada, que está protegida», explica Elvira Márquez, una de las nuevas accionistas. El edificio acoge las cocinas, las plateas, dos anfiteatros, un bar, una terraza, una sala polivalente, una sala de ensayos y dos plantas técnicas. Pero la reforma es más profunda y afecta al  negocio, que ha pasado de un mero cabaret a una empresa con tres líneas de servicios: el café-concierto y espectáculo, la gastronomía –cuenta con una cocina capaz de ofrecer mil comidas diarias– y el alquiler de los espacios. «Hemos generado un proyecto de gestión de diversidad. Si no, era inviable». Los nuevos accionistas confían en que en un año y medio empiece a ser rentable.

Espíritu canallesco
Y es que los tiempos han cambiado, no ya desde 1908 en que se renombró al cabaret primero, sino desde los años 70, 80 y 90 del siglo pasado. Y con ellos los gustos. El cabaret por sí solo no se sostenía: «Cuando salieron las “mamachichos” se cargaron el concepto. La gente  ya no va a venir porque vaya a ver más pierna. Tiene que haber más calidad», explica Márquez. Y añade: «Antes era un vodevil, la gente venía, se reía, tenía ese espíritu canallesco y pensaba que podrían venir a hacer lo que no podían hacer en otros sitios. Pero hoy día, ya hay libertad, se tiene todo al alcance. Los contenidos deben tener nivel en la creación y la innovación. Era imposible hacer un revival, porque aquellos artistas trabajaban casi por solidaridad y esa clientela ha desaparecido». Y corrobora Merche Mar: «La juventud ha descubierto este tipo de espectáculo. Antes, lo de variedades les sonaba a gente mayor, pero ahora les gusta lo del music-hall». Aunque, explica Márquez: «En las facultades, íbamos al Molino. Lo tradicional es que cuando hacías el pase del ecuador o el fin de carrera, lo celebrabas allí». Y añade: «El Molino tenía una clientela  fidelizada. Había gente joven, se celebraban despedidas de soltero... y luego estaban los de siempre». Una clientela fija que ha dado lugar a toda una leyenda negra: «Se cuentan historias de cómo se vendían virginidades en los anfiteatros, y junto al Molino, en el barrio de San Antonio, siempre se ha dicho que había pisos más grandes porque era donde los empresarios llevaban a sus amantes», reconoce Márquez.

¿Pero lograrán trasladar en Madrid ese algo especial que tiene? «Vamos a intentar llevar la esencia y el contacto con el público», responde Merche Mar. «Yo creo que algo de esa alma se lleva».

Del can can al jazz
Para los que no puedan asistir a la función del Molino en Madrid, tienen otra oportunidad: «Showtime», en el Teatro Arlequín. Cuatro funciones que recorren los mejores espectáculos de cabaret del mundo. Un montaje en el que se encuentra el sabor de viejos locales como el Moulin Rouge, de París; el Tropicana, de la Habana, los clubes de Buenos Aires, el tablao flamenco y, también, El Molino de Barcelona. Cuenta con un maestro de ceremonias y se tocará jazz, can can, tango, samba, bolero y salsa.

TÍTULO: SI TIENES-5, MINUTOS-APRENDER A BAILAR SIN OIR.

Hay oyentes que están tan obsesionados con aprender una coreografía, con que los pasos le salgan perfectos, que ni siquiera escuchan. 3 Minutos.

-Foto Mujeres con graves problemas de audición consiguen moverse al ritmo de la música --10 Minutos.

Hay oyentes que están tan obsesionados con aprender una coreografía, con que los pasos le salgan perfectos, que ni siquiera escuchan la música», dice María José (Pepa) Escalante, titulada en Danza Clásica por el Conservatorio de Madrid y monitora de baile moderno. Es también psicóloga educativa y voluntaria de buenas causas y su último empeño ha sido conseguir que ocho mujeres sordas de Plasencia aprendan a bailar.--30 Minutos.

Un reto que se planteó y ofreció a Ascapas (Asociación Cacereña de Padres y Amigos de los Sordos). El resultado ha sido sorprendente, ya que en tan solo un par de semanas estas nuevas bailarinas, con problemas graves de audición, son capaces de moverse con armonía al ritmo del famoso 'Ai se eu te pego' del brasileño Teló y de imitar, también, algunos de los pasos más populares de las famosas chicas del cabaret.--98 Minutos.

