lunes, 2 de septiembre de 2013

JUAN DEL ALAMO, BUEN TORERO,./ RIDDCK ES EL ESPEJO DE LA BUSQUEDA DE MI PROPIA IDENTIDAD,.

TÍTULO; JUAN DEL  ALAMO,. BUEN TORERO,.
El toro más completo de la corrida de Montalvo fue el segundo. Sacristán. Castaño albardado, de armónicas proporciones, 530 kilos, lo hizo casi todo bien. Casi todo bien: la mano izquierda no tuvo ni el son ni el temple de la diestra. Lo que tuvo el toro fue un ritmo regular. Fijeza y nobleza se dan entonces por descontado. Y, en fin, por tener tuvo la suerte de encontrarse con el torero preciso, que fue Juan del Álamo. Su tercera salida en Madrid en lo que va de año. Su tercer triunfo. Éste fue seguramente el más redondo. Por la manera de entenderse con el toro y de acoplarse a su son, que es lo que redondea un trabajo; porque el trabajo todo, de capa y muleta, fue de ambición, y la ambición es ajuste y firmeza; y, en fin, porque la garra tan distintiva y tan distinguida del torero de Ciudad Rodrigo se ha ido serenando y asentando sin dejar de ser conmovedora. A eso se le llama en arte «sinceridad», o espontaneidad. Ninguna de las dos cosas, reñidas con el toreo clásico.
Cada vez torea mejor con el capote Del Álamo: de caro y limpio compasito las verónicas de recibo, buen toreo de brazos, excelentes los dos lances de brega y la media con que dejó al toro en suerte para el primer puyazo. Y cada vez mejor muletero: espléndidos los siete muletazos de apertura, cinco de ellos genuflexos, y tres de ésos, cambiados, y suaves y poderosos, y cosidos con ellos la trinchera y el del desdén; al tercio con el toro, y dos tandas de cuatro en redondo, enroscadas y ligadas a modo, templadas por abajo, bien rematadas. Tal el ajuste que el toro estuvo a punto de desplazarlo con el golpe del riñón. Hubo toreo del de meter el torero los riñones, que ya no se gasta apenas. Esa docena y media de muletazos -tan puesto, despacioso y firme el torero- embalaron la faena y calentaron a la gente. Se vio segurísimo a Juan.
Una hermosa corrida: las hechuras elegantes, rematados los seis toros. Cuatro rubios y dos negros. De los dos negros, el tercero de corrida, muy en el tipo antiguo de Jandilla-Zalduendo, fue particularmente bello. Un punto grandón el colorado con que se juntó en lote. El toro de la confirmación de alternativa de Alberto Lamelas, bajito, serio y remangado pero acucharado y reunido, fue un dije. Los seis toros cumplieron bien en varas. A los dos de menos poder se les administró el castigo. No todos quisieron igual. El segundo de Del Álamo, jugado de cuarto porque se corrieron turnos mientras se atendía a Lamelas de una cornadita en el escroto y un puntazo en la espalda, se aplomó y tardeó antes de pararse. A toro parado, airosos desplantes de Juan, y el desplante entendido como suerte y no adorno. Y un abanico.
El negro tan ajandillado que hizo tercero galopó de maravilla, pero se aburrió en el caballo y escarbó mucho luego. Fue toro con fijeza y noble, sin embargo. Muy valeroso López Simón, que ni perdono quites -por villaltinas en el segundo, por chicuelinas en el cuarto- ni se escondió: embraguetado incluso cuando toreó de rodillas al tercero en tanda temeraria. Pero abusó de torear al toque y no enganchando, y error que pagó con fea voltereta. De ella salió crecido y seguro, más entregado que antes. Pero no pasó con la espada.
Parecido aliento con el quinto de corrida, justo de fuerzas pero nobilísimo, y escarbador, y un juncal trasteo que terminó «metiéndose en el toro», como decían los clásicos: cruzándose al pitón contrario. Ahora entró la estocada que hubiera rematado el otro trabajo.

