Tercera planta de un antiguo bloque de viviendas del barrio de Tawfikia, en pleno centro de El Cairo y frente al Grand Hotel. «El ascensor no ., foto-.
Tercera planta de un antiguo bloque de viviendas del barrio de Tawfikia, en pleno centro de El Cairo y frente al Grand Hotel. «El ascensor no funciona», anuncia Mahdi Abdulatif desde el hueco de la escalera. Hay que subir a pie, agarrados a la barandilla y sin apenas luz, y Mahdi abre una puerta que ha permanecido cerrada los últimos diecisiete años. Un pequeño recibidor presidido por el escudo de los Hermanos Musulmanes sirve de acceso a un piso de cinco habitaciones que durante dos décadas fue el cuartel general de la hermandad en Egipto, un lugar por donde pasaron destacados dirigentes del mundo árabe antes de que Hosni Mubarak decretara su cierre tras acusar al grupo de ser «una organización ilegal» y detener a sus miembros más destacados. De la ilegalidad, la hermandad ha pasado a ocupar la presidencia de Egipto gracias a la victoria en las urnas de Mohamed Morsi.
Techos altos, paredes amarillentas, suelos de madera y muchos cables. Apenas tres días después del triunfo de la revolución un grupo de hermanos acudió provisto de tenazas y rompió el candado que las autoridades habían puesto en la puerta en 1995. «Estaba todo como lo habían dejado, los libros abiertos y con una buena capa de polvo sobre ellos, ropa en las perchas.», recuerda Mahdi, que ahora ocupa uno de los despachos del piso como director de la página web de la hermandad. «Es el nuevo uso que le hemos dado. El lugar más histórico dedicado ahora a las nuevas tecnologías y a la difusión de nuestro mensaje a través de la red», destaca el director, miembro de la hermandad desde hace 22 años. Más de treinta personas trabajan en una web que ha tenido un crecimiento espectacular alcanzando las 240.000 visitas al día, cuatro veces más que antes de la revolución.
Desde su fundación en 1928 por Hassan Al Banna, los Hermanos Musulmanes se han expandido por el mundo y han sufrido la persecución de las autoridades que desconfían de un discurso basado en el Islam como meta y en la educación, las ayudas sociales o las sanitarias como medio para llegar a la población. Para Hasan Al Banna, su creador, era fundamental establecer unas bases mínimas de bienestar antes de implantar la ideología islámica. Al Banna rechazó el uso de la violencia para conseguir este objetivo, aunque abrió las puertas a la yihad (guerra santa) en caso de que una fuerza extranjera ocupara un país musulmán. Solo entonces se pueden usar las armas, según este grupo que se ha erigido en el protagonista de los países árabes que han pasado por procesos revolucionarios.
Bajo vigilancia
Hombres y mujeres trabajan en sus ordenadores en dos salas diferentes. El director tiene un despacho privado y hay otras dos dependencias que nadie ha tocado. La primera es el despacho ocupado por el Guía Supremo (al que se refieren como 'Morshid'), la figura que dirige la hermandad y marca las líneas a seguir en cada momento. La sala es cuadrada y está presidida por un gran escritorio de madera. Un sillón de cuero negro y dos marrones completan el mobiliario de una sala con una de sus paredes cubierta por un mapa del mundo de madera, con Egipto destacado con un pequeño círculo verde, y otra con un cuadro obsequio de los Hermanos Musulmanes de Siria. El grupo es el mayor enemigo del régimen y dirige la resistencia armada contra Bashar Al Assad. Mahdi señala a distintos lugares con el dedo para mostrar los puntos donde había «primero micrófonos y luego cámaras. Estábamos vigilados las 24 horas y lo sabíamos, por eso no se podían abordar muchos temas con franqueza, por eso algunas reuniones se hacían en plena calle, en lugares informales». Tres guías supremos pasaron por este despacho entre 1974 y 2005.
La segunda habitación intacta es la librería, donde columnas de libros y periódicos se amontonan a la espera de que alguien empiece una urgente labor de archivo.