Entre esas las alumnas las hay que no escuchan absolutamente nada, mientras que otras han ido ganando audición con aparatos o implantes clocleares. Entre estas últimas está Elena Tejada, presidenta de la asociación, que en la vida se habría imaginado moviendo las caderas como ahora es capaz de hacerlo.
«Puedo seguir una conversación en un tono normal, pero la música no la entiendo bien, así que me parece increíble poder bailar».--2-- Horas.

Normal que casi no se lo crea, si se tiene en cuenta que la primera sorprendida ha sido la propia profesora, que tiene a sus espaldas 30 años de estudio y 17 de ejercicio de la profesión.
«Nunca había trabajado solamente con personas sordas, sí con grupos en los que había oyentes y no oyentes y la verdad es que este grupo me lo han puesto muy fácil», asegura Pepa Escalante.

La fórmula que ha utilizado para enseñarles es la de la imitación de los movimientos que ella les enseñaba.
«Tienen la misma capacidad para imitar que alguien que oye y una vez que cogen el ritmo no lo pierden, lo retienen incluso mejor que muchos oyentes».
Conseguir el objetivo ha sido posible a base de repeticiones, de remachar insistentemente marcando el ritmo, de mucho mirarse a los ojos y a la boca, que a fin de cuentas es una manera de escuchar aunque no se oiga.

«Están todo el rato mirando porque quieren hacerlo muy bien», apunta la profesora, que asegura que el curso les ha servido para quitarse complejos.
Tanto ha gustado la experiencia, a la asociación, a los alumnos y a los familiares que les han aplaudido con emoción, que ya están pensando en preparar otro.

TÍTULO: 3 COSAS QUE NO SABÍAS DE LA REGENTA:

En una ciudad de provincias, Vetusta, vive Ana Ozores, de familia noble venida a menos, casada con Don Víctor Quintanar, regente de la Audiencia, del cual le venía el nombre, la Regenta. Ana se casó con Don Víctor en un matrimonio de conveniencia. Bastante más joven que su marido, al que le une más un sentimiento de amistad y agradecimiento que de amor conyugal, su vida transcurre entre la soledad y el aburrimiento. Es una mujer retraída, frustrada por no ser madre y que anhela algo mejor y desconocido. En esta situación, la religión es la única válvula de escape dentro de la ciudad. Conoce a Don Fermín de Pas, Magistral de la catedral, el cual se convierte en su confesor. Ana siente una gran atracción y admiración por él. Pero la religión no le basta. Conoce a Don Álvaro Mesía Don Juan de Vetusta, el cual está enamorado de la Regenta. Ésta, desde que lo conoce ya no se siente tan triste. El Magistral está celoso. Ana y Álvaro se hacen amantes. El Magistral contacta con Petra, la criada de Ana, a la que le dice que espíe a Ana y a cambio la convertirá en su nueva criada. Petra, un día, le cuenta que ha visto cómo Ana se acuesta con Don Álvaro, el cual trepa por el balcón de la habitación de la Regenta. El Magistral urde un plan. Le pide a Petra que adelante una hora el reloj de Don Víctor, el marido de Ana. Éste ve a Don Álvaro saltar del balcón de su mujer. Lo reta a duelo y, en el mismo, Don Álvaro mata a Don Víctor y huye. Ana se entera de todo cuando Álvaro le escribe una carta contándole lo ocurrido. Cae enferma durante un mes. Al cabo de un largo tiempo se decide a salir para dirigirse a la catedral para ver si de nuevo encontraba el consuelo en la religión. El Magistral la observa con cara de asesino. Ana siente miedo y cae desmayada. El Magistral se marcha dejándola tirada en el suelo. Celedonio, al encontrarse a la Regenta desmayada, la besó en los labios y ésta sintió que la besaba un frío y asqueroso sapo.
El autor se sirve de la ciudad de Vetusta como símbolo de la vulgaridad, la incultura y el fariseísmo. Ana Ozores es un personaje aquejado de aquella patología del espíritu que se conoció como bovarismo. Desde otro punto de vista, Ana encarna la idealidad torturada que perece progresivamente ante una sociedad hipócrita. Con estas fuerzas en tensión, el escritor construyó un alegato cruel e inclemente de la vida provinciana española, ceñida a sus clases dirigentes, en tiempos de la Restauración finisecular.


No hay comentarios:

Publicar un comentario