TÍTULO; RIDDCK ES EL ESPEJO DE LA BUSQUEDA DE MI PROPIA IDENTIDAD,.
«Riddick es el espejo de la  búsqueda de mi propia identidad»

CULTURA

«Riddick es el espejo de la búsqueda de mi propia identidad»

Protagoniza 'Riddick', tercera entrega de las aventuras de este antihéroe que el próximo viernes llega a los cines

Vin Diesel lleva interpretando el personaje de Riddick desde el año 2000. Este viernes estrena la tercera entrega de una saga que se inició con 'Pitch Black' (2000) y a la que siguió 'Las crónicas de Rididck' (2004). Diesel tiene la extraña cualidad de revivir personajes que uno deba por muertos. Le ocurrió con la saga 'Fast and Furios', ahora con 'Riddick' y repite con su próxima película: 'XXX: The return of Xander Cage'. A los estudios les ha costado entender que este neoyorquino de grandes músculos, cabeza rapada y nariz de boxeador llego para quedarse y convertirse en la estrella más atípica que ha pisado Hollywood.
-Tras el éxito de 'Fast and Furious' podía haber hecho cualquier otra cosa. ¿Por qué volver al mundo de Riddick?
-Amo este personaje. Fue mi primer gran papel en Hollywood y es el antihéroe auténtico. 'Las Crónicas de Riddick' se convirtió en una película de culto para los amantes de la ciencia ficción y la fantasía. David Twohy (director y guionista) y yo hemos unido fuerzas porque queríamos hacer un personaje todavía más poderoso. La lealtad de mis seguidores siempre me ha animado a luchar por los personajes que para mi tienen sentido y Riddick lo tiene. Es realmente sorprenden te poder decir que trece años después estreno la tercera parte de esta saga.
-¿A cuántas puertas ha llamado?
-No puedes hacerte una idea. Pero siempre ha sido así. Toda mi carrera. Cuando hicimos 'Pitch Black' no teníamos estudio y en el último minuto Universal nos dijo que estrenarían la película por mi relación con ellos en 'Fast and Furious', saga que también he revivido.
-¿Usted convierte lo imposible en posible?
-No. Entiendo mis límites y sé hasta donde puedo llegar. Pero tengo muy claro las posibilidades de estos personajes. Ahora las películas son para adultos, no para niños de trece años y tiene mucho mas sentido. Hay algo apropiado, liberador y honesto en hacer de Riddick un filme para adultos sin tener la soga al cuello de convertirla en una película para todos los públicos.
-¿Cuál es la evolución de Riddick?
-Riddick pasó en 'Pitch Black' de ser el villano a convertirse en el antihéroe. Luego pasó a entender los poderes que tenía y ahora damos un paso más en ese sentido. Para mí, es maravilloso meterme en sus zapatos, es terapéutico interpretar el personaje. Sé que suena cursi pero Riddick es un espejo de mi propia búsqueda de identidad, mi eterna cruzada.
-¿Cómo se preparó para convertirse de nuevo en Riddick?
- Me mudé de Manhattan a las montañas durante cuatro meses para centrarme en la intimidad del personaje. He invertido tanto de mí mismo en hacer esta película que la presión que he sentido rodándola ha sido indescriptible. Ha sido como tomar una droga llamada Riddick y vivir en ese espacio. Durante el tiempo que estuve viviendo en el bosque me dediqué a pensar, a meditar y a analizar el personaje. Es un papel que me exige aislarme del mundo.
-Vuelve a trabajar con actores españoles. Compartió protagonismo con Elsa Pataky en 'Fast and Furious' y ahora con Jordi Molla
-¡Cómo no me van a gustar si son sensacionales! Soy un enamorado de España. Jordi hace un gran trabajo con Santana. Impresionante.
-Se ha comparado siempre a Pacino, a Brando, a De Niro, pero nunca a Stallone o Schwarzenegger. ¿Por qué?
-Me considero un actor de método. He tocado muchos géneros en mi carrera y he demostrado que puedo hacer drama.
-Acaba de recibir una estrella de la fama. ¿Qué sintió?
-La primera vez que vi las estrellas de Hollywood fue en 1990, cuando vine por primera vez. Llevaba muchos años trabajando como actor en Nueva York y creía que iba a ser fácil. Un año y medio después no tenía ni agente. He luchado mucho por lo que tengo y sé lo importante que es aprender de los errores, de los fracasos.
-¿Por que cambiaría esta estrella?
-Por la posibilidad de llevar la película de Aníbal Barca a la gran pantalla.
-Lleva más de una década hablando de ese proyecto.
-También he pasado nueve años hablando de Riddick y mira. Estoy convencido que Aníbal sucederá.

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