Pese a su peso dentro de la sociedad, a sus ocho décadas de historia y a su expansión a 75 países, la hermandad sigue sin tener forma legal en Egipto y por eso tampoco cuenta con patrimonio a su nombre. Esta oficina está alquilada a una familia adinerada desde 1974 y tras su clausura por las autoridades siguieron pagando el alquiler puntualmente a través de una sociedad paralela llamada 'Prensa y editorial', fundada en los setenta por el mismo Guía Supremo de entonces y que hoy en día figura como titular del arrendamiento por el que pagan mil libras mensuales (140 euros al cambio). Han pasado los años, han cambiado las personas y la situación de Egipto, pero la idea política de los hermanos se mantiene fiel al lema de su fundador y siguen pensando que «el Islam es la solución».
TÍTULO: TODOS A HOMBROS MENOS EL PRESIDENTE- TOROS.
Alcanzado el ecuador del festejo, el resultado de la corrida de rejones arrojaba tres silencios. Como se lo cuento. El deslucido comportamiento ...
La entrega de la terna y las ganas de diversión del público dispararon el balance de la corrida de rejones de Vitoria.
Alcanzado el ecuador del festejo, el resultado de la corrida de rejones arrojaba tres silencios. Como se lo cuento. El deslucido comportamiento de los toros que encabezaron los lotes de los caballeros: mentirosete y pegajoso el primero; manso, parado y desclasado el segundo y desrazado, aquerenciado y sin transmisión el tercero; la generalizada falta de ajuste y los reiterados fallos con el rejón de muerte, impidieron a Hermoso de Mendoza, Galán y Moura escuchar una sola ovación. Raro, raro, raro...
Le sentó bien al plomizo discurrir del festejo, tan pesado como el bochorno reinante, la pausa de quince minutos con la que la empresa facilita el negocio de los bares dispuestos en los pasillos internos. No es que variara el comportamiento del entipado aunque desigual encierro de Fermín Bohórquez, pero las ganas de fiesta del público que acudió en buen número a los tendidos del Iradier Arena, una atinada selección de pasodobles y los aciertos en el transcurso del último tercio, cambiaron el signo de la corrida. No sé si a mejor, pero desde luego a más divertido. Por lo menos para aquellos que pagaron su entrada, es decir, para el público, los importantes. Que todos ellos vuelvan es mi deseo. De igual modo, Pablo, Sergio y Joao regresarán al coso gasteiztarra avalados por la puerta grande obtenida ayer tarde con el beneplácito del respetable y la presidencia, generosa a más no poder. Y es que no pareció que la autoridad mantuviera el mismo criterio para con los rejoneadores ¡Eso es descriminación positiva¡ ¡O negativa¡ Según se mire.
Al margen de que los tres caballeros acertaran a la primera con el rejón de muerte -clavaron en lo 'negro'-, Hermoso de Mendoza sobresalió gracias a las ajustadas piruetas de 'Garibaldi' y al arrojo torero de 'Ícaro', un caballo que le condujo, de frente y a ralentí, hasta la mismísima cara de su parado oponente para clavar dos notables banderillas. Tres cortas a lomos de 'Pitara' y un par, también de cortas, a dos manos en el que apuró los terrenos por los adentros, precedieron a un rejonazo contrario y atravesado de fulminantes y feos efectos. Dos orejas y puerta grande.
Abierta la veda por la presidencia, Sergio Galán cuajó un importante primer tercio a lomos de 'Amuleto'. Rajado y aquerenciado en tablas el quinto ejemplar en el orden de lidia, el torero conquense hubo de tirar de la joya de su corona, 'Apolo', un equino con un corazón tan grande que casi no le entra en el pecho. Provocó, consintió y alardeó a dos palmos de las astas del descastado morlaco de Bohórquez y permitió que Galán ejecutara un vibrante par de banderillas a dos manos que enloqueció a la cátedra. Dos rosas y un rejonazo de inmediata muerte propiciaron la concesión de dos nuevas orejas.
A ritmo de pasodoble
Subido a lomos de sus caballos toreros en favorable corriente, Joao Moura hijo se asomó permanentemente al pitón contrario del más manejable toro del encierro. Faena construida al ritmo del pasodoble 'Valencia', comunicada en directo al público de los tendidos bajos y rematada de tres ceñidas banderillas cortas ejecutadas al violín, afinado por lo visto en el ruedo, y otro rejonazo que a nadie importó su fea colocación. También dos orejas para el joven luso. Y todo el mundo contento. Puerta a la vaca.
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